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lunes, 16 de mayo de 2022

EN EL JAÉN. OBITUARIO CASIANO NIETO DAZA

 CASIANO NIETO DAZA

 

            Hay familias que crean y crearon generaciones significativaS del pueblo de Alcalá la Real. Este es el caso de la familia de Casiano Nieto Daza, recientemente fallecido lejos de nuestra tierra, un día después de la cruz de mayo. Un alcalaíno nacido en los años más duros  del siglo XX, cuando algunos miembros  alcanzaron parte activa en la vida local. Estas familias participaron de las penas y las pocas alegrías de los nuevos tiempos que  les marcaron para toda la vida del futuro. Miembro de una familia numerosa, muy conocida de Alcalá, en la que los padres tuvieron muchas dificultades para poder sacar a su prole. Así nos lo recuerda su hermana preferida, Aurora, la más pequeña que Casiano piropeaba con aquellas palaras de dulzura “con lo chica que eres  y lo grande que eres”.   Casiano logró que le apareciera en el camino  el Padre Villoslada que le marcó la senda para toda su vida. Fue como canta el poeta Muñoz Rojas: Lo que cabe de vida una mano/que aprieta la tuya y te lleva. / Nadie sabe lo que de pronto se te viene/ cuando resucita el pálpito. Esa mano que le inició en los estudios de las recién creadas de la Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA), cuando dieron los primeros pasos de su fundación en la calle Fuente Nueva. Y unos años más tarde aquella mano se lo llevó a la nueva fundación del nuevo colegio de  la Sagrada familia de Úbeda, donde ya encontró su lugar de trabajo y el testimonio de una vida de entrega a la formación de muchos jóvenes  hijos de familias obreras y  jornaleras que se expandieron por toda España; Casiano, desde la administración del centro, donde derramaba muestras del buen trabajo, con la gracia de estos versos. Aquella mañana, andando por dentro, / de la mano, no iba solo y nadie/ podía apercibirse, cuando estalló/ la primavera. No me dejes. Tengo el corazón a medio romper. Se distinguió por sus estudios y la práctica de administración y empresariales.   Y aquella mano fue su esposa Rosario Carrasco que dio unos hijos a los que amó con locuras, Pedro. María Teresa y Patricia. En una casa, donde su mano polifacética era  capaz de cuidar desde el último detalle, desde la luz  del velador de su casa  hasta el grifo de agua del lavabo de sus hijos, pasando por los muebles de la casa o el armario del dormitorio. En un hogar, de oración y  religiosidad diarios, donde  todo tenía respuesta y solución. Por eso no es extraño, que su familia llame su presencia Ven como sea/ que esta hermosura de la tarde / te necesita para su eternidad. / Era un amante de nuestra provincia, la Sierra de Cazorla era su paraíso interior, donde se evadía y se sentaba a las orillas de aquellos ríos, donde lograba sentir el rumor interior que se producía en cualquier momento y cosa que le  alimentaba un alma llena de generosidad. Y allí ejercía de caminante de la vida, su  sesgo machadiano, recogiendo su amor por las flores, donde empatizaba, convirtiéndote  en perfume libre que se deshojaba entre el color  del alma y recuerdo.  Y la ciudad  de Úbeda y sus vecinos siempre lo recuerden y se haga voz con estas palabras Ven como sea, en la luz/ de la mañana, en el primer vuelo/ de cualquier pájaro de los que ahora/ cruzan el cielo; o se levantan/ de la tierra. Y, en la ciudad de la Mota tu hermana te sigue recordando  con este poema: Deja tu presencia/ una leve huella. Se  queda/ como pasando, como sin estar/ como si quisiera estando sin estar/ como si no dejara de oprimir/ la mano/, la mano, como si la mirada/siguiera mirando. La mano de la Safa.

 

 


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