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jueves, 13 de junio de 2019

EL OFICIO DE HERRADOR EN LA ALCALÁ LA REAL DEL SIGLO XVI (II)


La industria del metal estaba incardinada en la ciudad de la Mota, a través de diversos oficios relacionados con los metales, sobre  todo el hierro. Los había herreros, arcabuceros, cerrajeros y herradores. Estos últimos solian compartir el oficio con los herreros y estaban relacionados con el albeitar, lo que luego fue el veterinario,  también con los maestros de potros. Pues, la ganadería formaba parte de la economía alcaláina, en su doble vertiente de caballería de carga y laboreo, y por otra parte para fomentar la caballería militar. Dentro de los herradores, este oficio se transmitía de una manera no reglada sino de maestros a aprendices, como podemos comprobar en este documento del siglo XVI. Recoge un contrato de aprendíz ante el escribano Antón García de los Ríos el 30 de noviembre de 1550, siendo testigos Miguel de Molina el procurador Diego de Solano y Alonso Hernándezz de Arjona. Pedro Fernández de León entregaba a su hijo Bartolomé de 13 años al herrador Alonso de Zamora para que le enseñara y mostrar el oficio de herrador. Establecía un periodo de aprendizaje de nueve años (1550-1559) con la condición de que su hijo no podía salirse de la casa del maestro, y, si lo hiciere, lo devolvería el padre en el plazo de diez días o pagaría una multa a la Cámara Real y al propio maestro de 5.000 maravedíes, repartidos en dos partes a cada uno de ellos. Los objetivos generales  versaban sobre el aprendizaje de dicho oficio  y " otras cosas que le mandare en el tiempo del aprendizaje". El maestro se veía obligado, como




era acostumbrado en los demás oficios, a darle de comer, beber, vestir, calzar e cama en que durmiera, e vida razonable, y destaca " en el enseñar e mostrar los nueve años el dicho oficio de herrador sin le guardar cosa alguna e haciéndo por se lo mostrar que buen maestro es obligado al hacer a su discípulo por manera que en el el fin de dicho tiempo lo sepa". Y, lo que era muy importante " en el fin del dicho tiempo le deis  la herramienta del dicho foficio". Y estas eran las herramientas especificadas:- un martillo de peña, otro de adobar clavos,  otro de herrar y un pujavante, e tenaças e vigornia".

A esto se añadía el vestido de trabajo de paño de la tierra con  sus camisas e zapatos . 
Y se obligaba al mantenimiento del muchacho los nueve años y con las mismas clausula de imposición. El herraje se ha mantenido hasta hoy día, y tan solo se ha visto favorecido por la globalización de las herraduras, y el abandono de todo el proceso artesanal, quedando reducido al día del herraje por los herradores y sus aprendices. En nuestra comarca recuerdo los momentos del herraje en herrerías y a l gitano Celestino pelando y herrado; actualmente he asistido a alguna ceremonia de este tipo en la yeguada de Puerta Alta, actualmente en la Cabeza del Carnero. FarrierGabino, en su blogg, recoge la evolución del herraje a la actualidad y describe los tipos y el modo de herrar en España y en otros paise. Destacamos para conocimiento de las herramientas estas palabras "  Las herramientas utilizadas son las adecuadas para el tipo de caballo y el tipo de casco que poseen los animales que van a ser herrados. En tanto que en los países de climas suaves y lluviosos los cascos permanecen blandos, la escofina y la legra tienen su razón, pero para países de clima mediterráneo, con veranos secos y calurosos, los cascos se tornan secos y duros como piedras. Esto lo sabe todo aquel que hierra caballos en cualquiera de las dos Castillas o Andalucía en verano. El casco se trabaja básicamente con la cuchilla y un mazo de madera redondo. Con estas herramientas se elimina la suela muerta y petrificada. Las cuchillas, hechas generalmente a partir de una escofina vieja, tienen un filo en cada extremo.La "herramienta estrella" del herrado tradicional español es sin duda el pujavante. Con el pujavante se elimina el exceso de palma hasta dejar el casco bien plano. Una vez conseguido esto, se le da la vuelta para excavar el hueco de la palma.    El martillo o martillejo español no tiene uñas para sacar los clavos o cortarlos. Se utiliza para clavar los clavos y para remachar.  También se utilizan el martillejo y la tenaza de remachar a modo de sufridera para doblar los callos de la herraduras vizcaínas sobre el talón. La escofina se utiliza tan solo para escofinar el sobrante de las lumbres. Este exceso se recorta con la cuchilla y el mazo y se le pasa la escofina ligeramente. No se utiliza ni para limar los remaches ni para la palma. Hay que notar que las escofinas no tenían la calidad y la forma del diente de las que se fabrican hoy  para los herradores. Solían ser escofinas de carpintero sin mango. Duraban años en manos del herrador y cuando se sustituyen, se aprovechaban para fabricar las cuchillas.


   E

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