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martes, 14 de octubre de 2014

DIARIO DEL RUTERO. LA RUTA DEL DUERO. LA RUTA DEL DUERO.RIMERA PARTE


 

DIARIO DEL RUTERO.

 LA RUTA DEL DUERO.

 DE LOS ARRIBES A ARANDA.

            Eran las catorce y treinta del día  diez de octubre un  chaparrón se apoderó del cielo alcalaíno inundando las calles del casco urbano. Los 48 ruteros montaron junto a la estatua de Pablo de Rojas y la Estación  de Autobuses en medio de paraguas y maletas mojadas a eso de las quince horas y pico., Algún despiste que solucionamos pronto como el libreto de ruta. Nos atendió Antonio Puerma Aranda que era nuestro conducto desde tierras andaluzas hasta tierras del Duero. Tras una breve estancia en la capital  jienense donde recogimos a nuestras amigas Canis, pasamos las tierras de Sierra Morena y los túneles del Despeñaperros en menos que canta un gallo, más bien un ciervo vespertino. Con prisas, pero sin con cordura de conducción, pasamos Santa cruz de Mudela, dejamos atrás ventas, pueblos, molinos de viento y la llanura castellana hasta acercarnos a Madrid, donde hicimos la primera parada. Bordeamos Madrid por la radial y M-50  y  subiendo por el Puente de los Leones, respiramos el fresco de Ávila y topamos con las tierras salmantinas.

            Nos dio la mano el río Tormes y legamos a un bello Hotel en el Paseo de los Carmelitas, avanzada la noche  las once horas, per, a buena hora para un paseo por la ciudad nocturna. Grandiosa se presentó la Plaza Mayor helmántica o slamantina ( no salamaquesa), entre penumbra la casa de la Compañía de Jesús, la de las Conchas y la Universidad Pontificia. Leímos los vítores de los príncipes japoneses y el presidente  panameño Arístides, cerca de la Universidad pontificia. Allí los ruteros se esforzaron en encontrar la rana de la fertilidad sobre la calavera de la muerte, entres escudos, iconografía imperial, mitológica  y de poder nacional. Bella fachada de tiempos de los Reyes católicos, a las espaldas con la estatua de fray Luís  de León. Luego, un paseo entre las diversas fachadas de la catedral vieja y nueva,  entreviendo el cimborrio de la antigua, y las portadas inconclusas de la nueva. Parada obligada en la casa del archivo de la Guerra Civil y de la logia masónica.

Divisamos el monasterio de San Esteban, contemplamos otras iglesias, casonas, y por la Rua principal entre tiendas, librerías y bares el silencio de la noche.

Una tapa nos alivió el paseo para disfrutar  del  descanso obligado del viajero.

 

 

 

11/10 SALAMANCA-ARRIBES DEL DUERO-ZAMORA

 

            Salimos  muy temprano en dirección a los Arribes del Duero por la carretera autonómica de Ledesma , unas montañas  suaves y de rampa asequible, entre algún que otro viñedo una zona de adehesamiento muy extendido. Los toros nos daban  las manos, más bien los cuernos en el amanecer.  Junto a la orilla del río Forme, apenas divisamos las viviendas al estar obstaculizados por las neblinas que ocasionaba la cuenca de este afluente del Duero. Pequeños pueblos con Villamayor, Valverdón  dejamos atrás hasta llegar a Ledesma, una bella ciudad sobre un cero de pizarra junto a al río Tormes, comentamos que allí murieron  un hijo de Alfonso X y el nieto de don Sancho. Relacionamos su historia con la serie de Isabel por eso de  de la negativa a aceptar a Pedro de Zúñiga como conde de  esta ciudad y la concesión del condado por  Enrique IV a  Beltrán de la Cueva. Desde lejos, se observan el ayuntamiento y la iglesia de Santa María .

Desde aquí contemplamos el principio del embalse de Almendra  en el río Tormes y unos  puntes antiguos. Viramos hacia el norte  y entramos en la comarca zamorana de Sáyago, con el mismo  paisaje de tierras adehesadas, aldeas con huertos de cercos de piedras y  y pasamos por Maraleja, Almeida  y Bermillo, donde confluyen el Duero y el Tormes. Siguiendo la carretera, cerca de un nuevo embalse doblamos hacia el occidente hasta llegar la carretera que nos dirigía Portugal. Pronto se divisaba la ciudad de Miranda do Douro y,  tras el paso de un pantano. Desde se veía levantarse la catedral de la villa portuguesa, llegamos  a la Estación Biológica Internacional ( que forma la   frontera de Zamora con la ciudad de Miranda del Douro), donde fuimos recibidos por el equipo hispano luso. Visita a Letrinas, entrega de entradas, pasarelas y  montamos en un barco catamarán  con otro grupo de ruteros paisanos de la tierra del Santo Rostro,  donde emprendimos  un Crucero Ambiental hasta el Área Temática del Valle del Águila, paso de los contrabandistas y regreso. La tripulación y el guía explicaron lo más relevante sobre flora y geología del Parque Natural. Los  Arribes del Duero se encuentran entre Salamanca y Zamora, con un  unos 37  municipios: Argañín, Almendra, Cabeza del Caballo, Villardiegua de la Ribera, Villadepera, Torregamones, Villar del Buey, Fariza, Gamones, Fermoselle, Villarino de los Aires, Pereña, Masueco, Mieza, Vilvestre, Puerto Seguro, San Felices de los Gallegos, Ahigal de los Aceiteros, Sobradillo, La Fregeneda, Hinojosa del Duero, Saucelle, Adeadávila de la Ribera, La Bouza, Bermellar, Saldeana, Barruecopardo, Fonfría, Pino del Oro, Villalcampo, Moralina, Moral de Sayago, Trabanca, Lumbrales, Cerezal de Peñahorcada, La Zarza de Pumareda, La Peña. Y  58 de núcleos de población,  donde  habitan 21.912 personas. No llegan a sumar todos los vecinos de Alcalá la Real.Este centenar de kilómetros- y espacio natural privlegiado se “·encajona formando los cañones más profundos y extensos -casi belleza agreste de su paisaje granítico y una rica y variada fauna y flora”. Su relieve  pertenece al dominio del Zócalo Paleozoico y está constituido fundamentalmente por granitos y granodioritas. Sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero, Huebra y Uces. Interesante y bella localidad: la villa de Fermoselle, que lo reservamos para el próximo año.

A lo largo del recorrido de este valle encajado, resguardado de los vientos y con mucha insolación, que da lugar a una temperatura media anual suave, la inexistencia de heladas a lo largo del año, y unas ciertas condiciones de humedad (precipitación media en torno a los 700 mm/año). La guía, con la ayuda del capitán y una  ayudante, y a lo largo de unas diez estaciones de parada. Nos comentó una riquísima comunidad vegetal,  donde se mezclaban especies  típicamente mediterráneas como olivo, vid, almendro, frutales. Y,  junto al "arribe", y en la penillanura, se observa  la tierra destinada al cultivo del cereal, principalmente centeno, en alternancia con pastos apostantes y semiagostantes. Pero , actualmente, tras el abandono de la tierra de labor, todo  se cubre con el matorral donde se intercalan enebros, encina, quejigos, alcornoques, acompañados de gramíneas y labiadas. Pero, lo que llamó la atención fue la explicación de Antonio Atienza de las aves de este parque:  buitre común, águila real, águila perdicera, cigüeña negra, alimoche, halcón peregrino, sin olvidar otras especies de interés como águila culebrera, águila calzada, búho real, chova piquirroja, vencejo real, roquero solitario, collalba rubia... Destaca también la presencia de una gran riqueza de peces (barbo, carpines, bermejuela, boga, colmilleja, ...), reptiles (lagarto verdinegro, eslizón ibérico, culebra de herradura, lagartija colirroja, ...) y mamíferos (nutria, garduña, gineta, jabalí, zorro, ...). También, con la ayuda de la guía, se comentó la  comunidad de anfibios está limitada por la escasez de agua, siendo abundantes especies como el tritón jaspeado, tritón ibérico, rana común, sapo corredor, sapillo pintojo, y peces como el barbo, la trucha….

Quedamos impresionados con sus rocas ígneas de diversos tipos de granito en perpendicular que amenazaban la caída, los cañones que sirivieron de paso de los contrabandistas en los años de la posguerra ( azúcar, máquinas de coser, tabaco..)

 La embarcación estaba acondicionada para navegar en el Parque con motores ecológicos insonorizados, visión por infrarrojos y micrófono direccional. Nos detuvimos en  pozo de las nutrías,  nido de cigüeña negra, e4ncina centenaria- , Se desembarcó en el Valle del Águila para visitar un proyecto Hispano-Luso de conservación etnográfica y ambiental Proseguimos por  Peña del Oso, que se veía en las alturas, cascada de invierno, área de águila real paso de las estacas, donde los contrabandistas se forraban de  dinero y de peligros por el río entre las miradas de las fuerzas de guardia,, castro celta, otro, nido de cigüeña negra, cascada, fuente de la pencela , y antiguo paso d la barca. Subimos a su  eslora  e hicimos bellas fotografías a algún que otro  “pajarraco” que capturaba los peces en alto río.

 Regresamos a la Estación con  una agradable sensación que fue complementada  con una exhibición-didáctica con Aves rapaces ( águilas, búho…) y degustamos vinos de Oporto.

            Nos dirigimos a Zamora por el pantano de Villalcampo y la autovía, ya las tres de la tarde, ya comíamos a Hotel  Marriot, almorzamos frugalmente y nos recibió Manolita, una zamorana con ganas de enseñar de palabra toda su ciudad, le sugerimos una  vista panorámica con la que abrimos una nueva visión de explicar la ciudad, y así lo hicimos a las faldas de la muralla, y orillas del Duero, pasando por los puentes ( los restos del Romano, Románica, y Nuevos) y varios molinos de pan, batanes y lugares de tundidores y lavaderos así como  antiguas iglesias extramuros. Nos detuvimos junto a la puerta de la muralla de la Lealtad (la del traicionero Bellido Dolfos) pasamos por ella, casa del Cid, iglesias románica hasta adentrarnos en la catedral. Contemplamos su claustro, su  cimborrio, su mezcolanza de estilos, la Virgen Calva, el retablo de Ventura Rodríguez, su bella sillería del coro, los tapices mitológicos,...y de allí nos trasladamos al castillo de doña Urraca. Puente, reja, patio y…boda mestiza entre un blanco y una negra, con aplauso andaluz.

Por la calle principal, oteamos las iglesias desde la puerta como san Idelfonso, la Magdalena y san Juan.

Algunos, misa vespertina y otros, tamboreada de  estilo Etnosur.

Luego visita al Parador, palacio de la Diputación, casonas y muchas más casonas. De vez en cuando el románico zamorano, único.

La noche la despedimos entre lluvias en un bar de picoteo y pinchos en la calle de los Lobos.

Suerte, con un día espléndido.

 

 

FIN DE LA PRIMERA PARTE.

 

 

 

 

 















 






 






 







 








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