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martes, 26 de noviembre de 2013

NOVIEMBRE,ENTRE TODOS LOS SANTOS Y SAN ANDRÉS


NOVIEMBRE, ENTRE TODOS LOS SANTOS Y SAN ANDRÉS

 

 

“Dichoso mes / que entra con Todos los Santos/ y sale con san Andrés” me dice mi madre, faltándole la frase intermedia en esta zona” media con San Eugenio” por no ser un santo de mucha devoción en estos lares. Y cuadran sus palabras  perfectamente a este mes  que hace el número nueve (novem-ver) del calendario prenumano y  recoge los frutos espirituales y materiales de casi todo el año. Pues, se consagra y venera, al principio, a muchas personas en los iniciales escalones del undécimo mes del calendario solar y se despide en las últimas fechas  brindando por los primeros vinos de las bodegas alcalaínas.

            “En el día de los difuntos, memoria y frío van juntos”, dicho que no se ha hecho realidad en este año. Pues se ha disfrutado de una temperatura excelente que ha atraído a muchos turistas de interior ocupando al completo casas rurales y visitando todos los monumentos de la ciudad de la Mota. Se ha invertido la frase invernal con la presencia de la memoria y el calor humano de muchos prójimos para honrar a sus antepasados. Por fin, ya no se han visto excluidas muchas personas que anhelaban  colocar un ramo de flores  a sus antepasados y no tenían un lugar o un mausoleo  donde rezar una oración por sus padres o  guardar un minuto de silencio y recuerdo por sus familiares enterrados en paraderos desconocidos, abandonados en las cunetas de las carreteras o  esparcidos sus huesos en sitios inesperados. En el cementerio de todos,  por eso es municipal, pueden encontrarse las tumbas y panteones de los muchos vecinos alcalaínos, pero también  ese monumento, que sirve de remanso de paz, serenidad de espíritu y de honra por la generosidad de otros muchos que dieron su vida por un ideal. Queden en los arcones  del Averno los resentimientos y los rencores, y extiéndase para todo el mundo la honra de su familiares difuntos sin querer reservarse el privilegio para unos pocos, porque, en vez de "  vae victis", debemos aprender  aquel dicho latino  bis vincit, qui se vincit” ( dos veces se vence el que se vence así mismo); o, como decía Voltaire   quien se venga después de la victoria, es indigno de  vencer”.     

            Por los días de la  mitad de noviembre, los campos se remuevan con los tractores recibiendo las sementeras y se hace realidad la frase “No pase Noviembre, sin que el labrador siembre”,  y , salvo casas excepcionales “Quien cava en Noviembre, el tiempo pierde”.  Tiene sentido  el que aquí  no se diga “ Por Todos los Santos, los trigos sembrados, y los frutos encerrados”, porque se avanza. durante sus días, en la labor de sementera o  en la plantación de flores, árboles, de arbustos  y vides,   Es el momento crucial,  que ha inspirado a la mitología con ritos como el rapto de Proserpina, que procede de la griega Perséfone. Unos ritos, que fundamentan nuestras tradicionales sobre el culto de la muerte, los ciclos estacionales de siembra/ recolección y la iniciación en los aspectos mistéricos de la resurrección. Parece como si se compartiera el momento de que Hades enclaustra a Proserpina, con la llegada de este mes y ya no la deja salir hasta que Zeus, de nuevo, la rapta para sacarla en  primavera. O se cumpliera el dicho que “A todo cochino, le llega su San Martín”.       

            Conforme se avanza a las últimas semanas, ya  es una realidad  el refrán “Entre Todos los Santos y Navidad, es invierno de verdad”, porque comienzan los fríos nocturnos, se hielan algunas aceitunas en los bajos de los montes y en los sitios inapropiados por el veredicto natural, los abrigos son la prenda más normal de los vecinos de Alcalá y las enfermedades  como la gripe, resfriados y pulmonías acampan a sus anchas en muchas personas. A veces, las personas se confían por lo del “Veranillo de San Martín" cuando maduran las zamboas en torno a las riberas y se llenan con su olor las casas  y cortijos mientras se cuece  la artesanal “carne de membrillo”   Por las tarde, las chimeneas contaminan el  azul turquesa del cielo alcalaíno del valle que se extiende desde los Llanos y las Cruces hasta la Mota, arrojando grandes humaredas   desde  los pisos y de las casas mezcladas con olor a gasóleo o chamusquina.

            Esperemos que se cumpla nuestro refranero “si noviembre empieza bien, confianza es de tener” y por  "Santa Catalina de Alejandría, todo su aceite tiene la oliva” que ha  quitado por el monocultivo jiennense y alcalaíno  el lugar a “Santa Catalina nos trae la harina”.  

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