CABEZA 23
LA
DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA CABEZA A FINALES DEL SIGLO XVIII
Hay un periodo documental
muy oscuro en la vida de la cofradía y devoción de la Virgen de la Cabeza. Nos
referimos a finales del siglo XVIII y hasta mediados principios del siglo XIX.
Pocos datos se encuentran en los archivos, libros romeros y otros registros.
Sin embargo la presencia romera de los devotos de la Virgen de la Cabeza se mantiene en las
tierras de la Abadía e irradia hacia las tierras granadinas de los Montes
Orientales.
JUAN
MANUEL DE BAUTISTA ÁVILA
Este
devoto de la zona del Márqués de los
Trujillos era vecino de este territorio
labrando el cortijo de la Horca, del regidor alcaláino don Diego de Hinojosa.
Hijo de Baltasar de los Reyes y Magdalena de Ávila Carrillo,y casado con Isabel
de Abril en primeras npcias, y, en segundas con Isabel de Moya, declaraba en su testamento de 1759 ante Juan Gutiérrez
Hinojosa (Legajoi 5483, folio 615) , una extewnsa prole (Juan Bautoiista, Cana,
Isabel, Magadalena y Bartolomé) y a sus albaceas ( Don Diego Ortega, fray
Manuel de Molina) varios encargos y
pagos . Y sobre todo , es digno de destacar esta manda “ Estoy debiendo una
misa que ofrecí a la Virgen de la Cabeza, la misma que quier que sde digoi es
de mi volubntad en el cielo que se haga”. Y es muy intgeresante un dato
relacionado con Frailes, pues declaraba “ dar cuatro fanegas para una misa en
la ermita de Frailés por el capellán y en el altar o capilla ddonde está
colocada la imagen de Jesús Nazareno”.
EL DEVOTO
LUIS BOYAGO
Este soltero de 46 años y devoto fue a levantar el testamento ante con fecha de uno de enero de 1772. Era
natural de la Montillana granadina, pero residía en Alcalá la Real. Hijo de
Alonso Boyago y Tomasa de la Chica, y hermano de Alonso, José y Ana, a las que
le dejó dinero y enseres, se encontraba enfermo en la ciudad de la Mota, pero
en libre juicio, memoria y entendimiento natural para levantar el documento
notarial. Como fiel cristiano, por haber vivido dentro de la Iglesia Católica,
se disponía a hacer las mandas testamentarias.
Campesino a las órdenes
del Manuel de Torres. Labrador arrendador
del cortijo de las Cañadas en el Marizado de los Trujillos, disponía de
una caballería doméstica (la vaca Hermosa, el asno con apodo romero de Madroño
y una yegua con su potra). Animales que encarga que se venda para pagar las
exequias fúnebres (entierros, acompañamiento, misas, beneficiados…). Como era
frecuente, su amo, su hermano Alonso y el fraile franciscano Fray Juan de Corpas, que los había atendido y
curado durante su enfermedad, fueron nombrados por su persona como albaceas
para liquidar bienes y pagar gastos tras su óbito.
Vestido del traje
franciscano, proponía ser enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de
Consolación, con un entierro de quinto llano, en la iglesia de su pueblo natal
o en otro cualquiera del arzobispado de Granada, donde destina nada menos de
mil misas por sus cargos de conciencia y penitencia. Como prototipo del hombre
del campo de esta zona, hace varias mandas. Pero destaca la siguiente de
tradición romera “Declaro que tengo
hecha promesa a Nuestra Señora la Virgen Santísima de la Cabeza de ir de nuevo
desde quiera que me halare hasta su santuario
en la Sierra Morena y mandar decir una misa rezada”, con lo que se
confirma el mantenimiento romero de muchas personas en esta zona de Alcalá la Real
y sus alrededores granadinos. Curiosamente, también era devoto de otras
devociones comarcanas a las que dedica limosnas “al mismo tiempo hecha
promesa de ir descalzo al Santísimo Cristo del Paño de la villa de Moclín a su iglesia desde legua y media retirado, y
manda deizr una misa rezada. No olvidaba asi mismo mando una misa rezda a Nuestra Señora de los
Remedios de la villa de Iznalloz.
Todas estas promesas se relacionaban con sla enfermedad que padecía y no
manifiesta. Por sus relaciones comerciales, estaba ligado con Colomera y
algubnos cortijos del entorno de Trujillos. Entre ellos el cortijo del Río.
POR
ALCALÁ LA REAL
ANTONIO DE CUENCA
No es frecuente encontrar declaraciones de personas en sus
testamentos como hermanos o devotos de la Virgen de la Cabeza a principios del
siglo XIX en Alcalá la Real. Este es el caso de Antonio de Cuenca Torrevejano,
hijo de Diego y Ana Torrevejano, natural y vecino de Alcalá la Real en 20 de
noviembre de 1810. Lo interesante de su testamento ante José Sola radica
en que, ante las circunstancias de la
invasión francesa, solicita ser enterrado en la iglesia de San Juan, pues la
Mayor de la Mota estaba ocupada por el ejército galo. Y lo curioso que refiere
que los pagos de misas se
relacionan con las siguientes
devociones; 8 reales a Nuestra Señora de la Cabeza de Sierra Morena, otros seis
al Cristo del Paño y un real de plata a la Virgen de las Mercedes. El resto de
las mandas, como hombre soltero, se refieren a legar su objetos, ropa y bienes
más valiosos a sus hermanas y sobrinos.
En similares circunstancias y mandas, Miguel Calvo, hijo de
Diego Calvo y Manuela Rosales en 20 de octubre de 1810, refiere solamente una
misa a Nuestra Señora de la Cabeza. En 1823, Luisa Zamora realizaba una manda
muy similar a la anterior.
POR
TIERRAS DEL CASTILLO DE LOCUBÍN
No sólo
con tierras de los Montes Orienales, sino también por otros pueblos de la
Abadía se extendía el amor a la Virgen de la Cabeza. En Castillo de Locubín, se
encuentrtan testimonios de la devoción de otras personas. Sirva de ejemplo que,
1855, Antonio del Olmo Callejas hacía el
testiamento notarial ante Antonio NJosé
Álvarez y declaraba que fuera enterrado donde el ayuntamiento le fijara la
sepultura en un tiempo que el enterramiento ya no se realizaba en las iglesias,
y, al mismo tiempo manifestba “ declaro soy en el deber de promesa hecha a la
Virgen de la Cabeza” y se le diera 20 reales
por la misa en el Santuario; y curiosamente compartía la tradición
romera con la del Cristo de Chricales en Valdepeñas otorgandeo la limosna de
diez reales ( Legajo 5802). Clara muestra que se acrecenta el culto en tierras
castilleras el testamento de María de Anguita en 1864, que manifiesta ser
devota y ofrece otra misa en el santuario de Nuestra Señora de la Cabveza de
Andújar ( Legajo 5809, folio 210 v).
CONCLUSIONES
Salvo
que la hermandad existía en Alcalá la
Real, como expusimos en su libro de Hermandad, muy pocos testimonios aparecen
hasta que amediados del siglo XIX se convierte en real. No obstante está claro
que la devoción debió mantenerse y su organización cofrade dependiendo de la
ermita d Alclá laReal, donde también se hicieron obras y estuvo derrda duratne
alguna parte de este tiempo.. Pero siempre en el mundo agricultor y ganadero,
la devoción de la Virgen de la Cabeza se encontraba muy enraizado y futo de ello son la situacion romera y elercicio de prácticas
religiosas como las proomesas romeras, que se encuentran en lugares los más
recónditos de Alcalá la Real y su entorno.
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