Hasta finales del
siglo XVIII, es difícil remontarse a la población de Mures como un núcleo rural
básicamente constituido. A través de diversas fuentes documentales, en anteriores
escritos, hemos llevado a cabo una aproximación de su territorio, que se nos
presenta en grandes rasgos como una tierra, donde aparecen los siguientes
elementos hasta el siglo XVI: la dehesa de Mures, importantes cortijos colindantes con la
frontera y limite del reino de Granada (conseguidos por los conquistadores de
estas tierras en tiempos a anteriores a los Reyes Católicos y con estos mismos),
tierras de propios como el cortijo del Medianil y cerro de la Atalaya y parcelas de tierras entregados a los
repobladores.
En
este territorio jugaban un papel importante los caminos reales que lo
atravesaban: el de Iznalloz-Guadix. el de Moclín y el
de Granada. Por otra parte, los arroyos del Salograr, Palancares y Mures
vertebran la zona y lo riegan en muchas extensiones.
TIERRAS
DE FRONTERA
Curiosamente,
se hicieron varias visitas de términos de estas tierras que nos permiten
conocer los linderos con los territorios granadinos. Estas fueron realizadas
anualmente por los corregidores desde finales del siglo XV y, en ellas, se
recogen los terrenos linderos que se mantienen interrumpidamente hasta finales
del siglo XVII.
Nos
muestran unas fincas más pacíficas que otros limítrofes del municipio alcaláino
como podían ser los de Montefrío, Priego, Alcaudete, Martos y Sierras de Jaén,
que son fuente de continuos conflictos
entre ganaderos y agricultores, dando lugar a grandes altercados y pleitos
entre vecinos.
Como
muestra y deslindamiento, sírvanos esta visita
realizada por el corregidor Gomez de Mesía y su lugarteniente Téllez desde el mes de octubre hasta finales de
diciembre de 1568, acompañados de dos regidores Baltasar de Aranda y Pedro de
los Ríos, el jurado Diego Felipe, el escribano Alonso de Contreras , el
alguacil mayor Pedro de Carranza, tres guardas de campo de la zona y dos
arcabuceros. Y, particularmente el 31 de octubre, la comitiva dice que llegaron a los mojones siguientes:
-LII. Estaba este mojón junto a un arroyo y en el camino que de esta ciudad a
la ciudad de Granada en un tronco de quejigo y espino, se refrescó con lo mismo
y es el cincuenta y dos. Nos indica el arbolado de la zona junto al chaparro
abundaba el quejigo en las partes bajas junto a los ríos.
LIII Visitaron el cincuenta y tres " que está junto el dicho camino que
se dice el Mojón del hornillo, y también lo refrescaron ".
LIV. Por la derechera, campo atraviesa, llegaron a este mojón "
que está en el mismo camino de Granada". Y se refrescó o lo que es lo mismo que se renovó por estar
deteriorado.
LV." Fueron adelante hacia dar el mojón que se dice del Villar dentro de los
caminos de Moclín y Granada", lo refrescaron y lo anotaron con cuarenta y cinco.
LVI. Llegaron al que "llamaban Torre de Moclín, anotado como el
cincuenta y seis, se refrescó. Más tarde, lo llamarían del camino de Moclín.
LVII. "El Mojón de la
Madriguera " estaba a ojo del Moralejo y fue refrescado,
haciendo el número de cincuenta y siete.
LVIII. "El mojón del Moralejo " era el cincuenta y ocho,
también se refrescó.
LIX." El mojón del villar del Moralejo" estaba más adelante y
fue refrescado.
LX. Por encima de la derechera, campo atraviesa, llegaron a la mojón de
la Peña Gorda
ojo del moralejo bajo.
LXI. Fueron visitando hasta llegar el mojón sesenta y uno que se dice el mojón de la cruz de lo alto
del cerro de la Gabia
(Savia?). Y se refrescó.
LXII. Tomaron cuesta en la cordillera de la Gabia y refrescaron el
sesenta y dos con tierras y rama.
LIII. Al bajar la dicha cordillera, por la mojonera, llegaron al mojón de las peñas de Gabia, el sesenta y tres que estaba en buen estado y se refrescó. Sirve de guía hasta el siguiente un fresno que el año anterior estaba cortado.
LXIV. "Un quejigo que está en el arroyo de Mures, es el setenta y
cuatro que se refrescó". Este ya no tenía cruz.
LV. Siguiendo el arroyo de Mures, campo atraviesa, visitaron otro
mojón más adelante campo atraviesa, que
es el que parte los términos de la ciudad e la ciudad de Granada y la merced de
doña Mencía de Salcedo, señora de Noalejo. Era el sesenta y cinco que se
refrescó y era un quejigo que estaba junto al arroyo de abajo orilla suya.
De allí pasaron a la Hoya
del Salobral y el LXVI era el del
cortijo de Pedro Miguel. Pero estos dos últimos lindaban con terreno de Frailes
y las Riberas.
De aquí se deduce que la denominación
de los lugares nos remonta a una zona de asentamientos de cortijos romanos.
Citemos por ejemplo el nombre de los villares o villae, antiguos cortijos
romanos ( el Villar del camino de Moclín y el del Moralejo son claros
testimonios). Las madrigueras hacen patente la extensión del conejo, este animal tan frecuente
en las tierras hispanas.
LAS
TIERRAS DE CARTUJA
A
principios de este siglo XVI, los frailes de la Cartuja fundaron un
monasterio en la ciudad de Granada apoyados por los del monasterio del Paular
de Sevilla y el patronazgo del Gran Capitán. Además del lugar donde fundaron el
sitio del convento en Granada, compraron fincas y huertas para mantener el
convento en otros lugares de Granada y Jaén. Entre ellas, en 1515. llevaron a cabo una serie de compras de terrenos
que ilustran de la zona fronteriza. El primer vendedor lo fue Hernando de
Aranda , vecino y jurado de Alcalá la
Real que les vendió
dos cortijos. Esta es una descripción muy interesante, el primero pertenecía a
la actual Ermita Nueva " El uno, dicen Acequia, sembrado de tierra y
casa, y un sitio para hazer una venta que ay en el dicho cortijo, cien
fanegadas de tierra, linderos del camino de Granada y Alcalá la Real , y por la otra parte con
tierras del Rey, y por la otra parte con el arroyo que viene de acequia, por donde van los
mojones" Y el otro es muy interesante por coincidir uno de ellos r con el mojón del
camino de Moclín " otro cortixo ,
que es do dicen el Almaguel en el Moralejo de cient fanegas de tierra, linderos de la una parte los
mojone del término de Granada y por la
otra parte con los montes de Su Alteza, y por la parte baxa con el mojón de
Moclín".
Tras
el repartimiento de tierras concedido por Carlos V en 1525 y que acabó en 1529,
siendo corregidor Francisco de Alarcón, los frailes de la Cartuja cambiaron el tipo
de compraventa. Pasaron de la compra de
cortijos , propios de los caballeros conquistadores alcalainos, a las peonías y
caballerías de los repartimientos posteriores. Nada menos que 63 peonía y dos caballerías ( 277.09 Hectáreas ) van adquirir
de entre estas zonas y las linderas con Illora y Montefrío. La mayoría de ·roça y monte con fines
especulativos para roturar los montes y con movimientos de concentración de tierras
para ejercer una mejor administración agraria. . Pero, esto lo dejamos para el
próximo año.
FELICES FIESTAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario