En el mundo de la
literatura antigua, parecía inconcebible la presencia de algunas materias
alejadas de los cánones de la prosa y poesía artística. Con este criterio se
incluyeron algunos géneros literarios  no
amparados por las musas. Tal vez, en el sentido genérico de la inspiración
homérica de las musas. 
A estos  tradicionales patronazgos  y adjudicaciones de las artes a una musa, se
añadía  un capítulo especial para los
géneros  de lo que denominaban literatura
científica y jurídica.  Se incluían también
la filosofía, los estudios jurídicos e, inclusos, los estudios científicos con
la exposición y biografía de escritores como Vitrubio, Celso, Apicio o
Columela. Se consideraba el arte como una manera de comunicar, dentro de tres  estilos, sunmum que se acercaba a los dioses,
médium que se colocaba a medio camino entre el anterior y el immum, de lo
vulgar, Y, por eso, este estilo  de
escritura y comunicación dejaba a los estudios, no reservados a las musas,  para este tipo de producción literaria.  Me viene a la mente esta concepción de la
literatura con la producción literaria de 
Antonio Cano Murcia, Vecino de Alcalá la Real  y 
escritor de la tierra Sur, donde se inició por los años ochenta en
el  mundo del periodismo, colaborando con
su esperada crónica que compartía con Antonio Javier Pérez Martín en el
diario  Jaén con una prosa que ya
anunciaba su claridad de conceptos, rotundidad expresiva y frescura
comunicativa en una prensa teñida por aquellos años de amarillismo.  
 Con este bagaje, sus libros adquirieron una difusión significativa en el
mundo de los profesionales del derecho a través de las editoriales más
importantes de este ramo. Si importantes fueron sus primeros pasos en la
producción de artículo, sus manuales resultan imprescindibles en el mundo de la
complejidad de  la LOUA,  los convenios urbanísticos, tratado sobre
suelo no urbanizable, estudios de detalles, proyectos de urbanización,  licencia de apertura y de primera ocupación,
estudio de detalles, convenio  y visados
urbanísticos, protección medioambiental, código del ruido y contaminación
acústica entre otros. Su base teórica y su s conocimientos prácticos le
permiten tratar desde  el urbanismo menor
o la jurisprudencia de los espectáculos públicos  hasta adentrarse en la doctrina  del tratamiento urbanismo del  Tribunal constitucional..
Y, del mundo jurídico, volvió al mundo del relato ficticio. Y, con su
equipaje de numerosas publicaciones, comenzó triunfando con la novela Papá
Erasmus en Madrid. Un libro que intriga y convierte al lector en un
becario  más europeo  y 
espera la llegada de una segunda parte tan interesante como esta  obra.  Con
un lenguaje  aticista y un estilo  muy apropiado 
para encuadrar  a su personaje en
un entorno  inesperado Cano Murcia se
convierte en un autor de prosa literaria con la vuelta al mundo universitario
Su segunda publicación  Toga rasgada,
sintetiza  en la trama los dos ejes
de  sus experiencias anteriores en el
mundo urbanístico con el contenido  muy
actual de la especulación y la ética  Y como
dicen sus críticos: “


Se lo merece por su constancia y tenacidad desde joven
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