El golpe sufrido EN 1913 por el
republicanismo debilitó a los dirigentes locales de la Unión Republicana
hasta tal punto que pocas noticias se refieren a sus actividades durante estos años. Pablo Batmala se dedicó
intensamente a sus negocios, y, por este tiempo, solicitó al gobierno civil
un guarda particular, al que mantuvo
posteriormente como arrendatario y encargado: José Valverde Pérez[1].
Son los tiempos en los que el cronista Guardia Castellano cantaba:
¿Concejalitos de hoy día
los de las sesiones plácidas,
que os bañáis en el ambiente
de una paz octaviana;
los de sedantes acuerdos
y discusiones seráficas,
¿Qués sabéis vosotros, míseros,
lo que son tortas pintadas?[2]
Además, el predominio de los
gobiernos conservadores locales cortaba de raíz cualquier tipo de inquietud
ajena a estos ideales. Por eso, la S.O. Amantes del Progreso se le requirió que
reintegrase toda la documentación al gobierno civil el uno de enero de 1916;
poco después la segunda reprimenda recayó, el cinco de mayo, en la agrupación
socialista de Cantera Blanca.
La conciencia social de los
trabajadores del campo y de las aldeas aumentaba, año tras año, en la comarca
alcalaína. Obligados por la situación de miseria y abandono, en estos núcleos aldeanos de baja
productividad de la tierra y con gran número de pequeños minifundistas y
braceros, estos hicieron renacer, con mayor fuerza y afiliación, estas
sociedades obreras que luchaban, al menos, a favor de sus reivindicaciones,
concretadas en un digno jornal para paliar el hambre de aquellos años de
principios de siglo. En su nuevo renacimiento, continuaron la misma línea que combatía la derecha conservadora con la
creación de sociedades con el doble objetivo de defensas de intereses agrícolas
y fines recreativos o sociales, como la aprobada por el gobierno civil el nueve
de mayo de 1916 con el nombre Sociedad Mixta Agrícola y de recreo El
Porvenir de la
Hortichuela.
En el casco de la población, en
1915 la organización obrera ugetista Agricultores debió renacer tras la política agresiva
de los conservadores y fue la pionera en este nuevo contexto. En Charilla, se
formó una comisión de trabajadores a principios de marzo que visitó al
alcalde para solicitar que colocaran a
sus compañeros d trabajos ante la precaria situación y pudieran darle de comer a las familias. No
hubo más remedio que el propia alcalde pedáneo de la aldea junto con los
mayores contribuyentes proporcionaran trabajo hasta que vinieran mejores
tiempos. Y, como medida conservadora, la Asociación de la Caridad invirtió todos sus
fondos para poder solucionar un conflicto inminente.
La situación se complicó a
partir del año 1916, cuando hubo una gran crisis de subsistencia comarcal y provincial,
de tal modo que el gobernador civil
obligó, por el mes de noviembre, a recoger grano para abastecer a Alcaudete y Castillo entre todos los fondos
que existían en la comarca. El clima debió ser conflictivo, porque por la
autoridad gubernativa se previno ante la convocatoria de posibles mítines y
manifestaciones populares. Estos se
concretaron en nuestra comarca para el día dieciocho de diciembre. Para
afrontarlos, el gobierno civil envió un bando que desarrollaba una serie de
medidas coercitivas que trataban de impedir la alteración del orden y al mismo
tiempo procuraban restringir la
protesta. Probablemente, esta huelga de diciembre responda a los parados
generalizados que se habían dado en toda la provincia de Jaén por la situación
penosa que atravesaban los jornaleros, parados y hambrientos ocasionada por los temporales de lluvias y por la
excesiva subida de precios.
La situación se complicó a
partir del año 1916, cuando hubo una gran crisis de subsistencia comarcal y provincial,
de tal modo que el gobernador civil
obligó, por el mes de noviembre, a recoger grano para abastecer a Alcaudete y Castillo entre todos los fondos
que existían en la comarca. El clima debió ser conflictivo, porque por la
autoridad gubernativa se previno ante la convocatoria de posibles mítines y
manifestaciones populares. Estos se
concretaron en nuestra comarca para el día dieciocho de diciembre. Para
afrontarlos, el gobierno civil envió un bando que desarrollaba una serie de
medidas coercitivas que trataban de impedir la alteración del orden y al mismo
tiempo procuraban restringir la
protesta. Probablemente, esta huelga de diciembre responda a los parados
generalizados que se habían dado en toda la provincia de Jaén por la situación
penosa que atravesaban los jornaleros, parados y hambrientos ocasionada por los temporales de lluvias y por la
excesiva subida de precios.
El gobierno local emprendió una
serie de medidas para solucionar el conflicto social. Algunas obras públicas
paliaron la situación agrícola como la construcción del enlace entre la carretera de Monturque y La situación se complicó a
partir del año 1916, cuando hubo una gran crisis de subsistencia comarcal y provincial,
de tal modo que el gobernador civil
obligó, por el mes de noviembre, a recoger grano para abastecer a Alcaudete y Castillo entre todos los fondos
que existían en la comarca. El clima debió ser conflictivo, porque por la
autoridad gubernativa se previno ante la convocatoria de posibles mítines y
manifestaciones populares. Estos se
concretaron en nuestra comarca para el día dieciocho de diciembre. Para
afrontarlos, el gobierno civil envió un bando que desarrollaba una serie de
medidas coercitivas que trataban de impedir la alteración del orden y al mismo
tiempo procuraban restringir la
protesta. Probablemente, esta huelga de diciembre responda a los parados
generalizados que se habían dado en toda la provincia de Jaén por la situación
penosa que atravesaban los jornaleros, parados y hambrientos ocasionada por los temporales de lluvias y por la
excesiva subida de precios.
El gobierno local emprendió una
serie de medidas para solucionar el conflicto social. Algunas obras públicas
paliaron la situación agrícola como la construcción del enlace entre la carretera de Monturque y La Rábita o el camino vecinal de Ermita
Nueva y, también, se solicitó a los
diputados de la provincia para que propusieran el arreglo de la Nacional de
Alcaudete-Granada. Curiosamente, por primera vez, se observa una preocupación
política por las denuncias de los accidentes de trabajo, pero la articulación de los movimientos sociales no estaba claramente
definida. Por un lado se ofrecía el
nacimiento de las asociaciones obreristas, pero por otro lado, los defensores
de los patronos, ni siquiera estaban
representados por la
Comunidad de Labradores.
En 1917, la situación es, en
algunas ocasiones, bastante tensa, a lo
que hay que añadir el mal clima internacional y nacional. En Alcalá, a principios del mes de mayo, para prevenir
la situación, se enviaron miembros de la benemérita a las aldeas de la Rábita (27 abril), Grageras
(uno de mayo), Hortichuela (tres de mayo), Valdegranada ( cinco), Charilla (
nueve), Ermita Nueva y Caserías ( por esta misma fecha) y Mures ( diez de
mayo). El Gobernador Civil envió una circular a Alcalá por veintiocho del mes
de mayo, para que se prohibieran todas las manifestaciones, que se estaban
gestionando por las sociedades obreras. Incluso, en Alcalá, se recogieron los
ejemplares del periódico “El Socialista”
por el mes de julio desde la misma oficina de correos[1].
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