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domingo, 31 de agosto de 2025

EN LA SEMANA DEL JAÉN. LOS EDIFICIOS DFL AGUA EN LA MOTA

 LOS EDIFICIOS DFL AGUA EN LA MOTA






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Es cierto que esta frase tan recordada por el audiovisual de la fortaleza de la Mota, procedente de un dicho popular "Castillo sin aljibe, enemigo dentro" jugó un gran papel para su defensa. En tiempos de paz, el aprovisionamiento y el almacenamiento de agua fueron también muy importantes para el desarrollo urbano y el mantenimiento poblacional dentro de su recinto. Era un servicio fundamental para la ciudad fortificada de la Mota el abastecimiento del agua a la población encerrada en aquellos muros. Este se garantizaba a través de una amplia red de aljibes y pozos distribuidos por toda la ciudad y por el servicio de aguadores que transportaban este líquido a la ciudad amurallada. En las diversas fases de excavación realizadas antes del siglo XXI, aparecieron varios tipos de aprovisionamiento y almacenamiento de agua. Hay algunos pozos horadados de la misma roca del mismo recinto, sobre todo, en los pasadizos que comunican entre la ciudad fortificada y los arrabales; el del Albaicín, otro en el de Arrabal Viejo y los nuevos barrios junto a las puertas de Martín Ruiz, Granada, Rastro y Puerta Nueva; suelen ser de forma circular y rectangular y, a veces, algunos le dejan entrar la canalización del agua por medio de minas. Los había, en su mayoría privados y otros de uso público como los del pasadizo, llamado del Altozano o de la Conquista, que se protegía con la torre barbacana, y me dio lugar al recinto del Albaicín; privados como el de la entrada de Cárcel Real y el de la casa de Rosado. Las fuentes fueron otra forma de abastecer de agua, pero curiosamente no aparecen en el contorno de la Mota salvo la del arrabal de San Juan, y, otra en el convento trinitario. A este sistema de abastecimiento, se unía el de los aguadores, que transportaban durante el día el agua con reatas de acémilas desde las fuentes del Llano: las de Fuente Beber, Tejuela y Fuente Nueva y Granada.

Por otro lado, el almacenamiento del agua se llevó a cabo mediante aljibes que suelen remontarse a tiempos romanos y musulmanes, e, incluso posteriormente, se reconstruyeron o se levantaron de nuevo, en tiempos de Edad Moderna, al aumentar las necesidades de la población y crecer dentro del recinto. Todavía se conservan estos, con formas y tamaños diversas (circulares, cuadrados, elípticos; excavados en la arcilla o de piedra).  Existían en los edificios públicos como era el caso del Castillo de Aben Zayde (dos en Torre del Homenaje y uno en Patio de Armas), Casas de Cabildo (uno), Iglesia Mayor, claustro y sacristía (varios y de diversas épocas), Torre de la Cárcel Real (uno en su interior en la planta subterránea), Bahondillo (de aguas del nevero) y Plaza Baja (la mazmorra). Pero predominaban los particulares en las casas más importantes de los barrios (noble y militar), como un sistema de almacén de agua o cisterna. Ofrece varias tipologías: los hay horadados en la misma roca y cubierta  de medio cañón ( de ladrillo o de losetas); existen a medio camino entre la horadación y su levantamiento constructivo; los hay completamente construidos en sus tapias de estancamiento, casi desparecidos), de pequeñas dimensiones y enormes dimensiones cubiertos con una bóveda de media naranja sobre unas trompas para pasar de la superficie cuadrada o rectangular a la curva o circular, como los de la casa de los dos Aljibes de la familia de los Aranda junto a la portada del Perdón de la Iglesia Mayor. No puede pasarse por alto las bodegas con almacenamiento de tinajas reservadas al agua. 

El aljibe suele revestirse su mampostería y enlucirse con la mezcla de cal y arena y almagra para procurar hacerlo intranspirable, y recoge el agua mediante una canalización de doble caña procedente del tejado. El color rojizo de su enlucido es consecuencia de haberle aplicado en sus paredes la mezcla hecha a base de óxido de hierro, resina de lentisco, arcilla roja y otros materiales que conseguía que el agua no se corrompiera. Entre todos, destacan dos que dieron nombre a una casa que llamaban de los "Aljibes. A través del testamento de Ana de Aranda Chaves, en 1649 todavía se mantenían en pie. Esta hidalga era hija de don Juan de Aranda Méndez y doña Ana de Leiva Aranda, que poseían unas casas principales junto a estos dos aljibes. Y lo hace de esta manera " declaro que tiene por bienes suyos unas casas en la Mota de esta ciudad linderas con las del presbítero Juan de Aranda Góngora presbítero y herederos de Pedro de Pineda Valenzuela y dos calles y un solar con dos aljibes, donde se recoge el agua llovediza, que solía ser de don Alonso de Cabrera Italia, junto a las dichas sus casas, linde con las que poseía don Alonso Cabrera y dos calles. 

Ubicados junto a la puerta del Perdón de la Iglesia Mayor, se formaron tras horadar la roca y construirlos en forma de cubo. Sobre este, se colocan cuatro trompas de ladrillo, que soportan una cúpula de media naranja del mismo material e impermeabilizada, en cuyo centro superior se abre butrón cuadrado para entrada del agua de la lluvia. Algunos estudiosos lo remontan al tiempo de los taifas y se ve claramente la influencia bizantina en este tipo de arquitectura. A través de varias canaletas, realizadas con tejuelas, se conducía el agua de la lluvia. Estos aljibes de la Mota se reconvirtieron en osarios desde el siglo XVII hasta el siglo XXI, primero de la Iglesia Mayor Abacial, y en el siglo XIX, del cementerio municipal. Fueron excavados y estudiados sus ajuares por el equipo del doctor José Sánchez de la Universidad Complutenses de Madrid en el último decenio del siglo XX.  

 

Y, dentro de este sistema, otro contrato anterior entre el regidor Alonso de Cabrera y el cantero Diego Martínez Izquierdo, en 1547, otro aljibe de su propiedad se levantaba en el patio de su casa labrado de piedra, tanto la bóveda como las paredes juntas por la parte de dentro.
Se cuidaba los mínimos detalles : la bóveda debía ser muy bien labrada y la cubierta de la dicha bóveda debía ser de medio punto, como parece que el trasdós de la dicha bóveda debía venir al suelo del patio de dicha casa y el suelo de dicho aljibe de un pie de grueso de cal y arena todo llano y  bien asentado con su pisón; el  revocado lo definía de esta manera "  e que tengo que revocar e aderezar e limpiar e azucalar todas las juntas del dicho aljibe e adecerar de cal y arena todas las junturas.

Estos dos documentos exponen que se asiste a una nueva reurbanización del recinto amurallado de la Mota, entre las nuevas calles y casas se cuida del abastecimiento y almacenamiento del agua en el siglo XVI.
Los nuevos maestros de obras participan con los nuevos sistemas constructivos, que reconstruyen, amplían o restauran los anteriores aljibes musulmanes, como se demuestra en este artículo. Nada menos que junto a canteros famosos las trazas provenían de Martín de Bolívar.
Parece que los recintos de las casas eran amplios para ocuparse con grandes aljibes de agua de nueva cantería y relleno de mampostería en las grandes mansiones, en sus patios de gran amplitud, de los hidalgos.

 

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