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sábado, 27 de mayo de 2017

DISCURSO TERCERO DE LA CRUZ DE MATUTE

 

 




DISCURSO  TERCERO DE LA CRUZ DE MATUTE

 

         NO HAY DOS SIN TRES. Y ESTE TERCER  AÑO, QUE POR MAYO ERA POR MAYO cuando aprietan los calores, de nuevo  hemos llegado a Matute, de nuevo nos ha convocado la comisión a esta trinidad festiva, como decíamos el año pasado entre lluvias, paraguas y sombrilla" la Fiesta de la Cruz de Matute  es ya una realidad compartida y una convivencia establecida.
         Este año, la Cruz quiere resarcirse del mal rato que supuso la dispersión de los vecinos congregados, quiere volver a ser crisol asociativo de los de ayer y los de hoy, de los llegados  de tierras extranjeras a disfrutar de esta  tierra bendita, llena de sol y azul del cielo,  y de  los que siempre labraron este entorno comprendido entre los Endrinales, la Esperanza, las Capellanías, Carboneras, desde donde se divisa una vista panorámica de la Mota, inédita, y coqueta. Y, por otro lado, nos cubre con su sombra la Parapanda, esa madre nuestra que nos conduce a tierras de Íllora y Montefrío.
         En mi recuerdo, me viene las fiestas del primer año, cunado la cruz, bellamente engalanada. danzó y vibró  al son de timbales blandiendo sonidos multicolores al viento. Y cuando la  Cruz se hizo romera con los ruteros de la Asociación de Huerta de Capuchinos, a los que siempre invitamos.
         La Cruz se alegró  con los vecinos antiguos de aquellas familias que compartieron el entorno del camino de de Villalobos a las Capillas; abrió sus brazos a los que  acudieron por las dolimas de la Dehesa del Camello a los parajes de la Venta de los Agramaderos, a los que dejaron atrás  la Guardesa, la Alhondiguilla y los Menchones. Se lleno de alegría con los  miembros de los Endrinales, de la Esperanza, de Carboneras, de la Fuente del Hoyo, de la Pedrera, de las Peñuelas;  y los de Cañada Ámbar. Estos más cercanos y mas tocados del sentimiento del paisanaje y de la tierra conquistada.  
                   Porque esta cruz es un foco de atracción al caminante, un mojón clavado que se repitió sobre esta loma deslindando las tierras de las ciudades de Alcalá  de Aben Zayde , luego la Real con las de la ciudad de Granada, y posteriormente con las de Montefrío. Una parada de aquellos primeros roturadores, que a la hora del ángelus cantaban este poema teresiano:
“En la cruz está la vida y el consuelo
y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está el Señor de cielo y tierra
y el gozar da mucha paz, aunque haya guerra.
Todos los males destierra de este suelo
y ella sola es el camino para el cielo.
Es una oliva preciosa la santa cruz,
que con su aceite nos unta y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz con gran consuelo.
Que ella sola es el camino para el cielo”.
(Santa Teresa de Jesús)

Esta cruz es un hálito de nostalgia en su ausencia. Algo que se toca y te deja encadenado, Una goma de almendro del que no te puedes separar como cantaba ese poeta del amor que era Juan de la Cruz:

Estando ausente de ti
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padecer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero, porque no muero.

                   Este año 2017,  esta cruz huele a olivar. Es el año de Miguel Hernández, el de los olivareros altivos, el que reconoce ese esfuerzo de muchos congregado de la conquista del monte por el olivo. Es como dice el poeta de Orihuela y casado con una jiennense, Josefina de Manresa.
El último y el primero:
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Por el olivo lo quiero,
lo persigo por la calle,
se sume por los rincones
donde se sumen los árboles.

Se ahonda y hace más honda
la intensidad de mi sangre.

Los olivos moribundos
florecen en todo el aire
y los muchachos se quedan
cercanos y agonizantes.

De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.



         Esta cruz se ha hecho universal, desde sus lomas se divisa a Montefrío y se alegra  de que sea una ciudad reconocida mundialmente y se convierta en la ciudad más bonita  del mundo. Pero si su mirada  vira hacia el norte, le envía un beso la ciudad fortificada de la Mota, engalanada con la perla del premio de Hispania Nostra. 
         Esta cruz se ha hecho carne, ya son muchos  los que comparten la hermandad  de la fiesta, cantan sus efluvios de amor y se comprometen en que sea una llamada de mayo , por el día de la Ascensión. Esta cruz es un cántaro de generosidad para todos los que nos han ayudado para que sea una realidad, palpable y plausible. Es un puerto de tierra entre tierras de los reinos de Granada y Castilla. Es el áncora de muchos barcos que pescaron en el mar de Thetis. Es el destino ansiado. O como decía el poeta:
Destino de cruces 

no sé si el encontrarte 
fue un cruce de destinos 
o un destino de cruces.
Y digo, destino de cruces,
porque cada hombre,
es un paisano de un encuentro,
encuadrado en la cruz

de una mirada de amor. 

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