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lunes, 8 de abril de 2019

EL SALINERO DEL CASTILLO DE LOCUBÍN









A través del testamento de Catalina de López, mujer de Luís de Torres, ante el escribano Lope de la Guardia en primero de noviembre 1546, siendo testigos y testamentarios su marido y Cristóbal Ruiz Cortecero en la villa del Castillo, se puede deducir lo siguiente:

-Que el castillero Luís de Torres era salinero, lo que pone de manifiesto que ya estaban en producción las Salinas de Filique en Castillo de Locubín. Este oficio era muy duro y se remonta al túnel de los tiempos; aunque a veces tuvieron muchas ganancias, otras vino den decadencia; hoy día este oficio está casi desparecido. Tan sólo hay restos y presencia arqueológica de las salinas de las Grageras y contemplamos algunas huellas de las de Filique. Es verdad que hasta mediados del siglo XX en las salinas delas Grageras, se producción artesanalmente, pero, como aconteció con los pueblos antiguos este oficio de salinero se hacía poco atractivo por las extremas condiciones humedad y calor, a lo que hay que añadir el desnivel del terreno en estos lugares alejados de los centros urbanos. A partir del medievo con frecuencia las élites controlaron la producción de la sal y los propios cabildos, e , incluso se vieron obligados a ser una concesión real dentro del arbitrismo. Los tolderos se encargaban de su produccción como arrendatarios y sometían a trabajos inhumanos a los sufridos salineros, también dieron lugar a revueltas por el precio de la sal como aconteció en la Alcalá de mediados del siglo XVII. Este modelo se mantuvo hasta el siglo XIX, cuyas salinas y toldos se abastecieron de otras salinas distintas de las de Filique y Rábita. Como decía Damiel Martínez Castizo en Diario 16 Este modelo de control y gestión se hará extensible por todo el mundo hasta mediados de siglo XX, momento en el que el sistema de explotación sufrirá una mecanización que reducirá considerablemente la mano de obra empleada y dejará en negocio en un reducido número de multinacionales. Dicho lo cual, y hasta que tuvo lugar el citado proceso, las principales fuerzas que hicieron funcionar las salinas fueron las del ser humano y algún que otro animal de tiro.Por lo que se percibe por los grabados y en los restos de las actuales salinas, su estructura se remonta a tiempos de los musulmanes desde el siglo VIII,
Se observa pequeños recuadros o estanques y canales en forma decircuito desde la fuenta que emanael agua salada, que vadeiscurriendode forma tranquila hasta alca¡nzar el gradiente adecuado para la criustalización. La anchura, profundidad y progresiva reduccion de amabas dimension dan lugar a decantación y concentración de los canales y estanques se van reduciendo paulatinamente para dar lugar, de forma natural, a un proceso de decantación y concentración. El salinero se encargaba de reparar los muros a causas de lluvias y temporales con carretillas y espuertas cargadas de barro, piedras y ramajes para aplicar en los puntos débiles y poder consolidarlos; de asegurar el suelo de las eras con argamasa natural o artificial; de afianzar las compuertas, pozos y norias; y de tener dispuesta la caseta de las salinas con las habitaciones y suministros del cortijo para acoger a los trabajadores durante la campaña.Solían ser cuatro o cinco cosechas entre los meses de mayo y octubre.

Como dice Martinez Castizo “La capacidad y experiencia del maestro salinero se antojaba fundamental para conocer la concentración aproximada del agua y proceder, en cada fase, a su desplazamiento para su precipitación porque, el llevar la salmuera con el mayor gradiente posible a las eras o cristalizadores, era determinante a la hora de obtener mucha sal en poco tiempo. Por ello, un buen maestro marcaba las diferencias entre una salina eficiente –donde las cosechas eran rápidas y puntuales–, y aquellas otras donde las expectativas productivas siempre quedaban por debajo.En ese sentido, el mayor trasiego tenía lugar en los cristalizadores. En este espacio el salinero debía mover el agua para eliminar la fina capa que durante días se forman en la superficie, las conocidas escamas de sal, que limitan la acción de la radiación solar y el viento. A ello se unía el necesario movimiento de las aguas para aumentar su gradiente hasta precipitar. Esta actividad tenía lugar bajo un sol radiante y su monótono movimiento con palas y rastrillos provocaba dolores de espalda, cintura y brazos.Una vez había cuajado la salmuera, cuestión esta que suele ocurrir de media cada 20 días, los salineros debían proceder a su retirada para comenzar con otra cosecha. Este procedimiento necesitaba de una mayor mano de obra, pues primero se debían romper la torta de sal, agrupar y, posteriormente, retirar. De nuevo era necesario emplear rastrillos y palas para apartarla de la era y dejarla secar en el pasillo durante unos días (según clima), para recoger cientos de kilos en espuertas, carretillas o mulas y llevarlos hacia el alfolí o almacén.




-Que era Hija de Mari López, a la que le deja como herencia varias ropas como faldetas, faldellín y sayuelo.-Hizo varias mandas de misas (tres por el alma de su suegro, trece por alma, otras dos por las ánimas del Purgatorio, cuatro misas por su padre). Y el acompañamiento desde su casa con los beneficiado, clérigos y curas, que se hallaren en la villa del Castillo para ser enterrado en la iglesia de San Pedro,donde se decía una misa de requiem.-Se constata la presencia de la cofradía de la Santa Caridad en el Castillo de Locubín, así como existía en Alcalá la Real, lo que se deduce que también ya existía un hospital de la Caridad. Y con una misma obligación o deber de acompañar con su cruz y cera a la fallecida por ser cofrade de ella.
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