Siempre se ha defendido la lealtad de Alcalá la Real con el poder instituido, parece que por aquí
no tuvo incidencia con el movimiento comunero; o como si no hubiera sucedido
nada en los movimientos de la crisis de subsistencia del siglo XVII; y menos
aún, como si la
Ilustración no hubiera tenido ningún peso en la historia
abacial. No digamos nada del convulsivo siglo XIX , pero debió ocurrir
algo: fueron años de la invasión francesa, disputas entre conservadores y
liberales; de la primera república. Y ¿cómo no? Del movimiento carlista.
En nuestra tierra tuvo sus defensores y partidarios, algunos
alcalaínos se alistaron en las tropas carlistas y combatieron en varios
frentes, por estas tierras se dieron algunas escaramuzas como en la aldea de
Mures. No nos extraña estos versos recogidos en un libro: A la misa del
Gallo,/Va mi Teresa,/Yo le paso el rosario,/Y ella reza./Mueran los
turcos,/Viva la reina,/Vivan los milicianos,/Que van con ella,/ Con sus
cartuchos,/Y cartucheras,/Y sus fusiles/ Y bayonetas /Y sus
escuadrones/Galoneados./Vivan los milicianos / de Carlos IV.
Y no nos extraña que personas mayores sumidas en la penumbra de
los testimonios de sus antepasados recordasen vivencias de sus antepasados en
tiempos de la última guerra
carlista. Es el caso de Maruja
Sáez Gallego, recientemente fallecida. Y
para mi sorpresa en la esquela funeraria aparecía con el nombre de María de la Cabeza ( haciendo honor a la
patrona de la diócesis de Jaén, porque
era una mujer devota). Y bajo Su nombre y apellidos apareciera el apodo de La Carlista. Y , a mucha honra. Ahora comprendo que, hace cinco años, me trajera testimonio de su abuelo Antonio José Sáez, apodado también el Carlista. Hombre muy
predilecto de Alcalá la Real
y devoto de la Patrona de Alcalá la Real , la Virgen de las Mercedes, al
que le tocó en la bola el destino de ir
a la Guerra
del Norte, el último baluarte de los carlistas por tierras navarras y vascas;
de ahí que toda la familia llevara con mucha honra el apodo del Carlista.
Parece, según le contaban, fue un gran soldado y luchador mientras se estuvo
alistado en el frente durante siete años
hasta tal punto que, en este tiempo, con motivo de una de las
batallas más famosas, se perdió la
estela de de su presencia entre sus familiares y lo dieron por muerto. Menos
mal que estos tuvieron la suerte de que un paisano les avisara sobre su
existencia. Pues en plena batalla y formando `parte de su escuadra escuchó un
grito desgarrador de un soldado del frente enemigo que clamaba profundamente
herido: “Ay Virgen de las Mercedes, de todas me has librado, pero de esta no
hay quien me libre! Antonio Sáez, al escuchar tan desalentadora voz que mentaba
a su Patrona, acudió hacia el lugar donde se encontraba este soldado alcalaíno
herido. Desnudo se lo llevaron hacia el hospital donde lo curaron y lo enviaron hacia Alcalá la Real por mediación de Antonio
Sáez. Antes de su marcha, este soldado
le dijo a Antonio: ¿Cómo te puedo pagar que me hayas salvado y me hayas
devuelto la vida?-Nada, esto lo ha hecho la Virgen de las Mercedes, que fue la que te salvó.
Sólo te pido que vayas a la calle Gala y le cuentes a mi familia que me encuentro sano y salvo. Te repito ha
sido la Virgen ,
Madre Nuestra quien te ha salvado".
La familia
sigue orgullosa de una madre, que le inculcó esos valores tan alcalaínos y no
sólo los que todavía viven como Antonio, María de las Mercedes, María del Pilar
y María del Carmen, sino también tuve la suerte de conocer a su hijo Pepe y a
su esposo, ya fallecidos, que siempre
demostraron el amor y la lucha por
nuestra tierra.
Hubo casos
como este carlista que hemos descrito,
el de Tío Martín en el mismo
siglo, otro soldado de la Ribera que tuvo un final
parecido a este soldado de las guerras
carlistas; otros desparecidos de la guerra carlista, el más famoso por los
títulos Vicente de Estrada Manrique y Estrada y su sobrino que heredó el
mayorazgo don Cesáreo Estrada y Bermúdez
de Castro, simpatizó con el carlismo y
participó en la guerra carlista de modo
que tuvo que huir también a Francia.
Pero, la
memoria de Maruja me impresiona. Ahora entiendo el amor de su nieta Laura: "
El viernes 11de septiembre, el mismo día del recital en el
palacete, supe que nos dejabas y no sabía si iba a tener la fuerza para cantar.
Pero te sentía tanto.. Abuela, te sentía allí conmigo, veía tu sonrisa y tu
ojos emocionados.. Y tu Amor fue mi consuelo. Canté para ti, como pude.. La
fuerza del Amor es inmensa.. Ella siempre ha estado conmigo en todos los
conciertos a los que ha podido asistir. Y era una profunda admiradora de La
hora Española. Gracias por la fuerza que me diste para dar el recital. Estar
contigo en tus últimos momentos ha sido una de las vivencias más hermosas de mi
vida". La saga de
mujeres alcalaínas continua.
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