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viernes, 5 de mayo de 2017

EN ALCALÁ INFORMACIÓN, AQUELLOS PRIMEROS DE MAYO

AQUELLOS PRIMEROS DE MAYO
            Algunos comentan que el Día Primero de Mayo se encuentra completamente descafeinado en comparación con los tiempos pasados y lo justifican relacionándolo con el estilo reivindicativo, con el que los miembros de la Segunda Internacional y, sobre todo primeros socialistas españoles, imprimieron en España a este día tan señalado para los trabajadores. Nadie lo duda. El origen de la efeméride está plenamente contextualizado en medio del movimiento obrero que se generó a lo largo del siglo XIX por la defensa de un horario de ocho horas, que al menos pudiera dejar vivir a los explotados trabajadores de aquella Revolución Industrial salvaje. Los mártires de Chicago fueron los primeros trabajadores que salieron a la calle y sufrieron en sus propias carnes las condenas a muerte o la condena a cadena perpetua por el simple hecho de humanizar el mundo del trabajo.
Sea el Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, nadie cuestiona que es la fiesta del movimiento obrero mundial, día que se imprime de un lema y de unos eslóganes relacionados con las reivindicaciones sociales y laborales. Este año, como acontece desde el nacimiento de la democracia, no desfilaron en las mayorías de las ciudades de España las organizaciones sindicales unidas: las pequeñas reclamaron consignas sobre la unidad obreras; las mayoritarias UGT y COOO corearon en alta voz NO HAY EXCUSAS.  Y modernizadas por las redes remacharon con un sintagma impresivo o llamamiento apelativo #A LA CALLE. En nuestra localidad, se repitió la misma desunión del mundo de los trabajadores celebrándose dos actos distintos organizados por el PSOE e IU. Y, sin lugar a dudas, ambos coincidieron en los motivos de la convocatoria: salario justo, empleo estable, pensiones justas y mayor protección social.
Ya pasaron los tiempos multitudinarios en los que obreros de la Sierra Sur atendiendo a la voz convocante de los primeros sindicatos o de las Sociedades Obreras congregaban a muchos trabajadores en lugares abiertos como las eras del cortijo de la Mesa, de las aldeas de Las Grajeras, Rivera, Ermita Nueva, La Rabita o La pedriza. Lo cuentan los libros de registros de entrada de primeros de siglo XX del ayuntamiento alcalaíno, cuando apuntaban las notas de salida e documentos   para reclamar la presencia de las parejas de orden Público que controlaron a aquellos famélicos jornaleros que reivindicaban simplemente un tajo para poder trabajo, al menos para alimentar a sus familias.
Tampoco, el pequeño movimiento actual puede compararse con las concentraciones de todas las asociaciones sindicales y obreras que, por los años treinta del siglo, tuvieron lugar en el paraje del Coto. Concentraciones que acaban con una gran manifestación que recorría las calles principales dela ciudad reivindicando, entre otras peticiones, la igualdad de la mujer o las mejoras del mundo del trabajo agrícola.
Pasamos por alto el silencio obligado de los años del franquismo y el travestismo que trató de convertir esa fiesta en una fiesta religiosa dentro del nacionalcatolicismo. Siguiendo las directrices del Papa Pio XII que instituyó la fiesta de San José Obrero con una defensa del obrero, lejana a la de los movimientos sindicalistas internacionales, la sociedad española y los de nuestro entorno transformaron la efemérides


simplemente en un día de convivencia festiva con el guiso acostumbrado vigilado por aquel engendro de los sindicatos verticales, donde no se distinguía entre los obreros, patronos y falangistas. Ni por asomo, nadie podía esperar que, hasta la muerte de Franco, los sindicatos del régimen pudieran ser utilizados por los sindicatos de clase en nuestro entorno, ni una reivindicación laboral saliera a la luz sin ser tachada de desafecta a aquel movimiento nacional, conllevando alguna condena por parte del Tribunal de Orden Público.
Hace cuarenta años, comenzaron a nacer los sindicatos de clase por nuestra tierra. Algunos sindicalistas les nacieron los dientes en movimientos de crisis industrias de nuestra localidad y dieron su tiempo en defensa de los trabajadores desde que se fundaron las Uniones Locales de los sindicatos mayoritarios. Luego otras personas se afiliaron a otros minoritarios como USO, CSIF, CNT, AMPE y a una retahíla de siglas sindicales que incluso se ve cuestionadas coyuntural y diariamente por las plataformas, reivindicaciones asamblearias, Para colmo de la desgracia  y la impronta del protagonismo mediático , las nuevas tecnologías han desbordado el trabajo de estas organizaciones y tratan de  suplantar su función y misión mediante al uso de la denuncia  audiovisual propagada en cadena y con vertida  en vírica para causar  mayor impacto en el ámbito social. El problema es que hay muchos virus, abundan los  contagios y se excita la tabarrera más de la cuenta. Para algunos, ya no tiene sentido lo que definió el trabajo metodológico de cualquier sindicalista: negociación y presión. Y me viene a la memoria que para conseguir Pax Augusta, desgraciadamente-lo que no le gusta a nadie ni desea ni defiende, al contrario, desecha- fue necesario el emperador Augusto. Por eso, el primero de mayo de 2017 debe ser el reconocimiento de cuarenta años e presencia sindical en nuestra comarca de la Sierra Sur. Y le deseamos muchos años más en progresión geométrica, SALUD Y TRABAJO.


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