DIBUJOS DE AMBROSIO ALBA |
Tras detenerse en el mirador del Postigo y ante la
lápida de Ibn Said al Magribi, y pasar por el primer cuerpo embovedado con un gran
arco apuntalado, que soporta sobre ella otro segundo cuerpo, la puerta introduce al último tramo de Las
Entrepuertas, donde se hallaban unas
antiguas y desaparecidas tiendas de los hidalgos por la parte inferior y, por
la superior, junto a las Carnicerías por el flanco que daba a la muralla del
Trabuquete; y por otro lado entre el antemural y la puerta del Postigo, por
cuya calle se bajaba al barrio de Santo Domingo. Como torre de enflanqueamiento
entre murallas se abre con dos arcos herradura a la entrada y salida de un
recinto interior cubierto de bóveda que da entrada al último tramo de acceso a
la fortaleza, al mismo tiempo que se protegía por una pequeña torrecilla
desaparecida y provista de un trabuquete, que le dio nombre. Debió estar construida antes de la conquista
de la ciudad, y algunos autores la remonta a una fecha anterior de la puerta de
la Justicia de Granada, con la que se relaciona por sus dimensiones y
características de tiempos de Yusf I, cuya fecha inscrita fue 1348.
Se adentran
por la monumental
puerta llamada "Puerta de la Imagen", con doble arcada mixta de
herradura y apuntada, que se encierra en un amplio recinto a manera de un
soportal abierta que sirve de entrada y cobijo bajo una bóveda apuntada El buen
estado de conservación de la misma, sobre todo de piedra bien labrada y con
marcas en muchos sillares, y la
grandiosidad de la fábrica le dan una monumentalidad especial. Algunos autores
realzan su importancia social e histórica, al convertirse en la transición y
control entre la fortaleza y el arrabal para todo movimiento militar y
económico.
-Y, ¿este
escudo?- preguntó el asesor del jeque.
-Es muy actual, el de la ciudad con la llave en el centro,
y el resto de cuarteles con los castillos y leones, el de los reinos de
Castilla y León.
-También aquí
existía un escudo real de tiempos de
Carlos V y la imagen de Nuestra Señora, con lo que consigue que se visualiza el
nombre último de esta torre y puerta, a saber " de la Imagen",
probablemente una reposición de alguna imagen anterior de tiempos de la
conquista de la ciudad cuando quiso fijarse la huella cristiana con
la advocación mariana tras los muchos años de estancia musulmana en el Cerro
de la Mota.
-No está
colocada la imagen,
-Pero
refieren que tienen intención de colocar una imagen que simula a la costeada, a
mediados del siglo XVI, por la ciudad y realizada por escultor Martín
Pérez y el pintor italiano Pedro Sardo, vecino de la localidad alcalaína. Sí
contemplo una lámpara.
-Recuerda probablemente, la
lámpara, cuyo aceite pagaban los carniceros de la ciudad, y el garabato donde
colgaban las cabezas de los degollados en el campo de batalla, pervivan en el
nuevo ambiente recreado tras la restauración. Pues, esta torre está imbuida de
un duende especial de la fortaleza, que le aportó varias leyendas como La del
caballero de la capa y apuesta.
-Cuente,
cuente.
-Un caballero,
que osó subir a la Mota quedando por una puesta entre amigos en
una noche invernal, ya que se encontraban sus difuntos en el cementerio y quedó colgado en los clavos de su portón en medio de
una horrorosa tormenta y fuerte lluvia.
-Además, es la puerta de
bienvenida y despedida de muchísimos acontecimientos de la ciudad: el
último ha sido el de su extraordinaria y acertada restauración.
Por este adarve o entrada a la fortaleza,
se encaminan bajando a la ciudad del llano, los arrabales nuevos, entre la roca que soporta la muralla del
recinto fortificado y un elevado antemural de sillería. Recibe el nombre de
calle de Entrepuertas, porque enlaza el último tramo de la calle Real desde la
puerta del Hierro hasta la puerta de la Plaza o el Peso de la Harina, pasando
por las de las Lanzas, Imagen, del Argamasón o Aguilera y Pendón.
- Está muy renovada.
-¿Hay alguna una descripción de
este lugar antes de la conquista de Alcalá de Aben Zayde?
-Sí, la hizo Sancho de Aranda en su
discurso genealógico sobre la captura de un moro por parte del adalid Pascual
Sánchez para que le desvelara los pasadizos de la Mota:
-En mis notas y documentos, la
tengo-dijo el asesor-. Lee “El qual, como una vez con otros cavalleros
hiziese una entrada llegando de noche a los muros de Alcalá, en un adarve, que
está devajo de la fortaleza, puso una escala por la cual subió sin otra compañía.
Y, subido, saltó dentro de un corral que dizen de la Moriana y ahora es dentro
de las puertas, dos de siete, que la ciudad para entrar la Mota de ella tiene.
Porque la parte de adentro, el andén del adarve, era poco más alto y, por
parte, casí igual a el suelo del dicho corral, A do halló un moro que estava
con una manada de cabras que dormían allí de noche, y estaba amamantando unos
cabritos. Y apechugando con él y tapándole la boca, porque no diese voces, lo
ató y lo bajó por la dicha escala y llevó por su cautivo, como ávido de buena
guerra, y por el buen esfuerzo que dio Dios”.
En este recorrido de Entrepuertas, flanqueado
entre la muralla del Trabuquete y el antemural, el guía señala las ranuras de
las vigas y las baldas de las tiendas y el suelo de las viviendas.
-
¿El zoco de la ciudad?
-
-Claro que sí. En este lugar, se levantaron tiendas,
viviendas, y sus altos se introducían en
las cuevas de origen anterior, reutilizadas como bodegas, despensa y almacén. Eran de pequeñas dimensiones y se
abrían con una puerta al público y adosaban las vigas y las baldas a la misma
roca; por una escalera se subían a sus altos y cuevas que trataban de conquistar
más suelo útil.
-
¿Muchas?
-
-Los propietarios de estas viviendas y tiendas no
alcanzaban la cifra de 27 (16 en Entrepuertas y 11 en el Albaicín) fueron
miembros de las familias nobles de la ciudad, descendientes de los caballeros,
muchas ligadas a las capellanías y a los censos. Entre estos, cinco pertenecían
a la familia de las Frías junto a la Puerta de la Imagen, ocho los Castillo de
la Hinojosa, otras a Pedro Hernández, los Aranda, o los Avalo.
-
Déjeme, amigo, yo le asesoro. El aspecto de estas tiendas viene ilustrado
por un familiar de esta última familia que en 1597 vivía en unas casas, con sus
dos tiendas y dos moradas que daban con sus miradores al Albaicín. Solían ser
arrendadas a artesanos y comerciantes de la ciudad, especialmente en torno a la
Puerta de la Imagen, se dedicaban a establecimientos de sastres, especieros, zapateros
y barberos. Por el tramo de mayor
anchura desde la puerta de Lanzas hasta
la Imagen se ampliaba con el barrio del Albaicín. Frente a las tiendas s, se
levantaba un antemural, al que se permitió levantar casas tras la conquista y,
en algunos lugares, se trazó un camino de anillo exterior a este círculo de
murallas.
-Probablemente, la entrada se hacía por el Albaicín.
Pero, con la conquista esta calle fue muy visitada y de acceso principal de la
ciudad, de modo que fue empedrada a partir del cuarto decenio del siglo XVI y, en
ciertos tramos, enladrillada a lo largo de este mismo siglo.
-No se vivía tan cómodo. Pues, sobre ella se cernía la
amenaza de la caída de las aguas, rocas, escombros y derrumbes de los lienzos
de los adarves de las murallas del Trabuquete.
-Claro que sí. Es muy ilustrativa esta acta de 22 de
diciembre de 1646,”Desde la Puerta Alta del Pósito hasta llegar a las murallas
estaban unos solares caídos, donde impedían la subida a la Mota y causaba muchos pecados mortales y decretándola
a esta ciudad por ser la subida a la Iglesia Mayor y Plaza Pública y parecerle
a esta ciudad sería a vien adornallo y quitarles los dichos daños tratando de
remediallo y , que se hiciese una
muralla en el dicho y , hallándose imposibilitado podello hacer, trató con el
dicho, que le daría todos los solares que estaban allí y la mitad del gasto que se hiciese en la dicha
cerca , o qual hiço y puso en ejecución ,gastó 1.500 reales”.
-Por lo tanto, hubo casas importantes.
-Evidentemente.
Vayamos por partes. Me gustaría que subiéramos esta rampa, final de este
esqueleto de las tiendas.
-Vayamos.
-Si nos adentráramos por estas escalinatas
principales, al lado derecho del actual camino de entrada, de las
Entre puertas, se sube al pozo del altozano. Podríamos comprobar el esqueleto
de un barrio
-¿Muy antiguo?
-Se remonta a tiempos árabes y desapareció en el siglo XVII. Aquí se
encontraban el colegio de la doctrina y de los niños, el hospital
del Dulce Nombre de Jesús, la casa de Pan y Agua o Alhorí, y una gran número de tiendas que daban a la
calle, entre ellas las de los herreros, Hoy día, en su subsuelo, todo ello
minado y entrelazado por el mundo subterráneo: abundan pasadizos, adarves,
ocultos escondrijos de guerras, cuevas reutilizadas para bodegas,
minas y contraminas de agua y de guerra. Pero debieron
ser callejuelas y callejones
Y casas unidas por medio de adarves
y escaleras que tuvieron que ir cerrando los regidores de
finales del siglo XVI con motivo de las caídas de las murallas, como aconteció
con la casa del clérigo Jiménez en 1581.
-No me extraña que recibiera el nombre este barrio del Albaicín.
- Es curioso. Hay una descripción del 1595, realizada por Ginés
Martínez de Aranda, en la que junto a la muralla se alzaban, por lo menos, varias casas que llegaban hasta
la casa de Hurtado de Mendoza, o del Preceptor de Gramática dentro del recinto
fortificado de la barbacana, y o engarzada con la muralla del Trabuquete.
Solían adecuarse al terreno y aprovecharse de las cuevas que cavaban en la
roca, provocando el derrumbe de la muralla, en la primera planta, tenían un portal,
una cuadra, una bodeguilla y una cueva.
- Hay restos de cocinas,
-Sí,
-¿Nos podría comentar cómo era la
gastronomía de aquellos vecino?
-Tenemos datos muy
variados. Pues no responden las comidas de los jornaleros a la misma
calidad y lujuria que la de los hidalgos o de un personaje como el
corregidor. Y, menos aún, a la comida de casa, de invitación, o de
campo.
- Dice comida campera, ¿Me podría explicar qué ingredientes solían
tener las comidas de aquellos personajes cuando iban a visitar las tierras de
la comarca?
- Claro que sí, pues era frecuente esta misión, para visitar los
términos del municipio, la revisión de veredas, calcular las mieses
de los cortijos del ayuntamiento. Para perseguir bandidos o monfíes,
para tantos actos de orden público, que se veían obligados a comer
en los cortijos, o los chozones de aquellos campos. Solían abrir con la comida
del almuerzo, un principio de almendras y pasas; para el corregidor, perdices y
pichones; de segundo una gallina asada y, para los otros comensales carne que
consistía en gallinas asadas y pavas u olla, pescado o huevos: Al mediodía, se
iniciaba con un plato de potaje, y le seguía un plato de huevos emborrizados
; otras veces se componía de un plato que llamaban de principio y
estaba compuesto de orejones, pasas y almendras; el segundo variaba
según los comensales: para el corregidor, plato de pichones o perdices
y para el resto, la rica hoya, entre las que destacaban trozos de
carne o de jamón con legumbres variadas y hortalizas variadas, o pescado en las
especialidad de bonito guisado y cocido o empanadas
y, para acabar, un plato que llamaban dulce, natillas
casi siempre. En la cena, que era más ligera, se abría con un ensalada, repetía
el corregidor con pichones, y, a los demás, un plato de conejos, y
acababan con el plato dulce.
- Con razón, el
rey Carlos V sufrió la enfermedad del ácido úrico con tantos alimentos
de animales caza. Interrumpió el asesor cultural del jeque.
- Imagínese
que un corregidor se comía tres pares de perdices en la comida del mediodía y,
a veces, de segundo plato una pava o una gallina asada
Iban contemplando
las cuevas, los cimientos de casas y restos de la muralla de la barbacana. El Albaicín
ofrecía una serie de rampas, escalonamientos y terraplenes que se emplazaban
por pequeños senderos y callejuelas que debieron estar rodeadas de pequeñas
viviendas, Y daban en la parte final de la barbacana y de las casas de los
señores caballeros de la ciudad y de los oficios nobles como el médico O cariz
a mediados del siglo XVI. Su entorno fue habitado por personas de oficios
contaminantes como los herreros. Entre ellos hay que destacar el herrero Miguel
Muñoz, yerno de El Florentino, que construyó la Fuente Nueva de los
Álamos. Ella asesor ratificaba todas las explicaciones del guía.
-Mirad este
acuerdo del cabildo de 7 de junio de 1577 muestra la situación de viviendas:
" En este cabildo se cometió al
señor Antón García de los Ríos, regidor, haga hazer una paredeja de cara de las casas de Miguel Muñoz, el herrero, que en la parte que se señaló por el
corregidor desde la esquina que es de la cerca
del capitán Rodrigo de Clavijo a
la cerca del corral del licenciado Ocariz
per donde quedose señalado”. Ratifica todo lo que viene comentando
el guía. El cierre de la barbacana se encontraba la barbacana en dirección al
pozo denominado de la Conquista y era lindero con la zona del Castillo. Su caída
en 1582, dio lugar a que afectara a los solares del Albaicín. Por dejar algunas
rinconadas macizadas ofrecía un claro peligro para este barrio.
- Este pozo, que
llamaban del Altozano, lo relacionan con la leyenda de la conquista,
en la que el capitán cristiano tenía apostado dos soldados para apresar a los
moros que bajaban por agua para abastecer a los vecinos de la
fortaleza y, en una de esa ocasiones, dieron con la mora Cava
-Pero existían varios edificios que
debían apartarse del recorrido principal, entre ellos el Hospital del Dulce
Nombre de Jesús y la Casa de la Mancebía.
-Sí casa de
la mancebía.- contestó el guía. . Tenía tres
cuerpos y debía ser tan frágil que en el año 1587, con motivo de un fuerte
torrencial, se destruyó por completo y un gran número de clientas tuvieron que
dormir en el cuarto de la tinajería y cantarería en medio de cañas, puertas caídas
y restos del corral.
-Esta casa se ubicó en la mayoría de las ocasiones en
los extramuros de la ciudad fortificada atendiendo a ser un lugar de paso y
tránsito muy frecuentado, abundar en pobladores y transeúntes que, al ser
institucionalizada como una fuente de propios, ofrecía unos suculentos ingresos
al ayuntamiento-añadió el asesor-. La
primera casa de mancebía se llevó a cabo en 1496 y se le dio licencia a Juan de
Vegara para abrirla fuera de la ciudad fortificada. El cabildo municipal tenía
por fuente de ingresos para su desenvolvimiento varios bienes inmuebles como
casas, tiendas y cortijos, y esta casa
de la Mancebía solía arrendarse a un vecino que pujaba por ella.
-Lo normal
era cobrar medio real por cada prostituta en el siglo XIV y en toda Andalucía,
era frecuente que se situara en las afueras de la ciudad a partir del siglo
XVI. Pero, en muchas ciudades principales del reino ocupaba calles cercanas a
la Plaza Mayor y al mercado.
-Sin
embargo, cuando Alcalá fue la ciudad de frontera, ocupaba uno de los arrabales
cercanos a la calle del mercado. En concreto, en este denominado barrio del Albaicín
junto a las Entrepuertas hubo esta casa,
donde las mozas ofrecían sus servicios a los hombres. En los años cincuenta se ubicó
bajo la bodega de la casa del caballero Alonso Ortiz y se hicieron varias restauraciones.
Fue una mansión muy austera para albergar, al menos,, estas seis personas (las
mujeres y el encargado o padre de la mancebía), en un callejón apartado de la
calle principal de las Entrepuertas
- No debió
ser una casa con una estructura muy firme, pues tuvieron que restaurarla a
mediados del siglo XVI por el arquitecto Martín de Bolívar para finalmente
pasar a una casa de la calle Cava, a las afueras del recinto fortificado en
1569 y por último en las afueras de la ciudad junto al Molinillo. Su final fue
transformarla en escuela de niños. Por la situación, debió ser un sitio muy
transitable, ya que los mesones se encontraban un poco más abajo de ella, el
comercio se desarrollaba a su lado y los viajeros debían frecuentarla con
asiduidad. Lo que está claro, que el aislamiento con la ciudad se conseguía
porque el antemural y la entrada a la fortaleza ofrecían un sitio abrupto que
obligaba un esfuerzo a subir a la Casa de la Mancebía. Debía ser un callejón
sin salida al que había que accederse directamente.
-Cuentan que
llegaron a tener ordenanzas propias.
-Las había.
En concreto, la composición de la casa solía estar formada de varias mujeres
dedicadas al oficio de la mancebía y varios rufianes que les buscaban los
encuentros con los vecinos de la ciudad. Un padre de mancebía se ocupaba de que
se cumplieran todo tipo de regulaciones, administrativas, fiscales y
sanitarias, tal como establece las ordenanzas de 1520. Pues, las mujeres de
mancebía no podían salir de la casa ni mesón donde estuviesen, Intentaba además que
las mujeres de mancebía evitaran el encuentro con las personas
honestas, tampoco debían tener amistad con rufianes ni vestir en público
con los atuendos de las personas honestas...
Abunda la ley en las penas de las mujeres que tuvieren rufianes, castigando
con 100 azotes por cada uno de los que se encontrare y perdida del vestido,
similar es la pena para los rufianes e, incluso la ley persigue la
negligencia de los alguaciles.
-El estar la casa cercana a la calle de los Mesones
permitía su trasiego hasta dichos lugares, lo que beneficiaba a los
cargos concejiles como a los alguaciles que solían cobrar por permitirles
el desplazamiento. Pero de nuevo, se trasladó a las afueras de la ciudad a
la calle Cava y posteriormente hicieron nuevas trazas en 1571, con la licencia
del rey Felipe II, porque la ciudad consideraba que era una cosa muy necesaria
para la ciudad.
-Cercana estaba un hospital de la ciudad.
-No de la abadía, era el HOSPITAL DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS.
-En los alrededores del pozo, se construyó y estuvo en
funcionamiento el hospital del Dulce Nombre Jesús, muy estrecho, al
que se accedía por una calle. Fue costeado en sus primeros años en su mayor
parte por el provisor Diego Hernández, un hombre
bueno con visos de santidad... Si quiere saber algo más de su vida,
no tiene que ver si no la lápida que le dedicó el abad mayor con
motivo de su muerte, adosada en un muro de la iglesia de Santo Domingo de
Silos. Pero, refiriéndonos al hospital, tenía un número reducido de camas,
dedicado a los pobres, a los transeúntes y a los condenados a muerte, un
mayordomo y unos caseros, que, en cierto tiempo, a finales del siglo XVI,
fueron los hermanos de san Juan de Dios Se encargaron del cuidado de todos los
anteriormente referidos y de los enfermos. Hubo momentos, con motivo
de la guerra de las Alpujarra, por los años posteriores
al 1568, que se vio completamente hacinado de pobres, enfermos y transeúntes,
sobre todo, soldados que iban a acompañar las tropas o venían heridos de los
ejércitos don Juan de Austria o el duque de Sesa.
-Quisiera comentarle que, por estos años,
el hospital mencionado anteriormente estuvo nada menos de mayordomo
el padre del escultor Juan Martínez Montañés y, por este tiempo, se
encontraba junto a la Alhóndiga... Además, algo más amplio en sus instalaciones,
con capacidad para los nueve enfermos que acudían
diariamente, era mejor asistido por un cirujano y barbero
que llevaba a cabo las sangrías y curas, un médico encargado de la
visita diaria, un boticario que abastecía de medicinas, Además de gastos de enfermería,
pagaba misas para enfermos y la cera de los entierros, ropa de moribundos,
reparto de carne por pascua florida a los pobres. Para la misas disponía de una
pequeña capilla, en la que en un altar, con frontales de Pasión, Se decía misa,
presidido por un bonito retablo, en la que presidía la Virgen de la Caridad o
de los Desamparado con su Niño Jesús, una antigua imagen de tiempos de Alfonso
XI con dos coronas de plata., que era posesionada por la Natividad de María en
las calles del Arrabal Nuevo en una andas En el suelo, una alfombra
de ocho ruedas daba calor al recinto religiosos... Todo era muy austero. Un
guadamecí en un lateral era presidido
por un crucifijo y la imagen de san Juan María. Un cáliz de plata con el
anagrama de Jesús, ornamentos y vestidos religiosos básicos a lo morisco.
- Me interesa
mucho estos datos, pues demuestran el carácter fronterizo de esta fortaleza.
Pues, junto con soldados cristianos, me han contado que vendrían
moriscos encubiertos.
- Claro que sí.
En aquellos años, por ser ciudad muy cercana al conflicto, las calles se
inundaban de pobres, enfermos y medios muertos de otros lugares. Entre
ellos, los vecinos de la comarca de Guadix y Granada evadían los
terrores de la guerra o eran moriscos que los trasladaban a otros lugares y aquí,
recibían por su paso en Alcalá alguna limosna. Comida y, en los últimos
momentos de su vida, el Santísimo Sacramento
- De seguro
que si aquel provisor hubiera nacido en tiempos del
actual papa, se ganaría el título al menos de beato. Con su fundación, hizo una
gran labor hasta qué se creó el hospital de la Veracruz en el llano.
- Evidentemente, pues donó toda su
hacienda, nada menos que un cortijo de ciento cincuenta fanegas de la Rábita y
otras casas para alimentar a los pobres de la ciudad y levantar el hospital.
Dicho hospital, que llamaban el Viejo antes que se trasladara a la calle Caridad,
guardaba la imagen de la Coronada, la imagen que portaba el rey Alfonso XI en
la conquista de la ciudad, fue administrado por clérigos y personas
importantes, entre ellas, el padre de Martínez Montañés.
-Este hospital se mantuvo hasta los
años sesenta del siglo XVI que se trasladó a la calle de los Mesones-agregó el
asesor-. Porque se ofrecían pésimas condiciones de alojamiento dentro del
Albaicín, La cofradía de los
Desamparados y sus hermanos llevaron
algún intento de que en la casa se pudieran curar los enfermos y proveyeron camas,
para pobres ancianos y enfermos. Dos hospitaleros se encargaban de la
casa, generalmente un matrimonio; a finales del siglo XVI, incluso los frailes
de San Juan de Dios se hicieron cargo de la atención de este hospital En 1570,
ante el paso de muchos pobres y soldados por ser frontera del reino de Granada,
se describe una ciudad en la que “No hay
cama en Hospital, en las calles se encontraba enfermos y muertos, que venían
gentes de comarcas de Granada y Guadix, heridos de camino del Duque de Sesa y
don Juan de Austria(..) El Hospital de pobres, estrecho y de poco sitio y había
muchos pobres”. Por ese tiempo, se fundó una
nueva cofradía y se edificó la ermita de la Veracruz con un nuevo
hospital para ayudar al anterior en el Llanillo. Pero
volviendo a este pozo que se conserva tuvo nada menos que la
intervención del arquitecto Eufrasio López de Rojas en el año 1657, cuando vino
a la ciudad para levantar el chapitel de la Iglesias Mayor.
. –Tampoco faltó
un alhorí
-Claro que
no, en la casa de los Garrido, junto a la casa de Martín de Bolívar. En el
libro de censos de la PSM aparece un alhorí en el Albaicín lindero con las
Casas de la Mancebía y bodega de Gonzalo Ortiz, es lo que se deja entrever en
algunos de los cimientos excavados y rastros de compartimentos de
almacenamiento de este cereal. Pero, a mediados del siglo XVI la ciudad hizo
uno nuevo en las afueras de la Puerta del Arrabal.
-¿Y el Colegio de Niños?
-Por aquí se encontraba, era una casa de mampostería en torno a las rocas y
murallas arruinadas, que se vio continuamente fruto de las restauraciones. Sobre todo, por los alarifes y albañiles de
la ciudad ante la petición de los maestros de escuela como la del maestro
Gaspar de Torivio a finales del siglo XVI. Solían acudir más de sesenta niños y
se les enseñaba a leer y escribir y la Doctrina Cristiana. Antes de 1580 la Casa y colegios de Niños de
esta ciudad estaban situados dentro del recinto fortificado de la Mota.
Posteriormente el colegio estuvo situado en estas Entre
las Puertas, lindero con las murallas y bodegas del heredero de la herrería de la familia Muñoz. Un último
traslado se ocasionó en el piso más alto del Alhorí. Esta casa sin fines escolares se mantuvo
dentro de las Entrepuertas hasta 1634. En este año precisamente, en este recinto de las Entrepuertas y del Albaicín ya se había caído y se hicieron corrales, sin
ornato, de modo que se cercó el terreno y, convertido como despoblado para
conejeras, ya que los dueños no tenían interés en levantar el edificio.
-Llegamos a la Puerta de las Lanzas.
-Soldados de guerra.
-Ya veremos.
-¿Por qué me lo dice?
-Fíjense, cercana a esta torre, se encontraban las
tiendas de pan y agua, donde se cobraban los diezmos eclesiales y se
relacionaba con las lanzas que debía aportar el abad para afrontar una parte de
la milicia de la localidad en concepto de soldados lanceros; de ahí le vino el nombre a esta torre, aunque
Carmen Juan cree que se debe al lugar de reunión de las tropas de la ciudad. .Esta
torre y su puerta fueron construidas en el siglo XV. La presente
portada se le añadió al cuerpo anterior medieval y de ella queda la inscripción
bajo el rastrillo recogida por el padre Flores.
-Otra vez ilegible. Y ¿en latín?
-No en castellano antiguo- Dice así “EN EL AÑO DEL SEÑOR DE MCCCCXLVII AÑO MANDÓ
FACER ESTA FORTALEZA EL MUY ILUSTRE REY
D. ENRIQUE IV EL 9 D DE 1457.
-La torre se reedificó a mediados
del siglo XVI en honor de Carlos I, según las trazas renacentistas de Martín de
Bolívar- hace esta digresión el asesor- .
-¿Y los escudos?
-En su primer cuerpo se abre una portada
con sencillo arco de medio punto renacentista sobre la que se apoya un segundo cuerpo
simulando una hornacina y coronado con un dintel y en su interior el escudo con
las Armas Reales (y sus castillos y
leones). Otros dos escudos se insertan en las enjutas del arco, todos ellos de
piedra blanda de Cantera Blanca muy deteriorados que no dejan traslucir
información alguna. El de en medio
estaba dividido en cuatro cuarteles (el primero y el cuarto con un león;
segundo y tercero con bandas cabeza de dragones). Se refiere a la simbología
del Condestable Miguel Lucas de Iranio. El de la derecha encerraba una llave, símbolo de la ciudad y en el lado izquierdo
un castillo.
-¿Más datos?
- Se cubría con una terraza que
tenía un pretil almenado. Daba al camino real y se arregló de nuevo en 1580
bajo la tasación de Gabriel de Aranda y obra de Miguel de Bolívar, que realizó el
almenado y revocó sus paredes interiores, cuyo trazo de sus dibujos se conservan
en parte hasta la actualidad. Ya en el siglo XVII, se encontraba sin techo y
las correspondientes rejas y hubo que repararla en 1623 manteniéndose hasta el
siglo XX, Recientemente en los años ochenta del mismo siglo fue desmontada y se
reconstruyó desde los cimientos por la Dirección General de Bellas Artes de la
Junta de Andalucía bajo la dirección del arquitecto Jaime de Utrilla.
Tras una
prolongada escalinata diseñada en los años noventa del siglo pasado por el
arquitecto Santiago Quesada, accedieron al Centro de Recepción, una casa
reconstruida sobre los cimientos de una mansión de la popular Eva, una mujer mayor
a la que se le atribuían relatos brujidles. En un panel de la fachada, se
ilustra al visitante con un panel informativo de entrada de la localización e
itinerario de la visita. El jeque, inquieto, pregunta por un notario. Llama a
su banco, la disponibilidad de dinero y envía varias fotos del monumento por su
teléfono. El alcalde alcalaíno se echa las manos a la cabeza. Y le dice:
-Espere,
espere, que nos quedan varias sesiones del entorno, falta la carrera, los
mesones, el nuevo póstio, los lagares, la zubia, el morabito, el cementerio
árabe…
--Bueno,
bueno, seguiremos, todo lo nuestro está dispuesto. Para la fortaleza no nos
falta dinero…
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