DISCURSO TERCERO DE LA CRUZ DE MATUTE
NO HAY
DOS SIN TRES. Y ESTE TERCER AÑO, QUE POR
MAYO ERA POR MAYO cuando aprietan los calores, de nuevo hemos llegado a Matute, de nuevo nos ha
convocado la comisión a esta trinidad festiva, como decíamos el año pasado
entre lluvias, paraguas y sombrilla" la Fiesta de la Cruz de Matute es ya una realidad compartida y una
convivencia establecida.
Este
año, la Cruz quiere resarcirse del mal rato que supuso la dispersión de los
vecinos congregados, quiere volver a ser crisol asociativo de los de ayer y los
de hoy, de los llegados de tierras
extranjeras a disfrutar de esta tierra
bendita, llena de sol y azul del cielo,
y de los que siempre labraron
este entorno comprendido entre los Endrinales, la Esperanza, las Capellanías,
Carboneras, desde donde se divisa una vista panorámica de la Mota, inédita, y
coqueta. Y, por otro lado, nos cubre con su sombra la Parapanda, esa madre
nuestra que nos conduce a tierras de Íllora y Montefrío.
En mi
recuerdo, me viene las fiestas del primer año, cunado la cruz, bellamente
engalanada. danzó y vibró al son de
timbales blandiendo sonidos multicolores al viento. Y cuando la Cruz se hizo romera con los ruteros de la
Asociación de Huerta de Capuchinos, a los que siempre invitamos.
La Cruz
se alegró con los vecinos antiguos de
aquellas familias que compartieron el entorno del camino de de Villalobos a las
Capillas; abrió sus brazos a los que
acudieron por las dolimas de la Dehesa del Camello a los parajes de la
Venta de los Agramaderos, a los que dejaron atrás la Guardesa, la Alhondiguilla y los
Menchones. Se lleno de alegría con los
miembros de los Endrinales, de la Esperanza, de Carboneras, de la Fuente
del Hoyo, de la Pedrera, de las Peñuelas; y los de Cañada Ámbar. Estos más cercanos y
mas tocados del sentimiento del paisanaje y de la tierra conquistada.
Porque
esta cruz es un foco de atracción al caminante, un mojón clavado que se repitió
sobre esta loma deslindando las tierras de las ciudades de Alcalá de Aben Zayde , luego la Real con las de la
ciudad de Granada, y posteriormente con las de Montefrío. Una parada de
aquellos primeros roturadores, que a la hora del ángelus cantaban este poema
teresiano:
“En la cruz está la vida y el consuelo
y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está el Señor de cielo y tierra
y el gozar da mucha paz, aunque haya guerra.
Todos los males destierra de este suelo
y ella sola es el camino para el cielo.
Es una oliva preciosa la santa cruz,
que con su aceite nos unta y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz con gran consuelo.
Que ella sola es el camino para el cielo”.
(Santa Teresa de Jesús)
Esta cruz es un hálito de nostalgia en su ausencia.
Algo que se toca y te deja encadenado, Una goma de almendro del que no te
puedes separar como cantaba ese poeta del amor que era Juan de la Cruz:
Estando ausente de ti
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padecer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero, porque no muero.
Este año 2017, esta cruz huele a olivar. Es el año de Miguel
Hernández, el de los olivareros altivos, el que reconoce ese esfuerzo de muchos
congregado de la conquista del monte por el olivo. Es como dice el poeta de
Orihuela y casado con una jiennense, Josefina de Manresa.
El último y el primero:
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.
Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.
Por el olivo lo quiero,
lo persigo por la calle,
se sume por los rincones
donde se sumen los árboles.
Se ahonda y hace más honda
la intensidad de mi sangre.
Los olivos moribundos
florecen en todo el aire
y los muchachos se quedan
cercanos y agonizantes.
De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.
Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.
Por el olivo lo quiero,
lo persigo por la calle,
se sume por los rincones
donde se sumen los árboles.
Se ahonda y hace más honda
la intensidad de mi sangre.
Los olivos moribundos
florecen en todo el aire
y los muchachos se quedan
cercanos y agonizantes.
De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.
Esta
cruz se ha hecho universal, desde sus lomas se divisa a Montefrío y se
alegra de que sea una ciudad reconocida
mundialmente y se convierta en la ciudad más bonita del mundo. Pero si su mirada vira hacia el norte, le envía un beso la
ciudad fortificada de la Mota, engalanada con la perla del premio de Hispania
Nostra.
Esta
cruz se ha hecho carne, ya son muchos
los que comparten la hermandad de
la fiesta, cantan sus efluvios de amor y se comprometen en que sea una llamada
de mayo , por el día de la Ascensión. Esta cruz es un cántaro de generosidad
para todos los que nos han ayudado para que sea una realidad, palpable y
plausible. Es un puerto de tierra entre tierras de los reinos de Granada y
Castilla. Es el áncora de muchos barcos que pescaron en el mar de Thetis. Es el
destino ansiado. O como decía el poeta:
Destino de cruces
no sé si el encontrarte
fue un cruce de destinos
o un destino de cruces.
no sé si el encontrarte
fue un cruce de destinos
o un destino de cruces.
Y digo, destino de cruces,
porque cada hombre,
es un paisano de un encuentro,
encuadrado en la cruz
de una mirada de amor.
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