El
24 de Septiembre de 1810 se constituyeron en San Fernando por primera vez las
Cortes Generales y Extraordinarias de España en plena invasión del ejército
Napoleónico.
Fuela Villa de la Isla de León, único reducto, junto con Cádiz, no
tomado por el ejército francés, las Cortes estuvieron reunidas desde el 24 de
septiembre de 1810 hasta el 20 de febrero de 1811, fecha en la que se trasladaron
a Cádiz. En el primer decenio del siglo XIX, la ciudad
de Alcalá dejó de ser capital del corregimiento tripartito de Loja, Alhama y de las tierras alcalaínas
y, tan sólo, se mantuvo su importancia dentro de la demarcación de corregimiento secundario como
forma administrativa peculiar, comprendida dentro de la provincia o intendencia
de Jaén. Además, por otra parte, su poder de
influencia sobre algunos municipios
comenzó a decaer, a partir de los años treinta, a consecuencia de haber obtenido la independencia dos importantes núcleos
comprendidos hasta ahora bajo su jurisdicción: las villas de Castillo de
Locubín y de Frailes. (Pues parecía inconcebible que, con la política
centralista y con la concesión de nuevas entidades locales en tiempos de los Austrias y de los Borbones, todavía se
hubieran mantenido dentro de la autoridad del cabildo alcalaíno). La segunda
razón radicaba en el cambio que se había
ocasionado con un nuevo sistema de economía procedente de siglos anteriores, lo
que significó el asentamiento de muchos campesinos y ganaderos cerca de los
sitios donde pastoreaban o roturaban nuevos terrenos. Los habitantes de
Frailes, dedicados al pasto, al ramoneo y tala de los montes para el carbón y,
también, a la agricultura de sus huertas, habían aumentado de un modo
significativo su población de cincuenta vecinos hasta 1.000 en el siglo XIX. La
nueva política emanada de la
Constitución del año 1812 les permitió su separación, pero no
quedó consumada hasta el año 1835. Ellos fueron los beneficiarios de muchas
tierras comunales de las últimas reformas de Carlos III, transformándolas en
terrenos productivos, al mismo tiempo que generaron nuevas formas de vida como
los servicios sanitarios de los baños o
mantuvieron una transacción comercial de ganado con los pueblos de Jaén.
Fue
Desde el punto
de vista de representación política del municipio de Alcalá y su relación con
la provincia, para comprender la importancia del municipio alcalaíno hay que
remontarse a finales del año 1812. Su
primer acto aconteció con motivo de la votación de los electores parroquiales
para que eligieran a sus representantes a las Cortes Generales y
Extraordinarias, pues tuvo lugar un
debate en la ciudad alcalaína en el que se discutió la representación que le otorgaba la Constitución Española
del 1810 al partido electoral de Alcalá la Real.
Pues , la
primera dificultad fue motivada por la propia organización del partido
judicial, ya que éste se dividió en tres municipios, por primera vez en su
historia: los ayuntamientos del Castillo de Locubín, Frailes y la propia ciudad de Alcalá la Real ) Por otra parte, el procedimiento de llevar
a acabo el acto de la votación a través de las parroquias dio lugar a un conflicto con la Junta Provincial
de Jaén, porque el pueblo de Frailes, todavía no era parroquia y el Castillo de
Locubín obligaba a sobrepasar la cifra de tres diputados en contra de lo
permitido por las comunicaciones del Jefe Político de la Provincia de Jaén y la
de Granada. Por último, la dependencia administrativa del territorio alcalaíno, tan cacareada a lo
largo de la historia en unidades superiores como las provincias e intendencias,
no debía estar claramente definida. De ahí que todavía se dudase entre la
pertenencia del corregimiento de Alcalá a
la provincia de Jaén o la de Granada.
A
lo largo de las legislaturas comprendidas entre
los años 1810 y 1823, no hubo presencia de alcalaínos en las Cortes Españolas. La provincia de
Jaén le correspondía una representante
por ser la capital ciudad de
Cortes, otro por la
Junta Suprema de la Provincia , y cuatro por la población. Para el acto de elección, se
reunían primero las parroquias y elegían sus representantes en los Partidos Judiciales, y de entre ellos
se elegían posteriormente los diputados. A tenor de la Constitución del
1812, le correspondía a la provincia cuatro diputados, debido que la
representación era por cada setenta mil votos, a través del procedimiento de
los electores por parroquias.
Con la aprobación del
Estatuto Real en tiempos de Isabel II,
las Cortes se dividieron en estamento de próceres del Reino y estamento de
procuradores del reino El primero lo formaban
arzobispos, obispos, grandes de España. Títulos de Castilla, y los propietarios de una renta superior a
los 60.000 reales; el segundo estamento, estaba formado por aquellos elegidos
que debían poseer una renta al menos de 12.000 reales, con treinta años
cumplidos. Era una elección de segundo grado, pues solo podían votar estos
individuos para el diputado y, tan sólo en todo Jaén, se pudo nombrar a
quince personas. Además se introdujo el
voto censatario, con lo que sólo podía votarse según la capacidad económica del
individuo. Como ejemplo de carácter elitista del nuevo sistema electoral y su paso hacia atrás: en todo el territorio
español se pasó de un censo de 3.216.460,
correspondiente al año 1812, a otro de
17.896 electores
¿ Quien fue el primer diputado alcaláino?
RODRIGO DE ARANDA Y SALAZAR
Por
primera vez, tenemos presencia de políticos alcalaínos en las Cortes Españolas.
Entre los diputados elegidos, el más relacionado con Alcalá la Real y no por su nacimiento,
sino por sus posesiones, fue Rodrigo
Aranda Salazar, conde de Humanes, que lo obtuvo a los cuarenta y cuatro años,
ya que, en el Castillo de Locubín- donde hay una calle dedicada a su nombre-, en
parte era uno de los mayores hacendados.
A través de los Álvarez de Sotomayor, señores de la Montillana estaba
ligado a nuestra comarca y muchos miembros de su familia fueron regidores del
cabildo alcalaíno en siglos anteriores. Era un
militar, que inició su carrera en 1805 como subteniente del Regimiento
de Dragones de Pavía. Más tarde alcanzó el cargo de coronel del ejército. Fue segundo alcalde de Madrid en
tiempos de Fernando VII en 1812
Por
la originalidad de su elección debemos reflejar la segunda vez que, en la
mañana de 7 de marzo de 1820, por cierto un día desapacible y frío, fue nombrado teniente alcalde por el
ayuntamiento de la ciudad de Madrid. Es muy curioso su nombramiento, porque
impactó en la sociedad madrileña y en los círculos políticos de aquel tiempo,
ya que se reunieron en la Plaza
de la Villa ,
donde se albergaba la Casa Consistorial.
Y lo hicieron, ante la publicación del juramento de la Constitución
Española de 1812 por parte del rey , los más diversos personajes que representaban los
diversos estamentos de España ( la aristocracia con los nobles y Grandes de
España; el mundo económico representado por propietarios, ricos comerciantes y
banqueros, personalidades y figuras relevantes, abogados, médicos y hombres de
ilustración, generales y subalternos
junto con todo el vecindario y la presencia de todas clases sociales –medias,
altas y bajas). Ante tan deseada y ansiada noticia, todos se dieron entre sí
parabienes y abrazos y expresaron un profundo
sentimiento de patriotismo. El propio cronista Mesonero Ramos en sus
Recuerdos de setentón nos refleja el acto de proclamación por un
sistema peculiar de asentimiento o aclamación popular (la elección directa e
inmediata por la multitud congregada, primero de Sáenz de Baranda, como primer
alcalde y luego de Rodrigo de Aranda como primer teniente alcalde. Protagonizó
el papel mantenedor del acto el poeta
romántico Manuel Eduardo de Gorostiza que se subió al balcón del
ayuntamiento y se dirigió al pueblo con estas palabras:
-Ciudadanos,
¿Quieren por primer alcalde
constitucional al Marqués de las Hormazas?
-¡Sí,
sí, viva! Decía con entusiasmo el pueblo.
Pero,
en esto una voz salida del grupo, dice:
-No,
que es el tío de Elío.
Y
el pueblo, en el instante, recobrado de
su primer movimiento, dijo:
-¡Abajo,
fuera las Hormazas! ¡Otro, otro!
Y
el propio Gorostiza continuó:
-
Ciudadanos, ¿Quieren por primer alcalde
constitucional a Pedro Sainz de Baranda?
-¡Muy
bien, viva, viva el alcalde constitucional de 1808, el defensor de Madrid! Ciudadanos,
¿Quieren por segundo alcalde constitucional a don……?
. -¡Bravo,
bien, bien!-grita grita la multitud y Gorostiza, abriendo los brazos, exclama:
-Pero,
señores, si no lo he dicho todavía, (risa general y palmoteo). Vaya, pues iba diciendo
Ciudadanos, ¿quieren ustedes por segundo
alcalde constitucional a Aranda?
-Bien,
bien, viva Aranda, viva Baranda.
Si
nos adentráremos, concreto, en la casuística de su vida parlamentaria se
presentó a diputado en las elecciones del 30 de junio de 1834 por la
circunscripción de Jaén ( curiosamente, fueron 20 los electores, lo mismo que
los votantes, por lo que significa de este tipo de votación a través de
representantes elegidos previamente en las comarcas o partidos judiciales) y
obtuvo 18 votos, lo que manifiesta cierta disidencia con respecto a su persona
en algunos votantes fueron y se mantuvo durante un bienio hasta el año 1836. Ingresó en el Congreso de Diputados
el 24 de julio de 1834 y se mantuvo en
su escaño hasta 2l 27 de enero de 1836.
¿DE DÓNDE LE VINE SU
ASCENDENCIA ALCALAÍNA?
En
cuanto su ascendencia alcalaína, el legajo del Conde de Humanes recoge todo el
linaje de los Aranda desde su primera vecindad en Alcalá la Real hasta X Conde de Humanes
don Rodrigo Isidoro de Eraso Aranda y Salazar, nacido en Jaén donde
falleció el de mayo de 1882 que, como dijimos anteriormente, fue Grande de España. Por muerte sin sucesión
de su hermano don Fernando. Casó con doña María de Escobedo Salazar y Velasco,
siendo hijo de doña Francisca de Salazar
Eraso y Carvajal, casada en Jaén el 30 de enero de 1787 con Juan José de Aranda
Álvarez de Sotomayor-, nacido en Jaén, Señor de Montillana- y fallecido en Madrid el 7 de septiembre de 1865. El
legajo conserva, entre muchos documentos sobre la vida e historia de sus
ascendientes alcalaínos, un rico grabado
prologando al libro de la Virgen de las Mercedes en
su altar de la Mota ,
como muestra de su enraizamiento de esta familia dentro de nuestra localidad. En concreto, la
primera noticia proviene de Pedro Fernández de Aranda, alcaide de Úbeda, cuyo
nieto del mismo nombre fue expulsado de esta ciudad tras la ser derrotado por
los Traperas, y se afincó en Alcalá la
Real , desde donde surgieron varias ramas de su linaje en toda
la comarca de la abadía y en tierras del sur de Córdoba. Un ascendiente de don
Rodrigo fue el famoso don Fernando de Aranda, el que llevó a cabo las hazañas
de la Boca de
Charilla contra una avanzadilla musulmana, que se relatan minuciosamente en sus
legajos. Por su primer casamiento, su hijo Pedro Fernández de
Aranda con doña María de Molina, se enlaza con los Señores de Jarafe, desde
donde proviene don Rodrigo de Aranda, IX Conde de Humanes. Pero no fue esta la
única rama de los Aranda con la conecta nuestro personaje, sino que, a través
de los Álvarez de Sotomayor, cuyo señorío lo recibieron a través de María de
Aranda, esposo de Fernán Álvarez de Alcaraz y sobrina del de la “Boca de
Charilla, , alcalde de Colomera, que resulto muerto por las heridas en defensa de esta villa:
sus descendientes se trasladaron a Alcalá la Real , fueron numerosísimas veces regidores,
entroncaron por diversos cruces con los Aranda,
y se hicieron patronos de muchas
instituciones, entre ellas la iglesia de Consolación. El último cruce fue el de José de Aranda Gámiz, abuelos de
don Rodrigo de Aranda, en los que se muestran clara la ascendencia alcalaína de
este personaje, nacido en Jaén y vecino de Jaén
en su etapa de militar retirado y diputado a Cortes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario