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sábado, 14 de marzo de 2015

LEYENDAS Y TESOROS EN ALCALÁ LA REAL




INTRODUCCIÓN A LA PRESENCIA DE TESOROS



            Hay muchos cuentos, de carácter oriental y, más específicamente, de procedencia china, que suelen ofrecer la misma trama y argumentación, los mismos personajes y  el mismo desenlace sobre el mundo enigmático de los tesoros. Se caracterizan básicamente por un personaje avaro, pobre  o miserable, que tiene  un sueño inquietante e ilusionarte  generalmente, en el  que se le muestra y se le  incita para que emprenda la aventura de descubrir  un tesoro; tesoro siempre envuelto en una trama de secuencias determinadas por  una serie de condicionantes que le impone el  personaje supraterrenal del mundo del sueño. Abunda este tipo de relatos ficticios en la  toda España, y, se multiplican en todos los rincones de la comarca de la Sierra Sur. Desde el caballito blanco, contado por los ganaderos de los pagos de las sierras castilleras, hasta la narración de la “Encina Leona” recogida en   los pagos de Cantera Blanca todas  estas leyendas plasman  esta inquietud por  el mundo de los tesoros. Muchos de estos relatos fueron recogidos por diversas leyendas orales de las aldeas y de los municipios de la Sierra Sur, por los cantos de ciegos de los  romances épicos e históricos (sobre todo, los de  índole morisca), por los adaptados cuentos de procedencia oriental  y por las habladurías de las gentes del lugar. .
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            Por otra parte,  las leyendas tradicionales, partiendo de un fundamento histórico,  han surtido una  gran parte de las obras épicas desde la Antigüedad, y, acercándonos a nuestro contexto grecolatino, han incitado, tras su lectura,  a la aventura de la búsqueda de los hallazgos descritos en forma literaria. La  Iliada y la Odisea, dos obras maestras de nuestro elenco cultural, despertaron  las mentes de muchos estudiosos y aventureros, convertidos en sagaces  arqueólogos como los alemanes Schielleman y Evans, que dieron  con los famosos tesoros de la corte del rey Priamo y de todo el mundo micénico y cretense. Sin embargo, en nuestro contorno,  también hemos tenido constancia de que la historia, revestida de la formalidad de la leyenda,  se descubría, recientemente, con la ayuda de la arqueología. Muestra de ello son  los últimos descubrimientos del cerro fortificado de la Mota, que nos ha descubierto un mundo de pasadizos, caminos subterráneos, adarves  encubiertos y viviendas trogloditas, en las que se forjaron unas vivencias que dieron lugar a las posteriores historietas, leyendas y  cuentos de nuestros antepasados.     
            Un aspecto muy peculiar de esta faceta relacionada con estas noticias legendarias es la búsqueda de tesoros árabes, porque son frecuentes sus  referencias en muchos escritores locales. Aunque, en muchas ocasiones, el comparativismo nos delata una pura emulación con otros hallazgos  y leyendas de otros lugares,  sin embargo, no por ello, nunca se debe soslayar cualquier dato por nimio que sea para incitar  a la búsqueda de estos objetos.   Por citar un ejemplo, hay una leyenda de la imagen de la Virgen de las Mercedes, recogiendo su antigüedad más allá de la llegada de los árabes y refiriendo que estaba oculta en una campana, descubierta posteriormente  tras la expulsión de los musulmanes de la fortaleza.
            Otras veces, los hallazgos coincidían con ruinas claramente evidentes que una simple excavación artesanal del lugar permitía la recuperación de todo tipo de objetos muebles,  tal como  aconteció con el conjunto de lápidas y monedas romanas en un tiempo que la pasión renacentista contribuyó a la recuperación de este mundo. A ello, coadyuvó el afán de las familias nobles  por buscar sus genealogías  y emparentarlas  con los distintos personajes famosos de la Historia de España hasta remontarse a la  época grecolatina, incluso, al mundo mítico de la Antigüedad. Renacimientos del mundo clásico se  turnan en toda la historia del mundo occidental, y, a ello ya se añade la pasión y el entusiasmo de muchos inquietos aventureros por otros periodos de la historia.
            Por la trascendencia del acontecimiento no podemos olvidar el hallazgo del Hércules romano, encontrado en la calle Tejuela de Alcalá la Real al derrumbar la casa de Gregorio Montañés del Marmol ,simplemente confirmó la posibilidad de un asentamiento romano, ya descrito por Andrea Navaggiero  en 151          y, recientemente confirmado por las excavaciones del lugar realizados por el doctor Carlos Borral, donde se ha ampliado el número de enseres y el trazado urbano de una posible agrupación urbana sin definir por el momento. En este contexto local alcalaínos, y fruto de la casualidad y de la restauración edilicia, recientemente se descubrieron monedas de plata  la Casa Batmala, halladas en el suelo de una habitación de una  casa.
            Y, en el ínterin, de estos dos  últimos hallazgos, debemos destacar  los de los  tesoros de Charilla y  de Ermita Nueva.
            Nos toca  ahora  el responder a la razón de ser de este ocultamiento de monedas y objetos de valor como  tesoros y preguntarnos  por las circunstancias que lo ocasionaron. Generalmente, todas estas ocultaciones responden a una misma fisonomía: los individuos los han ocultado con el fin de recobrarlo posteriormente y son consecuencia  de esconderlos en momentos  concretos de migraciones forzadas y ataques de enemigos para recuperarlos posteriormente a la vuelta a sus hogares. Como se decía en el catálogo de la exposición de las Monedas del Andaluz.
            “ Sin embargo nuestra información sobre los motivos que conducen a la población a realizar los ocultamientos  de monedas es más escasa; los ocultamientos de monedas han sido una constante por parte de la población desde la aparición misma de las acuñaciones y estos se realizaban por diversos motivos: escapar de la presión recaudadora del estado, preservar sus riquezas en momentos de peligro o tensión, tales como guerras, enfrentamientos civiles, preservar  los ahorros  con la intención de recuperarlos luego, cumplían asimismo la misión de ser los ahorros de una  persona o familia “

            La importancia de los tesoros de Alcalá la Real  en el contexto de la historia local, provincial o nacional, es muy significativa, porque nos delata, con la leyenda de las  monedas del de Charilla, un asentamiento del núcleo de Sajral-Walad en época califal que perduró hasta hoy en un contexto muy ilustrativo de este mundo repleto de  leyendas, testigos y  yacimientos medievales. O el de Cequia de  Ermita Nueva, que nos remonta a los siglos X y XI del siglo XXI, con la curiosidad que la última moneda de los fatimíes del norte de África, a nombre de del califa  Al–Hakam nos indica que el tesoro se ocultó en torno a 1010 d.C.  
            Como se observa,  el primero es de una misma época, pero el segundo agrupa monedas que abarcan más de un siglo, “lo que, sin duda,  indica un proceso de formación y acumulación a lo largo del tiempo y la permanencia en uso de las emisiones anteriores”
            No entramos en este pequeño trabajo en cuestiones profundas de investigación del mundo musulmán en el al-Andalus, sino que esta  publicación nos mueve a la defensa actitudinal  del  patrimonio artístico, en el campo de las artes no suntuarias. De seguro que  otros estudiosos ya han aportado interesante aportaciones  sobre la relevancia de estos tesoros: la continuidad y perduración de elementos de la cultura pre-islámica en el al-Andalus, como se demuestra en la influencia bizantina de los elementos decorativos en los objetos del tesoro de Ermita Nueva. Tampoco, no somos expertos en  dilucidar la utilidad de las monedas en función monetal,  atesorable y  decorativa y decorativa, simplemente nuestra función es puramente divulgativa y descriptiva desde nuestro grupo y del entorno alcalaíno, una contribución singular con inserción en la globalidad didáctica de los tesoros.      .   

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