Archivo del blog

lunes, 2 de mayo de 2022

DIARIO DEL RUTERO POR LAS CRUCES Y SUS LEYENDAS uno


 Acudimos unos treinta y cinco ruteros, convocados por la asociadión capuchina, a la ruta de las cruces y sus leyendas. Subimos por el sendero del cerro de la Luna, en la descendida de los Llanos y topamos con la cruz y restos del chozón . Tras el comentario de la dehesa de los Llanos como antiguo terreno de lo común y el chozón de cobijo, comentamos la cruz blanca que está delante de su puerta  y a la placa del niño asesinado en 1956 Pedro Perez Ávila, un crimen que turbó a la ciudad de Alcalá la Real, que acabó con la vida de este alcalaino a manos de un infanticida. Relatamos las cricunstancias del secuestro, petición de dinero por rescate a varias familias, su entrega en un lugar apartado, el estrangulamiento del niño y su traslado al chozón en bicicleta. La detención del asesino Antonio Guardia, frutero, y su traslado a Jaén y su suicidio. La difusion de la noticia y el impacto causado en todos los niños de aquel tiempo y el miedo de las familias a dejarlos solos.

Subimos la vereda de ascenso a los Llanos hasta llegar a la Cruz del Rayo, donde comentamos su ubicación junto a la era, alguna torre o atalaya, y en el camino de Frailes y Guadix, como marca de miliario, sin olvidar la leyenda de la leyenda de recuerdo del pastor herido por el rayo. Hicimos un comentario sobre las Torres Bermejas y la leyenda de la Mina. 


Por la vereda del borde de los Llanos llegamos a la cruz en el parque de la Verónica. Vino a colación la explicación del parque, su donación por la familia Sánchez, la ereccion de la ermita, la leyenda de la mujer Verónica, y la cruz formada la basa de otro paraje de los Llanos y la cruz de la calle Ancha, el apoyo de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús. 
Vistas panorámicas majestuosas con la Mota al frente, nos dirigimos por la misma vereda y borde hacia Fátima. Antes Manuel Aguilera nos ubicó la cruz de la estación décima de la crucifixión  del barrio de las Cruces o Calvario. Historia de la ereccion laica de este viacrucis desde 1640, las reformas del siglo XX desde el nuevo viacrucis, destruccion de las cruces en el otoño de 1931 y la nueva  reconstrucción. 


Y bajando desde el borde, donde se ubicaba el molino de viento en el siglo XVIII, llegamos a la ermita de Nuestra Señora de Fátima, décimo cuarta estación, ermita de San Judas Tadeo, donde  estaba la caja de cristal con el Cristo Yacente, procedente de San Francisco y salía en la noche del Santio Entierro del Viernes Santo. 





Y llegamos a nuevas cruces de las estaciones del Víacrucis que remodelaron poblacional y urbanísticamente este barrio entre rincones de piedra y cuevas hordadas. Nos detuvimos en la que conervaba una basa con la leyenda Aqi Caio, que hace alusión a la caída de Jesús. 
Parada en las casas de alojamiento rural- hoy de emigrantes, y las cruces de descendida. 


Y ante  una remodelada cruz de estación  comentamos la leyenda del corregidor don Hilarión que se encontró por este paraje de monmte mediterraneo  auna figura fantasmal. Le abrazó y en una noche tormentosa se dio con bruces ante el cadáver de una mujer. No era el ambiente que se respira en este lugar premio de urbanismo internacional. 


De allí a la cruz que dirigía edículo y cruz de la antigua Verónica, donde dos paramos describiendo los dos barrios de las Cruces y Verónica. desde donde descendimos por la calle Corredera y las de la antigua Caserías de las Valencia hasta la calle Utrilla. En frente del fina de la calle Fuente Nueva, comentamos la funcionalidad de la cruz de los Valencias, por  estar en la casería antigua de esta familia, pero ser cruz junto a la puerta del camino que venía de los molinos de Güescar; y también referimos su antiguo nombre de Cruz de los Moros en el barrio de las Torres Bermejas. Cruz de fin de delimitacion de la ciudad, cruz de identidad cristiana y de proteger ante los malos espíritus y epidemias. 


Tras comentar  la casa de la capellanía de Nuestra Señora de las Mercedes en la calle del Pintor, ilustramos sobre Luís Melgar y su familia que se avecindaban en esta calle a la que dieron el nombre, La subimos pasando por la antigua Casa del Pueblo. Llegamos a la Corredera, la calle de circunvalación de la Alcalá Moderna, y ascendimos a la estación de la Subida de Fátima, comentamos su pervivencia  entre todas. 

 
Nos acercamos al final de la calle Corredera, pasando la zona del Tiro de Barra-lo comentamos en su contexto del siglo XVI junto con el Corral del Concejo- y  bajamos a la cruz de las Tórtolas, Cristóbal López de Tórtolas un nombre del vecino que se apedillaba con este nombre y cerraba el circuito urbano de Alcalá la Real, cruz de término local y de protección ante el maligno. Bajamos por la calle del Horno o del tinajero Antón de Alcalá, tras pasar por la desparecida casa de la Inquisición, y llegamos a la primera estación del Víacrucis, Jesús se presenta al pueblo condenado, el Ecce-Homo, cruz de la calle Rosa. Contamos la leyenda entre Mari Rosa , el tamborilero y el capitán de los Blanquitos. Triángulo de amor. Lo dejamos inconcluso para el final de la ruta. Explicación de la imagen del EcceHomo, del círculo de Rojas. Entre un bullicio juvenil , con olor a a alcohol y aglomeracion de personas por los chiringuitos del Juego Pelota, lnos detuvimos en  la Fuente de la Mora. Nos abastecimos de una dulce vianda en la confitería del rincón.






Por la Tejuela, alcanzamos por la vista la cruz de hierro de Villena. Hicimos una disgresión de su origen, ya vivía Tomé de Villena en el siglo XVI y algún familiar regentó el mesón del entorno a la puerta y cruz de Villena. Su decadencia festiva por el accidente pIrotécnico de años años sesenta del siglo XX. 
Por calle Mesa, paso por el Pósito, restos de aquel silo, obra de José de Oviedo. se llegó a la Cruz de la calle Ancha, remodelada en los primeros decenios del siglo XXI, con una pavimentación en cruz y bellamente adornada recordando serc cruz lindera de ciudad desembocando en el Barrero de la ciudad. Comentario sobre la cruz de cadalso y humilladero. Muertos por condena a muerte hasta el siglo XIX y de los fusilados en los últimos meses de 1936 tras la toma de las tropas de Franco.
Llegamos a otro bella cruz de final de término en la confluencia con la calle de Aben Jakán.
Y de allí a la peana de la cruz del compás de las ruinas del convento franciscano. 




Y ya llegamos a una cruz histórica , la del último tramo de la calle Real, la cruz de Juan Vázquez Mesía. Disfruta del privilegio de indulgencias concedido por el arzobispo de Granada al que rece ante ante ella, se postre de rodillas o diese limosna  para el culto. También se alude a su intercesión por la paz lograda por los príncipes de aquellos tiempos del sexto decenio del siglo XVIII.En la foto de Manuel Aguilera se manifiesta una inscripción que refiere el decreto de indulgencias otorgadas a los fieles por el arzobispo de Granada Pedro Antonio de Bertoeta y Ángel en la segunda mitad del siglo XVIII.






Y subimos por el compás  de la Trinidad a la actual calle Cava, antigua Carrera Vieja y calle Cruz del Cristo de la Pîedra.Comentamos  el actual Viacrucis de la Mota, de decenios anteriores del Arrabal y de San Juan, y el del siglo XVI en la cuesta del Cambrón. Ante la cruz duodécima de hierro, obra de la I Escuela Taller, una alumno nos ilustró sobre su elaboración, otras personas del encanto del entorno. Y, nos imbuimos de la Leyenda del Cristo de la Piedra , una porfía por una princesa capturada en el Puente de Pinos, que, tras el sarao, un duelo acabó sin muerte por la intervención del Cristo de la Cruz. Nos imaginamos las promesas de Cristóbal Gallego fundando el convento trinitario, y Pedro de Pineda como guerrero para conquistar a Granada con los Reyes Católicos. No olvidamos el traslado de la princesa al puerto malagueño escoltada por los caballeros alcalañinos. 
De allí, por la calle Zubia, entre las últimas cruces de forja, llegamos a la iglesia de San Juan, explicamos la cruz de la portada, la del Saliva y la que han levantado y adornado en el patín, la cruz de San Antón, que el alguacil de la Santa Inquisición Juan Ramírez levantó en su honor y declaración de fe a las afueras de la ciudad, la cruz de Ramírez bautizó el pueblo. Rafael García Medina y la hermandad de la Salud ofrecen un bello rincón pujarero y de recoleta devoción. 



No nos olvidamos de las cruces familiares de las casas de los barrios altos, donde realizaban el día dela Cruz una novena. Se iniciaba con un canto Alabado sea Santísmo ....y  seguía la letanía de la jaculatoria repetida de mil veces Jesús, Jesús, Jesús.Primero contemplamos la de Aurora Sánchez, que se guarda en la sacristía de San Juan; luego en la casa de los Vegas, Mari Carmen nos trasladó a ese ambiente y a la cruz de sus padres. 







Por la calle Ben Jakán llegamos a la Cruz de los Muladares, Muliares, cruz de término y de una muerte violenta en el verano de 1936. Bajamos a la Cuesta del Cambrón, donde preparaban la Cruz de los Brazos de Hierro (el travesaños  y la cúspide formando el anagrama de la cruz de Santiago), una cruz que rememora la de piedra que marcaba el camino que venía de Granada. 
Y por las calle del Barrio de San José Artesano a la cruz del Coto o de los Blanquitos, desvelamos el fina de la leyenda de Mari Rosa. Vimos los atabales redoblando y los atabales tocando la muerte de Juan Vicente, el ante de Mari Rosa. Más bien María de la Rosa, hija de un familiar dela Rosa. Otra leyenda. 
La cruz nos dejó exhaustos y ya nos puidimos contemplar la cruz de Mendal ni la del cementerio ni la de la Sardina, las dejamos para su día. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario