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lunes, 23 de enero de 2023

DON RODRIGO DE ARANDA EN EL JAÉN


 EL PRIMER DIPUTADO DE LA  SIERRA SUR  

 

 

 

 

 

 

 

Desde el punto de vista de representación política del municipio de Alcalá y su relación con la provincia, para comprender la importancia del municipio alcalaíno hay que remontarse a finales del año  1812. Su primer acto aconteció con motivo de la votación de los electores parroquiales para que eligieran a sus representantes a las Cortes Generales y Extraordinarias, pues tuvo lugar un  debate en la ciudad  alcalaína  en el que se discutió la  representación que le otorgaba la Constitución Española del 1810 al partido electoral de Alcalá la Real.  Pues,  la primera dificultad fue motivada por la propia organización del partido judicial, ya que éste se dividió en tres municipios, por primera vez en su historia: los ayuntamientos del Castillo de Locubín,  Frailes y la propia ciudad  de Alcalá la Real) Por otra parte, el procedimiento de llevar a acabo el acto de la votación a través de las parroquias dio lugar a un  conflicto con la Junta Provincial de Jaén, porque el pueblo de Frailes, todavía no era parroquia y el Castillo de Locubín obligaba a sobrepasar la cifra de tres diputados en contra de lo permitido por las comunicaciones del Jefe Político de la Provincia de Jaén y la de Granada. Por último, la dependencia administrativa  del territorio alcalaíno, tan cacareada a lo largo de la historia en unidades superiores como las provincias e intendencias, no debía estar claramente definida. De ahí que todavía se dudase entre la pertenencia del corregimiento de Alcalá a  la provincia de Jaén o la de Granada.

 

     RODRIGO DE ARANDA Y SALAZAR

 

            Por primera vez, hay presencia de políticos alcalaínos en las Cortes Españolas. Entre los diputados elegidos, el más relacionado con Alcalá la Real y no por su nacimiento, sino por sus posesiones,  fue Rodrigo Aranda Salazar, conde de Humanes, que lo obtuvo a los cuarenta y cuatro años, ya que, en el Castillo de Locubín- donde hay una calle dedicada a su nombre-, en parte  era uno de los mayores hacendados. A través de los Álvarez de Sotomayor, señores de la Montillana estaba ligado a nuestra comarca y muchos miembros de su familia fueron regidores del cabildo alcalaíno en siglos anteriores. Era un  militar, que inició su carrera en 1805 como subteniente del Regimiento de Dragones de Pavía. Más tarde alcanzó el cargo de coronel del  ejército. Fue segundo alcalde de Madrid en tiempos de Fernando VII en 1812

          Por la originalidad de su elección debemos reflejar la segunda vez que, en la mañana de 7 de marzo de 1820, por cierto un día desapacible y frío,  fue nombrado teniente alcalde por el ayuntamiento de la ciudad de Madrid. Es muy curioso su nombramiento, porque impactó en la sociedad madrileña y en los círculos políticos de aquel tiempo, ya que se reunieron en la Plaza de la Villa, donde se albergaba la Casa Consistorial. Y lo hicieron, ante la publicación del juramento  de la Constitución Española de 1812 por parte del rey , los  más diversos personajes que representaban los diversos estamentos de España ( la aristocracia con los nobles y Grandes de España; el mundo económico representado por propietarios, ricos comerciantes y banqueros, personalidades y figuras relevantes, abogados, médicos y hombres de ilustración,  generales y subalternos junto con todo el vecindario y  la  presencia de todas clases sociales –medias, altas y bajas). Ante tan deseada y ansiada noticia, todos se dieron entre sí parabienes y abrazos y  expresaron un profundo sentimiento de patriotismo. El propio cronista Mesonero Ramos  en sus  Recuerdos de setentón nos  refleja el acto de proclamación por un sistema peculiar de asentimiento o aclamación popular (la elección directa e inmediata por la multitud congregada, primero de Sáenz de Baranda, como primer alcalde y luego de Rodrigo de Aranda como primer teniente alcalde. Protagonizó el papel  mantenedor del acto el poeta romántico Manuel Eduardo de Gorostiza que se subió al balcón del ayuntamiento  y  se dirigió al pueblo con estas palabras:

 

            -Ciudadanos, ¿Quieren  por primer alcalde constitucional al Marqués de las Hormazas? 

 

            - ¡Sí, sí, viva! Decía con entusiasmo el pueblo.

 

            Pero, en esto una voz salida del grupo, dice:

 

            -No, que es el tío de Elío.

 

            Y el pueblo, en el instante, recobrado de su primer movimiento, dijo:

 

            - ¡Abajo, fuera las Hormazas! ¡Otro, otro!

 

            Y el propio Gorostiza continuó:

 

            - Ciudadanos, ¿Quieren  por primer alcalde constitucional a Pedro Sainz de Baranda? 

 

            -¡Muy bien, viva, viva el alcalde constitucional de 1808, el defensor de Madrid! Ciudadanos, ¿Quieren  por segundo  alcalde constitucional a don……? 

 

.           -¡Bravo, bien, bien!-grita la multitud y Gorostiza, abriendo los brazos, exclama:

 

            -Pero, señores, si no lo he dicho todavía, (risa general y  palmoteo). Vaya, pues iba diciendo Ciudadanos, ¿quieren  ustedes por segundo alcalde constitucional a  Aranda?

 

 

 

            -Bien, bien, viva Aranda, viva Baranda.

 

 

 

            Si nos adentráremos, concreto, en la casuística de su vida parlamentaria se presentó a diputado en las elecciones del 30 de junio de 1834 por la circunscripción de Jaén ( curiosamente, fueron 20 los electores, lo mismo que los votantes, por lo que significa de este tipo de votación a través de representantes elegidos previamente en las comarcas o partidos judiciales) y obtuvo 18 votos, lo que manifiesta cierta disidencia con respecto a su persona en algunos votantes  fueron   y se mantuvo durante un bienio hasta el  año 1836. Ingresó en el Congreso de Diputados el  24 de julio de 1834 y se mantuvo en su escaño hasta 2l 27 de enero de 1836.

 

 

 

            En cuanto  su ascendencia alcalaína,  el legajo del Conde de Humanes recoge todo el linaje de los Aranda desde su primera vecindad en Alcalá la Real  hasta  X Conde de Humanes  don Rodrigo Isidoro de Eraso Aranda y Salazar, nacido en Jaén donde falleció el de mayo de 1882 que, como dijimos anteriormente,  fue Grande de España. Por muerte sin sucesión de su hermano don Fernando. Casó con doña María de Escobedo Salazar y Velasco, siendo hijo de  doña Francisca de Salazar Eraso y Carvajal, casada en Jaén el 30 de enero de 1787 con Juan José de Aranda Álvarez de Sotomayor-, nacido en Jaén, Señor de Montillana- y   fallecido  en Madrid el 7 de septiembre de 1865. El legajo conserva, entre muchos documentos sobre la vida e historia de sus ascendientes alcalaínos, un  rico grabado prologando al libro de  la Virgen de las Mercedes en su altar de la Mota, como muestra de su enraizamiento de esta familia  dentro de nuestra localidad. En concreto, la primera noticia proviene de Pedro Fernández de Aranda, alcaide de Úbeda, cuyo nieto del mismo nombre fue expulsado de esta ciudad tras la ser derrotado por los Traperas, y se afincó en Alcalá la Real, desde donde surgieron varias ramas de su linaje en toda la comarca de la abadía y en tierras del sur de Córdoba. Un ascendiente de don Rodrigo fue el famoso don Fernando de Aranda, el que llevó a cabo las hazañas de la Boca de Charilla contra una avanzadilla musulmana, que se relatan minuciosamente en sus legajos. Por su  primer   casamiento, su hijo Pedro Fernández de Aranda con doña María de Molina, se enlaza con los Señores de Jarafe, desde donde proviene don Rodrigo de Aranda, IX Conde de Humanes. Pero no fue esta la única rama de los Aranda con la conecta nuestro personaje, sino que, a través de los Álvarez de Sotomayor, cuyo señorío lo recibieron a través de María de Aranda, esposo de Fernán Álvarez de Alcaraz y sobrina del de la “Boca de Charilla, , alcalde de Colomera, que resultó muerto por  las heridas en defensa de esta villa: sus  descendientes se trasladaron  a Alcalá la Real, fueron numerosísimas veces regidores, entroncaron por diversos cruces con los Aranda,  y se hicieron  patronos de muchas instituciones, entre ellas la iglesia de Consolación. El último cruce fue  el de José de Aranda Gámiz, abuelos de don Rodrigo de Aranda, en los que se muestran clara la ascendencia alcalaína de este personaje, nacido y vecino de Jaén  en su etapa de militar retirado y diputado a Cortes.

 

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