LA
SEMANA. UN CUADRO PARA FRANCISCO JOSÉ ZÚÑIGA
A veces las personas superan la historia de los olvidos de las ciudades
y de los pueblos. Marcan con su comportamiento humano y su entrega a la comunidad una huella que perdura con el
paso del tiempo. La muerte trágica de Francisco Zúñiga Martín es un ejemplo de la historia local de Alcalá
la Real. Caer asesinado a las puertas de
la iglesia de Consolación, en el Compás de Consolación, donde la brújula de la
ciudad orla el escudo de la ciudad abacial y bajo la morada de la imagen de
Nuestra Señora de Consolación es una metáfora que trasciende por el hecho. Es el culmen martirial de la entrega a
la vida cristiana. El impulso que incitó
al pintor a plasmarlo en el lienzo de 65 x 54 cm. Partiendo de material fotográfico y elaborado entre abril y mayo de 2022”.
Tras bastantes días sacudido e impactado
hasta la médula, con aquel hachazo que
nos causó la inesperada dramática y
sangrante muerte de nuestro buen amigo Poco Zúñiga, daba vueltas y vueltas a mi
cabeza, intentando encontrar respuesta, un por qué, un sentido, el aparente
´sin sentido´ humanos de su final”. Poco a poco, fui descubriendo que era la
culminación de este enorme testimonio dado con su vida de entrega y dedicación
a Alcalá Y Resonaban en mí aquellas
palabras del Jesús ´Te alabo, Padre…porque
has ocultado estas cosas a los sabios y prudente y las revelasteis a los
pequeños ‘Y es que Paco, apoyado en una profunda espiritualidad eucarística y
mariana, fue modelando su vida en una callada, sencilla y permanente entrega de
servicio total a nuestra ciudad”. Una
sociedad , que recibe con los brazos abiertos a muchas personas y se
encuentran con la entrega de muchos servidores. Por eso no nos extraña que una
vida con este fin se sublime en la expresión artística de la espiritualidad. Y no
hay mejor testimonio que el arte pictórico para dejar la huella del retrato en
la sala del antiguo templo franciscano. Podía haberlo llevado
a cabo de otra manera y otros enfoques, pero eligió el retrato, a pesar de que no
todos los pintores son capaces de enfrentarse con este aspecto pictórico
del mundo retratístico, además de estar el retrato muy asediado por
las nuevas técnicas de otras artes actuales como el cine y la
fotografía. En esta labor, hay que destacar la valentía y el acierto
de Pepe Sánchez, a lo que añade la destreza de componer la obra mediante un
estudio pormenorizado de elementos geométricos, mezclados con colores, donde su
mano alcanza grandes aciertos en expresividad psíquica y de composición
estética de Paco Zúñiga. Y, por encima de todo, esa fuerza expresiva
que atrae al receptor que se acerque a la obra. Decía sobre el punto el
maestro Antonio Campaña: “En
el retrato, Pepe Sánchez trabaja magistralmente; por su tamaño, por su armonía
y, sobre todo, cuando consigue, tras una interpretación personal, captar el alma
y el parecido de las personas retratadas. Eso es más difícil que
pintar; solo los grandes lo consiguen”.
De la mano del pintor José
Sánchez Jiménez en su retrato recordará un ejemplo a l servicio de los demás y de superación en la vida. En sus colores el
pintor manifestaba “lo recordaba viéndolo continuamente en su trabajo de
guardacoches, siempre disponible, abierto, amable y de fácil conversación con
quien se acercara. o de macero de la Corporación Municipal, o en otros
múltiples menesteres requeridos por el Consistorio. Y no digamos ya de su
aportación y dedicación a la esta
parroquia de Santa María la Mayor, como si fuese ‘los pies y las manos ‘de don
Juan Ramón”-
El pintor hizo entrega de
este regalo a todo el pueblo alcalaíno en el día final de la novena de la
Virgen de las Mercedes, ante la presencia del deán de la catedral de jaén y Francisco Martínez Rojas y el párroco Juan
Ramon. Un regalo que se envolvía en
estos envoltorios “Inmerso em estas
consideraciones, pensé y decidí hacerlo en retrato y donarlo a nuestra ciudad.
Si, era justo, era necesario dejar constancia y un recuerdo tangible, palpable
y permanente de este amigo tan sencillo, y a la vez un gran hombre, y que
quedara precisamente aquí, en esta querida iglesia de Consolación”. A lo largo
de este acto, los anteriores sacerdotes se hicieron eco de la vida rota desgarradamente
de Paco Zúñiga ensalzando los momentos
de su vida al servicio de la comunidad civil y religiosa en una muestra de
altruismo y solidaridad que resumió con sus palabras el pintor José
Sánchez “Paco Zúñiga siempre estaba ahí, pronto y disponible, cual celoso
colaborador e infatigable velador del perfecto funcionamiento parroquial, en
cuyo empeño culminarán ese servicio y entrega total. Sí, Una vez más, el final
del trayecto, el Gólgota…la cruz…Sin embrago, los creyentes sabemos muy bien
qué es lo que se nos tiene reservado después, Una vida eterna y en plenitud”,
Sobre todo en los momentos difíciles de la pandemia. Su hermano Antonio Jesús
dio las gracias a la parroquia, al pinto y al párroco por hacer perdurar la memoria de su hermano
con este gesto.
Un agradecimiento que se fijó en las paredes de la sacristía, donde se
puede ver una obra de arte entre la galería de lienzos y cuadros de la historia
del convento franciscano. En palabras del pintor ha tratado de “conseguir el máximo del
parecido físico, es fundamental que se pueda identificar el personaje, ver
claramente quién es”, Y, con su cromatismo de colores fríos, sobresaliendo los blancos
y azules, y con técnica retratística de pincelada suelta y recia, Pepe Sánchez ha
conseguido un segundo objetivo claro
consistente en adentrarse y bucear, a
fin de reflejar su carácter, actitud, personalidad, en definitiva su alma”.
Logra equilibrio y la composición
armónica a través de las grandes pinceladas, la gradación de las gamas más sugerentes,
los buenos empastes, la captación del gesto humano; mantiene la ampliación del retrato con gran arte del torso por encima de los
primeros centrados a la cabeza para
conseguir un encuadre contextualizado. Este retratos gestual y entrañable, desnuda el corazón y el alma de Paco Zúñiga con la proyección de aportarnos, según las
palabras del pintor “una gran lección de
vida generosa y de compromiso en “que nos abramos más y más al servicio y bien dela Comunidad”. Esa es la intencionalidad que descubría María
José de Córdoba con sus retratos “Esta
obra parece invitarnos de manera hipnótica y seductora a desprendernos de los
conceptos y conveniencias del mundo y a contemplar, vivir, reflexionar desde la
pasión corporeizada y transcendida a la vez, de su paisaje encadenado en una
especie de manera de marea, en una danza infinita de fluyente energía. Su nueva
propuesta pictórica y técnica, en estos retratos, no solo capta a la perfección
el parecido físico, sino también el emocional”.
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