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sábado, 10 de octubre de 2015

EN INFORMACIÓN ALCALÁ LA REAL,CATALUÑA, ESPAÑA Y ALCALÁ LA REAL



            Mira por donde el otro día me quedé esperando una cita de una breve entrevista radiofónica sobre la relación  de Andalucía y Cataluña a través de los pueblos, personajes y vivencias. Resultaba que era muy apetecible la ciudad de Alcalá la Real por eso de haber nacido en esta tierra Pep Ventura, y nada menos y para más inri había sido el remodelador de la sardana, música emblemática y coral de la actual Cataluña.  Es verdad que una tierra de paso y fronteriza se presta a ser cuna de importantes personajes y artistas por eso de que la estancia de los progenitores se prolonga en estos lugares esperando nuevos tiempos. En este caso, lo fue  por el forraje de la caballería del regimiento del padre de José Ventura Casas que pastaba en los campos de la ciudad de la Mota. Pero los hubo que nacieron en tiempos de guerra como Antonio de Mendoza, el primer virrey de España en Méjico y el segundo del Perú, debido a  ser frontera de l reino nazarí; y los hubo que nacieron en tiempos de paz y de asentamiento vecinal, como Juan Martínez Montañés y Pablo de Rojas, que tuvieron que emigrar a otros lares por eso del pan nuestro de cada día. 
            Es verdad que  era fácil para un alcalaíno relacionar esta tierra  con el pueblo catalán por el nacimiento de Pep , el de la Tenora. Como el  río Ebro,  este personaje  nació en tierras lejanas de las que nacieron sus padres, vivaqueó por razones profesionales  de su padre a lo largo de las  diversas regiones españolas y regresó a Cataluña, donde desarrolló su arte y triunfa en su entorno ampurdanés. Y, ante esta biografía, se queda uno perplejo y se pregunta cual fue su patria chica. Pues algunos comentarán   y aseverarán que fue  donde se le vio nacer, otros la que lo vio morir, y muchos más los que le formó y lo vio  triunfar. Y, desde luego, a todas estas tierras de paisanaje  les engloba una patria superior que define todas las vivencias humanas. Muchas vidas  de personajes españoles podrían reflejar algo parecido y a la inversa, los que nacieron en tierras catalanas y luego ejercieron sus habilidades, oficios y sus inquietudes en otras tierras de España. Le viene a uno la memoria del abad Galcerán Albanell que nació en Barcelona, fue preceptor de Felipe IV, escritor de varias obras jurídicas, luego pasó por las tierras de la abadía alcaláina  allá por el segundo decenio del siglo XVII y acabó su vida como arzobispo de Granada.   
            Curiosamente, el actual momento  electoral no era el más óptimo para  establecer relaciones culturales  cuando algunos porfían en levantar cercas, vallas y empalizadas frente a  los que procuran tender puentes y  estrechar manos. Son circunstancias del péndulo de la historia, la tesis y la antítesis, lo blanco y lo negro   el día y la noche, sin querer quedarse en la síntesis, el atardecer y el amanecer, el gris y lo que une. Cualquier persona se pregunta si esto es un espejismo o un final sin salida, un atolladero o túnel oscuro. Y han sido muchos momentos en los que se ha convivido formando una colectividad con objetivos comunes, se ha trabajado por un progreso  de todos, se ha practicado la  lucha por la sociedad del bienestar ( cada uno arrimando el hombro, los unos con sus manos de trabajo, y los otros con su talento empresarial) sin olvidar las conquistas sociales y políticas. Se dirá que, a lo largo de la historia, muchas personas han vivido situaciones similares a la actual. Pero abundan los que sacan   fuera del contexto momentos como los que vivieron algunos abades de Alcalá la Real que fueron exiliados de Cataluña por motivos diferentes y cuestiones sociales como las luchas de subsistencia o entre estamentos ( por ejemplo Heras Manrique) o el conato nonnato de los cantonalismos que nos atrasó al mundo de los iberos y celtas cuando la Hispania era las Hispanias.
Hermanamiento de Alcalá y Figueras
Ahora, no está el horno para bollos, y es más fácil echarse las páginas de la historia de unos pueblos contra otros, tirios contra  troyanos, absolutistas contra liberales, carlistas contra fernandinos, pompeyanos contra cesarianos, musulmanes contra cristianos.
  Definir la patria resulta algo difícil como aquello que nos enseñaron de "unidad destino en lo universal" sin entender qué significa unidad, destino y universal.  Es mejor trabajar por el abrazo colectivo y quedarse con los que hicieron la historia en común , enlazándola con los foedera (  pactos)  a la manera de las provincias romanas ( y eso que existían solo dos la Tarraconensis y la Bética); seguir abriendo los brazos  y aportando muestras de frater


nidad como aquellas limosnas que aquellos alcalaínos que formaban la cofradía de Monserrate  en nuestra tierra donaban para apoyo del monasterio catalán ( si se cree en la verdadera solidaridad, pues el platillo de la balanza cambia a lo largo de los siglos) ; o compartiendo el intercambio de  personas entre unas tierras  y otras sin echarse en cara la rentabilidad momentánea. Pues hubo momentos en los que unos dieron el forraje, sus fondos o sus diezmos; y, en otros momentos. otros emigraron aportando sus manos, el trabajo y sus hijos para el progreso de otros pueblos. Es momento de síntesis: de personas como Paco Parra, un ex parlamentario charillero por Barcelona en tiempos de la transición; o de encuentros entre colectivos como los hermanamientos que se llevaron a cabo entre Figueras y Alcalá la Real  con motivo de Pep Ventura; o de testimonios y realidades convertidas en sincretismo y amalgama como el Centro Cultural de Alcalá la Real en Tarrasa.
                        Qué pena que se quedó el texto en papel y no salió a las ondas.  
             


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