En una reunión reciente de
Manuel
Peña Aguilera ya es un veterano fotógrafo de nuestra localidad, curtido con el
trabajo diario de ser el cronista visual de los actos oficiales y el operador visivo de la imágenes de la vida cotidiana recogiendo todos los detalles desde el momento más inesperado hasta la
trascendencia de el más alto acto o la
celebración más importante de un colectivo o institución oficiales.
En
este caso, fiel devoto de la
Virgen de las Mercedes y conocedor de todo tipo de ángulos y perspectivas desde
donde se puede recoger una mirada de la Patrona , no pudo faltar a la cita más esperada de
varios siglos, la Coronación Canónica.
Y a ella acudió con máquina en ristre y se pierden en su archivo virtual las
miles de fotografías de todos los actos preparatorios, y, cómo no, de este día
que hizo historia en la ciudad de la
Mota.
Por
eso recogió el mismísimo instante que nuestro Obispo diocesano , colocado en el
último peldaño de la scala coeli, preparada para este acontecimiento histórico ponía
la corona sobre la cabeza de la imagen de la Virgen de las Mercedes. Oportunidad y acierto
conseguidos gracias a la maestría de un fotógrafo que eligió el ángulo adecuado como si la Virgen reflejara una leve sonrisa
de placentera alegría y el Niño diera su beneplácito y consentimiento con una
gozo contenido. Era el momento sublime y no podía reflejarse con una muestra de una talla completa; por eso la
imagen se centra en los rostros de los
tres personajes ( con la nitidez de los de la Virgen y
el Niño y el diluido del obispo) y estos se enredan con los brazos que hacen realidad y vida el especial Tabor de esta
tarde agosteña en medio de la presencia de todo el pueblo alcalaíno.
Para encuadrar la escena el resplandor plateado y unos ángeles sostienen casi
la escena celestial, donde brillan las coronas, especialmente la de la Virgen , y resaltan, en
ella, el escudo de Alcalá la Real
y el del Papa Francisco I. Para fondo, no hay mejor encuadre que un cielo azul blando
y suave aborregado, que simula el incienso sideral dedicado a la Virgen de las Mercedes. La
policromía y el estofado de la talla de
la imagen junto con el manto de damasco
carmesí dan prestancia lírica y una solemnidad
reverente a esta escena en la que se manifiesta el recato de una mujer
sencilla, que es la
Theotokos , la
Madre de Dios. Son importantes la coronas, pero más todavía
su mensaje deposuit potentes de sede et
exaltavit humiles.
Bella
obra para La Virgen , pero sugerente para incardinarse en cualquier
momento, ya que invita a la oración. Muchas gracias a un fotógrafo que siempre
está dispuesto a ofrecer lo mejor de sí mismo a esta cofradía y a la Patrona.
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