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sábado, 14 de mayo de 2022

TIEMPOS DE FALDRIQUERA

 



Hace unos días, un documento de finales  del siglo XVI cayó en mis manos. Y me llamó mucho la atención, que hacía referencia al testamento de la viuda Isabel Polaina, tanto por su apellido  como por su esposo, el arriero Pedro de Baeza.  Le habían adosado, para distinguirla de otras  mujeres con nombre Isabel, el apodo de la Polaina, la Calcetina, y la Media del Pie. Como es lógico en su texto, se percibe que esta mujer se sentía enfadada  por el mote que le habían adosado. Pero, además las había pasado bastante canutas , soportado indescriptibles desgracias,  y sufriendo las de Caín. Su marido  pasaba durante casi  todo el año recorriendo con su reata de asnos y mulos las tierras alcalaínas y granadinas   y transportando el vino torrontés de la comarca abacial  y la lana de los rebaños de la Sierra Sur. Para colmo, con motivo de la guerra de la toma de Orán, se quedó sola con sus hijos, pues  su esposo tuvo que acudir a la guerra con su arcabuz y acémila bajo las órdenes de los capitanes alcalaínos y  el mando supremo del conde de Alcaudete. Y cayó preso. Isabel anduvo de la Ceca a la Meca para buscar dinero con el que afrontar el rescate de su marido, por medio de intermediarios granadinos y malagueños. Y removió Santiago con Roma  hasta lograrlo rescatarlo de las mazmorras de Argel.

Pero, en sus últimos años, disfrutaron de cierta estabilidad y tranquilidad con el arrendamiento del mesón de Aparicio Martínez de Colomo, situado en la calle  Llana de los Mesones, cerca de las Entrepuertas de la Mota. Por su testimonio, abundaba en sus postreras intenciones pagando deudas  que especificaba entre sus mandas afirmando que eran sacadas de la faltriquera. Me sorprendió este arabismo. Era comprensible que empleara faltriquera en lugar de bolsa. Pues esta palabra  provenía  del mozárabe ḥaṭrikáyra (lugar para bagatelas​ —cosas de poco valor—​) y se usaba en este contexto cercano a Granada. Definía una prenda muy utilizada en los entornos rurales durante la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XX. (Todavía, se distinguen ciertos personajes como las mujeres gitanas que guardan lo más insospechado en la faldriquera). Por cierto, en el documento se escribe faltriquera, pero por estos lares y en otros sitios la emplean como faldriquera o faldiquera. Aquella bolsa, todavía, le había permitido sacar a su marido preso en la cárcel para poder pagar al dueño del  mesón y afrontar las condenas y otros litigios.  

En los vestidos regionales y tradicionales de muchos pueblos de España, usaban esta pequeña prenda de tela plana, con forma rectangular y con una abertura, elaborada a mano, con forro por detrás y por dentro. En los trajes aldeanos solía hasta bordarse bellamente y colocarse debajo de la falda y delantal. Colocada en un lateral a izquierda o derecha, servía de bolsillo, donde guardaban pequeños objetos útiles. No nos extraña que nunca faltaran   algunos de estos objetos:  la navaja, las tijeras, la caja de cerillas, un pañuelo para limpiarse, un dedal, un tubo con agujas, hilo, un monedero con unas monedas, las llaves, imperdibles. Siempre la llevaban puesta a donde fueran. Y, distinguía a la mujer frente a los varones que solían llevar en los chalecos bolsillos para guardar estos elementos.  En algunas regiones se usaban distintas faltriqueras según fuera para uso diario, para los carnavales, en las romerías o en las fiestas regionales. Actualmente, se conservan de paño, tela o terciopelo en los trajes regionales de los museos. Ya no es tiempo de faldriquera. Pero se necesita que vuelvan estos tiempos para afrontar los nuevos  y futuros años con esta alforja y su instrumental. Es el momento de transportar una buena faldriquera, nunca mejor que  en periodo electoral. Y contenga la navaja para cortar todos los momentos adversos  que han sacudido durante estos fatídicos años de pandemia; no falte el pañuelo que limpie el patio; los instrumentos  de coser para sanar las heridas y confeccionar nuevos vestidos; traiga monederos de  proyectos en Andalucía; y las llaves con las que se abran puertas de un nuevo progreso para las tierras del Sur, 

 

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