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domingo, 16 de agosto de 2015

HOY , DÍA DE SAN ROQUE EN MURES Y LA CARTUJA DE GRANADA




            Hasta finales del siglo XVIII, es difícil remontarse a la población de Mures como un núcleo rural básicamente constituido. A través de diversas fuentes documentales, en anteriores escritos, hemos llevado a cabo una aproximación de su territorio, que se nos presenta en grandes rasgos como una tierra, donde aparecen los siguientes elementos hasta el siglo XVI: la dehesa de Mures,  importantes cortijos colindantes con la frontera y limite del reino de Granada (conseguidos por los conquistadores de estas tierras en tiempos a anteriores a los Reyes Católicos y con estos mismos), tierras de propios como el cortijo del Medianil y cerro de la Atalaya y  parcelas de tierras entregados a los repobladores.
            En este territorio jugaban un papel importante los caminos reales que lo atravesaban: el de Iznalloz-Guadix. el de Moclín  y el  de Granada. Por otra parte, los arroyos del Salograr, Palancares y Mures vertebran la zona y lo riegan en muchas extensiones.  

                        TIERRAS DE FRONTERA


            Curiosamente, se hicieron varias visitas de términos de estas tierras que nos permiten conocer los linderos con los territorios granadinos. Estas fueron realizadas anualmente por los corregidores desde finales del siglo XV y, en ellas, se recogen los terrenos linderos que se mantienen interrumpidamente hasta finales del siglo XVII.
            Nos muestran unas fincas más pacíficas que otros limítrofes del municipio alcaláino como podían ser los de Montefrío, Priego, Alcaudete, Martos y Sierras de Jaén, que son fuente  de continuos conflictos entre ganaderos y agricultores, dando lugar a grandes altercados y pleitos entre vecinos.
            Como muestra y deslindamiento, sírvanos esta visita  realizada por el corregidor Gomez de Mesía y su lugarteniente Téllez  desde el mes de octubre hasta finales de diciembre de 1568, acompañados de dos regidores Baltasar de Aranda y Pedro de los Ríos, el jurado Diego Felipe, el escribano Alonso de Contreras , el alguacil mayor Pedro de Carranza, tres guardas de campo de la zona y dos arcabuceros. Y, particularmente el 31 de octubre, la comitiva dice  que llegaron a los mojones siguientes:
-LII. Estaba este mojón junto a un arroyo y en el camino que de esta ciudad a la ciudad de Granada en un tronco de quejigo y espino, se refrescó con lo mismo y es el cincuenta y dos. Nos indica el arbolado de la zona junto al chaparro abundaba el quejigo en las partes bajas junto a los ríos.
LIII Visitaron el cincuenta y tres " que está junto el dicho camino que se dice el Mojón del hornillo, y también lo refrescaron ". 
LIV. Por la derechera, campo atraviesa, llegaron a este mojón " que está en el mismo camino de Granada". Y se refrescó o lo que es lo mismo que se renovó por estar deteriorado.  
LV." Fueron adelante hacia dar el mojón que se dice del Villar dentro de los caminos de Moclín y Granada", lo refrescaron  y lo anotaron con cuarenta y cinco.
LVI. Llegaron al que "llamaban Torre de Moclín, anotado como el cincuenta y seis, se refrescó. Más tarde, lo llamarían del camino de Moclín.
LVII. "El Mojón de la Madriguera" estaba a ojo del Moralejo y fue refrescado, haciendo el número de cincuenta y siete.
LVIII. "El mojón del Moralejo " era el cincuenta y ocho, también se refrescó.
LIX." El mojón del villar del Moralejo" estaba más adelante y fue refrescado.
LX. Por encima de la derechera, campo atraviesa, llegaron a la mojón de la Peña Gorda ojo del moralejo bajo.
LXI. Fueron visitando hasta llegar el mojón sesenta y uno  que se dice el mojón de la cruz de lo alto del cerro de la Gabia (Savia?). Y se refrescó.
LXII. Tomaron cuesta en la cordillera de la Gabia y refrescaron el sesenta y dos con tierras y rama.

LIII. Al bajar la dicha cordillera, por la mojonera, llegaron al mojón de las peñas de Gabia, el sesenta y tres que estaba en buen estado y se refrescó. Sirve de guía hasta el siguiente un fresno que el año anterior estaba cortado.
LXIV. "Un quejigo que está en el arroyo de Mures, es el setenta y cuatro que se refrescó". Este ya no tenía cruz.
LV. Siguiendo el arroyo de Mures, campo atraviesa, visitaron otro mojón  más adelante campo atraviesa, que es el que parte los términos de la ciudad e la ciudad de Granada y la merced de doña Mencía de Salcedo, señora de Noalejo. Era el sesenta y cinco que se refrescó y era un quejigo que estaba junto al arroyo de abajo orilla suya.
De allí pasaron a la Hoya del Salobral  y el LXVI era el del cortijo de Pedro Miguel. Pero estos dos últimos lindaban con terreno de Frailes y las Riberas.   
                                  
De aquí se deduce que la denominación de los lugares nos remonta a una zona de asentamientos de cortijos romanos. Citemos por ejemplo el nombre de los villares o villae, antiguos cortijos romanos ( el Villar del camino de Moclín y el del Moralejo son claros testimonios). Las madrigueras hacen patente la extensión del conejo, este animal tan frecuente en las tierras hispanas.
La Gabia o Savia y Almaguer son prueba de un pasado árabe, donde el cerro recibe el nombre de la gabia o canal de agua que le rodea. Las torres vigías, actualmente pérdidas o transformadas en caseríos,  nos remarcan su carácter fronterizo de la zona  como Torre la de Moclín, junto al camino de su mismo nombre. Y el moral, tan frecuente de época medieval y musulmana, debía abundar para proporcionar el alimento de la seda. Junto al encinar y monte bajo, el fresno, el quejigo y el moral abundan en las riberas de los arroyos.  


                                               LAS TIERRAS DE CARTUJA

            A principios de este siglo XVI, los frailes de la Cartuja fundaron un monasterio en la ciudad de Granada apoyados por los del monasterio del Paular de Sevilla y el patronazgo del Gran Capitán. Además del lugar donde fundaron el sitio del convento en Granada, compraron fincas y huertas para mantener el convento en otros lugares de Granada y Jaén. Entre ellas, en 1515.  llevaron a cabo una serie de compras de terrenos que ilustran de la zona fronteriza. El primer vendedor lo fue Hernando de Aranda , vecino y jurado de Alcalá la Real  que les vendió dos cortijos. Esta es una descripción muy interesante, el primero pertenecía a la actual  Ermita Nueva " El uno, dicen Acequia, sembrado de tierra y casa, y un sitio para hazer una venta que ay en el dicho cortijo, cien fanegadas de tierra, linderos del camino de Granada y Alcalá la Real, y por la otra parte con tierras del Rey, y por la otra parte con el arroyo  que viene de acequia, por donde van los mojones"  Y  el otro es muy interesante  por coincidir uno de ellos r con el mojón del camino de Moclín " otro cortixo , que es do dicen el Almaguel en el Moralejo de cient fanegas  de tierra, linderos de la una parte los mojone  del término de Granada y por la otra parte con los montes de Su Alteza, y por la parte baxa con el mojón de Moclín".
            Tras el repartimiento de tierras concedido por Carlos V en 1525 y que acabó en 1529, siendo corregidor Francisco de Alarcón, los frailes de la Cartuja cambiaron el tipo de compraventa. Pasaron de la  compra de cortijos , propios de los caballeros conquistadores alcalainos, a las peonías y caballerías de  los repartimientos posteriores.  Nada menos que 63 peonía y dos caballerías ( 277.09 Hectáreas) van adquirir de entre estas zonas y las linderas con Illora y Montefrío.  La mayoría de ·roça y monte con fines especulativos para roturar los montes y con movimientos de concentración de tierras para ejercer una mejor administración agraria. . Pero, esto lo dejamos para el próximo año.









FELICES FIESTAS.  

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