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domingo, 12 de noviembre de 2023

SUPER NUBILA

 



SUPER NUBILA

 

 

 

            Cuando se acercan personajes famosos o simples viajeros a  Alcalá la Real, acostumbran a  describirla y encomiarla por diversos aspectos, sobre todo  por su belleza paisajística. Los hubo como el famoso poeta andalusí al-Hiyari,  que  la mencionaba como “ Roca de  Al-Andalus, se aferra a los broches del cielo para lograr las primicias de la gloria y de la majestad”; unos siglos después, los Reyes Católicos se enorgullecían de que era una de sus fortalezas más importantes de Andalucía. No podemos pasar por alto su carácter fronterizo, definido a toda perfección, con este piropo oficial, que es la divisa de su leyenda “La muy noble y leal ciudad de Alcalá la Real, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla”, el que encabeza todos los documentos  antiguos. Nos damos cuenta de la importancia de esta frase, cuando apreciamos que Juan II le concedió el título de Ciudad frente al nombre de Villa (por ejemplo,  Madrid), Enrique IV estimó  en gran manera su lealtad a la Corona con el calificativo de “ muy noble y leal” y, su imbricación a los reinos de Castilla, fue reconocido por los mismos  Reyes Católicos con el de guarda y defensa. Por eso, no es de  extrañar palabras como las de Rui Díaz de Mendoza en 1625, en las que razona el título de Defensa y Defendimiento de los Reinos de Castilla y Llave de  Castilla y León y la protección  de los regidores de sangre que no podían ejercer oficios : esta ciudad es de las más antiguas que el Rey nuestro Señor tiene en Andalucía cuya población primera fue de grandes caballeros como de los libros consta, sustentando la fuerza de su Mota como los de su comarca.

 

Desde el medievo hasta los turistas actuales,  abundaron pasajeros que recorrieron este término abacial “vel quasi nullius “o “casi de ninguna diócesis”, otra definición que marca el  carácter exento de cualquier sujeción jurídica superior a los reinos de España. Frecuentaron, también,   los personajes musulmanes este camino que se adentraba al reino granadino por el puerto de Alcalá, como Ibn al Jatib que pernoctaron en aquella Qalat Banu Said;   en la Edad Moderna, pasaron santos como san Juan de Ávila, san Juan de Dios, san Juan de la  Cruz; reyes como Enrique IV, Isabel y Fernando, Carlos V, y hasta el rey intruso José Napoleón; escritores como Irving o Alejandro Dumas; pintores, escultores, grabadores y artistas como Andrés de Vandelvira, Gaviria,  Baldi o Laura de los Ríos; numerosos mendigos o romeros que acudían al santuario de  Moclín, o a los baños de esta comarca;   y soldados de los regimientos y tercios españoles que forrajearon en las dehesas de estas tierras; monfíes,  bandoleros-gacís, gentes de la Sierra, maquis- que cabalgaron su libertad por estas montañas desde donde  se otea la majestuosa Mota. El historiador Rodrigo Méndez de Silva nos la describe de la siguiente manera en 1645 ampliando con su visión del  su paisaje: 

Yace entre Serranías y un collado (vistosa planta) la ciudad de Alcalá, cognomento  real, ceñida de fuertes muros y torres, abundantísima de pan, vino, aceite, casas, ganados, con gran trato y labor de tafetanes, habítanla dos mil vecinos, mucha nobleza, divididos en dos Parroquias, Abadía la una de quince mil ducados. Colegial que erigió Don Gil de Albornoz, Arzobispo de Toledo, después de haberla conquistado el Rey Don Alonso XII (sic), con cuatro conventos de frailes, dos de monjas: Hace por  armas, en Escudo una Llave orlado con Castillos y Leones, al timbre Corona.

En los mismos términos y fecha, el cronista granadino Francisco Henríquez de la Jorquera criticaba que no se la ligara con el reino de Granada en el periodo nazarí y, manifestando todos los privilegios recibidos por los reyes por haber sido importante y valerosa ciudad fronteriza, en la que tomó el título de instituida Alcalá, Llave y Defensa de los Reinos de Castilla, hizo una similar descripción más pormenorizada: Está situada entre dos sierras en un hermoso collado, hermosa planta, ceñida de fuertes muros torreados y con eminente castillo que llaman la Mota; es abundantísimo de pan y vino, lo mejor del Reino, de que se abastece a Granada, con privilegio que tiene de meter vino en Granada  tres meses en el año, que son los de mayor gasto de Mayo, Junio y Julio; es regalada de frutas, carne y aceite, con buena cecina, con abundancia de cazas y aves domésticas; habítanla dos mil vecinos. Nobleza mucha procedente de conquistadores y defensores. Divídese en dos parroquias, la una Colegiata con Abadía, la mejor de España, que renta más de treinta mil ducados, de a donde se saca gran parte para la Real Capilla de Granada, del colmo de su trigo, erigida por don Gil Álvarez de Albornoz, arzobispo de Toledo; cuatro conventos de frailes y dos de monjas; cuatro ermitas y un buen Hospital; gobiérnala un corregidor que lo es de Loja y Alhama, Alcaide mayor y de la hermandad y Alférez mayor y Alguacil Mayor y un buen número de regidores, hace por armas en escudo una llave, orlado con castillos y leones, con corona al timbre;  su fundación es de túrdulos, melesos y gíresenos según Roa en su antigua Población y Rodrigo Méndez de Silva y otros muchos autores

Pero de entre todas las descripciones,  sorprende esta muy de Alcalá la Real “Alcala Regale super nubila erectum et in conspectu regni Granatae”. Brotó, nada menos  de la pluma de Pedro Mártir de Anglería, un humanista de la Corte de los Reyes Católicos, atraído a vivir la conquista definitiva  de España por el Conde de Tendilla, al que acompañó como escudero y cronista en alguna que otra escaramuza  en este terreno último de frontera, donde pernoctaron las huestes castellanas hasta la toma de Granada. Esta frase  de su " Opus Epistolarum” recogía el antiguo mirador sobre la muralla del Gabán, que, gracias a las reconstrucciones de los últimos decenios,  ha permitido contemplar,  recorriendo el adarve , los muros y torres del antiguo Gabán y Trabuquete, las Entrepuertas y la plaza alta de la Mota. Por estos lugares, los turistas pueden disfrutar de sentirse entre nubes subidos al espolón de la fortaleza de la Mota (super nubila) , oteando  ( in conspectu), en la lejanía, el antiguo reino de Granada, y, en  sus alrededores,  contemplando las bellas ruinas reconstruidas de la casa del alcaide  Conde de Cabra. Y si  extendemos nuestro ángulo de visión, a unos pocos metros, tan sólo  queda el Bhondillo, y su barrio simulando al Sacromonte y  cerrado por una muralla que llama a las puertas de su  última y urgente reconstrucción y el cerramiento definitivo de la fortaleza.

Con esa obra, se pondría el broche final y la nave  no haría aguas, por cierto, ya por muchos años.  Es un gozo contemplar  la Mota más clara y diáfana como el azul de su cielo y repleta de visitantes de otoño; estos  viajeros  se  los agradecerán con bellas descripciones y requiebros de encomio en muchas redes y medios de difusión . 


A principios del siglo XVI con iglesia gótica

 

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