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domingo, 21 de mayo de 2017

LA SAGA ARTÍSTICA DE LOS PRIMO



Parecía que las familias jienenses se agotaban con los miembros de los Solís, los alcalaínos Raxis de ascendencia sarda o los descendientes baezanos de la saga de los Aranda. Y mira por donde que me viene a mi serie los miembros de la familia de los Primos, originarios de la zona de la campiña y de Andújar Unos desconocidos para el profano en arte y, sin embargo, desarrollaron una importante producción artística a lo largo del siglo XVIII. Tras la muerte del retablista Manuel del Álamo acudió a Alcalá la Real para sustituirlo como maestro mayor de obras del ayuntamiento.  Mateo Primo, y e n 1724, se reconocía todavía como vecino de la ciudad de Arjona. No debió ser una persona poco preparada porque rompió la cadena de importantes encargados de obras municipales y religiosas relacionados con la ciudad de la Mota. Para comprobarlo, basta pasar la lista inaugurada por Ginés Martínez de Aranda, continuada por Luís González, el arquitecto del duque de Sesa, y Manuel del Álamo, maestro mayor del  famoso retablo del altar mayor  de la catedral de Baeza. Incluso, se acercó a la ciudad con nuevas iniciativas trazando el proyecto constructivo del nuevo ayuntamiento, que se reubicaba desde la ciudad fortificada a las calles céntricas de la ciudad del valle o del llano. Un proyecto que superaba la simple edilicia y se ampliaba con una manzana urbana, donde se pretendía alojar las casas capitulares y de la justicia y se entroncaba en el espacio abierto de una plaza abierta acorde con la racionalidad urbanística de la época de Felipe V. Un acuerdo que gozó del beneplácito del ayuntamiento alcalaíno que le solicitó el presupuesto para las obras de construcción y las compra de todas las casas que ornaran la este recinto urbanístico.  
            Gracias a mi amigo el investigador Rafael Cañadas, en Alcalá la Real tuve  la suerte de ampliar la historia de los Primo. En esta tierra, cuna de artistas, se   puede contar con un nuevo y famoso escultor, que se reconoce en la Historia de Arte por ANTONIO PRIMO.
          Dicho descubrimiento tuvo lugar en la ciudad abacial por haberlo encontrado en el Archivo Diocesano de Jaén, dentro del expediente matrimonial de la Santa Iglesia Capitular de Jaén, correspondiente al legajo 62B, situación 3-3-1. Fue bautizado en la iglesia de San Juan que hacía las veces de parroquia de Santa María la Mayor el 28 de junio de 1708, según constaba en el libro 10, folio 169 vuelto. Por estos datos era hijo de Mateo Martín Primo y Ana Manuela de la Rosa. Lo que adelanta la presencia de l maestro de obras casi dos decenios antes.
          Según Cañadas, su padre fue también escultor y se constata la presencia de su gubia en el retablo de San Francisco de la iglesia venerable orden tercera franciscana de Priego por los mismos años que era maestro mayor de obras de Alcalá. También contrató obras en Lucena, Baena, Andújar, Montilla… Pero, por los datos del Archivo Municipal de Alcalá la Real, en los libros de Actas de Cabildo, en el segundo decenio del siglo XVIII no extraña que ejerciera de maestro mayor de obras, sustituyendo a Manuel del Álamo.
Este hijo debió formarse en los talleres de este escultor, retablista y maestro de obras durante su estancia en Alcalá la Real.
Por los años treinta ya  su padre no estaba en Alcalá, ya que no participó en el proceso de ejecución de importantes obras municipales como las nuevas Casas del Ayuntamiento.
Antonio se trasladó a Baena, y posteriormente a Andújar, donde se casó en 1731 con Teodora María Garrote Córdoba, llamada también Juana Córdoba. Tuvo una hija de nombre Mariana, y debió fallecer el 14 de enero 1753, y  testó por aquel tiempo ante José Pelayo ( 12 de enero de 753).  
Antonio no fue el único hijo, artista y escultor, de Mateo, sino que, junto con su padre, su hermano Francisco formó parte de este círculo de los Primo, que trabajaron en los retablos barrocos de las ciudades del centro de Andalucía, Antequera, Lucena, Estepa y Écija. Francisco dejó su huella en la parroquia de Santa Ana y Santo Domingo de Archidona, o en la ermita de la Veracruz de Estepa.  Muy relacionados con la orden carmelitana descalza engrandecieron con su gubia muchos de sus capillas y altares y formando e triángulo artístico de estos lares con los miembros de la familia Diego Márquez y Vega y José de Medina. En la iglesia del Carmen de Antequera,  se encuentra  el mejor exponente artístico de estos tres famosos retablistas: el padre Mateo trabajó en el  retablo de San Elías, Francisco puso sus manos en el Cristo de las Pena s  y  Antonio culminó aquel cielo barroco del altar mayor, donde se desarrolla un programa celestial  exuberante y de soberbia perfección. Según el célebre crítico Taylor figura entre las más grandiosas máquinas de este género en Andalucía. 

Como escribe un crítico de arte, “ en los años centrales del siglo XVIII diversas ciudades y pueblos del centro de Andalucía se consolidad como centros artísticos de gran importancia, y aparecen en escena una serie de artistas, escultores y retablistas que extienden su influjo más allá de sus respectivas localidades de residencia. Estos centros artísticos se encuentran en Écija, Antequera y el sur de Córdoba (Lucena-Puente Genil, Priego). También por su carácter céntrico llegarán obras y tendencias de Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada. Los tres núcleos que preferentemente surtieron a lo largo del siglo XVII y XVIII la demandad de Estepa, parecen haber sido Sevilla, Écija y Antequera. · Y ahí estuvo la mano de la familia jienense de los Primos.
Y todavía un nieto de Mateo Primo de nombre Antonio, nacido en 1735 y aspirante a escultor de Cámara y miembro de la Academia amplio fronteras y formación en Madrid y Roma, donde dejó su huella en edificios públicos, Escorial, fuentes públicas e iglesia de la Encarnación obteniendo premios importantes.
Otros jienenses que se enorgullecieron de decir que eran de Jaén.







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