Parecía
que las familias jienenses se agotaban con los miembros de los Solís, los alcalaínos
Raxis de ascendencia sarda o los descendientes baezanos de la saga de los Aranda.
Y mira por donde que me viene a mi serie los miembros de la familia de los
Primos, originarios de la zona de la campiña y de Andújar Unos desconocidos
para el profano en arte y, sin embargo, desarrollaron una importante producción
artística a lo largo del siglo XVIII. Tras la muerte
del retablista Manuel del Álamo acudió a Alcalá la Real para sustituirlo como
maestro mayor de obras del ayuntamiento.
Mateo Primo, y e n 1724, se reconocía todavía como vecino de la ciudad
de Arjona. No debió ser una persona poco preparada porque rompió la cadena de importantes
encargados de obras municipales y religiosas relacionados con la ciudad de la
Mota. Para comprobarlo, basta pasar la lista inaugurada por Ginés Martínez de
Aranda, continuada por Luís González, el arquitecto del duque de Sesa, y Manuel
del Álamo, maestro mayor del famoso
retablo del altar mayor de la catedral
de Baeza. Incluso, se acercó a la ciudad con nuevas iniciativas trazando el
proyecto constructivo del nuevo ayuntamiento, que se reubicaba desde la ciudad
fortificada a las calles céntricas de la ciudad del valle o del llano. Un
proyecto que superaba la simple edilicia y se ampliaba con una manzana urbana,
donde se pretendía alojar las casas capitulares y de la justicia y se
entroncaba en el espacio abierto de una plaza abierta acorde con la
racionalidad urbanística de la época de Felipe V. Un acuerdo que gozó del
beneplácito del ayuntamiento alcalaíno que le solicitó el presupuesto para las
obras de construcción y las compra de todas las casas que ornaran la este
recinto urbanístico.
Gracias a mi amigo
el investigador Rafael Cañadas, en Alcalá la Real tuve la suerte de ampliar la historia de los Primo.
En esta tierra, cuna de artistas, se puede
contar con un nuevo y famoso escultor, que se reconoce en la Historia de Arte
por ANTONIO PRIMO.
Dicho descubrimiento tuvo lugar en la ciudad abacial por haberlo encontrado en
el Archivo Diocesano de Jaén, dentro del expediente matrimonial de la Santa Iglesia Capitular
de Jaén, correspondiente al legajo 62B, situación 3-3-1. Fue bautizado en la
iglesia de San Juan que hacía las veces de parroquia de Santa María
la Mayor el 28 de junio de 1708, según constaba en el libro 10, folio 169
vuelto. Por estos datos era hijo de Mateo Martín Primo y Ana Manuela de la
Rosa. Lo que adelanta la presencia de l maestro de obras casi dos decenios
antes.
Según Cañadas, su padre fue también escultor y se constata la presencia de su
gubia en el retablo de San Francisco de la iglesia venerable orden tercera
franciscana de Priego por los mismos años que era maestro mayor de obras de Alcalá. También
contrató obras en Lucena, Baena, Andújar, Montilla… Pero, por los datos del
Archivo Municipal de Alcalá la Real, en los libros de Actas de Cabildo, en el
segundo decenio del siglo XVIII no extraña que ejerciera de maestro mayor de
obras, sustituyendo a Manuel del Álamo.
Este hijo debió formarse en los talleres de este escultor, retablista y
maestro de obras durante su estancia en Alcalá la Real.
Por los años treinta ya su padre no estaba en Alcalá,
ya que no participó en el proceso de ejecución de importantes obras municipales
como las nuevas Casas del Ayuntamiento.
Antonio se trasladó a Baena, y posteriormente a Andújar,
donde se casó en 1731 con Teodora María Garrote Córdoba, llamada también Juana
Córdoba. Tuvo una hija de nombre Mariana, y debió fallecer el 14 de enero 1753,
y testó por aquel tiempo ante José Pelayo ( 12 de enero de
753).
Antonio no fue el único hijo, artista y escultor, de Mateo,
sino que, junto con su padre, su hermano Francisco formó parte de este círculo
de los Primo, que trabajaron en los retablos barrocos de las ciudades del
centro de Andalucía, Antequera, Lucena, Estepa y Écija. Francisco dejó su
huella en la parroquia de Santa Ana y Santo Domingo de Archidona, o en la
ermita de la Veracruz de Estepa. Muy
relacionados con la orden carmelitana descalza engrandecieron con su gubia
muchos de sus capillas y altares y formando e triángulo artístico de estos
lares con los miembros de la familia Diego Márquez y Vega y José de Medina. En
la iglesia del Carmen de Antequera, se
encuentra el mejor exponente artístico
de estos tres famosos retablistas: el padre Mateo trabajó en el retablo de San Elías, Francisco puso sus
manos en el Cristo de las Pena s y Antonio culminó aquel cielo barroco del altar
mayor, donde se desarrolla un programa celestial exuberante y de soberbia perfección. Según el
célebre crítico Taylor figura entre las
más grandiosas máquinas de este género en Andalucía.
Como escribe un crítico de arte, “ en
los años centrales del siglo XVIII diversas ciudades y pueblos del centro de
Andalucía se consolidad como centros artísticos de gran importancia, y aparecen
en escena una serie de artistas, escultores y retablistas que extienden su
influjo más allá de sus respectivas localidades de residencia. Estos centros
artísticos se encuentran en Écija, Antequera y el sur de Córdoba (Lucena-Puente
Genil, Priego). También por su carácter céntrico llegarán obras y tendencias de
Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada. Los tres núcleos que preferentemente
surtieron a lo largo del siglo XVII y XVIII la demandad de Estepa, parecen
haber sido Sevilla, Écija y Antequera. · Y ahí estuvo la mano de la familia
jienense de los Primos.
Y todavía un nieto de Mateo Primo de nombre Antonio, nacido en 1735 y aspirante
a escultor de Cámara y miembro de la Academia amplio fronteras y formación en
Madrid y Roma, donde dejó su huella en edificios públicos, Escorial, fuentes
públicas e iglesia de la Encarnación obteniendo premios importantes.
Otros jienenses que se enorgullecieron de decir que eran de Jaén.
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