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lunes, 15 de abril de 2019

TODO SOBRE EL SEÑOR DE LA COLMNA EN ALCALÁ LA REAL. PROGRAMA DE SEMANA SANTA.



















 ICONOGRAFÍA DE JESÚS EN LA COLUMNA

Este óleo barroco, en forma de gallardete y lámina, recoge una escena muy concentrada ya que, frente al tenebrismo del entorno, brilla la blanca luz del eje central, con la presencia de un Jesús apoyado sobre una columna baja y desnudo con tan sólo el paño de pureza por la parte del vientre y coronado con tres potencias.  Forma el eje central de otros subejes pareados. Está zaherido por varios sayones, vestidos con el traje típico de verdugos a la turca, con su togado otomano, saya y camisa libre de mangas en los brazos que blanden los flagelos de modo que encierran a Jesús con el movimiento de sus miembros agresivos de manos y pies y la dirección torva de sus miradas. Jesús no impreca al Padre ni eleva sus ojos al cielo, como en otros modelos, más bien baja su mirada de modo que parece darle serenidad y paciencia. La escena resalta dentro del fondo negro que impregna un tinte barroco de contraste entre la oscuridad y la luz artificial de los rostros.
Entre los romanos, al flagelado, a la vez condenado a muerte, carecía de derecho como persona y quedaba totalmente a merced de los verdugos; a menudo se desmayaba bajo los golpes y no raramente perdía la vida. Jesús, en su tránsito de Herodes a Pilato, recoge las palabras de Isaías: No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta.
Este cuadro responde, desde mediados del siglo XVI, a su nacimiento dentro de la cofradía penitencial de Vera Cruz. En sus desfiles, los disciplinantes incluían la flagelación de sus penitentes. Y posteriormente, en este caso a mediados del siglo XVII, añadieron el paso del Señor de la Columna dentro de una manifestación religiosa, en la que en un principio no procesionaban sino un Crucificado, una Virgen y la Cruz.
Tras el Concilio de Trento y en pleno barroco, este cuadro fue fruto de la herencia de la presencia en los desfiles procesionales de los momentos más significativos de la Pasión de Cristo, dando lugar a los pasos de misterio, lo que por supuesto influyó en la iconografía de la Flagelación. De seguro que la imagen del Cristo de la Columna reflejaba la copia de la imagen de un Cristo del barroco del siglo XVII, que recreaba los azotes y el dolor en el cuerpo de Cristo con violentos movimientos del tronco para mover a los fieles a la compasión. Como los columnarios de Priego, esta escena se anunciaba con el gallardee y sus hermanos miembros; y, se hacía aún más natural con el paso de los Azotes o   judíos, que eran como denominaban a la hermandad que realizaba la escena del auto de pasión en la calle durante la tarde del Jueves Santo con la Cofradía de la Veracruz. 
LA LAMINA
Este óleo sobre tabla de 97 cm de alto por 78 cm de ancho (sin marco, de 69 por 50 cm) se encuentra ubicado, según la suerte del cabildo de Domingo de Ramos, en la casa del Mayordomo. Procede del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario. Lo conocemos a través de la pieza 26 del legajo cinco del Archivo Municipal de Alcalá la Real y se realizó años antes de la exclaustración de los dominicos, en torno al 1820. Allí, según parece y de acuerdo con el anterior, se acrecentó con algunos bienes de otras iglesias y de la Santa María la Mayor. También aparecen enseres de otras cofradías y hermandades actuales. Aunque es muy extenso, por su interés, lo vamos a resumir y solamente nos vamos a fijar en los tatos relacionados con la hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna. En la sacristía, había objetos, ornamentos sagrados, un crucifijo, una lámina dorada de “La degollación de San Juan Bautista” con coronación, seis marcos de diferentes imágenes de advocación, la imagen de Nuestra Señora Santa Ana, y para interés de nuestra hermandad dos láminas de Ecce-Homo; del Coro.  Y un dato muy interesante para la Hermandad del Ecce Homo y Jesús en la Columna, que aparece añadido y con letra distinta, por lo que parece que es un traslado de alguna hermandad, tras desaparecer la anterior cofradía de la Veracruz. A la entrada de este convento se encuentra una capilla con su verja de palo del SEÑOR DE LA COLUMNA estampado en lienzo, colocado en retablo en talla, con su altar, hay tres faroles, uno grande que está en medio, y dos a los lados de dicho retablo con sus pies de madera, dos cornucopias con coronación grande, donde hay varios milagros de plata y algunas matas de pelo.
La tradición alcalaína del Cristo de la Columna se remonta a finales del siglo XV, con la erección de la capilla de esta advocación en la Iglesia Mayor de la Mota en tiempos de Alonso de Burgos. La cofradía de la Santa Veracruz disponía de una capilla con una imagen y un gallardete columnarios. Y, también, hubo una capilla en el claustro del convento franciscano de Consolación.    Presenta el momento de Jesús atado a la columna, y ser sometido a burlas (relativas a su presunto delito: de pretender ser "rey de los judíos" -INRI-) y torturas (entre ellas, la flagelación y la coronación de espinas, denominaciones iconográficas que a veces son totalmente identificables con ésta y a veces se diferencian con precisión). En este cuadro, la columna es pequeña, de aproximadamente un metro de altura con ataduras de manos.  Sale en procesión el Jueves Santo por la noche, junto a la Cofradía del Señor de la Humildad y María Santísima de los Dolores. El resto del año se encuentra en el domicilio particular del segundo Hermano Mayordomo.
II
EL GALLARDETE
Los dos gallardetes no son sino dos estandartes religiosos, que por ser de una hermandad religiosa se denomina estandarte cruciforme, largo, o vertical. Los dos están constituidos por un pedazo de tela o terciopelo rectangular, de color morado terminado en farpas. Están asegurados por su borde superior mediante la vara, vergeta, antena o astil horizontal, de su ancho, atravesada a un mástil medianero, forma una cruz con él, y pende del mismo; los mástiles medianeros están rematados en cruz. De la parte superior, bajo la cruz de remate, salen dos cordones de pasamanería que, anudados en los extremos de la vergeta, caen lateralmente con borlas en los cabos, para ser portados por dos acompañantes). El centro lo ocupa una copia de la antigua imagen de Jesús en la Columna pintada sobre lienzo y otro sobre la tela de fondo de terciopelo, damasco, brocado u otro tejido rico pero recio (o, a ser posible, e) También están rodeados y rematados por un festón, por flecos, borlas, etc., o por una combinación de algunos de estos adornos.


GALLARDETE DEL SEÑOR DE LA COLUMNA
Este gallardete refleja verticalmente un estandarte grapado en forma de trompeta de dos puntas. Sobre la asta la cruz, y en el paño morado oscuro   la carga recoge la lámina del Señor de la Columna. En la misma estación de penitencia del Jueves Santo sale también el Gallardete de Jesús en la Columna, copia de la imagen del siglo XVII, como el cuadro de la Lámina. En el centro del estandarte, de nuevo la imagen de Jesús azotado por dos sayones, mientras que en su paño alrededor del dibujo podemos apreciar diferentes instrumentos y símbolos de la pasión: clavos, martillo, tenazas, escalera, cáliz, gallo..., todos en plata, sobre fondo de terciopelo morado. Se guarda en la casa del tercer Hermano Mayordomo.
GALLARDETE NUEVO DEL SEÑOR DE LA COLUMNA (1953)
Existe un Gallardete nuevo, obra del siglo XX, pero que no procesiona y se encuentra presidiendo un altar familiar del vestíbulo de la casa de la Hermandad del Señor del Ecce-Homo, en la calle de los Caños, número 71. Aunque parte del modelo anterior, la vestimenta se transforma en túnicas de colores vivos, y el fondo de su tela es un violeta claro, No destaca por su calidad artística, ya que responde a una obra de mediados del siglo pasado y de una mano aficionada.
ENTRE EL PASO DEL SEÑOR DE LA COLUMNA Y LA HERMANDAD DE LOS JUDIOS
El Jueves Santo, la hermandad del Señor de la Humildad mantiene su procesión, sustituyendo a la del paso de la Veracruz, desde el siglo XX, y recorriendo el itinerario oficial acompañada de la Virgen de los Dolores en medio de judíos y sayones que representan, entre otros pasos, el Reparto de la Túnica del Señor, y la caterva de los apóstoles con la mesa transportando los panes y cálices de la Cena Pascua. La hermandad del Ecce-Homo asume los pasos que se relacionaban con la Veracruz y viene representada por la Tropa con Capitán, Alférez y Sargento, judíos, Escuadra de Tambores y Trompetas, Lámina y Túnica del Señor de la Columna, Signos de Pasión, Pregoneros, Gallardete del Señor de la Columna. Incluso, mantiene la tradición de sus demandantes, denominado popularmente de tacillas.
A mediados del siglo XVII, los escribanos no son muy prolíficos en aportar documentos sobre las cofradías y hermandades pasionales. Las primeras están completamente constituidas, sobre todo la del Dulce Nombre de Jesús y, por otro lado, la de la Santa Veracruz.; las segundas aparecen casi por casualidad entre textos que no tienen nada que ver con la vida cofrade. Es el caso concreto de la hermandades del Señor de la Columna ( gallardete y titular)          que suele aparecer esporádicamente en las mandas testamentarias especificando algunos hermanos suyos que sean enterrados en la capilla del Señor de la Columna; también algunos estatutos se encuentran entre la cofradía  dela Veracruz y la hermandad de la Columna u otras que salían el Jueves Santo, cuya finalidad fundamental , amén de la salida procesional, era el enterramiento de sus miembros que solían ser de una cantidad fija en los diferentes pasos a principios del siglo XVIII. Por su parte, Los Judíos, Azotes, e, incluso Sinagoga suelen aparecer dentro de las anteriores cofradías y en otras hermandades como la de la Humildad, Soledad y el Santo Entierro del Dulce Nombre de Jesús.
            En los años ochenta del siglo XVIII, sufrieron un gran declive, pero tuvo lugar cierto renacimiento de los pasos vivientes.         En la procesión del Jueves Santo, seguía  apareciendo la imagen del Señor de la Columna en sus andas que se renovaron, pero adquirió un importante papel el Gallardete del Cristo  de la Columna (sic).El hermano mayor que reorganizó el compromiso con la Cofradía de la Veracruz, fue Francisco Collados, pero venía asistido por dos padres de almas, representantes de la cofradía de la Veracruz que tutelaban a esta hermandad; uno de los compromisos adquiridos por los hermanos del gallardete eran portar las andas  del Señor de la Columna con una cuadrilla a cargo de un hermano de la hermandad del gallardete que se llamaba José Relimpio,  y además delante de la imagen debían acudir sesenta penitentes con sus cirios correspondientes sin que los tuviera que pagar la cofradía de la Veracruz. Y, además sacaban su propio gallardete, que seguía al gallardete de la Cruz que dirigían los padres de almas Florencio Jiménez y Miguel a continuación seguía el gallardete del cristo de la Penas, con los mismos compromisos y luces antes de la imagen, a la que posteriormente seguían el Gallardete de San Juan y el de la Soledad con los mismos compromisos, cirios y penitentes y obligación de portar las andas.
El Cristo de las Penas asume la titularidad de la cofradía de la Veracruz
            Por un legajo de cuentas del a cofradía de la Veracruz en el decenio 1760/1780, conservado en el AMAR, en esta cofradía centenaria y laterana se produjeron importantes cambios. Ya no se denominaba de la Veracruz, sino que cambia el nombre por la del Santísimo Cristo de las Penas. Aunque mantenía los principales cultos y fiestas principales, del monumento y procesión del Jueves Santo, la fiesta de la Santa Cruz con rezos y sermón de las benedictas de los Jueves de Cuaresma con asistencia de una capilla de música a cargo de un predicador que se dedicaba a la Virgen de la Soledad (por este tiempo el capellán era el cura de Santo Domingo de Silos don Julián del Barrio) y colgar la iglesia con lienzos, asistencia de capilla de música. En 1774, se compuso y asentó el trono del Cristo de la Columna, que pertenecía a esta cofradía por parte de Cristóbal Rosales, maestro dorador y el carpintero Pedro Pariente, importando 38 reales las libras de oro y al carpintero por las andas noventa reales que consistieron en los tornillos, una tabla de la Sierra de Segura, el trabajo de trono, en que dicha imagen se ha puesto para el seguro de ella por la quebracía de la pierna y demás composición.  A principios de siglo XIX, tras su ausencia por los decretos abaciales de finales de siglo XVIII, volvieron a salir las hermandades e iniciaron una campaña en contra de aquel rigorismo de la Ilustración, que le estaba ocasionando muchos problemasPero, pronto se presentó una difícil situación en un período de guerras y cambios políticos constantes y momentos de penuria económica. Y, se agravaba la situación con la declaración del decreto de prohibirlas en el Real Supremo Consejo a principios de siglo. En el mes de abril de 1808, se integraron las hermandades como Gallardete del Señor de la Columna (incluyendo el Paso de los Azotes, Verdugos o judíos) en la forma de patronazgo, según las recientes y aprobadas Constituciones, dentro de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús. La procesión salía, y entre gallardetes se señalaba el de sus imágenes titulares y la Cruz de los Discípulos, figurando el resto como cuadrillas, a cuyo frente estaban un cuadrillero y dos padres de almas elegidos entre ellos. Se mantenían la misma organización, beneficios de enterramiento y obligaciones que siglos anteriores como cuota de entrada. Las cuadrillas como auxiliares de la cofradía, en los elevados fines de la misma, aparte de cofrades que llevaban las funciones directas de la Hermandad, se dividió esta en cuadrillas, en número igual a los gallardetes existentes, recibiendo el nombre de estos que en la actualidad son de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del Ecce-Homo, de la Lámina de Jesús del Señor de la Columna, san Juan, Santo Sepulcro, la Soledad, Apostolado, Cruz de los Discípulos y Verónica
En el 1814, el paso columnario apareció unificado como Gallardete la hermandad del Ecce-Homo y Jesús de la Columna, que les obligaba a rendir cuentas a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús antes de la aprobación en su balance general, el único que se mantenía al corriente. Además, este año: “recibieron ... convenio hecho entre los hermanos y cofrade patrono, en lo que estando corrientes quedaron convenidos y su aprobación por esta Cofradía y no estando corrientes las de los demás gallardetes". Pero hay constancia de la Hermandad del Cristo de la Columna y de la procesión que salía de la Veracruz el Jueves Santo, se componía de unos 43 hermanos con ropa de judíos y sacaban la Lámina de Jesús en la Columna que había sido adquirida recientemente por los propios hermanos se organizaban mediante una Junta Directiva y un hermano mayor que guardaba lámina y ropa. Hacían el desfile portando lámina los mayores y la Túnica el hermano mayor. 
Aunque, a finales de siglo XIX, surgió otra nueva corriente reformista y un importante cambio en las Semanas Santas, que pasaron de un carácter devocional y penitencial a un predominio del esplendor externo, que se fijaba más en los grandes pasos de las imágenes, olvidando este tipo de representaciones, que, como sucedía en la diócesis sevillana, consideraban actos indecorosos.
            Muy descompuestos dichos pasos, participando de las dos hermandades del Ecce-Homo en la mañana del Viernes Santo y de Jesús en la Columna en la tarde del Jueves Santo, por muchos testimonios periodísticos, como los María Pilar Contreras o las noticias de otros escritores locales, se mantienen como una reliquia de este tesoro cultural a finales del siglo XIX y a principios del XX. No obstante, debieron perderse algunas partes como las denominadas Los votos, que reflejan las actuaciones de cada uno de los miembros del Consejo de los Judíos, donde se le acusa a Jesús para condenarle y, al final, se vota... Y, en concreto, la descripción del Viernes Santos es muy certera “Por la mañana se saca en procesión solemne a la venerada imagen de Jesús Nazareno, a ella asisten cofrades, cuadrilleros, cada cual con respectivas insignias y gallardetes: los apóstoles con sus túnicas, los discípulos con sus albas, los judíos con las colitas, y los penitentes con sus grandes colas que arrastran por el suelo. Va Pilatos, el Buen y Mal Ladrón. Barrabás y Longinos”. Desgraciadamente, no ha recogido el Paso de Judas que se desarrolla en la mañana del Viernes Santo con dos movimientos escénicos: la Venta y el Arrepentimiento de Judas. Es curioso que se dio un paso hacia atrás con estas constituciones, porque se ordenaba.
            A principios del siglo XX, las Constituciones de 1903 dan por hecho que se han incorporado nuevos gallardetes y sus correspondientes cuadrillas a la cofradía del Dulce Nombre de Jesús. Estableció varias categorías de hermanos: cofrades a los miembros de la tradicional cofradía de Jesús, algo así como los patronos, porque ejercían el tutelaje y control de actos, revisores de cuentas, interventores, censores de las cuadrillas; hermanos de gallardetes que se relacionaban con los miembros de los pasos y gallardetes, y el resto eran hermanos de la cofradía que dependían de los anteriores-
A partir de este momento, su historia se liga completamente a la de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad, como hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna de modo que así se recoge en las Constituciones de 1949 y obtuvo su independencia a finales del siglo >XX:





PASOS
Se mantienen los siguientes pasos de la antigua hermandad del Señor de la Columna.
 -PASO DE LOS AZOTES, llamado también Verdugos, Sinagoga y judíos, simulaba la flagelación con las disciplinas y flagelos, que se representa jueves y Viernes Santo con el crujir de la honda y Exposición de los cuadros y láminas.
-PASO DE LA VELADA que procede de tiempos anteriores como el de Judas, velada de los Soldados y la Oración en el Huerto. Se realizó en la Iglesia de Consolación, durante el momento de Oración en el Monumento del Jueves Santo en los años ochenta del siglo XX, recogiendo el momento evangélico que los apóstoles duermen mientras Jesús ora, y acude Judas con la tropa judía para prenderlos. No se dramatiza actualmente,
-PASO DE JUDAS, en la mañana del viernes   Santo. A la manera d un contrato de compraventa entre el Capitán y Judas.
-E PASO DEL FALSO CONCILIO. Es un paso pregonado que recoge el momento del auto de Pasión, en el que lo acusan a Jesús como reo ante Anás y Caifás. Este es el pregón.
Judas con tos sus intentos,
Casa Caifás entró,
Y junto a los fariseos
Esta palabra habló:
-Príncipes, ¿qué es lo que hacéis?
De Jesús, ¿qué estáis tratando?
Si algo más prometéis,
Os lo pongo en vuestras manos.
Contesta el falso concilio;
-Treinta dineros te damos.
En medio del ronco sonido de trompetas y redoble de tambores de rancio cuero se repite la frase del fallo condenatorio de aquellos siglos: Ninguno le consuele ni alabe/infiel que tal hizo que tal pague.
-El PASO DEL PRENDIMIENTO
Recogen el momento de llevar a Jesús preso ante el Sanedrín. Los pregoneros cantan: Ya llevan preso al Rey divino,
Con cruel soga a la garganta,
Como unos le tiraban
De aquellas sus carnes santas.
Y le dicen pícaro,
Traidor y hombre maligno,
hechicero y malhechor,
Embustero y jurador,
Y revolvedor de pueblos,
que, por sus falsos enredos,
esta sentencia ha merecío.
Y acaba con la frase sentencia de fallo judicial: Ninguno le consuele ni alabe/infiel que tal hizo que tal pague.
PASO de la TROPA
Es el grupo del capitán, alférez, sargento además soldados y judíos que van desfilando con espadas en alto, acompañados de los Signos de Pasión y ropas de soldados y verdugos del siglo XVII y XVIII, con sus casas de flores, sus turbantes, rostrillos y vestidos de peto, camisas sin mangas, sayos, medias de encajes, y botines bordados.
PASO DEL GALLARDETE, portado por el mayordomo.
PASO DE LA LÁMINA, portado por mayordomo.

SOBRE EL PASO DE LA TÚNICA

Este paso procedía de la hermandad del Gallardete columnario de la Veracruz de modo que se mantuvo hasta el siglo xx, porque se publicaron sus constituciones con el nombre de la Túnica y Santo Cristo de la Columna. En concreto, en un catorce de abril de 1814, se reunieron unos cuarenta antiguos hermanos de la mencionada hermandad con el fin de reorganizarla, a cuyo cargo se pusieron Juan Ibáñez y Domingo Fernando acompañados de muchos familiares de la familia Canovaca y Víboras; antes habían comprado una lámina de la Sagrada Imagen del Santo Cristo de la Columnas y su fin no era otro sino “sacar la procesión del Jueves Santo en la tarde”.            
En 2014, se reconstruyó ese paso, mediante el cual un judío, antes el hermano mayor, presentaba la Túnica a los presentes con el respeto y seriedad convenidos en medio de un silencio concorde con la escena y honores de majestad y alzando sables y signos de pasión en posición de firmes. Como acto mímico, solo ofrece la novedad de portar la mesa, el juego de dados y la acción de sortearlos en el Llanillo para recibir la túnica.
            Ese es el aspecto iconográfico, pero para nuestros antepasados tenía un auténtico sentido simbólico, y esa es nuestra intención para los actuales, cogiendo el pasaje evangélico de que Cristo lo despojaron hasta de sus vestiduras para darlo todo a los demás, que más puede pedirse a un Cristo Salvador de Hombres como está inscrito en la bandeja de portar la Túnica. Este es pasaje de San Juan, 19, 23-24:
Los soldados... cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: «No la rasguemos, sino echémosla a suertes, a ver a quién le toca». Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados.












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