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martes, 2 de mayo de 2023

EL ALCAIDE PEDRO DE PINEDA HERRERA

 

 

 









 Me encuentro viejo, cansado, a punto de tocarme la campana María los últimos aldabonazos avisando mi muerte a los vecinos de la ciudad de la Mota. Postrado en la cama, sobre la almohada  de   guadamecí y la de figuras, apenas puedo  andar, observo  un arca con su llave y cerradura; la abro y como si quisiera arreglarlo todo por cierto presentimiento sobre mi salud y anotarlo para hacer inventario, saco una cercadura de cama colorada de lanilla fina, compuesta de cinco piezas y cielo, un carrilete de venado, un coleto de cuchillas de cordobán, una ropilla de ballesta negra y un sayo de paño pardo de vellón. Luego en otra arca, hago  lo mismo y saco la colcha de lienzo casero, y la de medianillo, varios manteles anchos y de dos varas y media, servilletas, delantera de cama de medianillo con tira de red, un paño de red frutero, todo labrado , una tralla de Holanda labrada con seda, dos paños de cobriza  de Holanda labrada con seda de grana; saco también una toalla  de Holanda labrada con su guarnición de oro y azul,  otra de punto real de cobre antigua, varias s almohadas de Holanda labradas de seda verde, otras con seda grana, otro  azul, y otro de ruan labrado con seda verde y otro de parda, un travesero de Holanda labrado con seda negra y reda, almaizar de seda de colores, paño frutero de  hilera que llamaban de  nudo de cereza, vartos paños de mano con hilo de oro; de otra arca, saco varias cercaduras de cama con piezas y cobertores; abro con su llave  la cerradura de un arca llena de varios manteles de lino, estopa, ruan y estopa, tiradillo, , diez servilletas, un montante, dos toallas, una pieza de sobremesa, y entre ellos, un bordón de caña y juncia de India y su casquillo de platas,  otro negro,.

En este momento, entró el criado al ver la luz de un hacha encendida y le saludó.

-Mi señor, a qué se dedica. Tiene la casa patas arriba.

-No, simplemente, quiero hacer inventario de mis cosas. No lo he hecho nunca y ya es el momento.

-Siga, siga, ¿ le pe puede ayudar?

-Toma este ventalle.

-¿Qués esto?

-Un ingenio  para dar o darse aire que está formado por una serie de varillas unidas radialmente por un extremo y cubiertas por una pieza generalmente semicircular de tela, papel o piel decorados; para usarlo se toma por el extremo por el que están unidas las varillas y se mueve con la mano de un lado a otro; se puede plegar juntando todas las varillas, de modo que quede la pieza de tela, papel o piel doblada entre una varilla y otra.-,

-Deme esta botas de cordobán tapetada

-Sí, esas de color oscuro negro.

-En este rincón, se encuentran todos mis atuendos de caballero.

-¿Cuales son?

-Espera, espera, pon sobre el despacho el mapamundi y esta carta de marcar en pergamino.

Hecho.

-Sigo con mi trabajo de caballero, botas de brida, coleto, sombrilla, muceta de cordobán, bolsa y cama de campo varios pantuflos, una aguijada, morrión ,  fresno antiguo, calzones de malla, un calzo, rodilleras, brazaletes de armas, dos guares de malla (los cuatro en un arca vieja), . un arnés y armas de caballo

-Yo pongo estas sábanas, sobremesas, almohada, fresadas, paños  y colcha en aquel rincón sobre esa mesa pequeña.

- Deja a un lado las mesas de nogal con su cadenas y bancos y mira en esa alacena junto a la chimenea.

-Hay una barreta de hierro y tres martillos, unas tenazas y cuatro barrenos.

-Cerca tenemos utensilios y aderezos de armas: horquilla para tirar el arcabuz y su cajica con el pedernal,

Se dirigieron hacia unas habitaciones adosasadas a las tinas y caballerizas y allí apuntaron varias tinajas, camas de palo, colchones de paja, las fanegas de trigo para pagar  el diezmo, y lo mismo de la cebada, seis esteras de esparto, cueros de vaca, balaguero de paja, una cap de abrigo de bernia, arcas, mesas viejas, tarima,  y otra cama de palo,

-¿Anotamos también las dos borricas?

-Y los enseres de la criadas: colchones llenos de lana, manteles, y fresadas.

-Mira, aquella azada quebrada.

-Ah se olvidaba la porcelana de don Pedro de Pineda, la azada rota  y una cama de viento y arcas viejas.

-Saca con cuidado lo que se encierra en la otra alacena.

-Lo hago, seis copa de vidrio, llanas y penadas, cañón para beber y calabaza, tres candelero de azófar y aquellos de pabilo,

-Vamos con los asientos.

-Hay nueve sillas francesas(una rota), un escabelillo , un banco grande de nogal, y la mesa taraceada.

-Entremos en la cocina.

-Dos morillos, unas sartenes y calderas, cuatro cántaros, nueve platos de peltre ( seis pequeños y tres grandes), almirez con su mano, tres candiles, tres asadores, dos grandes, tres escarpias, un calentador, una caldera,  un tendido, dos tablas de horno, una artesa, dos cedazos,  una media fanega y un garabato de carreta.

-¿Cuántos cuadros hay colgados en las paredes?

-Siete lienzos de Flandes con sus bastidores.

-Mira, mi señor , qué culto es.

-Lo dices por los cien libros escritos en latín encuadernados  en pergamino o en tablas?

-Claro que sí, qué cabeza.

-Vamos a clasificarlos. Por materias y por su enseñanza.

-Pongo en el primer montón, los históricos. Viaje del rey a los estados de Flandes (4 reales)La Crónica del Gran Capitán don Gonzalo Fernández de Córdoba ( tres) , Aparato de Guerra guarnecido en tablas (dos),  Justino Historiador (dos reales) La muerte de Claudio,  vale medio real, Epístola con los Césares (3) Historia Imperial (20 reales),Memorial de cosas notables (6) Pomponio  Mela (1). Plutarco (4). Historia de la Gente del Septentrión 

 

-En el segundo, religiosos. San Bernardo guarecido en tablas (ducado y medio), Teodosio De divis  angelis. (2), Apotegma de Erasmo, un real , Una Biblia pequeña(8), Sermones de San Agustín. Librito pequeño en pergamino real y medio. Sobre el Evangelio de Sam Marcos de Erasmo, del mismo Evangelio de San Marcos y otro de San Juan  en 4 reales,  Historia eclesiástica en cinco reales, Traslación de los Cuerpos Reales, real y medio,  es umn libro maltratado. Fray Domingo de Soto, De Juramento un real. Libro de Job en dos reales. Triadas,  Oracion de Pedro Fintionio .

-El tercero, con varios lotes. Uno  Cosmografía, Las , un librico un real. Sobre los Niños de Sangre (1) Questiones de Tostado (34)Apotemas de cuatro varones (4), Rationes dicendi , real y medio , Curia pisana em cinco reales. .Laurencio Vaca un real

Otro con libros de Nebrija, dos  con comentario en seis reales. Comentarios , a dos reales, Exposición sobre canto a  un real y Dichos de Sabios, un real

-Tercero  Sobre los cánticos de Titelman, real y medio. Galeno pequeñico real. Las Setecientas de Hernán Pérez de Guzmán (4)

- Hay pocos poéeticos:  Horacio (dos),  y otro de  Erato, un real

-El cuarto, filosófico, Espejo de Consolación. Aristóteles (3), Juicio Moderado en latín(2), Espisitulas de Julio (1), Sobre la ética de Aristóteles. Epistolas de Soto (10), y Compendio de Filosofía Natural, cuatro ducados

- Y en otro lote Tres libros de Cicerón en tablas negras (12) Esferaman de cinco reales Decadas de Tito Livio (5), Salustio (1), Plutarco, (4) Tito Livio (12). Lucano real y medio. Un Terencio, Otro  Quinto Curcio, (5, )Copia verborum, en dos reales, Libro de Bello Galico en dos reales,  y Suetonio Tranquillo en 3 reales

-

-El quinto, con Alejo Piamontés, Y una oracion al rey Felipe  en pergamino (1) Epitome de elegancia , un real

-Pero acabemos con los muebles, anota una meseta redonda, un  velador con un palo, ocho  paños con figuras, dos rodelas de madera, tabla de mesa de nogal, tras bancos , uno para arrimar.

-

 

Un poco cansado. Pero tengo fuerzas para coger la pluma y dar a conocer un repaso a mi  vida. Me asomo a la ventana de las espaldas de mi casa y topo con la muralla del Aire, ando unos pasos y por la otra ventana escucho los sones y los cantos de las monjas dominicas en el convento ubicado en la casa de Leonor Méndez; en mi derredor la casa de Francisco de Pineda Mesía y dos calles, la del Preceptor y la que sube hacia la Calancha, . Bajo de mi alcoba, pisando primero la alfombra  verde y, luego , la amarilla.  Me cercioro que no hay nadie en mi casa y desciendo por una escalera la bodega que contiene dieciocho vasos de tinajas de vino llenas con cincuenta arrobas cada uno, Me dieron los alarifes Juan Sánchez y Manuel de Anguitta que mis casas valían más de 340.000 maraveíes

Despido a mi criado. He querido llamar a un escribano para alzar mi testamento, pero, lo voy a  escribir personalmente, con mi propia letra. Me siento en mi silla, y me apoyo en mi escritorio de nogal y abro sus gavetas: en la primera y se halla una caja redonda con una nuez y cera sin guarnición; otra cajita con su rebellota de cristal  y otra  vacía, de modo que no consigo la pluma; en la segunda gaveta, un panal de campo un chuchillo y un pinzón como lima; de las otras gavetas voy sacando papeles para escribir mi testamento,  junto con corales con cera de oro, un tintero de plomo, un sello de plata con las armas de mi alcaidía; encima de una silla una sarga de almaizar.  

 

Sé que las declaraciones de fe y creencias cristianas son un formulario que he  aprendido de memoria, y,  en plenitud de mente, pero enfermo de cuerpo, quiero llevar a cabo una serie de mandas, ruegos, y peticiones envueltas con retazos de una vida que implica a toda mi familia.

Pido que me sepulten en el conocido  enterramiento en la capilla junto al Sagrario, que era de mis hermanos y mía, heredada de padres y abuelos,  y amortajado con el traje de San Francisco. Mi bisabuelo fue Pedro de Pineda , caballero, que ganaba por dos lanzas, cuando servía al rey Juan II y se casó con doña María de Córdoba sobrina de Antonio López de Córdoba, hija del maestre  Martín  López de Córdoba. Miu abuelo Juan de Pineda, alcaide de doña Mencia se casó con Catalina de Aranda, hija de Pedro y Catalina Fernández. Murió en tiempos de frontera estando en Alcalá.. Tuvo dos hijas, que junto con su madre se fueron como monjas al Monasterio de Santa Inésde Córdoba, y un hijo Pedro de Pineda, mi padre. Este recibió la merced del cortijo de Soto Redondo, que estuvo casado con doña Francisca de Herrera y Aranda.  Hay que advertir que dicha capilla estaba en la iglesia vieja goticomudejar de Santa María la Mayor y no se corresponde exactamente con la que luego será la de Muestra Señora de las Mercedes.  Estaba cercana, pero no en el mismo sitio, pues la iglesia renacentista albergaba a la gótica. Tras el acampañamiento en el entierro de todos los capellanes, sacerdotes y frailes  y beneficiado y con las cruces menor de la parroquia y de las cofradías, se celebraron una gran cantidad de misas, que nos sirven para conocer su familia y devociones. La misa de réquiem y nocturna debería ser de lo más común sin sermón ni cera. Deberían decirlas todos los sacerdotes en altar privilegiado. 

También ofreced  misas por  mis antepasados : mi primera mujer Beatriz de Aranda (5), hija de  María de Mendoza, hermana de don Bartolomé Hurtado de Aranda, y las mismas  misas por mis otras  mujeres  doña  Catalina de Mesía, hija de Alexandre Mesía y doña Juana de Aranda,  que fundó una memoria en el mes de marzo en la Iglesia Mayor  con huerto de Fuente Beber, ahora Azacayas, y otra de la suegra , hermana  del beneficiado Pedro de Aranda, sobre bienes de Villafañe y sus salinas.  Y por  doña Ana de Lences Aranda, hija de Bartolomé de Lences y María Teresa de Arteaga;  que tuvo mi  hijo de nombre Pedro, y una hija doña Teresa , que con su hermana Carolina de Artiaga y María de Olea formaban la familia   las mismas por  doña Juana Serrano , de réquiem en el mismo altar  y otras 330 misas  en las otras iglesias y tuvo cinco hijos,  don Pedro Serrano, don Félix y don Alonso y otros dos que murieron don Juan, era hermana del beneficiado Bernabé Serrano de Alférez,  que le entregó nada menos que un cuento de maravedíes como dote por ser su guardador. Y por las almas del purgatorio, por mis  padres(10); miss suegros(6); y hermanos,(6).  Por las Fiestas de Nuestra Señora (10); Todos los Santos (10), Difuntos  con responsos;  y los  santos según se celebren en los días (70) .

Tengo un criado Juan López  que  se querelló  con Juan de Castañeda y se le puso una multa de doscientos  ducados a los que afronté esta carga.Mis  hermanas doña Francisca y Catalina viven en mi casa, y mi esclava morisca Isabel, su hija María  y su otra hija menor María Nieves, se han de quedar cuidándolas hasta los seis, ocho y diez años y también a mis hijos, pero luego quiero que sean libres. Les dejó además toda la ropa, porque se lo había prometido a sus padres cuando murió.

Pero mi  preocupación presente radica en las consecuencias  y desavan iencias de las herencias  y mis bienes entre mis hijos, nietos y cuatro esposas.  Me  inquieta, quiero que de todos mis consejos se acordasen bajo la anuencia de hombres discretos y cristianos, teniendo en cuenta que todo lo logrado lo había conseguido  por mi trabajo. con mis  herencias y no por vicios humanos. Pero cada vez que cojo  este papel me tiemblan las manos, se me multiplican los censos y los réditos contraídos por los endeudados  con su familia y las de sus esposas, abarcan resumidos más de cuatro folios de pergamino y se elevan a cantidades desorbitantes entre  bienes de  tierras, solares y casas así como de dinero contante y sonante. Me siento orgulloso de mis tierras y sus labradores que me la tienen arrendadas; un cortijo en Salograr con su casa de teja, tinado, era y más de ciento cincuenta fanegas de tierras, entre la  haza del Romeral, las de los caminos y junto al cortijo que las rondan tierras de Martín Muñoz y Pedro Hernández de Aranda,  el arroyo  y el camino de Frailes, el haza de la Corona en Puertollano junto el arroyo; el pedazo de viña de la Moraleda; el haza que linda con el Matadero y baja hasta la Dehesa de los Caballos y termina en la muralla del Arrabal Viejo; las dos hazas junto al Guadalcotón , linderas con su vereda y el puente, en el mismo ruedo de la ciudad; y  la  de las Azacayas, junto a la Fuente Beber.




 Mi hijo Pedro de Pineda  estuvo en la guerra de Portugal, donde se fue sin saberlo yo, a escondidas llevándose unos cien ducados entre objetos de plata, candelero  y jarrón grande, dinero y otras cosas, luego quiso marcharse a la guerra de Flandes  y tuve que darle doscientos ducados por el regimiento de su hermano, a quien sustituyó, cuando  se encontraba en  la guerra de Flandes en 1596. Pero le encargué el patronazgo del  hospital de la Madre del Dios de Castillo de Locubín como lo había establecido  el capitán Martín de Artiaga. Este le dio la tercera parte de un molino de la Ribera que provenía de su suegro Bartolomé de Lences. Era un cabeza rota, manos rotas, me costó un pleito con una doncella honrada que lo metió en juicio y en la cárcel real  y tuve que pagar el pleito con  300 ducados, y  con una hipoteca de trigo y cebada,  mas cuarenta ducados. Un botarate me trajo de los bienes que debía cobrar y censos de Martín de Artiaga en el ducado del duque de Osuna sobre un mesón unos cien olivos y otras haza de un montante de 95.000 maravedíes, porque se enredó en malas ventas y fianzas suicidas, y perdió el capital. También le pagué otros doscientos ducados para ir a Portugal y una mula ensillada y embridada, lo mismo que cuando se fue a Flandes y embarcó.

Mis hijos con doña Juana Serrano son don Pedro Serrano Pineda, don Féliz y don Don Alonso, son muy jóvenes y ruego que los protejáis pues muchos bienes proceden de la familia de Serrano Alférez. 

No quería dejar detalle alguno y procuraba que mis palabras se cumplieran con la anuencia de personas importantes de la ciudad, que nombraba albaceas testamentarios,  el abad Maximiliano de Austria, los beneficiados Francisco de la Torre y Bernabé Serrano de Alférez y sus tres hijos mayores.









 

        Mi hijo Francisco de Pineda Mejía  es mi persona preferida, mi ojito derecho, el primogénito, por el amor que había demostrado con mi persona, le di dinero para marcharse a Italia yu  estuvo en Italia con el baenero Juan de Castro, casado con doña María de Mesa que le   envió cincuenta ducados en reales, y los pagó  don Luis de Morisote, criado del gloriosos príncipe don Carlos, que  le prestó su hijo  en Nápoles  mil reales , y se los pagó por medio de don Andrés de Ulloa en Madrid, de mano de Pedro Serrano . Este criado de  Carlos le enseñó alemán. Pues, este hijo de  Felipe II cuando contaba 18 años, nació y  quedó huérfano de madre poco después de nacer. Carlos se crio primero en compañía de sus tías y tras las bodas de éstas con familiares cercanos, pues su padre no estuvo en España de 1548 a 1551 ni de 1554 a 1559. Su desarrollo físico también era deficiente, pues tenía un hombro más alto que el otro, la pierna izquierda más larga que la derecha, el pecho hundido y una pequeña joroba. Pocas son las noticias que se tienen del transcurrir cotidiano del príncipe en el invierno y la primavera de 1566. Se sabe que en las postrimerías de 1565 que Luis de Morisocte le daba clases de lengua alemana desde el último verano y que se remuneraban sus lecciones a razón de cien maravedíes diarios. Don Carlos no tenía nociones de idiomas extranjeros y no deja de sorprender su elección. La esperanza de un próximo enlace con Ana es la única explicación, aunque imagino que era más ferviente su deseo que la capacidad por aprender un lenguaje complicado

 

Mi hijo está  casado con doña Beatriz Cívico, hija del alcaide don Juan Cívico y doña Luisa de Valenzuela. Le di como dote   de su abuela Catalina 72.000 maravedíes  y otros 32.000, ya gastados, en oro cofre  y aderezos,  y otros cien ducados;  le encargué proteger  con sus bienes la administración de los hijos menores y sus hermanas para que les diera mantenimiento y alimento, con la finca en Fuente Nueva, la viña en Alamedilla, la huerta de Azqcaya, un  caballo, y las  casas principales una tercia parte.  No olvidaba  y le encarecería el cuidado  de sus hermanas y sus dos nietos naturales Pedro y Ana, hijos de Pedro Pineda Lences, el primero se encontraba en mi casa y la niña en casa del albañil Juan de Lara. Le vendí  un título de regidor que costó 400 ducados y, para compensarlo con sus hermanos,  tuvo que asumir un censo de Diego Santisteban cargado sobre el monasterio de la Concepción de Granada y, le debía dar su hermano Pedro otros doscientos.

   

Llamé a los testigos que  acabaron cansados de escuchar todos los pormenores que había detallado de su vida, eran el cura beneficiado de Santo Domingo Francisco de la Torre, Francisco de Mazuelo, y Rodrigo Méndez de Aranda, personas solventes, que en este seis de enero de 1596, testificaban con sus firma sus palabras.

En treinta de septiembre de 1601 hice un codicilo, aclarando dudas entre hermanos sobre todo con los bienes de Pedro Pineda Lences.

Debió morir por diciembre  de este año don Pedro de Pineda .Se complicaron las cosas, tras su muerte los menores tuvieron que buscar a padres o curadores y tutores, entraron en pleitos, por septiembre de 1603, no habían acabado el litigio entre ellos, intervino el alcalde mayor y al final se aclararon todos los hilos de aquel embrollado montante de un caballero ideal.

 

Por el legajo 4809, folios sn, de Gregorio Marín, se nuestra un cuaderno en el que se contienen los bienes, su repartición el testamento del Alcaide don Pedro de Pineda, en letra original 

 

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