EL PRIMER DIPUTADO DE LA SIERRA SUR
Desde
el punto de vista de representación política del municipio de Alcalá y su
relación con la provincia, para comprender la importancia del municipio
alcalaíno hay que remontarse a finales del año 1812. Su primer acto
aconteció con motivo de la votación de los electores parroquiales para que
eligieran a sus representantes a las Cortes Generales y Extraordinarias, pues
tuvo lugar un debate en la ciudad alcalaína en
el que se discutió la representación que le otorgaba la
Constitución Española del 1810 al partido electoral de Alcalá la
Real. Pues, la primera dificultad fue motivada por la
propia organización del partido judicial, ya que éste se dividió en tres
municipios, por primera vez en su historia: los ayuntamientos del Castillo de
Locubín, Frailes y la propia ciudad de Alcalá la
Real) Por otra parte, el procedimiento de llevar a acabo el acto de la votación
a través de las parroquias dio lugar a un conflicto con la
Junta Provincial de Jaén, porque el pueblo de Frailes, todavía no era
parroquia y el Castillo de Locubín obligaba a sobrepasar la cifra de tres
diputados en contra de lo permitido por las comunicaciones del Jefe Político
de la Provincia de Jaén y la de Granada. Por último, la dependencia
administrativa del territorio alcalaíno, tan cacareada a lo largo de
la historia en unidades superiores como las provincias e intendencias, no debía
estar claramente definida. De ahí que todavía se dudase entre la pertenencia
del corregimiento de Alcalá a la provincia de Jaén o la de Granada.
RODRIGO DE
ARANDA Y SALAZAR
Por
primera vez, hay presencia de políticos alcalaínos en las Cortes Españolas.
Entre los diputados elegidos, el más relacionado con Alcalá la Real y
no por su nacimiento, sino por sus posesiones, fue Rodrigo Aranda
Salazar, conde de Humanes, que lo obtuvo a los cuarenta y cuatro años, ya que,
en el Castillo de Locubín- donde hay una calle dedicada a su nombre-, en
parte era uno de los mayores hacendados. A través de los Álvarez de
Sotomayor, señores de la Montillana estaba ligado a nuestra comarca y
muchos miembros de su familia fueron regidores del cabildo alcalaíno en siglos
anteriores. Era un militar, que inició su carrera en 1805 como
subteniente del Regimiento de Dragones de Pavía. Más tarde alcanzó el cargo de
coronel del ejército. Fue segundo alcalde de Madrid en tiempos de
Fernando VII en 1812
Por
la originalidad de su elección debemos reflejar la segunda vez que, en la
mañana de 7 de marzo de 1820, por cierto un día desapacible y
frío, fue nombrado teniente alcalde por el ayuntamiento de la ciudad
de Madrid. Es muy curioso su nombramiento, porque impactó en la sociedad
madrileña y en los círculos políticos de aquel tiempo, ya que se reunieron
en la Plaza de la Villa, donde se albergaba la
Casa Consistorial. Y lo hicieron, ante la publicación del juramento de la
Constitución Española de 1812 por parte del rey , los más
diversos personajes que representaban los diversos estamentos de España ( la
aristocracia con los nobles y Grandes de España; el mundo económico
representado por propietarios, ricos comerciantes y banqueros, personalidades y
figuras relevantes, abogados, médicos y hombres de
ilustración, generales y subalternos junto con todo el vecindario
y la presencia de todas clases sociales –medias, altas y
bajas). Ante tan deseada y ansiada noticia, todos se dieron entre sí parabienes
y abrazos y expresaron un profundo sentimiento de patriotismo. El
propio cronista Mesonero Ramos en sus Recuerdos de
setentón nos refleja el acto de proclamación por un sistema
peculiar de asentimiento o aclamación popular (la elección directa e inmediata
por la multitud congregada, primero de Sáenz de Baranda, como primer alcalde y
luego de Rodrigo de Aranda como primer teniente alcalde. Protagonizó el
papel mantenedor del acto el poeta romántico Manuel Eduardo de
Gorostiza que se subió al balcón del ayuntamiento y se
dirigió al pueblo con estas palabras:
-Ciudadanos,
¿Quieren por primer alcalde constitucional al Marqués de las
Hormazas?
-
¡Sí, sí, viva! Decía con entusiasmo el pueblo.
Pero,
en esto una voz salida del grupo, dice:
-No,
que es el tío de Elío.
Y
el pueblo, en el instante, recobrado de su primer movimiento, dijo:
-
¡Abajo, fuera las Hormazas! ¡Otro, otro!
Y
el propio Gorostiza continuó:
-
Ciudadanos, ¿Quieren por primer alcalde constitucional a Pedro Sainz
de Baranda?
-¡Muy
bien, viva, viva el alcalde constitucional de 1808, el defensor de Madrid!
Ciudadanos, ¿Quieren por segundo alcalde constitucional a
don……?
. -¡Bravo,
bien, bien!-grita la multitud y Gorostiza, abriendo los brazos, exclama:
-Pero,
señores, si no lo he dicho todavía, (risa general y palmoteo). Vaya,
pues iba diciendo Ciudadanos, ¿quieren ustedes por segundo alcalde
constitucional a Aranda?
-Bien,
bien, viva Aranda, viva Baranda.
Si
nos adentráremos, concreto, en la casuística de su vida parlamentaria se
presentó a diputado en las elecciones del 30 de junio de 1834 por la
circunscripción de Jaén ( curiosamente, fueron 20 los electores, lo mismo que
los votantes, por lo que significa de este tipo de votación a través de
representantes elegidos previamente en las comarcas o partidos judiciales) y
obtuvo 18 votos, lo que manifiesta cierta disidencia con respecto a su persona
en algunos votantes fueron y se mantuvo durante un
bienio hasta el año 1836. Ingresó en el Congreso de Diputados
el 24 de julio de 1834 y se mantuvo en su escaño hasta 2l 27 de enero
de 1836.
En
cuanto su ascendencia alcalaína, el legajo del Conde de
Humanes recoge todo el linaje de los Aranda desde su primera vecindad en
Alcalá la Real hasta X
Conde de Humanes don Rodrigo Isidoro de Eraso Aranda y Salazar, nacido
en Jaén donde falleció el de mayo de 1882 que, como dijimos
anteriormente, fue Grande de España. Por muerte sin sucesión de su
hermano don Fernando. Casó con doña María de Escobedo Salazar y Velasco, siendo
hijo de doña Francisca de Salazar Eraso y Carvajal, casada en Jaén
el 30 de enero de 1787 con Juan José de Aranda Álvarez de Sotomayor-, nacido en
Jaén, Señor de Montillana- y fallecido en Madrid el
7 de septiembre de 1865. El legajo conserva, entre muchos documentos sobre la
vida e historia de sus ascendientes alcalaínos, un rico grabado
prologando al libro de la Virgen de las Mercedes en su altar
de la Mota, como muestra de su enraizamiento de esta
familia dentro de nuestra localidad. En concreto, la primera noticia
proviene de Pedro Fernández de Aranda, alcaide de Úbeda, cuyo nieto del mismo
nombre fue expulsado de esta ciudad tras la ser derrotado por los Traperas, y
se afincó en Alcalá la Real, desde donde surgieron varias ramas de su
linaje en toda la comarca de la abadía y en tierras del sur de Córdoba. Un
ascendiente de don Rodrigo fue el famoso don Fernando de Aranda, el que llevó a
cabo las hazañas de la Boca de Charilla contra una avanzadilla
musulmana, que se relatan minuciosamente en sus legajos. Por
su primer casamiento, su hijo Pedro Fernández de
Aranda con doña María de Molina, se enlaza con los Señores de Jarafe, desde
donde proviene don Rodrigo de Aranda, IX Conde de Humanes. Pero no fue esta la
única rama de los Aranda con la conecta nuestro personaje, sino que, a través
de los Álvarez de Sotomayor, cuyo señorío lo recibieron a través de María de
Aranda, esposo de Fernán Álvarez de Alcaraz y sobrina del de la “Boca de
Charilla, , alcalde de Colomera, que resultó muerto por las heridas
en defensa de esta villa: sus descendientes se
trasladaron a Alcalá la Real, fueron numerosísimas veces
regidores, entroncaron por diversos cruces con los Aranda, y se
hicieron patronos de muchas instituciones, entre ellas la iglesia de
Consolación. El último cruce fue el de José de Aranda Gámiz, abuelos de don Rodrigo de
Aranda, en los que se muestran clara la ascendencia alcalaína de este
personaje, nacido y vecino de Jaén en su etapa de militar retirado y
diputado a Cortes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario