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sábado, 29 de agosto de 2015

ARTÍCULO DE LA CORONADA

EL PARAJE DE LA FUENTE DEL REY DURANTE EL SIGLO XVI

SU SINGULARIDAD

El paraje de la Fuente del  Rey  formó desde tiempo inmemorial un lugar de asentamiento que se remonta a la cultura argárica y e iberorromana como se constata en los restos arqueológicos, que han aportado en las estancias del Museo Local varias tumbas y sarcófagos. Su territorio , en torno a varias fuentes que surgen de los Llanos, da lugar a unas tierras ricas de regadíos, propensas al cultivo de todo tipo hortalizas, moreras m nogales , cerezas, cereales y otros cultivos como el maíz de tiempos más recientes. Por eso, no es de extrañar de  que , en el primer repartimiento, estas tierras fueran asignadas a muchos caballeros dentro del lote  que les correspondió tras la conquista de Alcalá la Real por parte del rey Alfonso XI. A partir de ese momento, muchas huertas quedaron gravadas a fonaciones, memorias y capellanías que administraban cofradías , mayordomos de iglesias y conventos hasta que cayeron en manos particulares. En torno a la famosa  fuente del Rey, surgieron una serie de alquerías y un recinto sagrado que tuvo una historia intermitente entre momentos álgidos y decadentes hasta el siglo XX, cuya fábrica de estilo neogótico se levantó y perdura hasta la actualidad.
Pero, el paraje,  debido a su mayor población con respectos a los núcleos rurales circunstantes, en el siglo XVI llegó a alcanzar tanta importancia que se denominaba como uno de los cuarteles o barrios de repartimiento, en detrimento de la misma Santa Ana,  para protección de la ciudad de Alcalá  en diversos aspectos que abarca desde lo militar, sanitario, agroganadero y financiero.     

LOS PRIMEROS CIMIENTOS CONSTRUCTIVOS

Por eso, hay noticias de que,  desde 1514, siendo corregidor el licenciado Lorenzo Arias Maldonado[1] tuviera que regular el entorno de este paraje organizando  variaos aspectos  sobre la regularización del agua. Así , en primer lugar, en este mismo año,  el  16 de junio de 1514 se creó la jurisdicción del alcaide del agua como gobernante que regulaba el reparto, la limpieza y el horario de la canalización del agua hacia las diversas huertas. Por otro, lado, un año después, el 15 de julio, se cuidó del entorno de la misma fuente, y se ordenó la prohibición de echar la ceniza a treinta pasos de la Fuente del Rey y de entrar los ganados en los linares hasta fin de agosto. Un mes después, el día diez, se regularon las remuneraciones que habían de llevar los alcaides y alarifes del agua para evitar algunos agravios entre ellos. Se entiende este sistema normativo en una Alcalá la Real expansiva en el caso y en el campo. La ciudad trataba de atraer nuevos pobladores , concedía solares que debían edificarse en el plazo de un año y habitarse en el plazo de tres, en cuyo incumpliendo  pasaba de nuevo al cabildo  que podía concederlo a otros nuevos vecinos (9-11-1515)



FUENTE Y LAVADERO

Pero el gran avance constructivo de la Fuente del Rey tuvo lugar a mediados del siglo el famoso corregidor  Francisco de Chirinos ( 1542-1549)[2], porque e  la Fuente del Rey, se llevaron importantes obras, cuyo maestro de obras fue Martín de Bolívar  [3] y en la que se requirió la venida del famoso arquite4cto jiennense Francisco del Castillo. De este año data el abovedamiento interno  de la canalización, la boca de la mina, las primeras hileras de los sillares del pilar que dejaron el cerramiento sin cubierta hasta el siglo XVIII en tiempos del abad  Esteban Mendoza y Gatica.  
Pero, le tocó el final de las obras de la fuente y Lavadero de la Fuente del  Rey  al corregidor licenciado Juan Montano,  que llevó a cabo la residencia del anterior corregidor Francisco de Cherinos permaneciendo en tierras del corregimiento desde el doce de enero de 1549 hasta  final de año.
             
El famoso maestro de cantería Francisco del Castillo estuvo dos días en la ciudad para tasar las obras del Lavadero ( Fuente del Rey) por las que cobró en el mes de junio de 1549 ocho ducados (3.000 maravedíes). Varios pagos se le hicieron, distribuidos en 50 ducados ( en concreto 18.750 maravedíes 15-2-49) Estas obras fueron realizadas, según hemos dicho, por Martín de Bolívar, cuya última libranza cobrada alcanzaba la cifra de 285 ducados (106.871 mas.) en el 6 del mes de julio de 1549.

                                   LUGAR DE COMERCIO

No relacionado con el paraje, pero muy interesante es la labor normativa de comercialización y de organización  territorial del corregidor  Juan Torres Garnica [4](1577-79).   En 1577,  para evitar la dispersión del mercado y la falta de control por el cabildo municipal,  se promulgó una ordenanza que impedía la compraventa de esclavos, leña y otras cosas en la Fuente del Rey y  en otros lugares del municipio. Y como consecuencia de que continuó un tiempo de restricciones de trigo hasta el punto que hubo que hacer un registro, llamado de cata y cala , entre los vecinos a finales del mes de noviembre, se hace referencia a la territorialización del municipio de Alcalá. La ciudad lo encargaba a dos personas, generalmente a un regidor o cargo de justicia, y se dividía en zonas o cuarteles:   el de la margen derecha de la calle Real con Frailes y Fuente del Rey , el de la margen izquierda de la calle Real con los barrios de San Sebastián y Ana Ramírez y el de Santo Domingo y San Bartolomé. A veces, se subdividían  con las siguientes demarcaciones: El de la Mota, el de la Cuesta del Cambrón, el Anillo, San Sebastián y Santo. Era frecuente la llegada de manada de borregos de pueblos de Jaén ( Torredonjimeno, Alcaudete, Martos,  Y, en los documentos, se cita que los caminos más importantes eran el de Frailes que atravesaba el río,  y el de la Fuente del Rey y Santa Ana, que pasaba por el Portichuelo Domingo.

LA ERMITA DE LA CORONADA
En su tiempo, se  llevó a cabo una revisión de veredas en los sitios afectados por los repartimientos de tierras anteriores: los limístrofes con el arroyo del Palancares y los que se dirigían al cortijo de la Fuente el Piojo y hacia el Pinillo y el del Cañuelo que se dirigía a la Fuente del Fresno. Continuaron los pleitos entre  los vecinos que invadían los terrenos baldíos y comunales, pues, salvo casos especiales, no se concedía dicha tierra. Este fue el de un pedazo junto a la ermita de la Coronada solicitado por Juan López de Hinojosa, a quien en octubre de 1578 se le hizo merced por la ciudad, debido a sus pequeñas dimensiones., lo que nos demuestra que, por aquel tiempo, se mantenía en pie la ermita y con uso devocional.

FRANCISCO MARTÍN ROSALES











[1] Recibió la ciudad de Alcalá el nombramiento de corregimiento que se conservaba en el archivo municipal. Llegó a Loja el veintiséis de diciembre de 1515 en calidad de  pesquisidor o juez de residencia, juntándose de nuevo las ciudades de Loja, Alcalá y Alhama, pues hasta ahora el gobierno de la ciudad lojeña había corrido a cargo del Gran Capitán y de su alcalde Diego de Ayala, que los mantuvo en la tenencia de la alcaidía. Sus alguaciles en ésta ciudad son Juan de Castellanos, mayor, y Francisco Nieto, menor.

[2] Su labor legisladora en el mundo de las ordenanzas del campo y ganadería fue muy significativa, al mismo tiempo que se labor urbanística en la plaza alta de la Mota( los Corredores y Casas de Cabildo).
[3] Ese maestro de cantería procedía de Guernica y trabajaba con Diego de Siloé en la catedral de Granada hasta que se vino a tierras de la Abadía dejando su huella en muchos edificios de la fortaleza de la Mota  y las ciudades de su entorno como Moclín, Castillo de Locubín, Priego y Alcaudete. o
[4] Juan de Torres Garnica estaba casado con Isabel y tuvo un hijo en Alcalá el mes de marzo de 1578. Fue nombrado corregidor el cuatro de abril de 1577, y tomó posesión del 16 de julio en Alcalá la Real, según la orden de don Luís de Eraso, secretario del Rey Felipe II. Nombró por alcalde mayor al Licenciado Alonso de Castro; por alguacil mayor, a Alonso de Zaragoza y alcaldes menores Pedro Delgado y Alonso de Alarcón. Al alguacil mayor, pronto lo sustituyó y le amplió las competencias como alcaide de la cárcel en la persona de Pedro Barrientos vecino de Loja, desde donde le proveyó el nombramiento. También nombró los alcaldes ordinarios del Castillo en el mismo acto ceremonial de la toma  Bernardo de  León  y Bartolomé Pérez. Recibió la vara de justicia del anterior corregidor y pronto se trasladó a Loja, dejando en su lugar al alcalde mayor, que tuvo un primer enfrentamiento con el cabildo municipal, a consecuencia del nombramiento de un alguacil del campo, un lojeño de nombre Alonso Hernández Saucedo, porque se interponía con las competencias de los guardas de campo. Ejerció el cargo de teniente de corregidor Cristóbal de Vera.

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