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domingo, 16 de abril de 2023

PANIAGUADO EN LA SEMANA DEL PERIÓDICO JAÉN DE HOY.

 

PANIAGUADO

 


Hay palabras en desuso, que obedecen a momentos históricos y que evolucionaron hasta cierto tiempo que , en su diacronía, se  transformaron en su significado  manteniendo el significante sin cambio fonético alguno. Este es el caso de la palabra paniaguado. Está constatada la presencia de esta palabra como Paniagua. En concreto en los archivos notariales son muchos los personajes que mantienen este apellido; incluso en los arrabales de la ciudad de la Mota existía una casa de Panyagua. No es de extrañar la presencia en estos lares, pues los Nuño Fernández Paniagua fueron unos caballeros muy favorecidos por el rey Alfonso XI, castellanos nacidos en el reino de León, que   los llamaron el resto de los hidalgos por esta circunstancia “paniaguados”, al disfrutar del favoritismo del rey que conquistó Alcalá la Aben Zayde. De ahí parece derivar el origen semántico de la palabra , que  mis antepasados  recogían  con un sentido ya evolucionado de  persona que gozaba del poder de influencia de las clases altas  y se sometía servicialmente a las personas importantes de  la sociedad. Muy cercano su significado a lo que el Diccionario de la Real Academia definía como una persona que, sin tener méritos reconocidos, era favorecida y protegida por otra. Generalmente, los protectores solía ser personas que ostentaba cargos. No es de extrañar que mi madre me comentara es un paniaguado del alcalde o del cura en los años sesenta del siglo XX. Más frecuente en siglos pasados,  esta palabra hacía referencia al sirviente de una casa, que recibía habitación, alimento y salario. Ocupaba el puesto de honor en los escalones más bajos de la sociedad. De ahí que no es de extrañar que  se diga de un señor que se ocupaba de los paniaguados como criados predilectos.

          Como adjetivo o adjetivo sustantivado, esta palabra respondía al vasallo de criazón- Y, competía con estas  palabras como asalariado, protegido, secuaz, partidario, e, incluso, con los matices semánticos de segundón, seguidor, esbirro, y lacayo. Para colmo, los hay que lo confundían con el asesino a sueldo, sicario, matón, y sayón. Sorprende que satélite lo ha desbancado de muchas frases en la actualidad. Y más aún que los paniaguados contengan un matiz despectivo en frases coloquiales semejantes  a “la vacante fue  cubierta por uno de los paniaguados del jefe”, refiriéndose a   la persona que ocupa un puesto sin tener méritos algunos reconocidos y es protegida o  favorecida por otra; responde a su variante antigua de apaniaguado, del latín vulgar panem facere, cuyo participio panificatus se traducía “mantenido a pan”.

          A un tiempo muy lejano nos hemos remontado, porque durante el Antiguo Régimen, abundaba la persona que vivía en casa de un señor, noble o magnate y eran mantenidos por él. En un documento notarial de 1645, nos lo encontramos  entre los poderosos, la clase hidalga, en Alcalá la Real participando de un pleito entre los bandos de la ciudad, los  Cabrera Luna contra el alcaide Antonio López de Gamboa, ambos estaban rodeados de sirvientes, gañanes, deudos, clientes  y paniaguados que se sentían reyes para acometer todo tipo de tropelías contra los vecinos invadiendo los campos linderos con los ganados o roturando las tierras de la propia ciudad. Como paniaguados no le temían a nadie al amparo de su señor. Y, aunque le nombre le viene del comer pan a expensas del señor, no debe confundirse con el sirviente o siervos, quehace labores diferentes como labrador y adquiere una especial vinculación con su señor. Lo denominan vasallo de criazón, en el sentido de ser criado o mantenido, y, en los lares de la Sierra Sur recibía del dueño  no sólo el alimento y salario, sino también la habitación, la casa o el chozón del cortijo. Por lo tanto, de ahí que esta dependencia lo convirtiera en un allegado a una persona y favorecido por ella.

Actualmente, la palabra paniaguado se clasifica en los diccionarios como un término en desuso, y, en decadencia, a favor de sus sinónimos. Y en verdad que existen muchos personajes que podían identificarse con el paniaguado y con el señor que le otorga la categoría de vivir con esta excelencia. El paniaguado se ha convertido en un icono de las redes sociales, que sirve a su señor virtual, a veces envuelto en disfraz  del anonimato. Unas veces, con signos de lisonja  y  corazones blandengues aplaudiéndolo  hasta las acciones más absurdas. Otras veces, se convierte en un adalid del adversario de su señor y llega a empuñar los iconos más agresivos e incluso coprofágicos. A veces son personas de temer y así lo recogen los literatos:  Porque no querria por todas las cosas del mundo que fuese pariente ni paniaguado del señor don Alvaro”, Los hay paniaguados que son auténticos esbirros y sicarios  que no tienen respeto alguno para destruir a las personas de bien que superan a su señor; así nos lo recuerda Cervantes: “— No hay camino tan llano —repllicó Sancho— que no tenga algún tropezón o barranco; en otras casas cuecen habas, y en la mía, a calderadas; más acompañados y paniaguados debe de tener la locura que la discreción” .Los paniaguados asalariados abundan pues el hogar se ha transformado en un carguillo y el mantenimiento de pan en un sueldo sin doblar la espalda; en estos tiempos  electorales,  proliferan protegidos exhibiendo pancartas y transmitiendo mensajes en las redes; como decía Luis Codat: ”Los destinos públicos no han sido desempeñados nunca por hombres de verdadero mérito, de reconocida probidad y honradez, sino por ineptos, por paniaguados de los señores ministros, de los caciques de los partidos, o de los asquerosos mercaderes de la política”.

A  espera del triunfo del candidato, lo dan todo,  son los más fieles  secuaces y partidarios y así escribía con buen tino otro escritor reflejando el día de los comicios:  “En otro se colocó la mesa electoral en un descanso de escalera; los votante no podían subir sino de uno en uno, y doce paniaguados de Trampeta, haciendo fila, tuvieron interceptado el sitio durante toda la mañana, moliendo muy a su sabor a puñadas y coces a quien intentaba el asalto”.

Ocupan en la escala social los puestos segundones de los estamentos y son capaces de sacrificarse hasta la muerte, son auténticos esbirros y lacayos. Como decía cierto  escritor : “ Esa comparsa  que traen alrededor  son paniaguados suyos, que les obedecen  ciegamente”.

En las redes abundan  estos señores que  vienen  muy bien descritos  por este texto de Juan Moreira, donde se muestra su supremacía que llega a servirse de los paniaguados a su antojo: “Ei capricho era ley para todos aquellos buenos paisanos, en especial para el populacho, los subalternos y los humildes amigos ó paniaguados de las autoridades; y cuando algún opositor, víctima de mis bromas, que solían ser pesadas, se quejaba á mis padres, nunca me faltó defensa ó excusa, y si bien ambos prometían á veces reprenderme ó castigarme, la verdad es que especialmente el «viejo “no hacían sino reírse de mis gracias”.

Menos más que estas elecciones son las más cercanas, y se conocen a los apaniaguados como .si fueran de la familia. Es una baza para la transparencia,.

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