Dentro de la comarca de Alcalá la Real, el partido de campo de Ermita Nueva forma parte de la zona externa de Cordilleras Béticas, que constituyen el extremo occidental de las Cordilleras Alpinas Europeas. En su tierra se presencian los fenómenos tectónicos sufridos a escala continental durante la mayor parte del Mesozoico y el Terciario, relacionados con la apertura del Atlántico Norte y la colisión de las placas europeas y africana y caracterizados por una cobertera plegada, en la que se desarrollan mantos de corrimiento al estar situada al borde de estas placas. La zona externa ocupa la parte de la zona subbética interna media, que ofrece las series más potentes y diferentes a partir del Domeriense abundando las litologías de las radiolaritas, los niveles turbídicos, y en algunos lugares, los materiales volcánicos junto con la presencia de un intenso magmatismo durante el Jurásico y parte del Cretacio inferior. En concreto, el Mioceno se produjo la colisión de las placas y le afectó como manifiesta la presencia de los materiales triásicos, los retroencabalgamientos que enmascaran los movinmientos originales. Fue el momento en la fase del Tortoniense de la presencia y creación de las cuencas intramontañosas, y, a partir del relleno de las cuencas por la erosión que se mantiene hasta la actualidad. Los pliegues de mayor radio que en otros lugares, las fallas singenéticas y los núcleos perforantes abundan en esta zona, así como es fruto de las traslaciones de estructuras sobreimpuestas, al ser una región muy plegada y el diapirismo jugar un papel muy importante en el trazado y localización.
Esta zona se encuentra en la homogenización del Cretáceo con la sedimentación de facies pelágica, lo
que llamamos Mar de Thetis hasta Eoceno, donde los materiales se sedimentan en
el fondo marino y se sufren diversos de
deformación de orogenia alpina. Los materiales del Triásico son los más
antiguos que hay en esta zona, sobre todo por zona del Palancares de Ermita
Nueva. Suelen ser las arcillas
versicolores con abundantes yesos y enclaves dispersos de rocas subvolcánicas y
materiales carbonatados. Estas últimas son las que abundan en su
afloramiento cerca de Ermita Nueva con escasas dolomías tableadas ligadas con las llanuras de las mareas. Las
rocas subvolcánicas en masas
caóticas intercaladas entre las arcillas,
suelen ser enclaves intrusivos de formas
redondeadas y lenticulares. Su acción sobre la roca encajaste, que cuando se
trata de arcillas Los afloramientos muestran señales de brechitificación o
alteración en bolos. También hay calizas
tableadas gris azuladas oolíticas y
psiolíticas, de algas, biomicritas es
más clara cuando esta es una roca carbonatada.
Como elemento distintivo de esta zona se encuentra la Sierra
del Menchón, formada por materiales carbonatados que permite el desarrollo de
cierta altura y se encaja por la red fluvial Su parte central está compuesta
por calizas.
Pertenece a un gran anticlinal, que se desdobla en dos, en el extremo
oriental y que lleva anejas multitud de
fallas n disposición octogonal. Al norte
de esta se puede encontrar cerros testigos pertenecientes a restos no
erosionados de cabalgamientos superficiales de unos materiales sobre otros.
Se presenta como un relieve
muy fracturado con pequeñas fallas en sentido perpendicular al
anticlinal transversal que en sentido este a oeste marca la divisoria
de las aguas, por un lado al norte y por otro al sur. En los alrededores de
Ermita Nueva el relieve se complica con
la aparición de dos anticlinales paralelos y fallas pequeñas con disposición perpendicular.
Se complica aún la estructura de esta
con la presencia de un frente de cabalgamiento
en dirección Sur -Norte y Norte -Sur, con pequeñas fracturas asociadas
al norte de la Sierra del Menchón
La presencia de las dolinas,
los célebres Capachos, son el resultado de un proceso de erosión hídrica
practicado sobre material calizo. Por la zona del sureste de Alcalá la Real se muestra un paisaje alomado y plano
que se manifiesta como una gran llanera
proveniente de varios arroyos y barrancos
que coinciden en esta área. Junto a cabalgamientos de materiales triásicos se encuentran
alomamientos de marga del Cretácio y Terciario, entre los que destaca la
Guzmana en el extremo Sureste con una altitud de 1.000 metros . Existe una
falla que fue fracturada por su mitad.
Responde su territorio al municipio de Alcalá la Real
enclavado en una zona montañosa que surgió en el Terciario, una zona geológicamente joven, caracterizada
no par relieve escarpado sino más bien
por su relievé ondulado y por su modelado carente de aristas vivas. No obstante
en este partido de campo, la zona del Menchón se caracteriza por ser zona de
máxima pendiente, más del 32. %; otra montañosa bajando hacia los núcleos de
Ermita Nueva y alrededores, y, alomado en tono al río Palancares de modo que da
lugar a los diversos núcleos dispersos y cortijos antiguos y a una
diversificación de cultivos desde el forestal, olivar y cereales. La hidrología
de este paraje viene definida por cuatro manantiales (Fuente Acequia y cuatro
sin nombres) y la cuenca del arroyo
Palancares con dirección W-E, que se dirige al río Genil, de estructura de
anticlinal y está formada por materiales
del Subbético Medio calizos-dolomíticos del Lías inferior. Algunos consideran
que la estructura de pliegues de esta zona da la posibilidad de la conexión en
profundidad con otras unidades del Lías inferior, lo que puede dar lugar a
reservas importantes de agua. Las riberas de los arroyos permiten otro tipo de vegetación.
ZONA DE RESTOS ARQUOLÓGICOS PREHISTÓRICOS
Por esta zona, Góngora y Romero de Torres comentaban en 1860 varios testigos de
restos prehistóricos de Alcalá la Real en sus Antigüedades, a saber varios
monumentos monolíticos. Citamos, en palabras de Romero de Torres de la segunda
decena del siglo XX: “El Dolmen del Hoyón, situado en la cañada
de este nombre, desde el Castellón hacia el camino de Íllora á dicha población.
Y lo describía: “ Compónese de varias
piedras verticales, sobre las que descansan otras horizontalmente”. El segunda
era “El Dolmen del Herradero, próximo al mencionado camino, hallándose
bastantes vestigios en su vecindad de un recinto sagrado;” y el tercero “ el Dolmen de la Corcoja* formado de colosales
cajas de piedras en la margen izquierda de la cañada de Jaén”.
También apunta la presencia de “El hito llamado Peñón
de Cayada^ ya desaparecido. Estaba situado a 5 kilómetros, próximamente, de
Alcalá la Real, al SE-, muy cercano a la carretera de esta ciudad a Granada y á
unos 500 metros del punto en que confluye a ella el camino de Íllora. Llamaba
la atención de los viajeros por estar en medio de una llanada de tierra
cultivable, y medía unos 8 metros de altura por 3 de ancho en la base y uno y
medio en la cúspide. Su base 3 era
pequeña y de poco más de un metro de altura, y por bajo de ella había tierra
suelta; era todo de una pieza. Fue destruido hará unos diez años por el dueño
de la casería
CASA CONSTRUÍDA CON LA
PIEDRA DEL DOLMEN DESTRUIDO, LLAMADO EL «PEÑÓN DE CAYABA»
de Ocaña, en cuyos
terrenos estaba enclavado, y de la piedra obtenida se construyó el estanque y
la mayor parte de la casa de labor.
EL CAMELLO
Ya recogía este testigo rocoso, de carácter adámico, El llamado Virgen del
Camello se halla a 9 kilómetros de Alcalá, también al SE., muy cerca del camino
de Íllora, casi en la cumbre del cerro denominado «Camello Bajo» o «Ermita
Nueva», en terreno rocoso y muy pendiente. Tiene una base enorme perfectamente
cimentada, y aunque por la parte cóncava, que mira al llano, o sea al S.,
parece dividido en tres partes, por la opuesta se presenta formado por una sola
masa, con dimensiones extraordinarias. La fantasía popular ha forjado sobre
estos peñones varias leyendas y tradiciones pintorescas, llamando al derruido
el marido y al del Camello la mujer.
Así se describe toda la sierra del Camello con una longitud aproximada de
unos 6.896 metros sin distinguir el ancho que provenía de las marcas que se nos
indican en el Libro de Visitas de Veredas y la de los mojones del Libro
de Visita de Términos.:
“Y allí acaba la dicha vereda,
porque entra en aquellos montes, que es muy grande cantidad, que de largo de ver
ser una legua, sin que del todo los interrumpa ni corte de tierra labrada de
ningún particular, entra en ellos esto que llaman Los Hoyos de Acequia, y los
montes baldíos del Pinillo y la Sierra del Camello hasta los Endrinales y el
cortijo que dizen de Ana Ramos”.
Este terreno se convirtió en dehesa en el siglo XVI junto con otras del
municipio cuyo beneficio de pastos y fruto de la bellota disfrutaba el cabildo
municipal como una fuente importante de entrada. En concreto, el disfrute de la
bellota tuvo lugar en 1672, que consistían en 50 fanegas de este lugar y
era subastado entre los interesados que cobraban a los que poseían ganado
de cerdos. Pero, también se permitió en esta sierra del Camello que pudiera
cultivarse 78 fanegas desde el 1617, prorrogados por órdenes reales
en 1662, para poder pagar los compromisos contraídos con la Corona.
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