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viernes, 17 de julio de 2015


PASAR PÁGINA

            Recuerdo hace muchos años cuando presencié una escena especial  de nuestra historia local.  Se celebraban  fiestas  de la feria de San Mateo . Comenzaban con el pistoletazo inicial de algún cohete ( creo que uno de los pocos que el ayuntamiento solía lanzar al aire)  y los cabezudos iniciaban su marcha por las callejuelas de la plaza. Algunos estaban expectantes de los nuevos organizadores de estos eventos, acostumbrados a la veteranía de la antigua comisión de fiestas. No  hacían más que zaherir a los nuevos gobernantes, y, mira por dónde el centro de la conversación radicaba en la certeza de la ausencia de la banda de música. A muchos de los presentes les llamaba la atención de que los interlocutores pudieran escandalizarse de la hipotética  situación, cuando, por entonces,  se asistía a un declive tan enorme  de  la banda de música, que se había convertido en un grupo de  antiguos músicos con más voluntad  y esfuerzo que la que ponían los organizadores, sin estructura ni al amparo del consistorio.   Y, de topetazo, aquellos tertulianos malintencionados toparon con que  desfilaba  una  renovada banda musical, reorganizada por Pepe Ibáñez bajo la batuta de Nicolás Navarrete y con el patrocinio total del nuevo ayuntamiento presidido por José Marañón Barrio. Luego, pasaron los años, sembraron la semilla  de la afición por este excelso arte de modo que el mundo musical alcalaíno sobresale con muchos grupos y seguidores de Euterpe;  y, aún más,  se mantienen  en la vanguardia del éxito  bajo el cobijo y formación  de la agrupación  musical Pep Ventura. Pues sus profesionales surten a muchas agrupaciones y bandas musicales de la comarca alcalaína; se multiplican creando grupos pequeños, cuartetos y tríos; triunfan en orquestas filarmónicas foráneas; y abundan los maestros de los conservatorios y de las especialidades de música. Aquel semillero  de la banda de  música no podía haber dado mejor fruto y formación a los jóvenes alcalaínos para servir de plataforma futura de muchas profesionales.
            Posiblemente, estos músicos caerán en la cuenta de que han superado el XXV aniversario  con diez años más. Son una clara muestra de superación, al mismo tiempo que son conscientes de que sin una dirección excelente no hubieran alcanzado estas brillantes  metas. A Nicolás Navarrete le sustituyó don Lirio Palomar, Pedro Rueda mantuvo el tipo en los momentos críticos, y afortunadamente de la mano de don Lirio Palomar la banda de música alcanzó una categoría que le condujo a interpretar conciertos de unidad temática o de género musical  de modo que podía pavonearse con las de primera categoría. Con el último director Jorge Molina, la renovación de la agrupación musical ha sido total y nuevas artes se complementan bajo su batuta. Ya no quedan aquellos veteranos del 44 que tantos días de gloria dieron al pueblo de Alcalá la Real,  pues la edad pesa y hace mella. Por eso, me viene a la memoria las palabras de aquel  músico recientemente fallecido Matías Bailón, al que homenajeo con este artículo, cuando afirmaba" estos chicos jóvenes de ambos sexos tienen una capacidad increíble para captar los estudios y que aprenden en la mitad de tiempo lo que no podían aprender los educandos de los tiempos pasados"; y les conminaba que les faltaba algo de disciplina, pero vaticinaba que  pronto triunfarían con la llegada de una persona sabia que los alentara y motivara. Y así aconteció.
            Largo relato de una anécdota, pero  para todos bella lección, la de la historia de la música alcalaína, principalmente  para todo tipo de organizaciones y personas. Hay momentos de crisis, de decadencia y de declive, o simplemente cambios de etapas de la vida de una asociación, partido o consistorio. Pero hay que saber pasar las  páginas de la historia y olvidar lo negativo que se fue como el viento se llevó, afrontando el futuro con sangre renovadora. Hay que dejar en el olvido los malos tragos y   lo que desgarra la convivencia, y afrontar metas nuevas con la savia de la ilusión y la renovación Es la hora de


convertirse en síntesis hegeliana para no tirar todo por la borda, porque ni todo es tan malo  ni tan bueno que no manifieste defecto alguno, porque  , a las primeras de cambio, salta la liebre cuando uno menos se espera. En este caso, una agrupación musical que sorprende en cada ocasión  siempre  que se monta a escena. Dirección, coordinación, formación y renovación continuada son los ingredientes de una etapa prolongada de éxitos. Se necesitan clases de comportamientos comparativos para educación de muchos colectivos de la sociedad.            


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