SOR ENCARNACIÓN
Hace unos
días escribía un artículo sobre la presencia carmelita y de Santa Teresa de
Jesús en Alcalá la Real. Me
refería a una fundación de misas en el
altar de Santa Teresa que se celebraban desde el siglo XVI sin ninguna incidencia
, y cuya patrona fue sor Francisca de San Casimiro. Curiosamente, en este coro, se velaba la mañana del domingo dos de agosto, el cuerpo de
la monja dominica Sor Encarnación. Una vela apagada y floreada entre sus
brazos, recordaba los cirios que se encendieron
en honor de la Patrona
de España durante muchos años. Pero, en este día entre incienso, letanías,
avemarías y padrenuestros el coro parecía más bien un encuentro de la familia
dominica de Alcalá la Real ,
que gozaba de la sonrisa eterna de la decana de las monjas alcalaínas.
Pues había
muerto la monja dominica Sor Encarnación, natural de Alcalá la Real , de un paraje que bebió el
agua de las fuentes de los Llanos, Santa Ana y la Fuente del Rey, donde sus
hermanos cultivaron sus tierras y las arrendadas con gran maestría y
conocimientos Sor Encarni, como afectuosamente la llamaban todos los
cercanos a ella, representaba para los alcalaínos el hilo conductor de aquel
convento que se fundó en la ciudad fortificada de la Mota y bajó al Llano por eso
de las aguas de color y contaminadas y sublimar de espiritualidad a la red vial del Llanillo.. En el antiguo Hospital
del Dulce Nombre de Jesús, las dominicas se ubicaron y, de generación en
generación, las familias hidalgas alcalaínas mantuvieron
este convento con el ingreso de muchas hijas doncellas hasta que a mediados del siglo XX tuvieron que
ir acrecentándose con monjas de otros lugares. También, la hidalguía dio paso a
las vocaciones de las hijas humildes del pueblo
y apasionadas por la felicidad
cristiana ( en este caso bajo las enseñanzas de Santo Domingo de la Calzada ) que aprendieron y
practicaron entre las paredes de su monasterio y templo. Sor
Encarni representaba el prurito de hbaer sido la única hermana dominica
en su localidad, acompañada por otras hermanas que vienen manteniendo la
presencia de la Orden
dominica en Alcalá la Real. Su
porte era la de la mujer aldeana bañada con el sol de Dios. Tan sencilla como
noble, tan amable como cariñosa. Con la sonrisa siempre los labios. Y con la oración de la mujer anciana que acudía al
templo de Jerusalén y daba aquel óbolo que valía por todos los que acudían y
rezaban en él. En los tiempos de borrasca y de desierto, Sor Encarni nunca
abandonó la barca y siempre mantuvo el timonel de la permanencia, amenazada con
las crisis de las vocaciones. Tuvo fe inmensa, pero esperanza inconmensurable,
como demostró durante su vida y la vio hecha realidad con las hermanas
africanas. La cairdad no fue su emplema, fue la propia vivencia con su entrega
a los demás y al Dios Amor, que es la verdadera caridad alejada de la limosna
dy de las interpretaciones de la beneficencia.
Era el
espejo de su familia religiosa y el polo de atracción de su familia de sangre.
Siempre, estaban solícitos a su llamada y propensos a atenderla , sobre
todo, en la debilidad última. . Sor Encarnación
ha sido un retazo de la historia de Alcalá la Real , que
se ha entrelazado con el eslabón
de Sor Carmen. anunciando el futuro del
monasterio, porque aquella mantuvo la antorcha de la vida conventual y , por encima de todo, el fuego del amor
entre muchos alcalaínos , que disfrutaban con su candor y entrega su Orden y a
la recoleta vida religiosa.
Que
descanse en paz son Encarni, miembro de una prosapia alcaláina apodada con el
patrón, como botón de muestra de una noble familia religiosa. Y Santo Domingo le de el pasaporte eterno, pues
siguió sus pasos terrenos para dirigirse al cielo
Fue mérito de la voz MAGNÍICA de LAURA MOYANO Y AURORA PALOMAR, QUE SE COMPAGINERON PERFECTAMENTE CON LA ORCHESTA MUSICU,M CONSENSUS Y BAJO LA DIRECCCIÓN DE LIRIO PALOMAR. LAS DOS CORALES LA DE LA CIUDAD DE ÚBEDA Y LA DE ALFONSO XI DE ALCALÁ LA REAL CONVIRIERO EN BÓVEDA CATEDRALICIA EL COLISEO MARTÍNEZ MONTAÑÉS. ENHORABUENA. UN ACTO DE CATGORÍA QUE ALGUNOS SE PERDIERON.
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