Archivo del blog

sábado, 2 de noviembre de 2013

RUTA DEL MISTERIO Y DEL CULTO A LA MUERTE EN FORMA DE RELATO CON INICIA

RELATO Y NOVELA


Los orígenes de Inicia
 

 


 


Estoy muy familiarizada contigo y no te he dicho mi nombre. Me llamo INICIA y, si vas al Museo local de Alcalá la Real, me encontrarás en una lápida romana que se ubica en la sala del mundo de la muerte de los romanos.


Soy una joven romana que ha nacido en la zona suroriental del conventus asitgitanus, perteneciente a la provincia romana de la Bética. Quiero contarte mi historia truncada a los veintiún años por una muerte repentina tras unas fiebres altísimas que tuve que soportar en los albores de la primavera del año 212 después de Cristo. Creerás que este personaje fue un invento de tu profesor de Lengua y Cultura Latina. Pero esto no es cierto. Este personaje, fue verdadero, una persona de carne y hueso. Existí, viví durante 21 años y trabajé bajo el cuidado y mimo de mi matrona en una de las villas que se extendían en torno a una fuente cercana de la ciudad actual de Alcalá la Real.

No nací precisamente en estas tierras, sino que mis padres huyeron de una famosa ciudad hispanorromana, cuyo nombre no recuerdo, y se asentaron en estos lugares. Me comentaron que, antes de nuestra llegada, hubo varios poblados muy importantes, a los que denominaban oppida, lugares situados en las cumbres de los cerros, cercanos a los ríos, fortificados con unos pequeños muros y relacionados unos con otros en forma de una red de comunicación. Entre todos ellos, destacaba un poblado o núcleo más importante, también llamado oppida u oppidum, donde residía la fuerza militar y el reyezuelo del lugar. Estos poblados estuvieron habitados por los indígenas de este sitio, denominados universalmente por el gentilicio de los iberos, pero, que, en esta zona, dependía de una rama de ellos, los iberos batestanos. Mis padres me contaban que el núcleo más importante era Basti, la actual Baza, de la provincia de Granada, en aquel tiempo perteneciente al conventus gaditanus. Muy inquieta por conocer a estos pueblos, obligué a que me completara las distintas partes de las que se componía la Bética, y, me respondieron que eran cuatro: el conventus hispalensis cuya capital era Híspalis, el conventus cordobensis con capital en Córdoba, el Astigitanus en Écija de capital y el Gaditanus en Cádiz.

No sabía localizar mi ciudad y tomé un pergamino con la figura de la Bética, y le puse, en el centro el nombre de Bética con letras más grandes, al mismo tiempo que la dividí en las cuatro demarcaciones que me habían referido, para ello me ayudaron mucho mi padre y un mapa que él conservaba de cuando ejerció de tribuno militar en el ejército romano. Siempre fui muy amante de mi tierra pequeña y, por eso, le pedí a mi padre otro trozo de pergamino, donde hice un plano para situar los pueblos, qué digo, los oppidda, de nuestro entorno y las villas o casas de campo de nuestros vecinos. Entre los primeros, mi padre me señalaba cuatro: Encina Hermosa o Cabeza Alta, La Gineta, La Mesa y el Villar de la Rábita; entre los segundos, recuerdo que no paraba de citarme nombres: la Fuente, Santa Ana, el Villar Alto y Bajo, La Lancha, Acequia Alta, Medialuna, Vegas de Paz, Ribera Alta, Puertollano, Fuente de la Salud,.. Se detuvo un momento y me dijo que otro día me contaría la historia de cada uno de ellos.

Pregunté a otros vecinos si en la provincia de la Bética existían otros tipos de iberos y me respondieron que los había turdetanos en la zona del Bajo Guadalquivir, oretanos en la parte Alta y Guadalimar y batestanos en la zona oriental de Andalucía ….Pero me encontré a un descendiente de un antiguo indígena que me refirió que, por este lugar, también pasaron otros pueblos no iberos, principalmente los cartagineses y no me lo decía con seguridad, pero me insinuaba que, probablemente, muchas torres, colocadas en las cimas de las montañas y a la vera de los caminos, habían sido construidas por estos vecinos del Norte de África para introducirse en el interior de la Península y controlar los itinerarios de las tropas y las mercancías que intercambiaban con los iberos, Incluso, sus ascendientes romanos las mantuvieron para proteger los itinerarios de las vías romanas.

No podemos olvidar la presencia de los cartagineses en esta tierra, porque fue objeto del enfrentamiento con los romanos durante la Segunda Guerra Púnica (206-194). Mi padre me contaba que sus antepasados venían como libertadores de los iberos subyugados por los cartagineses , pero que, tras la derrota cartaginesa, se asentaron en muchos lugares, dividiendo a Hispania en Ulterior y Citerior, según se comprendiera más allá y mas acá de Roma, tomando como eje el río Guadalquivir y Cartagena. Cuentan que hubo algunas batallas por estas tierras en Iliturgi y en Castulo, donde Anibal se casó con Himilce, hija de un reyezuelo de aquella zona.

A veces, nos sentábamos en torno al fuego del hogar, y , como era muy curiosa me interesaba por mis orígenes y las leyendas, que me gustaban bastante. Le pregunté en cierta ocasión:

-¿Tan solo, en nuestra Bética, hubo cartagineses?

-Puella mea, niña mía, no, ni mucho menos. Te puedo comentar que aquí se forjó Tartessos.

-Pater meus, no me suena, ¿fueron Iberos, cartagineses, o griegos?

-Te comentaré: podemos definir tres grupos importantes antes de la llegada de los romanos: el tartesio , el ibérico y el oriental, compuesto por las aportaciones fenicias y griegas: El primero, por el que tu me preguntas fue, uno de los pueblos primeros de la Bética, no se conocen muy bien sus orígenes, pero estuvo en contacto hasta con los pueblos de Oriente, con los que mantenía relaciones comerciales, su centro estaba por Onuba, Huelva, y, además se pueden ver, en sus manifestaciones culturales, influencias célticas y griegas. Se distinguían por ser explotadores de las minas de Huelva y Sierra Morena y su floreciente agricultura de tal modo que realizaron actividades comerciales hasta el Alto Betis, donde y se encuentran algunas muestras, como la copa de las ciervas en Castulo.

-Pero, cuéntame alguna leyenda relacionada con este pueblo, si la hubiere.

-No sé, pero siempre la han relacionado con Hércules y Gerión.

-Te la cuento: "El rey Euristeo no dejó descansar a Hércules, tras el primer trabajo, y, lo envió al golfo de Gadir a capturar los toros del gigante Gerión, hijo de Crisaor, rey de toda Iberia, que tenía cinco hijos gigantes que iban al frente de un gran ejército. Su rebaño estaba compuesto de bueyes de color rojizo y estaban vigilados por un enorme gigante y un perro bicéfalo. De Gerión, para qué te voy a hablar a estas horas de la noche, pues te vas a asustar: era un monstruo de tres cabezas, tres troncos, seis brazos y seis piernas. Nadie se atrevía afrontarlo; por eso, el rey Euristeo se lo encomendó a Hércules porque sabía que este trabajo sería el más difícil de todos sus trabajos. Primero el héroe concentró sus tropas en Creta y, en este lugar, luchó contra Anteo, al que tuvo que derrotarlo manteniéndolo a peso entre sus manos, porque cada vez que tocaba tierra recuperaba sus fuerzas; luego, se dirigió, a través de regiones desérticas, llegó a una ciudad muy fértil, fundándola con el nombre de Hectonpilos; finalmente, se asentó en Gadir, donde levantó las famosas columnas que llevan su nombre.


Como el sol era muy fuerte, tuvo que luchar contra él, cuyo nombre en griego era Helios, lanzándole flechas. Como muestra de reconocer su osadía y valentía, Helios le regaló la concha de oro, con la que el Sol atravesaba la noche hasta el alba, y así pudo seguir el camino. Llegó a Iberia, y se enfrentó a los hijos de Crisaor y a sus ejércitos, derrotándolos, para pasar a la isla de Eritia donde estaba Gerión con su

Ganado. Allí topó en primer lugar con el terrorífico perro, al que mató con un mazo, y al pastor que le seguía; después robó los bueyes de Gerión, provocando inmediatamente que este persiguiera a Hércules, Vino en ayuda de Gerión la diosa Hera, y Hércules tuvo que hacer frente a los dos: a la primera hirió en el pecho con una flecha y salió huyendo; y al segundo lo mató hiriéndole en la parte central del cuerpo donde se unían los tres cuerpos; marchó de nuevo a Iberia, y, después , pasó a Italia
-¡Qué bonita, pater! Me encanta su leyenda. Mi Hércules, al que tanto queremos en la Bética, ya estaba en los orígenes.

-¡Cómo no iban a estar los griegos, con sus mitos! Ya Platón habló de la Atlántida, de la Hesperia,…y creo que leí en Heredoto que Kolaios de Samos tuvo contactos con Tartesos. Vinieron los samios y los focenses y se fundaron HemerosKopeion, Odisea (Abdera), Maninake (cerca de Málaga) Menesthei (costa gaditana).

-Pater ¿qué nos aportaron?

-Junto con los fenicios, que, por este tiempo, también vinieron a la Bética, nos aportaron la numismática, el olivo, la vid, y la cerámica, tejidos, joyas

-Dices los púnicos, ¿desde Fenicia también hubo colonizadores y crearon industrias?

-Sí, filia, y fundaron importantes colonias: Malaka, Sexi, Abdera, Gadir… buscaban metales y os introducían sus productos.

-¡Qué importante fue y es la Bética antes de los romanos! Tartesos, púnicos, cartagineses, celtas, indígenas….

-¡Y, los tesoros que nos han quedado de estos pueblos! Tesoros de Carabobo, muchas ciudades que reformamos y ampliamos los romanos, su red viaria primaria, sus templos con esculturas iberas…

Pater, pappa ¿Le costó mucho a los iberos ser romanos?

-No, qué va, algunos conflictos en algunas ciudades, como Iliturgi, pero esto te lo contaré otro día. Fueron unos corderos, los dejamos con sus ritos, sus costumbres, sus leyes y nos pagaron impuestos para defenderlos y la Bética tota nostra est.

-Pero, pappa, me hablaste de Hércules, cuéntame la historia de este Hércules que vemos aquí.

-Es la del último trabajo , cuando Hércules captura a Cerbero.

-El perro de las tres cabezas, que guardaba las puertas del mundo de los infiernos.

-No me interrumpas, te la contaré de seguido. Hércules se dirigió a Cerbero. Primero , marchó a Eleusis para ser iniciado en sus misterios de modo que aprendió el modo de entrar y salir vivo del Hades, al mismo tiempo que se vio libre de la culpa por haber matado a sus hijos. En Tenaro encontró la entrada al mundo de los muertos, donde Atenea y Hermes le ayudaron a traspasar la entrada, a su ida y vuelta. Por Hermes , y por su propio aspecto fiero, Caronte le llevó en su barca a través del Aqueronte. En el Averno, Heracles se encontró con muchas almas, como la de Teseo, cuya salida de este mundo negoció él mismo, la repulsiva Medusa y Meleagro, uno de los Argonautas y asesino del jabalí Calidonio (ver Atalanta y Moiras, Las). Heracles quedó tan impresionado con la historia de su muerte que le prometió casarse con su hermana Deianeira. Después siguió su viaje por el mundo de la oscuridad y, tras degollar el ganado de Hades para que las almas pudiesen probar la sangre, Perséfone le pidió que tuviese más cuidado en adelante. Al dios Hades no le gustaba la idea de que Heracles se llevase su perro y, según algunas versiones, se enfrentó al héroe y debió ser curado después en el Olimpo. En cualquier caso, finalmente tuvo que permitir que Cerbero se marchase con Heracles, siempre y cuando fuese capaz de controlarle con sus manos, cosa que hizo al instante agarrándole de sus tres gargantas y asiéndole con tal fuerza que el animal tuvo que dejarse llevar. A la llegada a Micenas, Euristeo se escondió en su jarra, muerto de miedo tras ver al animal. Finalmente tuvo que liberar a Heracles y así pudo llevar a Cerbero de vuelta al Averno.




Inicia le comentó que su padre visitaba la domus Herculana y una cueva en un cerro alto, donde solía aparecer una Sibila que le profetizaba la historia futura de esta ciudad.

Cuando acudía a esta cueva, le dijo que la diosa Tanit le proteegería de su muerte muy temprana, ya que era muy devota suya, pues su padre le había introducido en sus ritos mistéricos.

Su padre le ilustraba diciendo:

-Quiero que seas una madre protegida por esta diosa y le inculcaba el culto a Tanit, porque estaba asociado con la Luna y la fertilidad. Este era su símbolo.


Siempre recordaba que la Sibila de la cueva alta, solía hablar de los dioses de ultratumba y le decía que sería incinerada, como los iberos. No obstante, manifestaba que, en esta tierra, entre las clases bajas se extendería la inhumación y le mostraba un sarcófago de piedra y otro de plomo como si fuera una visión celestial. Un día le dijo que los cristianos ocuparían estos territorio y vendría un tal Potencio que moriría en un sitio llamado de la Rábita.


Cuando regresaba a su casa, su padre le resolvía las dudas. Su Inicia recordaba que este le resumía los dioses del infierno con estas palabras: Plutón, hijo de Saturno y Ops , raptó a Proserpina para casarse con ella. Su madre Ceres se afligió tanto que provocó el invierno. Su sede se ubica en el Tártaro, y es el guardián de este reino dictando sus inflexibles leyes. Son sus súbditos las sombras ligeras y miserables de todos los seres que la muerte causa en la Tierra, de modo que vuelve a caer bajo su cetro, aumentando su riqueza o convirtiéndose en su presa. Desde el comienzo de su reino, nadie incumplió sus órdenes, ni se rebeló contra él.Le vaticinó que los cristianos se enterrarían en las iglesias, donde abrían grandes capillas con retablos de santos para decirles misas, y que habría una guerra civil entre los hispanos del siglo XX, en la que enterraron a los vencedores en una cripta de un templo denominado de Consolación. Los perdedores quedaron en las cunetas de la vía que se dirigía a una ciudad cordobesa llamada Priego. Pero, antes vendría un pueblo muy fiero, el maurus ( moro) que se asentaría junto a la cueva de sus revelaciones y en torno a los caminos levantaría cementerios o maqbarat con una sepultura en roca y el cuerpo dirigido a Oriente. Le dijo que su santuario se convertiría en un recinto sagrado, llamado iglesia visigoda, donde enterrarían a los muertos en tumbas antropomorfas, y, antes de la mezquita, habría una gran maqbara. Un rey fiero como Hércules conquistaría la oppidum en 1341 y la mezquita sería transformada en iglesia, y su suelo se convertiría en tumbas cuadradas, con pudrideros, osarios, mausoleos y grandes recintos funerarios en periodos posteriores con bóvedas de enterramiento donde se albergarían las familias ilustres, los hermanos de cofradías y mucha parte del pueblo.

Le dijo que antes de todos estos, un pueblo del neolítico, llamado del Algar, enterraba en cistas, tumbas hechas en la roca y bajo las cuevas y chozas. Algunas encontrarían en siglos posteriores en las faldas del monte. Solían tener un ajuar básico, cuencos de comida y armas para protegerse.

Pero, lo que más le gustaba a Inicia es visitar las tumbas que aparecían junto a las vías que se dirigían a la vía Herculis . Y, con la ayuda del padre traducirlas.
La primera que hizo fue la de una premonición de su muerte transmitida por la sibila de la cueva alta era esta:


INICIA XXI ANN(ORUM)

El padre le decía:

-INICIA se llamaba la niña, de 21 años , que es la palabra annorum

-¡Qué fácil!

-Pues, ahora te voy a enseñar a que aprendas, más inscripciones. Pues todas ellas, presentan siempre los mismos caracteres:

a) D.M.S. Deis Manibus Sacrum, "Consagrado a los Dioses Manes"

b) Nombre de la persona enterrada ( tres nombres) y oficios o hechos famosos.

c) A= annorum que significa años especificados con números romanos.
d) H.S.E. que significa Hic situs est, "aquí está enterrado".
e) S.TT.L. que es lo mismo que " SIT TI BI TERRA LEVIS". Dicho en nuestra lengua, Que la tierra te sea leve

  1. Al gusto de la familia otros datos de hazañas bélicas, cargos, vecindad, oficios….


-Hazla tú la traducción de estas:
LIVIUS ANDRONICUS, ACTOR, L. A. H.S.E.STTL
Fíjate en estas inscripciones de tu pueblo y tradúcelas:
PUBLIUS MALIUS CELSUS A. L. H.S.E. S.T.T.L.



LOCUS PEDUM XV MARCUS MARIUS RUGA HIC S. EST S.T.T.L.

O esta inscripción del primer cristiano conocida:
POTENTIUS, +FAMULUS + XRTI.+ VISXIT +ANNOS LVII

No hay comentarios:

Publicar un comentario