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miércoles, 28 de mayo de 2014

TRES CUADRITOS, DE DÓNDE, Y LOS VALES DE LA REPÚBLICA.


 
TRES CUADRITOS EN SOPORTE DE COBRE, MUY BONELLOS, DE UN RETABLO ALCALÁINO, DATAN DEL SIGLO XVII
 



 

 

 
DOCUMENTOS DEL SIGLO XIX Y XX. EL DINERO EN VALES EN LA REPÚBLICA. 
 

El décimo coleccionable  consiste en varios vales que sustituyeron en la zona republicana a la moneda por haber quedado prácticamente sin fondos.

Unos eran realizados y emitidos por el Frente Popular y sugieren a los que nuestros antepasados emplearon en años anteriores para comprar entre otras cosas el pan, que luego se intercambiaba con trigo o con el dinero que se podía ir entregando a lo largo del año. Los había de distintas cantidades, predominando la peseta y los cincuenta  y veinticinco céntimos.

Otros los emitían los comedores de Asistencia social y servían para una ración, lo que dio lugar al racionamiento- cosa que se mantuvo en tiempos de la dictadura.

Uno terceros, eran simples notas que emitían los jefes, delegados gubernativos y el propio alcalde. Lo usaban sectores muy específicos de la población. Siempre manifestaban la esperanza del que los  abastecía, cobraría en el futuro.

Tenemos noticia de una cooperativa  para los vecinos de la Ribera y se nos han entregado un libro  de sus cuentas, por el que podemos ver cómo funcionaba la economía de guerra. Lo hacían en régimen de economato, donde se abastecía no sólo a los vecinos de esa zona, sino que servía de almacén para enviar algunos productos a otras zonas de batalla como en Madrid.  Trabajaba en una economía mixta: algunos en sus propiedades y otros en forma de colectividad, uno de ellos era el encargado. Tanto fue el miedo que dicho encargado luego escribió en dicho bloc las cuentas de un molino de los años setenta.

Algo parecido aconteció en la zona de la Rábita, y Fuente Álamo, donde hubo varias colectividades que organizaron el trabajo durante los tres  años e guerra civil: Mediante una colectividad, incautaban las fábricas y las fincas abandonadas de los que habían huido al territorio faccioso. La GUERRA  hizo mella en estos colectivistas, pues predominaron las medidas de urgencia, emergencia y subsistencia frente a un plan detallado de organización, ya que lo primero era comer, protegerse de las inclemencias del  tiempo, defender el frente  anteponiéndolo a la producción,  lo que se subordinó todos los bines a estos fines, dando lugar a que los olivares sirvieran a veces de leña para calentarse, las almazaras quedaban reservadas para que se enviaran a otros lugares de España para poder  subsistir, y los campos, quedaran abandonados ante el peligro que se podía  afrontar al ir a sembrarlos.

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