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martes, 2 de mayo de 2023

ERMITA NUEVA, SU TIERRA Y SU PAISAJE

 


Dentro de la comarca de Alcalá la Real, el partido de campo de Ermita Nueva forma parte de la zona externa de Cordilleras Béticas, que constituyen el extremo occidental de las Cordilleras Alpinas Europeas.  En su tierra se presencian los fenómenos tectónicos sufridos  a escala continental  durante la mayor parte del Mesozoico y el Terciario, relacionados con la apertura del Atlántico Norte y la colisión de las placas europeas y africana y caracterizados por una cobertera plegada, en la que se desarrollan mantos de corrimiento al estar situada al borde de estas placas.  La zona externa ocupa la parte  de la zona subbética interna media, que ofrece las series más potentes y diferentes  a partir del Domeriense abundando las litologías  de las radiolaritas, los niveles turbídicos, y en algunos lugares, los materiales volcánicos  junto con la presencia de un intenso magmatismo durante el Jurásico  y parte del Cretacio inferior.   En concreto, el Mioceno se produjo la colisión de las placas y le afectó como manifiesta la presencia de los materiales triásicos, los retroencabalgamientos  que enmascaran los movinmientos originales. Fue  el momento en la fase del Tortoniense de la presencia y creación de las cuencas intramontañosas, y, a partir del relleno de las cuencas por la erosión que se mantiene hasta la actualidad. Los pliegues de mayor radio que en otros lugares, las fallas singenéticas y los núcleos perforantes abundan en esta zona, así como es fruto de las traslaciones  de estructuras sobreimpuestas, al ser una región muy plegada  y el diapirismo  jugar un papel muy importante en el trazado y localización.







Esta zona se encuentra en la homogenización del Cretáceo  con la sedimentación de facies pelágica, lo que llamamos Mar de Thetis hasta Eoceno, donde los materiales se sedimentan en el fondo marino  y se sufren diversos de deformación de  orogenia alpina.  Los materiales del Triásico son los más antiguos que hay en esta zona, sobre todo por zona del Palancares de Ermita Nueva. Suelen ser las arcillas  versicolores  con abundantes yesos  y enclaves dispersos de rocas subvolcánicas y materiales carbonatados. Estas últimas son las que abundan en su afloramiento  cerca de Ermita Nueva  con escasas dolomías tableadas  ligadas con las llanuras de las mareas. Las rocas subvolcánicas  en masas caóticas  intercaladas entre las arcillas, suelen ser enclaves intrusivos  de formas redondeadas y lenticulares. Su acción sobre la roca encajaste, que cuando se trata de arcillas Los afloramientos muestran señales de brechitificación o alteración en bolos.  También hay calizas tableadas gris azuladas  oolíticas y psiolíticas, de algas, biomicritas  es más clara cuando esta  es una roca carbonatada.

 

Como elemento distintivo de esta zona se encuentra la Sierra del Menchón, formada por materiales carbonatados que permite el desarrollo de cierta altura y se encaja por la red fluvial Su parte central está compuesta por calizas.

  Pertenece a un gran anticlinal, que se desdobla en dos, en el extremo oriental  y que lleva anejas multitud de fallas  n disposición octogonal. Al norte de esta se puede encontrar cerros testigos pertenecientes a restos no erosionados de cabalgamientos superficiales de unos materiales sobre otros.

Se presenta como un relieve  muy fracturado con pequeñas fallas en sentido perpendicular al anticlinal  transversal  que en sentido este a oeste marca la divisoria de las aguas, por un lado al norte y por otro al sur. En los alrededores de Ermita Nueva el relieve se complica  con la aparición de dos anticlinales paralelos y fallas pequeñas con disposición perpendicular. Se complica aún  la estructura de esta con la presencia de un frente de cabalgamiento  en dirección Sur -Norte y Norte -Sur, con pequeñas fracturas asociadas al norte de la Sierra del Menchón

 La presencia de las dolinas, los célebres Capachos, son el resultado de un proceso de erosión hídrica practicado sobre material calizo. Por la zona del sureste de Alcalá la Real  se muestra un paisaje alomado  y plano  que se manifiesta como una gran llanera  proveniente de varios arroyos  y barrancos que coinciden en esta área. Junto a cabalgamientos de materiales triásicos se encuentran alomamientos de marga del Cretácio y Terciario, entre los que destaca la Guzmana en el extremo Sureste con una altitud de 1.000 metros . Existe una falla que fue fracturada por su mitad.

Responde su territorio al municipio de Alcalá la Real enclavado en una zona montañosa que surgió en el  Terciario, una zona geológicamente joven, caracterizada no  par relieve escarpado sino más bien por su relievé ondulado y por su modelado carente de aristas vivas. No obstante en este partido de campo, la zona del Menchón se caracteriza por ser zona de máxima pendiente, más del 32. %; otra montañosa bajando hacia los núcleos de Ermita Nueva y alrededores, y, alomado en tono al río Palancares de modo que da lugar a los diversos núcleos dispersos y cortijos antiguos y a una diversificación de cultivos desde el forestal, olivar y cereales. La hidrología de este paraje viene definida por cuatro manantiales (Fuente Acequia y cuatro sin nombres) y la cuenca  del arroyo Palancares con dirección W-E, que se dirige al río Genil, de estructura de anticlinal  y está formada por materiales del Subbético Medio calizos-dolomíticos del Lías inferior. Algunos consideran que la estructura de pliegues de esta zona da la posibilidad de la conexión en profundidad con otras unidades del Lías inferior, lo que puede dar lugar a reservas importantes de agua. Las riberas de los  arroyos permiten otro tipo de vegetación.

 

ZONA DE RESTOS ARQUOLÓGICOS PREHISTÓRICOS

Por esta zona, Góngora y Romero de  Torres comentaban en 1860 varios testigos de restos prehistóricos de Alcalá la Real en sus Antigüedades, a saber varios monumentos monolíticos. Citamos, en palabras de Romero de Torres de la segunda decena del siglo XX: “El Dolmen del Hoyón, situado en la cañada de este nombre, desde el Castellón hacia el camino de Íllora á dicha población. Y lo describía: “  Compónese de varias piedras verticales, sobre las que descansan otras horizontalmente”. El segunda era “El Dolmen del Herradero, próximo al mencionado camino, hallándose bastantes vestigios en su vecindad de un recinto sagrado;” y el tercero “  el Dolmen de la Corcoja* formado de colosales cajas de piedras en la margen izquierda de la cañada de Jaén”.

 

También  apunta la presencia de “El hito llamado Peñón de Cayada^ ya desaparecido. Estaba situado a 5 kilómetros, próximamente, de Alcalá la Real, al SE-, muy cercano a la carretera de esta ciudad a Granada y á unos 500 metros del punto en que confluye a ella el camino de Íllora. Llamaba la atención de los viajeros por estar en medio de una llanada de tierra cultivable, y medía unos 8 metros de altura por 3 de ancho en la base y uno y medio en la cúspide. Su base  3 era pequeña y de poco más de un metro de altura, y por bajo de ella había tierra suelta; era todo de una pieza. Fue destruido hará unos diez años por el dueño de la casería  

CASA CONSTRUÍDA CON LA PIEDRA DEL DOLMEN DESTRUIDO, LLAMADO EL «PEÑÓN DE CAYABA»

de Ocaña, en cuyos terrenos estaba enclavado, y de la piedra obtenida se construyó el estanque y la mayor parte de la casa de labor.

 

EL CAMELLO

 

Ya recogía este testigo rocoso, de  carácter adámico, El llamado Virgen del Camello se halla a 9 kilómetros de Alcalá, también al SE., muy cerca del camino de Íllora, casi en la cumbre del cerro denominado «Camello Bajo» o «Ermita Nueva», en terreno rocoso y muy pendiente. Tiene una base enorme perfectamente cimentada, y aunque por la parte cóncava, que mira al llano, o sea al S., parece dividido en tres partes, por la opuesta se presenta formado por una sola masa, con dimensiones extraordinarias. La fantasía popular ha forjado sobre estos peñones varias leyendas y tradiciones pintorescas, llamando al derruido el marido y al del Camello la mujer.


            Así se describe toda la sierra del Camello con una longitud  aproximada de unos 6.896 metros sin distinguir el ancho que provenía de las marcas que se nos indican en el Libro de Visitas de Veredas  y la de los mojones del Libro de Visita de Términos.:

 

“Y allí acaba la dicha vereda, porque entra en aquellos montes, que es muy grande cantidad, que de largo de ver ser una legua, sin que del todo los interrumpa ni corte de tierra labrada de ningún particular, entra en ellos esto que llaman Los Hoyos de Acequia, y los montes baldíos del Pinillo y la Sierra del Camello hasta los Endrinales y el cortijo que dizen de Ana Ramos”.

 

            Este terreno se convirtió en dehesa en el  siglo XVI junto con otras del municipio cuyo beneficio de pastos y fruto de la bellota disfrutaba el cabildo municipal como una fuente importante de entrada. En concreto, el disfrute de la bellota tuvo lugar en 1672, que consistían en 50 fanegas de este lugar  y era subastado  entre los interesados que cobraban a los que poseían ganado de cerdos. Pero, también se permitió en esta sierra del Camello que pudiera cultivarse  78 fanegas desde  el 1617, prorrogados por órdenes reales en 1662, para poder pagar los compromisos contraídos con  la Corona.

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