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viernes, 6 de marzo de 2015

LA VILLA DE FRAILES (ii)









A lo largo del siglo XVIII, se va producir un aumento importante de población y asentamiento de nuevos colonos .La roturación de los campos y el contínuo aumento de población y poblamiento a través de casas rurales y albergues dieron  lugar a que se nombraran dos alcaldes ordinarios o ministros del corregidor Nicolás Manzano para guardar los montes y plantíos y aplicar las órdenes que competía por real jurisdicción al  corregidor. No obstante, en el 1747, la ciudad de Alcalá no veía  muy adecuados aquellos cargos por el peligro de independencia y  usurpación de privilegios que le había concedidos en años anteriores. Aún más teniendo en cuenta los conatos de independencia de la villa del Castillo de Locubín, pronto hizo desaparecer a dichos cargos. Relacionado con esta política municipal de Alcalá,  el enterramiento se lleva a cabo en la parroquia de santo Domingo de Silos, de donde depende dicha ermita hasta que en el año 1770 se separa, primero como ayuda de parroquia, y , más tarde, se convierte en parroquia. El cura además de sus funciones de decir misa, cobrar los diezmos y hacer las fiesta y aniversarios, era la persona leal ante la que se hacían los testamentos nuncaptivos, colaboraba con la elaboraciones de padrones y censos y servía de correo de muchos  asuntos públicos[1].  

En 1764, tenía 171 vecinos. Poco a poco, el cultivo de sus vegas, la ganadería, la roturación de nuevas tierras y la licencia contínua de albergues para agricultores, carboneros,y  pastores va a dar lugar al aumento de su población. Sin embargo, en el año 1768, va a suponer un cambio radical para el nacimiento de la nueva villa. A ello hay que añadir los dos molinos, el batán, la propia ermita y las antiguas casas de los cortijos de la familia de los Cabrera y Montemolín. Hay que pensar que la mayoría de los vecinos eran jornaleros sin yunta, salvo un grupo pequeño de labradores yunteros y ganaderos, que impidieron la ejecución de las reformas agrarias basadas en el repartimiento de zonas baldías y comunales ordenadas por la nueva política de Carlos III. Así lo manifestaban los propios vecinos en el año 1799:

Verdad es Señor que, tratando este asunto desde principios, hallándose todo el circuito de la Población baldío e inculto, había tiempo de treinta años que aumentándose  aquel vecindario de Labradores puramente, y trbajadores del campo, solicitaron encarecidamente que la Junta de Propios, atemperándose a las actuales circunstancias , les concediese tierras en que ocupar aquellas Manos laboriosas, que no tenían ocupación y destino, y que, por una consecuenia indefectible, habían de venir a ser unos delinquentes, debiendo contribuir a el mejoramiento y beneficio del Público y del Reyno, pero haciéndose la Junta insensible a sus reclamaciones e instancias , no tomó determinación alguna sobre aquellos particulares, pero los caballeros regidores que veían aproximarse aquellas fatales consequencias, en repetidas ocasiones, dieron facultades para lograr algunas suertes en distintos parajes, y luego pudieron componer con buenos modos que aquellas tierras se pusiesen en el Recudimiento  como dadas por la Junta. De estos estos principios siguió el que con los fomentos de este nuebo arbitrio principiasen los vecinos a fabricar casas y varrios enteros , y están continuando sin cesar hasta tal grado que ha hecho una población de bastante consideración, y por lo mismo se siguieron y continuaron las siembras en unas sierras criadas por Dios para este efecto, respecto a la abundancia con que producen [2]       






 En el año 1782, hubo una fuerte protesta por el reparto de tierras, que tuvo lugar el año comentado anteriormente de 1768, ya que cincuenta y dos braceros y labradores protestaban de que ellos, siendo labradores de una dos y tres yuntas, nos se las había otorgado tierras por razones de claro favoritismo del alcalde pedáneo Florencio Jiménez, que había informado negativamente en el proceso de selección de los jornaleros, al mismo tiempo denuncian los intereses de ganaderos que habían adquirido tierras e impedido el reparto y se había repartido el mismo y otros propietarios tierras que les correspondían, mientras otros terrenos se encotraban todavía sin repartir como en Navasequilla. Su petición no era ya a estas alturas descabellada tan sólo solicitaban tres fanegas por labrador frente a las ocho que se habían repartido en 1768. Posteriormente , se producen una serie de repartimientos ilegales entre los vecinos y los corregidores, comentado anteriormente, que dio lugar a una revisión de la política por parte del cabildo alcalaíno, implicando a los corregidores a que cambiaran su postura transigente, moderada e, incluso, en connivencia con los habitantes de Frailes. Los intereses de los ganaderos primaron a los de los campesinos y

el Ayuntamiento, los Jueces y Juristas y algunos criadores de muy cortas especies de Ganado protegidos por algunos oficiales de la República, les han mobido tantas denuncias y causas, que sería imposible recopilarlas de las que tiene V.A, en pleno conocimiento, pues  que en orden de tantos recurso  y de los dilatados y apasionados informes, ha tenido bien darle comisión a don José María de León para que arregle el asunto de nuebos rompimientos, cuyo nombramiento  hecho en una persona de irreprensible conducta, ha sido repugnado y resistido por el Ayuntamiento.

El comisionado del intendente de Jaén tampoco gozó de beneplácito del ayuntamiento alcalaíno que lo acusaba de malversación de fondos y usurpación de poder, enriqueciéndose con la distribuición de las tierras de los nuevos colonos mediante el cobro de una cuota. Si a esto se sumaba que los tres ganaderos de ganado caprino el el fraile secularizado Franciosco Merino, Estebán Alvarez y Antonio López de Castilla, pretendía pasar porlos mismos sitios con su  millar de cabezas, la situación no podía ser más conflictiva atendiendo al poco número frente a las demandas sociales.
 


En los finales del siglo XVIII desde el 1798 al 1800, provocan una roturación enorme de montes, desmontándolos y apropiándose ilegalmente hasta tal punto que se producen numerosos conflictos entre los regidores locales y los nuevos rompedores de tierras, llegando a encarcelar algunos vecinos. El momento más conflictivo tuvo lugar en el año 1799, porque la población se enfrenta directamente con todas las medidas que provienen de la ciudad, alineada con los intereses de los tres ganaderos. Así un amplio grupo de cuaretna y ocho  vecinos  en el 28 de octubre, 19 en el mes de noviembre y dos en el mes de enero de 1800 se dirigen a la Corona, eponiendole la situación.  Dignos de estacar son los siguientes párrafos:
Bien notorios son las denuncias y persecuciones que han sufrido, y están sufriendo los infelices labradores  de dicha Población nuebamente estendida y aumentada con estraordinaria capacidad de pocos años a esta parte, consistiendo su delito en usar y aprobechar de común acuerdo su suelo natural con las siembras que es común su aprobechamiento, cuyo arbiitrio tomado por una urgencia natural ha sido suficiente mantener una considerable porción de honrados vecinos que sin este auxilio hubieran perecido



[1] APSDS. Libro de Hijuelas de la Parroquia de Santo Domingo de Silos. Hijuela de Antonio Martín Gallego. Capellán de la ermita de frailes en 1655 Francisco Ruiz Revilla. Comienza el libro en 1622. 
[2] AHPJ. Legajo 5360. Suelto. Escribano Florenio Serrano.

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