SAN JUAN PARROQUIA PASA AL ROSARIO
En 1844, se trasladó la sede de la parroquia de
Santa María la Mayor desde la iglesia de san Juan a la del Rosario, concediendo
el Ayuntamiento 2.732, pues a mediados de los años cincuenta del siglo
XIX, los cultos los pagaba el Ayuntamiento y recogía impuestos para ello. También nombraba unos comisarios de
culto y clero. Además los gastos eran controlados por la Diputación Provincial
de Jaén que los aprobaba en 28 de setiembre de 1842. Entre los gastos
parroquiales, estaban los sueldos parroquiales de los sacristanes, curas y
tenientes parroquiales. A partir del año 1855, se trasladó la parroquia de Santa
María Mayor,- al convento del Rosario, pues, desde el siglo XVII se celebraban
la mayoría de los cultos en el templo sanjuanero. Años antes, incluso figuraba
popularmente en algunos casos, como de san Juan-.,
UNA IGLESIA EN LA TRINIDAD POR LOS AÑOS CUARENTA
-En
el año 1943, el párroco don José Antonio
del Río Alados emprendió la tarea de levantar una Iglesia Pública sobre las
ruinas de la Trinidad y solicitó al ayuntamiento una puerta de hierro, similar
a la capilla de Misericordia para que permitiera a los fieles visitar el templo
con comodidad. Este templo no era otro sino la capilla de san Rafael , que
todavía se mantiene.
EL BAILE DE LA JERIGONZA
El
cancionero popular ha sido estudiado por
algunos historiadores locales. Cantaban nuestros antepasados la jerigonza, y nos preguntamos qué era aquello.
Así, lo responde Luis León:
Era un baile burlesco, lleno de gracia ingenua y
colorido, una moza llevaba la voz cantante, y las demás que tomaban parte en la
danza la secundaban...era un cuadro, en que combinaban hábilmente la música, el
canto y el baile. Las muchachas que tomaban parte en la contradanza iban
expresando, con singular gracejo y estilizadas actitudes y gestos, todos los
pormenores marcados por la letra, hasta llegar a la escena final( La escena de
efecto) en que las bailadoras, cuando la canción lo requería, dirigíanse,
formando una cadena, al personaje más serio, más grotesco o menos dispuesto
para el bailes que hubiera en la fiesta, y lo invitaban a bailar. El invitado
no podía sustraerse, fuera quien fuere; tenía que dejarse prender por la cadena
de mocitas, y salir al centro del patio y bailar la Jerigonza. Era la ley
suprema de la fiesta. La canción decía:
Ahora sí que la doña Juana,
Ella hilaba
Y devanaba
Y bebía vino,
Y le daba la sopita al niño,
Y como era tuerta,
Con el pie atrancaba la
puerta,
Y dale un cedazo,
Y dale un abrazo,
Y no se le des,
Que le gusta mucho a esa
mujer
Saltar y brincar,
Y andar por el aire,
Esta es la jerigonza del
fraile,
Con su jerigonza,
Por lo bien que lo baila la
moza,
Y déjela sola,
Solita y sola,
Sola bailando, que a la niña
le gusta el fandango.
Y salga usté
Y salga usté,
Que lo quiero ver
Saltar y bailar,
Y andar por el aire;
Esta es la jerigonza del
fraile.
-En
el año 1869, se trasladó la parroquia de Santo Domingo de Silos a la Iglesia de
Nuestra Señora de las Angustias. La Alcaldía le denegó ia subvención, pues no
tenía dinero para contribuir en el traslado, a peteición del gobernador
eclesiástico de la badía y obispo de jaén.
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