Con frecuencia se comenta
que las ciudades son entidades inacabadas, que nunca alcanzan la plenitud. Lo
mismo puede atribuirse a cualquier tipo
de demarcación territorial: un país, una región, una provincia o una comarca.
Además, algunas se remontan a varios siglos y pasaron de la prehistoria al presente
siglo, pero otras comparten con las generaciones presentes su nacimiento, su
desarrollo y su proyección futura. Este es el caso de la comarca de la Sierra Sur de Jaén. Surgió como
entidad administrativa sobrepasando la mitad del siglo XX. Y, no quedó
anquilosada en una división agrícola
delimitada tan sólo para la
administración de los servicios agroganaderos, sino que, como si disfrutara de las inquietudes de
una aventura especial, asumió el reto de
proyectar, en cada paso colectivo, su identidad
en el contexto y entorno de la provincia de Jaén.
Hablar sobre la Sierra Sur ya no
es solo un terreno de monte mediterráneo y olivar moteado por campos
cerealísticos, ni la vivencia colectiva de compartir un éxodo casi diario de personas que
tomaban la maleta hacia otros lugares de la geografía nacional. La Sierra
Sur es un mosaico en el que se incrustan como piezas
fundamentales, el mundo rural, el sector de servicios, el patrimonio cultural e histórico, la modernidad de
ciudades con diversas iniciativas emprendedoras e industriales, e, incluso, el
avance de un gran sector de transportes.
La agricultura distingue a
esta comarca con un aceite propio y de excelencia que se engloba dentro de los Aceites de Jaén,
y participa del olivar de montaña y de
la campiña. Pero, también, no pueden quedar en el olvido, la cereza del
Castillo de Locubín y de Alcalá la
Real , los ricos caldos de Frailes y de Alcalá la Real ( con las Bodegas de Marcelino Serrano, Campoameno y de otros
particulares), o las aportaciones hortofrutícolas de Alcaudete en productos
como las habas de Mata y de otras empresas de esta ciudad. Iniciativas nunca
faltan y no es de extrañar que los campos cerealísticos y de regadío se planten con nuevos productos
como el espárrago,, dando lugar a que nazcan nuevos mercados y una nueva fuente
de complementariedad para los agricultores de la zona. Es verdad que las Sierra
Sur todavía mantiene, testimonialmente y
con gran esfuerzo, la cabaña ganadera y
genera empresas agroalimentarias ofreciendo productos artesanales. El queso de la Sierra Sur no queda ubicado en
un solo punto, sino que Ermita Nueva, Frailes y , Santa Ana elaboran la leche
de cabra y oveja presentando con gran éxito sus productos en ferias. Y, como es
natural, los embutidos de esta comarca presentan el sabor y gusto por lo
artesanal y la transformación en un microclima natural, lo que les distingue
dentro del mercado global.
El patrimonio se abre paso en todos los
rincones de este territorio comarcal. La Ciudad Fortificada
de la Mota
presenta al visitante la tarjeta de visita con un abanico de posibilidades para
disfrutar de todos los aspectos culturales de un verdadero paraíso interior.
Proliferan los alojamientos rurales ubicados en paisajes serranos por doquier:
montes de Valdepeñas, cortijos de Castillo de Locubín y Alcaudete, molinos y
antiguas alquerías d Frailes , de las Riberas y de las Aldeas de Alcalá la Real ; muchas aldeas mantienen
su población por el asentamiento de este nuevo turismo interior Las atalayas son las luminarias que acercan
a los rincones más recónditos donde todavía pueden contemplarse excelentes
panorámicas que parten desde las Sierras
de Jaén o la Tiñosa
de Córdoba hasta Sierra Nevada. Sin olvidar, la cercanía de varios parques
naturales que la rodean como el de la Subbética Cordobesa
o de Sierra Mágina. Un paseo por la Sierra Sur convierte al turista
en calatravo con la visita a Alcaudete, disfruta del ambiente recóndito y de
tranquilidad en las Sierras de
Valdepeñas y Frailes, lo refresca con el agua del Nacimiento del
Castillo de Locubín y aprende una lección histórica del mundo de frontera
adentrándose en la ciudad oculta de la
Mota por los pasadizos y compartiendo las vivencias de un
escenario excepcional, donde nacieron figuras importantes como el Arcipreste de
Hita, Pablo de Rojas o Juan Martínez Montañés. Es un mundo repleto de lugares de leyendas, rutas de santeros y
santuarios, y senderos de lugares de encanto
como Chircales, río San Juan o Majalcorón.
El
sector terciario abre a los vecinos y
habitantes todo tipo de servicios desde
el sector sanitario con los hospitales de alta resolución hasta los
judiciales con juzgados de distrito, pasando por el mundo comercial como centro de una comarca que extiende sus
tentáculos hasta los pueblos del norte
de Granada y villas cordobesas. Significativo es el transporte que pasea sus
vehículos de carga por toda Europa y tiene su estado mayor y principal parque en la ciudad de Alcalá la Real.
on las peldaños de una escala de rutas que nunca olvidarán el turista o el visitante.
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