El jeque se
fijaba en aquellos cimientos y comparaba con otras mezquitas. Comprendía que
era un templo pequeño. No lo tenía claro en modo alguno. Se daba cuenta de que,
antes de la actual iglesia, se distinguían en su planta los restos
arqueológicos que se remontaban a la prehistoria y constataban el paso de
varias civilizaciones en este cerro. Con ayuda del guía del alcalde, pudo
comprobar que, del mundo de los metales, en el ángulo interior del actual
templo se conservaban restos de un silo y el entorno de una choza que debió
estar cubierta con retama y apoyada en mampuesto.
- En el interior,
cerámica y raederas entre otros utensilios nos muestran el grupo humano que se
remonta a los primeros milenios antes de Cristo-le decía el guía, mientras les
señalaba el agujero del silo.
-No hay constatado
ningún testigo del tiempo de los íberos, pero debieron hacer
presencia-apostillo el otro asesor. Entretanto, se dirigieron a la cabecera
donde quedaban restos de los romanos y dejaron para la posteridad varios
aljibes y muestras del opus coementitium y de sillería de grandes dimensiones
probablemente de un castro.
- No tiene ninguna
fiabilidad científica el atribuirle a la ciudad de Alcalá topónimos como Ula o
Sucaelo, que fueron fruto de la fantasía y ombliguismo de nuestros antepasados
Junto a estos, ya
avanzado hacia el cuerpo de la iglesia, le indicaba la presencia de tumbas
antropomórficas se nos remonta al periodo de la ciudad de Alcalá la Real donde
los visigodos y mozárabes. Pero lo que no dejaba duda alguna era el
continuo asentamiento de época musulmana que se transformó a lo largo de los
siete siglos de su dominio. Desde aljibes medievales hasta restos de
tumbas musulmanas excavadas en roca, así como el arranque de muros comentados
que pudieron reutilizarse a partir de una primera mezquita aljama.
-Se muestra una ciudad
preocupada por el abastecimiento del agua.
-Castillo sin aljibe,
enemigo dentro-apostilló el asesor.
-¿No nos quedamos
comentando las incursiones castellanas, ya en tiempos del reino nazarí de
Granada?
-No le puedo aportar
datos. Pocas son las noticias acerca del poblamiento en la época
musulmana, lo que destaca es su carácter estratégico en el camino entre Granada
y el reino de Castilla y León y el ambiente comercial que predominaba dentro de
su castillo. No es extraño que tuviera gran importancia política esta fortaleza
con respecto a otros hins y calat de su derredor, lo que coincide con el hecho
de que en su lugar nacieron y vivieron importantes personajes, y, además, se
asentaron algunos literatos significativos del mundo andalusí como Ibn
Jatib. Por lo demás, los terrenos y los futuros arrabales en torno a los
caminos se describen como una zona de ruedos, muladares y viñedos que coinciden
con fuentes documentales cristianas posteriores.
-No hay documento
musulmán.- dijo el asesor. Déjame que parta del conocido libro Los Miráculos de
Pero Martín, así se describía la Alcalá del siglo XI y XII sin poder determinar
los espacios comprendidos entre los arrabales y la ciudad
fortificada: “En este relato de Pedro Martín hay también varias
referencias sobre las tierras de Alcalá. Una Alcalá que pertenecía al reino
moro, flanqueada de territorios de la Orden de Calatrava, con unas tierras
plagadas de viñedos, habitada en su fortaleza, donde había personas que se
ocupaban de abastecerse para librarse de los fríos. Un lugar que era
fundamental en la ruta entre el reino de Jaén y Granada, porque pasaba un
camino fundamental para las correrías de los reyes granadinos cuando se
adentraban en tierras castellanas”.
-Y, coexistían, había paz
y guerra.
-Claro que sí. Pero
llegó el final de la presencia árabe. Tras las incursiones de los infantes
Pedro y Juan a la Vega de Granada y la batalla del Salado, el rey Alfonso XI
llevó a cabo la conquista de la poderosa e inexpugnable fortaleza de Qalat Bau
Sayd. Primero, en los meses últimos de 1340 llevó a cabo una tala de los campos
alcalaínos hasta tal punto que conquistó definitivamente los arrabales viejos
el 20 de diciembre, día de Santo Domingo de Silos. Tras la estratagema de
retirarse y tratar de conquistar Málaga, simulando engañar al rey granadino
envió sus tropas a Málaga y dejó al descubierto la fortaleza alcalaína. Pero,
el rey castellano desde Baena volvió sus tropas a Alcalá, asedió Locubín para
facilitar el aprovisionamiento de sus tropas. Y asedió la ciudad fortificada
alcalaína con ocho piezas de artillería, que atacaron al baluarte de su torre
principal, sin resultado positivo, y donde se albergaba un gran aljibe. Llevo a
cabo una labor de ingeniería socavándola en sus cimientos; cortaron el camino
de contraataque musulmán tomando Íllora, hicieron capitular Locubín y los
soldados llegaron a controlar el segundo aljibe y se intensificaron el asedio.
Yusuf I se acercó con tropas de refuerzo a Moclín, pero fueron sorprendidas por
las castellanas al mando del maestre de Calatrava Alfonso Méndez. Al no recibir
ayuda los habitantes de la Alcalá de Ben Zayde capitularon, la entregaron la en
el mes de agosto de 1341 y trasladaron a los vecinos alcalaínos a Moclín sin firmar
pacto alguno con Yusuf.
-Es verdad, pasó a manos
castellanas. Pero su entorno era musulmán, la frontera estuvo muy cerca. Otros
Pirineos del Sur.
-La ciudad de Alcalá la
Real jugó un papel fundamental y estratégico entre el reino de Granada y los
reinos de Castilla y León. Como puerto interior, era un punto esencial y
obligado para el paso de las tropas, trasiego de mercancías, tránsito de
viajeros y refugio de tropas de defensa. Su fortaleza se hallaba en un cruce de
caminos que provenían del Valle del Guadalquivir, de las tierras granadinas, de
la Mancha y del Levante. Pronto, la estabilidad política y el
crecimiento de su población obligaron a pasar de un castillo defensivo a una
extensa fortaleza, compuesta de diversos barrios en torno a sus
correspondientes cinturones que se ampliaron gradualmente, a lo largo de los
siglos XIV, XV y XVI con la llegada de nuevos vecinos para repoblar esta ciudad.
-Se fueron
nuestros antepasados a Moclín, vinieron nuevos repobladores, un destacamento
militar ocupó la plaza, ¿qué cambios nuevos hubo?
-Tras la toma de la
ciudad y la marcha de los moradores musulmanes a la ciudad de Moclín, el rey
Alfonso XI distinguió a la ciudad con el apelativo de la Real cambiando su
nombre musulmán de Benzayde. Y repobló con castellanos de otros pueblos
anteriormente conquistados la ciudad llevando a cabo un repartimiento de
tierras, casas, ruedos, y lugares. En 1587, el alcaide Pineda se refirió
a sus primero moradores cristianos, cuando la cifra de toda la ciudad de Alcalá
superaba los 2.457 vecinos y 51 eran hidalgos.
-Un cambio profundo.
-Déjeme que se lo relate
con las palabras del alcaide: Cuando Alfonso XI ganó la ciudad,
al principio quedaron pocos caballeros, hijos de algo antecesores de los
que agora ay, y algunas otras gentes de entrada, todos hombres de guerra, muy
aficionado a su servicio., muy pocos que no bastarían para defender el
cercado , porque era mucho y no había quien viviese en la ciudad por ser grande
el peligro en que quedaba ni había aprovechamiento en campo, por ello dieron
grandes privilegios y vinieron gentes a poblarla lo cercado, los reyes moros
usaban para referir estas fuerza “gente más temida de Andalucía”
sino que ninguna vez que entraron los moros a correr en Andalucía que volvieron
con su presa e cabalgada de niños e mujeres e hombres no se las quitasen
la gente de Alcalá, (…) les dieron mercedes y estima , durante 150 años
los RRCC y Juana loca, permitió vender en Granada frutos de su cosecha; Carlos
I dio merced de 10.000 fanegas montes concejiles y otros montes para
roturárselos y enrasarlos a su voluntad y repartírselo entre ellos. Se vinieron
muchos vecinos de ellos a esta ciudad a goçar de estas tierras que se daba a
nuevos vecinos y estos poblaron fuera de lo cercado mucho más apacible y hubo
pleito.
-Pero no solo se vive de la guerra. ¿Debió estar protegida por los Reyes?
-Hasta el reinado de los
Reyes Católicos se mantuvo la ciudad como Puerta de Castilla a Granada junto
con la ciudad de Antequera y se protegió a sus moradores concediéndoles una
serie de privilegios, mercedes y pagas de alimentos y de dinero para afrontar
los peligros que suponía una frontera que se mantuvo cerca de 150 años. Según
la conocida paga de tercias de tiempos de los Reyes Católicos se partía de 50
caballeros, 150 ballesteros, y 300 lanceros, lo que daba una cifra de unos dos
mil habitantes. La guerra y la paz caracterizaron estos años de fronteras, lo
que dio lugar a un amplio desarrollo de cautividad. El urbanismo de la ciudad
reflejaba un trazado sinuoso, y con gran número de impedimentos, por ausencia
urbanística de calzada y calles públicas, así como una gran abundancia de
obstáculos físicos (peñas, peñascos, barrancales, rugosidad y aspereza del
terreno). La mezquita aljama se transformó en una iglesia gótico-mudéjar, la
mezquita del Arrabal Viejo se convirtió en iglesia de la primera parroquia con
el nombre de Santo Domingo de Silos y el morabito de la calle Zubia albergó la
residencia y capilla de los trinitarios en torno a la carrera. En el ruedo, se
encontraban terrenos repartidos para los caballeros, en forma de heredades para
sembrar trigo y aranzadas de viñas, la dehesa boyal, y el ejido de la
ciudad. Algunas alquerías, se encontraban cercanas a las fuentes del
derredor- paraje de san Bartolomé, el Cauchil, las Azacayas, Fuente de la
Salud, y en las zonas rurales que darán lugar a las aldeas de Charilla,
Pedriza, Cequia.
Por mucho que preguntaba
el jeque no podía responder más cuestiones sobre la mezquita aljama. El jeque
se la imaginaba con un pequeño cuerpo en forma de rectángulo y un pequeño patio
abluciones, probablemente en torno a un pozo que se encontraba en los actuales
de la iglesia, oculto por el nuevo entarimado de piedra artificial. El guía,
por su parte, apoyado por el alcalde, seguía comentando la iglesia Mayor
Abacial. Con el el nombre de parroquia de Santa María la Mayor, y
estuvo dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Era la sede de la Abadía
de patronato real concedida en 1341 por el rey Alfonso XI. La primera
iglesia cristiana parece que ocupó la antigua mezquita aljama y fue sustituida
de por un templo de menores dimensiones que el actual, de estilo gótico mudéjar
similar a la iglesia de Santo Domingo de Silos. Fue sede la abadía de
patrimonio real fundada por el rey Alfonso XI que nombró a don Gil de Albornoz,
como primer abad y se puso bajo el nombre de Nuestra Señora de la Asunción en
conmemoración de esta fiesta mariana que trataron de que coincidiera con la
erección de la iglesia. Para engrandecerla, los reyes le concedieron el
quintado de las cabalgadas, que pertenecía a la Corona, con el fin de motivar a
sus defensores en la defensa de la frontera y aliviar de las cargas a los
obispados de Córdoba y Jaén. Su importancia radica en que muchos abades
ostentaron el título obispos o ascendieron a arzobispos, incluso hubo tres
cardenales y un papable.
Pocos datos se encuentran de este primer templo cristiano
salvo la referencia a varias sepulturas que ilustran de unas gradas de acceso
al altar mayor y capilla principal, de las tumbas cercanas de los Aranda, de la
capilla de la Sagrario y arranques de los muros. De tres naves, separadas por
arcos formeros y la capilla por el toral, estaba flanqueada por las capillas de
Santa Catalina y que servía de sagrario y la de Santiago. Junto a ellas, la
torre del Reloj y el vestuario o sacristía. A lo largo del cuerpo, existían
capillas dedicadas a Cristo del Perdón, del Descendimiento, del Cristo de la
Columna, San Blas y la Antigua. Adosado al flanco sur se encontraba el claustro
comentado, la arcada gótica corresponde con el subsuelo del altar mayor y el
pudridero de los enterramientos. Durante el tiempo que permaneció este templo,
el abad Antón Sánchez recibió una custodia para la capilla del
Santísimo Sacramento, el abad Juan Rodríguez / 1399-1426) permitió que se
enterraran varias familias en torno al capilla mayor por haber cooperado en la
defensa de los territorios de la Orden de Calatrava. En tiempos del abad Juan
Alonso Chirinos, se inició la capilla del deán, y con Pedro Gómez
de Padilla (14561486) se celebró el primer Sínodo y se establecieron las
Primeras Constituciones e inició las obras de enterramiento en el arco
del coro; con el abad Alonso de Burgos se había ampliado la iglesia primigenia
con varias capillas, la de los Aranda, el Descendimiento o de las
Angustias, Cristo de la Columna y colocó un retablo con la imagen del
Cristo con la cruz a cuestas a apareciéndose a san Vicente Ferrer. Con
Valeriano Ordoñez de Villaquirán se hicieron unas segundas constituciones.
-¿Debió ser importante?
- Estaba situada en el
extremo suroriental de la ciudad fortificada ocupando un lugar privilegiado en
el barrio noble de la ciudad. Actualmente, su silueta junto con la del
castillo, murallas y torres definen el emblema de la ciudad de Alcalá la Real.
-Contemplo que en su
entorno se encuentran la torre de campanas, la capilla del Deán, el Claustro,
la Sacristía y las casas de Sacristán. Parece un rectángulo de
dimensiones proporcionadas de modo que la anchura es doblada por la longitud
tanto en su interior como en su exterior.
-Exactamente 45 X 20
metros, donde se distinguen perfectamente las tres partes del templo: el de los
pies con 7.5 metros y un estilo diferente al resto de la iglesia, el cuerpo con
17.15 y la cabeza o presbiterio dividida en tres naves, el altar mayor y dos
capillas colaterales. 6.23. La altura varía según las secciones que va de los
º0.76 del primer cuerpo a los 4. 80 del segundo. Destaca la cornisa volada
de cuatro fachadas: la oriental más austera dividida en tres calles, correspondientes
a la capilla mayor, algo más adelantada y dos colaterales relacionadas con las
capillas interiores. Los tres cuerpos se encuentran divididos por un retranqueo
en la parte baja; el segundo totalmente liso por una imposta y en el tercero se
abren dos ventanas rectangulares en las paredes de las capillas. Este cuerpo se
corona con una cornisa de ménsulas intermitentes y cenefa de dardos y ovas, a
la que se añade un pretil protector del tejado con cuatros pináculos de tipo
flamígero o flameros. Giran hacia la derecha y se adentran en la Torre de
campanas, que. De planta prácticamente rectangular y de 41 metros de
altura, se alza mediante cuatros cuerpos que corresponde con la planta del
templo, el trascoro, la sala del reloj y la sala de campanas. Esta escalera
de husillo adosada por la parte NE tiene 127 peldaños y se ilumina en su
interior por medio de troneras, algunas con simulados arcos de herradura y con
huellas de fuego de concentración en la fachada. A medio camino, se encuentra
la fecha de 1631 y en la cupulita que cierra el husillo la fecha de 1551, que
coincide con la de la puerta de entrada de los pies de la iglesia, con un
atrevimiento de forma sesgada y con la leyenda acabose esta porta y con
huellas de cartela.
Suben hacia la planta
tercera, donde se encuentra la Sala del Reloj, porque se colocó un reloj
legendario, pues debía estar relacionado con las campanas, que los Reyes
Católicos donaron esta campaña de la iglesia primitiva para que se escuchar en
todo su ruedo. Este reloj se mantuvo hasta los años treinta del siglo XX. Con
una cubierta de bóveda nervada estrellada, se ilumina por medio de una ventana
que se asemeja a las saeteras.
Descansan y acceden
desde este recinto a la terraza del tejado de la iglesia Mayor Abacial, por
medio de una puerta y una escalinata en cuyo trasdós epigrafiado con el
anagrama de la firma de Lázaro de Velasco, la fecha de 1577 y un texto
latino
-Otra vez con los
latines.
- Esto dice Delecta mea
et ign…incompleto, que alude versículo 7 del salmo 24, que dice DELICTA IUVENTUTIS MEÆ, ET IGNORANTIAS
MEAS NE MEMINERIS. SECUNDUM. En nuestra lengua romance, No te
acuerdes de los pecados ni de mis faltas de juventud…
-y otro más con calavera
incluida.
- Sí, un
peldaño más arriba una calavera con MENTO MORI. Poco clásico y amoroso.
Arrepentimiento, ACUÉRDATE DE QUE TIENES QUE MORIR.
En el interior de la
sala, desde se observa una gatera para introducir la cuerda de la campana, se
ofrece una muestra de restos del yacimiento de la Mota, así como paneles
ilustrativos sobre el templo, sus arquitectos y su desarrollo constructivo.
Regresan a la
escalera, y suben a la Sala de campanas, recientemente restaurada en
1981 tras caerle un rayo que le afectó en los años cincuenta del siglo pasado.
Se cubre con una bóveda de crucería que abre por sus cuatro lados con ochos
huecos, para dos campanas cada uno. Y comienzan a detenerse en las 4 campanas.
.Qué dice la mayor.
-Una, la María de
las Mercedes, (1699) obra de Juan Bautista de Mier, se encuentra deteriorada y
se le relaciona con la donación legendaria por el dicho Campana
María me llano, /cien quintales de peso, / quien no me crea/ que me coja al
peso/, desde la Mota a las Cruces/, y de las Cruces a la Mota).
-Una lectura muy
frecuente en otros pueblos de España.
-La segunda la de
San Cristóbal ,de Antonio Hontañón
-Y la
tercera; Fernando de Venero fundió la de Santo Domingo de
Silos(1746).
Observan, por
encima de la sala de campanas, que se eleva el chapitel, al que se acede
por una gatera o trampilla y es una pirámide retranqueada con ocho caras, por
las que le entra la luz a través de unas ventanas con adorno troncoconal.
Encima del chapitel se encuentra la bola, la veleta achatada y la cruz.
Una barandilla da balaustras y escudos protege su planta.
Descienden al trascoro,
que se ilumina por sus cuatro paredes con una claraboya, por una
puerta comunicando con la torre, se abre una pequeña ventana que se
orienta hasta el ala del Evangelio, desde donde los músicos podían ver la entrada
de los sacerdotes a las ceremonias religiosas. Esta sala cuadrada se cubre con
una bóveda octogonal gallonada sobre trompas, que convierten a los tetramorfos
en elementos sustentantes., muy del gusto de influencia italiana de Lázaro de
Velasco. Bajo el trascoro, la capilla del baptisterio del
Descendimiento.
Bajan, de nuevo, a la
iglesia. Por otra escalera más original, muestra de unos buenos canteros. Por
este acceso se adentra una escalera de caracol que sube al
coro y trascoro, y de este último se abre una entrada a mitad de la escalera de
husillo. Esta escalera de caracol se encuentra dentro de un Torreón almenado
que alberga en su interior un eje espiral desde sobresalen peldaños de una sola
pieza. Destacan en esta escalera el angelote que cierra el eje, la cúpula
gallonada muy esbelta, la portada con arco carpanel y una cartela bilingüe de
IHS, Iesus hominum Salvator, Jesús Salvador de hombres y el anagrama griego
XPS (Jristos). Las puertas de entradas del coro y trascoro son
sencillas, pero muestran una diferencia de estilo muy evidente entre su
exterior de ambas con veneras en el dintel y jambas y el acceso al trascoro, lo
que es muestra de la huella de Lázaro de Velasco. Desde allí, comienza a
explicar de nuevo la historia de la iglesia.
-Pare, pare, son datos importantes
para valorar su precio, pero sería muy cansino entretenernos en estos detalles.
El guía saca de su
cartera un dossier y se lo entrega al ayudante del jeque. Estos eran sus
contenidos.
La antigua iglesia
sigue la línea estilística y constructiva de las iglesias andaluzas que se
iniciaron a principios del siglo XVI, de planta de salón y de tres naves
separadas por seis pilares. En las actas del siglo XIX se recogía que fue
diseñada por Diego de Siloé, y , de lo que no hay duda de que intervino su
maestro de obras Martín de Bolívar en los primeros tramos de los
pies a partir de los años cuarenta; posteriormente fue continuada por Miguel de
Bolívar y Ginés Martínez de Aranda a partir de los años ochenta bajo
las trazas de Ambrosio de Vico que le imprimieron un clasicismo y una
atrevimiento constructivo al cuerpo de la iglesia con una soberbia cubierta
sobre una volada cornisa sin las tres naves, para volver al presbiterio de tres
naves, la capilla principal y dos colaterales que diseñó Vico, pero
intervinieron otros arquitectos como Francisco Gutiérrez, Luís González, Ginés
Martínez de Aranda y Fray Cristóbal González.
EL INTERIOR Y TECHUMBRE
La antigua iglesia sigue la línea
estilística y constructiva de las iglesias andaluzas que se iniciaron a
principios del siglo XVI, de planta de salón y de tres naves separadas por seis
pilares. En las actas del siglo XIX se recogía que fue diseñada por Diego de
Siloé, y , de lo que no hay duda de que intervino su maestro de obras Martín de
Bolívar en los primeros tramos de los
pies a partir de los años cuarenta; posteriormente fue continuada por Miguel de
Bolívar y Ginés Martínez de Aranda a
partir de los años ochenta bajo las trazas de Ambrosio de Vico que le
imprimieron un clasicismo y una atrevimiento constructivo al cuerpo de la
iglesia con una soberbia cubierta sobre una volada cornisa sin las tres naves,
para volver al presbiterio de tres naves, la capilla principal y dos
colaterales que diseñó Vico, pero intervinieron otros arquitectos como
Francisco Gutiérrez, Luís González, Ginés Martínez de Aranda y Fray Cristóbal
González.
Sus pilares y muros sustentan el
cerramiento, bóvedas y cubiertas desde la propia roca como sitio de
cimentación, lo que ha permitido afrontar muchos movimientos sísmicos y
adversidades a lo largo de la historia. Los cuatro pilares de los pies son
circulares, aunque el cuarto es mucho más complejo porque sustenta la torre y
sus habitaciones, el coro y trascoro; los cuatro del presbiterio son de sección
cuadrada, con adosamiento de semicolumnas, Los arcos formeros, los perpiaños y
los de las bóvedas de los muros formantes parten de franjas en forma de capiteles
unidas por molduras de ovas y dardos entre ménsulas. Las bóvedas son de
crucería estrellada, ofreciendo algunas diferencias, más planas la de debajo
del coro; las del cuerpo de la iglesia era de medio cañón en 1599, que se
protegió con un artesón y actualmente en 1991 se colocó una cubierta de madera
laminada de pino insignis escandinavo que cubrió el espacio abierto por los
franceses tras incendiar la iglesia en su retirada. Se sabe que tres bóvedas
cubrieron el presbiterio, la central de con cúpula sobre pechonas, tambor,
linterna y media naranja y las dos laterales rebajadas y elipsoidales, en
tiempos de Pedro de Moya, cuyos cuatros escudos y la fecha de 1627 se
encuadraban dentro de las pechinas. Los sillares isodómicos son de piedra
arenisca, de las canteras de los Llanos y de la propia ciudad fortificada,
algunos lugares se revistieron con pinturas de los Raxis y se reutilizaron los
sillares de la antigua iglesia.
LOS PIES
En
sus pies, de rica decoración y estilo plateresco se abren seis espacios cuadrilongos
por medio de cuatro columnas centrales, cuyas dimensiones difieren en altura y
anchura destacando la central y la del evangelio y en sus enjutas aparecen
medallones y animales o quimeras, que se restauraron en los años noventa por la
II Escuela Taller de Patrimonio. Bajo sus bóvedas nervadas, se divide el
espacio en dos cuerpos, uno bajo y otro superior que conforma el coro y
avanzaba mucho más hasta los primeros pilares. En el primer tramo de la nave
del evangelio, se ubican dos capillas y encima de ellas el trascoro, en la parte baja la capilla del
baptisterio , a la que se accede por medio de dos arcos de medio punto, el de la parte central rebajado.
Está cubierta con una bóveda sobre pechina
de tres elipses concéntricas (
una de guirnalda de laurel y rosas, la segunda con dardos y oval y la central
de lazos que envuelve una linterna ciega
de doce estrellas de ocho puntas que se relaciona con las tribus de Israel o
los doce apóstoles) . Destacan los elementos decorativos propios del plateresco
con veneras, rosetas y hojas de canto y, sobre todo, los medallones, que
recogen varios rostros de personas en actitud agitada, que algunos relacionaba
con los miembros patronos de la capilla de enterramiento, y no hacen sino
repetir motivos muy propios de otros monumentos: El Temor, la Sabiduría, La Prudencia, En su
interior dos hornacinas se abren en el muro, destacando una en forma de venera,
lugar de la pila bautismal y rematada
con una leyenda en su arco que recoge
el mensaje del cuadro del
Descendimiento que ocupaba esta capilla. Si
quis vult me sequi, deneget seme e ipsum et tolet crucem suam et sequatur me
(Si alguien quiere seguirme que tome su
cruz y me siga).
CAPILLAS
Siguiendo la nave del Evangelio a destaca la
capilla de San Pedro que agrupaba al clero secular de la ciudad en una
hermandad del mismo nombre y cuyo retablo se colocaba bajo un arco de medio
punto, cajeado con la ornamentación tradicional plateresca de veneras, acanto
en la clave, y en las enjutas los escudos de las llagas de San Francisco y el
de San Pedro con la leyenda Tibi
dabo claves regno caelorum (te daré las
llaves del reino de los cielos. EL frontón se corona con una cruz lorenzana
y encima el escudo de Juan de Ávila.
En
la nave de la epístola, se abre al muro con un arco de medio punto donde se
alberga un mausoleo neoclásico del abad Esteban Lorenzo de Mendoza y Gatica, y
a sus pies una cripta, donde fue enterrado el abad Somoza; en el muro
meridional se abre otro arco en cuya cartela estaba colocada la palabra EXPÓSITO,
que era el lugar donde se dejaban los niños expósitos para que fueran atendidos
por las fundaciones eclesiásticas y civiles. Tras esta capilla, le sigue la
portada comentada de acceso al torreón circular y en el segundo tramo la
capilla de Santa Rosa, de la familia Dávila e Irutia cuyos escudos y el de los Padillas y Mesa se muestran en
las enjutas. Debió ocupar un escudo
sobre la cornisa dentro del medallón orlado por aletones.
EL CUERPO DE LA IGLESIA
El cuerpo de la iglesia refleja el
renacimiento clasicista de Vico reformando las trazas de Martín de Bolívar en
un espacio de 20 x 16 metros y las obras. En su mayor parte, se llevaron a cabo
en tiempos del abad Maximiliano de Austria por los años setenta y ochenta del
siglo XVI. En los muros perimetrales se abren seis capillas, tres por las dos
alas del templo con arco de medio punto sobre pilastras toscanas y en su
interior la capilla hornacina propiamente con otro medio punto. Sobre unos
óculos en este cuerpo se abren otros arcos ojivales que arrancan en forma de
una cornisa atrevida para sostener la bóveda .
Se ubicaron las capillas de la
antigua iglesia gótica en el nuevo templo renacentista- En el ala del
Evangelio a partir de los pies, la de
San Blas que se remonta a la fundación de los Díaz de Villalobos a principios
del siglo XVI, las siguiente la de
Santiago y ocupó la puerta del Cristo
del Perdón, cuya imagen fue realizada por Nicolás de Raxis siguiendo la
iconografía del patrón de España montado
a caballo, la del Santo Ángel de la Guarda, cuyo extradós recoge la leyenda
ANGELUS CUSTOR… que cuidó cómo patrono y estuvo enterrado el
abad Alonso de Mendoza, en cuyo tiempo se colocó la techumbre de la
iglesia actual con una bóveda de medio cañón diseñadas por Francisco Gutiérrez
y le colocó los objetos sagrados( el
cáliz que se conserva en el templo de las Angustias), las salmillas e
historias, vinajeras, frontales, patena y alfombras , así como realizó la
cripta funeraria, donde se encuentra su cuerpo decapitado por algún usurpador de
lo ajeno.
Por lo que respecta al lado de la
Epístola siguiendo el mismo itinerario, se encuentra en primer lugar un arco
dintelado, interior de la portada meridional. A continuación la capilla de
Nuestra Señora de la Antigua, cuya cripta se excavó por los años noventa en el
inicio de la reforma actual del templo, perteneció su patronazgo a los Narváez
de Padilla y, seguidamente una capilla en cuyo interior se abre un puerta de
acceso a la antesacristía antigua y
actual patio del cabildo con una portada
retablo, compuesta de piso bajo adintelado y frontón partido que encierra dentro del círculo del ático la inscripción
latina INGEDIERIS TU QUISQUE HOMO LIBARE TONANTE IAM VETERI EXUTO SUSCIPE RITE
NOVU, . EX PAULO AD EPHESIOS . 4. Un texto adaptado al espíritu humanista de la
época. Tu cualquier hombre que vengas a
hacer libación al Dios Omnipotente, una vez despojado de la antigua vestimenta,
toma, según el rito, el nuevo. Muy apropiado al lugar y cuyo hueco se
cierra con una puerta de cuarterones de madera del tiempo del abad Galcerán Albanel, como muestra los escudos
de este abad y del papa de aquel tiempo Paulo V.
PRESBITERIO
La
cabecera culminó la obra de este templo y se acabó en 1627, fue diseñada por
Vico, siguiendo el criterio de los pies con una capilla central y dos
colaterales y el origen gótico mudéjar de armaduras de piedra. En las capillas
del evangelio se encontraba la de Santa Catalina, que cambió su nombre por el
de la Virgen de las Mercedes con un retablo de Ginés Martínez de Aranda y
cuadros de san José con el Niño, Santa Ana, santa Catalina y san Antonio. Este altar, privilegiado conseguido en1615
por Francisco de Pineda, atrajo la devoción popular, y engrandeció a la capilla
y su esclavitud con muchas donaciones de fincas, cuadros y estelas y leyendas
de agradecimiento de tal modo que se sustituyó el anterior por otro barroco
diseñado por Antonio López Bolívar y dorado por José Aranda. Frente a ella, en
el muro sur se encontraba la capilla de Santiago, con la imagen del apóstol,
trasladada a la del Perdón, se colocó primero un Cristo de la Columna, y luego
un Jesús Nazareno con la cruz a cuestas que recibió el nombre de la
Misericordia. Y también ubicó a Jesús
Sacramentado. En el testero de la iglesia se desarrollan tres arcos que simulan
la portada canesca de la catedral de Granada a modo de arco de triunfo.
El arco central albergaba la capilla mayor con
un retablo barroco construido por Manuel del Álamo a finales del siglo XVII e
imágenes de Bernardo de Mora de principios del siglo XVIII. En la calle
central, el sagrario y, sobre ella, Nuestra Señora de la Asunción y en las
calles laterales por sus tres cuerpos las imágenes san Pedro y San Pablo, santo
Domingo de Silos, san Sebastián, san Dionisio Areopagita y Santiago Apóstol. En
los arcos colaterales, en el del Evangelio cuadros de Juan Clímaco, san
Idelfonso y san Bernardo, luego San Fernando, y en el de la epístola, san Juan
Bautista, santo Domingo de Guzmán, san Julián. Todo ello separado en sus calles
por columnas salomónicas y un ático con la cruz en su interior,
Salen por la puerta principal y se detienen ante la fachada occidental completamente plana y quebrada por cuatro salientes que
corresponden a los ángulos de la torre y a los contrafuertes. Muy simple
solamente se rompe su austeridad con una ventana de medio punto en el ángulo
meridional y un óculo central, .al mismo tiempo que se mantienen la cornisa y
parapeto acompañados de cuatros gárgolas con las figuras de los tetramorfos de
los evangelistas.
Se abre con una portada
que debió ser la principal para los acontecimientos más significativos, de
piedra de Cantera Blanca labrada y en un espacio de entre dos machos y
una arco rebajado y adornado con rodelas y hacen del recinto que se convierta
en el pórtico de la Iglesia, Bajo el arco, se encuentra la verdadera portada de
dos cuerpos: en el primero con columnas de estilo dórico se encuadra un
arco de medio punto de jambas cajeadas con puntas de diamante, la clave de hoja
de acanto y el intradós con los típicos modelos decorativos del renacimiento
como son los querubines, jarrones de azucena, o putti, En las enjutas aparece
el escudo del abad don Juan de Ávila. Debieron completar la portada una
imagen de la Virgen María en el medallón superior y en las hornacinas laterales
las imágenes de Sn Pedro y San Pablo. Y en la cornisa la leyenda latina
-¿Me puede decir que
significa?
- NONNE HIC ALIUD NISI
DOMUS DEI ET PORTA COELI, la misma leyenda del ala de la epístola de la
Catedral de Granada haciendo referencia la puerta del Cielo en el sueño bíblico
de José “Aquí no hay otra cosa que la casa de Dios y la puerta del
cielo”.
Se dan la vuelta y llegan a la fachada norte, obra del abad Diego de
Ávila y se vio favorecida por varias mejoras con la apertura de la calle de la
familia Narváez y la desaparición de un pasadizo que unía con las casas de esta
familia. De dos cuerpos, completamente lisa, se interrumpe al llegar a la torre
de campanas separados con una imposta. En el primer cuerpo se abre la portada
del Cristo del Perdón que se tabicó en1765; en el segundo cuerpo se abren dos
filas de ventanas, las primeras cuatro óculos que tenían vidriado y por encima
cinco ventanales con arcos de medio punto. Es de destacar la portada-retablo
que se extiende en el contexto de la arquitectura de la diócesis de Jaén, donde
un arco de medio punto se flanquea con dos pares de pilastras toscanas y se
remata con un frontón partido desarrollando dos espiralitas en sus extremos, un
relieve presenta la Asunción de Nuestra Señora basada en el grabado de
Francisco Zúccaro y obra de escultores de la diócesis de Jaén, muy renacentista
con su eje central y orlada por cuatro ángeles posicionados en dos subejes,
diseño similar a otros que se encuentran en la ciudad como el retablo de la
iglesia de Santa Ana. Los escudos, que coronan un segundo frontón, son de
piedra blanda de Cantera Blanca y responden al abad Diego de Ávila y a la
Corona. La misma cornisa, junto el pretil y dos flameros en sus ángulos que la
anterior fachada oriental.
Llegan a la fachada oriental, la más imple y purista, donde aparece tres
calles y a sus pies se albergaba la plaza baja. El guía añade más datos sobre
la actual iglesia abacial en un nuevo dosier y se los entrega al jeque para que
comprenda el pasado abacial.
Don Juan de Ávila (1503-1556) inició un periodo
de reconstrucción de la antigua iglesia gótica, contrató el maestro de llevar a
cabo los planos y trazas de la Iglesia y comenzó a ejecutar los pies de la
actual iglesia junto con sus correspondientes capillas y parte de la torre de
campanas y coro que albergan este tramo del templo y la capilla del Deán
en lo que quedó del antiguo claustro. Los maestros fueron Diego de Siloé y
Martín de Bolívar. En su testamento, se alude a una donación que se había
comprometido con la iglesia alcalaína residiendo en Ávila desde donde mandan
varios comisarios para resolver todos los pleitos de las cuentas. También,
celebró el tercer sínodo en 1542. En 1542 el abad Diego de Ávila
(1556-1577) continuó las obras bajo la dirección de la familia de los Bolívar y
en los años ochenta Ginés Martínez de Aranda. En su tiempo visitó la ciudad,
Andrés de Vandelvira, Alonso Barba y otros maestros que contribuyeron a planear
nuevas alternativas al cuerpo de la iglesia y, con certeza, llegó hasta la
portada de la fachada norte denominada del cancel, que lea costeó de sus
propios fondos. Se mantenían obras de la iglesia anterior en las capillas de
Nuestra Señora de la Antigua, patrocinio de los Narváez, y la de Santa Catalina,
donde se incrementó con una nueva imagen de Nuestra Señora con un niño que a lo
largo del siglo XVII se denominará con la advocación de las Mercedes. Este
periodo viene rubricado por el anagrama de la torre de campanas, donde se
muestra que intervino Lázaro de Velasco, cuya firma es notoria en el trasdós de
las escaleras que acceden al pretil de la techumbre, donde se indica la fecha
de 1577 entre una calavera.
Con el abad Andrés de
Bobadilla y de la Cerda (1577-15882) se inicia la segunda fase de la reconstrucción
del templo y fueron hechos significativos el reconocimiento de altar
privilegiado en la capilla Nuestra Señora de las Mercedes, se abrió una calle
la del Taller y se derrumbaron varias casas para poder entrar por la portada
del cancel. Con Maximiliano de Austria (1582-1596), se dio un gran impulso a
las obras del cuerpo de la iglesia, muros, arcos formeros, cornisa volada, la
portada meridional con su escudo y le enlace con el nuevo pórtico de modo que
se encontraba completo su cajón. Intervino el maestro mayor de
obras de la catedral de Granada Ambrosio de Vico que hizo las trazas y en los
años ochenta participaron Ginés Martínez de Arana y Pedro de Velasco. Con el
abad don Alonso de Mendoza (1598-1616) se cubre el cuerpo de la iglesia con las
trazas del maestro antequerano Francisco Gutiérrez, se derribó lo que quedaba
de la iglesia gótica, Miguel de Moral hizo la reja de la capilla mayor, y los
hermanos Raxis adornaron el cerramiento de la bóveda de medio cañón. Durante su
mandato, levantó la capilla del Ángel de la Guarda y se acrecentó el culto en
la capilla de Nuestra Señora de las Mercedes con un retablo de Ginés. En 1614,
una provisión real obligó al reparto de los 8.000 ducados entre las iglesias,
capellanes, beneficiados y Capilla Real para finalización de la Capilla Mayor y
chapitel Durante este tiempo la orfebrería, lámparas y custodia, los cuadros de
devoción proliferan por las donaciones, sobre todo en la capilla de las
Mercedes.
Con Galcerán Albanel
/1616-1620) intervino Ginés en la obra de la sacristía y algunos aspectos en la
conexión entre la iglesia nueva y vieja. Muerto Ginés, se prosiguió con los
planos de Vico en la parte del presbiterio, que asumió el abad alcalaíno Pedro
de Moya (1621-163q) con la intención de acabar definitivamente la iglesia mayor
abacial. Se remató la obra en varios maestros granadinos Mateo de Santa Cruz,
Juan de Caderas Riaño, Miguel Guerrero y el alcalaíno Juan de Fraguagua con las
trazas de Vico y reformas de Luís González, yerno de Ginés. Una nueva aportación
de dos mil ducados se añadía a los ochos mil anteriores sacados de los diezmos
eclesiales. Hasta el 30 de agosto de 1627, la obra del chapitel y de la capilla
mayor no se desarrollaron de una manera tranquila sino raro era el día que no
se intervenía en algún pleito con los maestros de la obra y la llegada de los
arquitectos Vico, fray Cristóbal de la Asunción y otros de Córdoba. En esta
fecha al menos pudo consagrase durante un calendario festivo de nueve días en
medio de actos religiosos y festejos, música, luminario y fuegos
artificiales. Se trajeron nada menos que los ornamentos religiosos de la
Capilla Real de Granada para la celebración eclesiástica de tiempos delos
Reyes. Los fuegos artificiales de un dragón y un águila
fueron el delirio de los fieles y predicó fraile Alonso de Santa María.
A partir de este momento resaltamos con unas notas simples
la aportación de los abades a la iglesia Mayor abacial. En tiempos de don
Álvaro de Toledo el arquitecto Juan de Aranda Salazar hizo el coro bajo de
piedra. En tiempos de fray Antonio de Sotomayor (1632-1642) ya era realidad el
nombre de la capilla de Nuestra Señora de las Mercedes y se intentó convertir
la abadía en colegiata. En tiempos de los abades Garci Gil Manrique y Fernando
de las Heras Manrique (1648 y 1650) se hizo nueva pila de agua bendita y los
arquitectos Juan de Aranda Salazar y Eufrasio López de Rojas remodelaron el
chapitel con la cruz de hierro, bolas y pirámide. Con el abad Alonso de San
Martin, se afectó la cubierta con un rayo, se trasladó la capilla bautismal al
pórtico sur, y fueron otras realizaciones el altar de san Fernando, la fiesta a
Santa Rosa, objetos de platería, un púlpito y una nueva campana Con Salgado y
Somoza (1659-1685) se adecentó la iglesia con nuevas campanas, sillería nueva,
gradas de jaspe en altar mayor, dosel, andas y lámpara para el Santísimo
Sacramento, Con Pedro de Toledo, se hicieron asientos para sala capitular, la
imagen de San Dionisio con motivo de un terremoto y el retablo del altar mayor,
obra de Manuel García de Álamo, Con Antonio Pimentel y Diego Castell de Ros de
Medrano hasta 1617, la iglesia se hace defensora del mantenimiento de la ciudad
fortificada y denunciaron el abandono de los edificios civiles por las
autoridades. Este último abad engrandeció el retablo con las imágenes
encargadas a Bernardo de Mora. Al final, cedió para imprecar la construcción de
un nuevo templo en el llano, lo que no se consiguió.
Los siguientes abades mantuvieron como un emblema la abadía y se bajaron
a la parte llana transformando la iglesia de San Juan en viceparroquia de
la iglesia mayor abacial Francisco de Borja y Centellas Ponce de León ,
Álvaro de Mendoza Caamaño y Sotomayor, el cardenal de la cerda, Esteban de
Mendoza Gatica, Palomino y Lerena y fray Manuel Trujillo demasiado consiguieron
con mantener el templo en pie hasta la llegada de los franceses y algunos
seguir con la propuesta de la conversión en colegiata.
Pero el jeque quería volver
a su pasado almohade, Y recita junto al pozo de la mazmorra.
Mi señor, ¿cuándo voy obtener
en la vida reposo
si no lo obtengo ahora
que en mi vida
apenas empieza
alborozar?
Los ojos de los
galanteadores
se van tras la belleza,
y mi vaso de vino
aún no se cansa de la
mano.
Las adversidades me
ignoraron
Permaneciendo lejos de
mí,
Y tú interpones ante mí
un muro
De gloria y prestigio.
¡Déjame, pues, que
renuncie!
¡Dispénsame de lo
que estimas bueno!
No hay fortuna en el visirato
para quien desea el
reposo;
solo hay fatigas y
críticas
de quienes no hacen más
que ladrar.
Mi vida íntima pide
socorro.
¡Déjala libre!
El jeque se
fijaba en aquellos cimientos y comparaba con otras mezquitas. Comprendía que
era un templo pequeño. No lo tenía claro en modo alguno. Se daba cuenta de que,
antes de la actual iglesia, se distinguían en su planta los restos
arqueológicos que se remontaban a la prehistoria y constataban el paso de
varias civilizaciones en este cerro. Con ayuda del guía del alcalde, pudo
comprobar que, del mundo de los metales, en el ángulo interior del actual
templo se conservaban restos de un silo y el entorno de una choza que debió
estar cubierta con retama y apoyada en mampuesto.
- En el interior,
cerámica y raederas entre otros utensilios nos muestran el grupo humano que se
remonta a los primeros milenios antes de Cristo-le decía el guía, mientras les
señalaba el agujero del silo.
-No hay constatado
ningún testigo del tiempo de los íberos, pero debieron hacer
presencia-apostillo el otro asesor. Entretanto, se dirigieron a la cabecera
donde quedaban restos de los romanos y dejaron para la posteridad varios
aljibes y muestras del opus coementitium y de sillería de grandes dimensiones
probablemente de un castro.
- No tiene ninguna
fiabilidad científica el atribuirle a la ciudad de Alcalá topónimos como Ula o
Sucaelo, que fueron fruto de la fantasía y ombliguismo de nuestros antepasados
Junto a estos, ya
avanzado hacia el cuerpo de la iglesia, le indicaba la presencia de tumbas
antropomórficas se nos remonta al periodo de la ciudad de Alcalá la Real donde
los visigodos y mozárabes. Pero lo que no dejaba duda alguna era el
continuo asentamiento de época musulmana que se transformó a lo largo de los
siete siglos de su dominio. Desde aljibes medievales hasta restos de
tumbas musulmanas excavadas en roca, así como el arranque de muros comentados
que pudieron reutilizarse a partir de una primera mezquita aljama.
-Se muestra una ciudad
preocupada por el abastecimiento del agua.
-Castillo sin aljibe,
enemigo dentro-apostilló el asesor.
-¿No nos quedamos
comentando las incursiones castellanas, ya en tiempos del reino nazarí de
Granada?
-No le puedo aportar
datos. Pocas son las noticias acerca del poblamiento en la época
musulmana, lo que destaca es su carácter estratégico en el camino entre Granada
y el reino de Castilla y León y el ambiente comercial que predominaba dentro de
su castillo. No es extraño que tuviera gran importancia política esta fortaleza
con respecto a otros hins y calat de su derredor, lo que coincide con el hecho
de que en su lugar nacieron y vivieron importantes personajes, y, además, se
asentaron algunos literatos significativos del mundo andalusí como Ibn
Jatib. Por lo demás, los terrenos y los futuros arrabales en torno a los
caminos se describen como una zona de ruedos, muladares y viñedos que coinciden
con fuentes documentales cristianas posteriores.
-No hay documento
musulmán.- dijo el asesor. Déjame que parta del conocido libro Los Miráculos de
Pero Martín, así se describía la Alcalá del siglo XI y XII sin poder determinar
los espacios comprendidos entre los arrabales y la ciudad
fortificada: “En este relato de Pedro Martín hay también varias
referencias sobre las tierras de Alcalá. Una Alcalá que pertenecía al reino
moro, flanqueada de territorios de la Orden de Calatrava, con unas tierras
plagadas de viñedos, habitada en su fortaleza, donde había personas que se
ocupaban de abastecerse para librarse de los fríos. Un lugar que era
fundamental en la ruta entre el reino de Jaén y Granada, porque pasaba un
camino fundamental para las correrías de los reyes granadinos cuando se
adentraban en tierras castellanas”.
-Y, coexistían, había paz
y guerra.
-Claro que sí. Pero
llegó el final de la presencia árabe. Tras las incursiones de los infantes
Pedro y Juan a la Vega de Granada y la batalla del Salado, el rey Alfonso XI
llevó a cabo la conquista de la poderosa e inexpugnable fortaleza de Qalat Bau
Sayd. Primero, en los meses últimos de 1340 llevó a cabo una tala de los campos
alcalaínos hasta tal punto que conquistó definitivamente los arrabales viejos
el 20 de diciembre, día de Santo Domingo de Silos. Tras la estratagema de
retirarse y tratar de conquistar Málaga, simulando engañar al rey granadino
envió sus tropas a Málaga y dejó al descubierto la fortaleza alcalaína. Pero,
el rey castellano desde Baena volvió sus tropas a Alcalá, asedió Locubín para
facilitar el aprovisionamiento de sus tropas. Y asedió la ciudad fortificada
alcalaína con ocho piezas de artillería, que atacaron al baluarte de su torre
principal, sin resultado positivo, y donde se albergaba un gran aljibe. Llevo a
cabo una labor de ingeniería socavándola en sus cimientos; cortaron el camino
de contraataque musulmán tomando Íllora, hicieron capitular Locubín y los
soldados llegaron a controlar el segundo aljibe y se intensificaron el asedio.
Yusuf I se acercó con tropas de refuerzo a Moclín, pero fueron sorprendidas por
las castellanas al mando del maestre de Calatrava Alfonso Méndez. Al no recibir
ayuda los habitantes de la Alcalá de Ben Zayde capitularon, la entregaron la en
el mes de agosto de 1341 y trasladaron a los vecinos alcalaínos a Moclín sin firmar
pacto alguno con Yusuf.
-Es verdad, pasó a manos
castellanas. Pero su entorno era musulmán, la frontera estuvo muy cerca. Otros
Pirineos del Sur.
-La ciudad de Alcalá la
Real jugó un papel fundamental y estratégico entre el reino de Granada y los
reinos de Castilla y León. Como puerto interior, era un punto esencial y
obligado para el paso de las tropas, trasiego de mercancías, tránsito de
viajeros y refugio de tropas de defensa. Su fortaleza se hallaba en un cruce de
caminos que provenían del Valle del Guadalquivir, de las tierras granadinas, de
la Mancha y del Levante. Pronto, la estabilidad política y el
crecimiento de su población obligaron a pasar de un castillo defensivo a una
extensa fortaleza, compuesta de diversos barrios en torno a sus
correspondientes cinturones que se ampliaron gradualmente, a lo largo de los
siglos XIV, XV y XVI con la llegada de nuevos vecinos para repoblar esta ciudad.
-Se fueron
nuestros antepasados a Moclín, vinieron nuevos repobladores, un destacamento
militar ocupó la plaza, ¿qué cambios nuevos hubo?
-Tras la toma de la
ciudad y la marcha de los moradores musulmanes a la ciudad de Moclín, el rey
Alfonso XI distinguió a la ciudad con el apelativo de la Real cambiando su
nombre musulmán de Benzayde. Y repobló con castellanos de otros pueblos
anteriormente conquistados la ciudad llevando a cabo un repartimiento de
tierras, casas, ruedos, y lugares. En 1587, el alcaide Pineda se refirió
a sus primero moradores cristianos, cuando la cifra de toda la ciudad de Alcalá
superaba los 2.457 vecinos y 51 eran hidalgos.
-Un cambio profundo.
-Déjeme que se lo relate
con las palabras del alcaide: Cuando Alfonso XI ganó la ciudad,
al principio quedaron pocos caballeros, hijos de algo antecesores de los
que agora ay, y algunas otras gentes de entrada, todos hombres de guerra, muy
aficionado a su servicio., muy pocos que no bastarían para defender el
cercado , porque era mucho y no había quien viviese en la ciudad por ser grande
el peligro en que quedaba ni había aprovechamiento en campo, por ello dieron
grandes privilegios y vinieron gentes a poblarla lo cercado, los reyes moros
usaban para referir estas fuerza “gente más temida de Andalucía”
sino que ninguna vez que entraron los moros a correr en Andalucía que volvieron
con su presa e cabalgada de niños e mujeres e hombres no se las quitasen
la gente de Alcalá, (…) les dieron mercedes y estima , durante 150 años
los RRCC y Juana loca, permitió vender en Granada frutos de su cosecha; Carlos
I dio merced de 10.000 fanegas montes concejiles y otros montes para
roturárselos y enrasarlos a su voluntad y repartírselo entre ellos. Se vinieron
muchos vecinos de ellos a esta ciudad a goçar de estas tierras que se daba a
nuevos vecinos y estos poblaron fuera de lo cercado mucho más apacible y hubo
pleito.
-Pero no solo se vive de la guerra. ¿Debió estar protegida por los Reyes?
-Hasta el reinado de los
Reyes Católicos se mantuvo la ciudad como Puerta de Castilla a Granada junto
con la ciudad de Antequera y se protegió a sus moradores concediéndoles una
serie de privilegios, mercedes y pagas de alimentos y de dinero para afrontar
los peligros que suponía una frontera que se mantuvo cerca de 150 años. Según
la conocida paga de tercias de tiempos de los Reyes Católicos se partía de 50
caballeros, 150 ballesteros, y 300 lanceros, lo que daba una cifra de unos dos
mil habitantes. La guerra y la paz caracterizaron estos años de fronteras, lo
que dio lugar a un amplio desarrollo de cautividad. El urbanismo de la ciudad
reflejaba un trazado sinuoso, y con gran número de impedimentos, por ausencia
urbanística de calzada y calles públicas, así como una gran abundancia de
obstáculos físicos (peñas, peñascos, barrancales, rugosidad y aspereza del
terreno). La mezquita aljama se transformó en una iglesia gótico-mudéjar, la
mezquita del Arrabal Viejo se convirtió en iglesia de la primera parroquia con
el nombre de Santo Domingo de Silos y el morabito de la calle Zubia albergó la
residencia y capilla de los trinitarios en torno a la carrera. En el ruedo, se
encontraban terrenos repartidos para los caballeros, en forma de heredades para
sembrar trigo y aranzadas de viñas, la dehesa boyal, y el ejido de la
ciudad. Algunas alquerías, se encontraban cercanas a las fuentes del
derredor- paraje de san Bartolomé, el Cauchil, las Azacayas, Fuente de la
Salud, y en las zonas rurales que darán lugar a las aldeas de Charilla,
Pedriza, Cequia.
Por mucho que preguntaba
el jeque no podía responder más cuestiones sobre la mezquita aljama. El jeque
se la imaginaba con un pequeño cuerpo en forma de rectángulo y un pequeño patio
abluciones, probablemente en torno a un pozo que se encontraba en los actuales
de la iglesia, oculto por el nuevo entarimado de piedra artificial. El guía,
por su parte, apoyado por el alcalde, seguía comentando la iglesia Mayor
Abacial. Con el el nombre de parroquia de Santa María la Mayor, y
estuvo dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Era la sede de la Abadía
de patronato real concedida en 1341 por el rey Alfonso XI. La primera
iglesia cristiana parece que ocupó la antigua mezquita aljama y fue sustituida
de por un templo de menores dimensiones que el actual, de estilo gótico mudéjar
similar a la iglesia de Santo Domingo de Silos. Fue sede la abadía de
patrimonio real fundada por el rey Alfonso XI que nombró a don Gil de Albornoz,
como primer abad y se puso bajo el nombre de Nuestra Señora de la Asunción en
conmemoración de esta fiesta mariana que trataron de que coincidiera con la
erección de la iglesia. Para engrandecerla, los reyes le concedieron el
quintado de las cabalgadas, que pertenecía a la Corona, con el fin de motivar a
sus defensores en la defensa de la frontera y aliviar de las cargas a los
obispados de Córdoba y Jaén. Su importancia radica en que muchos abades
ostentaron el título obispos o ascendieron a arzobispos, incluso hubo tres
cardenales y un papable.
Pocos datos se encuentran de este primer templo cristiano
salvo la referencia a varias sepulturas que ilustran de unas gradas de acceso
al altar mayor y capilla principal, de las tumbas cercanas de los Aranda, de la
capilla de la Sagrario y arranques de los muros. De tres naves, separadas por
arcos formeros y la capilla por el toral, estaba flanqueada por las capillas de
Santa Catalina y que servía de sagrario y la de Santiago. Junto a ellas, la
torre del Reloj y el vestuario o sacristía. A lo largo del cuerpo, existían
capillas dedicadas a Cristo del Perdón, del Descendimiento, del Cristo de la
Columna, San Blas y la Antigua. Adosado al flanco sur se encontraba el claustro
comentado, la arcada gótica corresponde con el subsuelo del altar mayor y el
pudridero de los enterramientos. Durante el tiempo que permaneció este templo,
el abad Antón Sánchez recibió una custodia para la capilla del
Santísimo Sacramento, el abad Juan Rodríguez / 1399-1426) permitió que se
enterraran varias familias en torno al capilla mayor por haber cooperado en la
defensa de los territorios de la Orden de Calatrava. En tiempos del abad Juan
Alonso Chirinos, se inició la capilla del deán, y con Pedro Gómez
de Padilla (14561486) se celebró el primer Sínodo y se establecieron las
Primeras Constituciones e inició las obras de enterramiento en el arco
del coro; con el abad Alonso de Burgos se había ampliado la iglesia primigenia
con varias capillas, la de los Aranda, el Descendimiento o de las
Angustias, Cristo de la Columna y colocó un retablo con la imagen del
Cristo con la cruz a cuestas a apareciéndose a san Vicente Ferrer. Con
Valeriano Ordoñez de Villaquirán se hicieron unas segundas constituciones.
-¿Debió ser importante?
- Estaba situada en el
extremo suroriental de la ciudad fortificada ocupando un lugar privilegiado en
el barrio noble de la ciudad. Actualmente, su silueta junto con la del
castillo, murallas y torres definen el emblema de la ciudad de Alcalá la Real.
-Contemplo que en su
entorno se encuentran la torre de campanas, la capilla del Deán, el Claustro,
la Sacristía y las casas de Sacristán. Parece un rectángulo de
dimensiones proporcionadas de modo que la anchura es doblada por la longitud
tanto en su interior como en su exterior.
-Exactamente 45 X 20
metros, donde se distinguen perfectamente las tres partes del templo: el de los
pies con 7.5 metros y un estilo diferente al resto de la iglesia, el cuerpo con
17.15 y la cabeza o presbiterio dividida en tres naves, el altar mayor y dos
capillas colaterales. 6.23. La altura varía según las secciones que va de los
º0.76 del primer cuerpo a los 4. 80 del segundo. Destaca la cornisa volada
de cuatro fachadas: la oriental más austera dividida en tres calles, correspondientes
a la capilla mayor, algo más adelantada y dos colaterales relacionadas con las
capillas interiores. Los tres cuerpos se encuentran divididos por un retranqueo
en la parte baja; el segundo totalmente liso por una imposta y en el tercero se
abren dos ventanas rectangulares en las paredes de las capillas. Este cuerpo se
corona con una cornisa de ménsulas intermitentes y cenefa de dardos y ovas, a
la que se añade un pretil protector del tejado con cuatros pináculos de tipo
flamígero o flameros. Giran hacia la derecha y se adentran en la Torre de
campanas, que. De planta prácticamente rectangular y de 41 metros de
altura, se alza mediante cuatros cuerpos que corresponde con la planta del
templo, el trascoro, la sala del reloj y la sala de campanas. Esta escalera
de husillo adosada por la parte NE tiene 127 peldaños y se ilumina en su
interior por medio de troneras, algunas con simulados arcos de herradura y con
huellas de fuego de concentración en la fachada. A medio camino, se encuentra
la fecha de 1631 y en la cupulita que cierra el husillo la fecha de 1551, que
coincide con la de la puerta de entrada de los pies de la iglesia, con un
atrevimiento de forma sesgada y con la leyenda acabose esta porta y con
huellas de cartela.
Suben hacia la planta
tercera, donde se encuentra la Sala del Reloj, porque se colocó un reloj
legendario, pues debía estar relacionado con las campanas, que los Reyes
Católicos donaron esta campaña de la iglesia primitiva para que se escuchar en
todo su ruedo. Este reloj se mantuvo hasta los años treinta del siglo XX. Con
una cubierta de bóveda nervada estrellada, se ilumina por medio de una ventana
que se asemeja a las saeteras.
Descansan y acceden
desde este recinto a la terraza del tejado de la iglesia Mayor Abacial, por
medio de una puerta y una escalinata en cuyo trasdós epigrafiado con el
anagrama de la firma de Lázaro de Velasco, la fecha de 1577 y un texto
latino
-Otra vez con los
latines.
- Esto dice Delecta mea
et ign…incompleto, que alude versículo 7 del salmo 24, que dice DELICTA IUVENTUTIS MEÆ, ET IGNORANTIAS
MEAS NE MEMINERIS. SECUNDUM. En nuestra lengua romance, No te
acuerdes de los pecados ni de mis faltas de juventud…
-y otro más con calavera
incluida.
- Sí, un
peldaño más arriba una calavera con MENTO MORI. Poco clásico y amoroso.
Arrepentimiento, ACUÉRDATE DE QUE TIENES QUE MORIR.
En el interior de la
sala, desde se observa una gatera para introducir la cuerda de la campana, se
ofrece una muestra de restos del yacimiento de la Mota, así como paneles
ilustrativos sobre el templo, sus arquitectos y su desarrollo constructivo.
Regresan a la
escalera, y suben a la Sala de campanas, recientemente restaurada en
1981 tras caerle un rayo que le afectó en los años cincuenta del siglo pasado.
Se cubre con una bóveda de crucería que abre por sus cuatro lados con ochos
huecos, para dos campanas cada uno. Y comienzan a detenerse en las 4 campanas.
.Qué dice la mayor.
-Una, la María de
las Mercedes, (1699) obra de Juan Bautista de Mier, se encuentra deteriorada y
se le relaciona con la donación legendaria por el dicho Campana
María me llano, /cien quintales de peso, / quien no me crea/ que me coja al
peso/, desde la Mota a las Cruces/, y de las Cruces a la Mota).
-Una lectura muy
frecuente en otros pueblos de España.
-La segunda la de
San Cristóbal ,de Antonio Hontañón
-Y la
tercera; Fernando de Venero fundió la de Santo Domingo de
Silos(1746).
Observan, por
encima de la sala de campanas, que se eleva el chapitel, al que se acede
por una gatera o trampilla y es una pirámide retranqueada con ocho caras, por
las que le entra la luz a través de unas ventanas con adorno troncoconal.
Encima del chapitel se encuentra la bola, la veleta achatada y la cruz.
Una barandilla da balaustras y escudos protege su planta.
Descienden al trascoro,
que se ilumina por sus cuatro paredes con una claraboya, por una
puerta comunicando con la torre, se abre una pequeña ventana que se
orienta hasta el ala del Evangelio, desde donde los músicos podían ver la entrada
de los sacerdotes a las ceremonias religiosas. Esta sala cuadrada se cubre con
una bóveda octogonal gallonada sobre trompas, que convierten a los tetramorfos
en elementos sustentantes., muy del gusto de influencia italiana de Lázaro de
Velasco. Bajo el trascoro, la capilla del baptisterio del
Descendimiento.
Bajan, de nuevo, a la
iglesia. Por otra escalera más original, muestra de unos buenos canteros. Por
este acceso se adentra una escalera de caracol que sube al
coro y trascoro, y de este último se abre una entrada a mitad de la escalera de
husillo. Esta escalera de caracol se encuentra dentro de un Torreón almenado
que alberga en su interior un eje espiral desde sobresalen peldaños de una sola
pieza. Destacan en esta escalera el angelote que cierra el eje, la cúpula
gallonada muy esbelta, la portada con arco carpanel y una cartela bilingüe de
IHS, Iesus hominum Salvator, Jesús Salvador de hombres y el anagrama griego
XPS (Jristos). Las puertas de entradas del coro y trascoro son
sencillas, pero muestran una diferencia de estilo muy evidente entre su
exterior de ambas con veneras en el dintel y jambas y el acceso al trascoro, lo
que es muestra de la huella de Lázaro de Velasco. Desde allí, comienza a
explicar de nuevo la historia de la iglesia.
-Pare, pare, son datos importantes
para valorar su precio, pero sería muy cansino entretenernos en estos detalles.
El guía saca de su
cartera un dossier y se lo entrega al ayudante del jeque. Estos eran sus
contenidos.
La antigua iglesia
sigue la línea estilística y constructiva de las iglesias andaluzas que se
iniciaron a principios del siglo XVI, de planta de salón y de tres naves
separadas por seis pilares. En las actas del siglo XIX se recogía que fue
diseñada por Diego de Siloé, y , de lo que no hay duda de que intervino su
maestro de obras Martín de Bolívar en los primeros tramos de los
pies a partir de los años cuarenta; posteriormente fue continuada por Miguel de
Bolívar y Ginés Martínez de Aranda a partir de los años ochenta bajo
las trazas de Ambrosio de Vico que le imprimieron un clasicismo y una
atrevimiento constructivo al cuerpo de la iglesia con una soberbia cubierta
sobre una volada cornisa sin las tres naves, para volver al presbiterio de tres
naves, la capilla principal y dos colaterales que diseñó Vico, pero
intervinieron otros arquitectos como Francisco Gutiérrez, Luís González, Ginés
Martínez de Aranda y Fray Cristóbal González.
EL INTERIOR Y TECHUMBRE
La antigua iglesia sigue la línea
estilística y constructiva de las iglesias andaluzas que se iniciaron a
principios del siglo XVI, de planta de salón y de tres naves separadas por seis
pilares. En las actas del siglo XIX se recogía que fue diseñada por Diego de
Siloé, y , de lo que no hay duda de que intervino su maestro de obras Martín de
Bolívar en los primeros tramos de los
pies a partir de los años cuarenta; posteriormente fue continuada por Miguel de
Bolívar y Ginés Martínez de Aranda a
partir de los años ochenta bajo las trazas de Ambrosio de Vico que le
imprimieron un clasicismo y una atrevimiento constructivo al cuerpo de la
iglesia con una soberbia cubierta sobre una volada cornisa sin las tres naves,
para volver al presbiterio de tres naves, la capilla principal y dos
colaterales que diseñó Vico, pero intervinieron otros arquitectos como
Francisco Gutiérrez, Luís González, Ginés Martínez de Aranda y Fray Cristóbal
González.
Sus pilares y muros sustentan el
cerramiento, bóvedas y cubiertas desde la propia roca como sitio de
cimentación, lo que ha permitido afrontar muchos movimientos sísmicos y
adversidades a lo largo de la historia. Los cuatro pilares de los pies son
circulares, aunque el cuarto es mucho más complejo porque sustenta la torre y
sus habitaciones, el coro y trascoro; los cuatro del presbiterio son de sección
cuadrada, con adosamiento de semicolumnas, Los arcos formeros, los perpiaños y
los de las bóvedas de los muros formantes parten de franjas en forma de capiteles
unidas por molduras de ovas y dardos entre ménsulas. Las bóvedas son de
crucería estrellada, ofreciendo algunas diferencias, más planas la de debajo
del coro; las del cuerpo de la iglesia era de medio cañón en 1599, que se
protegió con un artesón y actualmente en 1991 se colocó una cubierta de madera
laminada de pino insignis escandinavo que cubrió el espacio abierto por los
franceses tras incendiar la iglesia en su retirada. Se sabe que tres bóvedas
cubrieron el presbiterio, la central de con cúpula sobre pechonas, tambor,
linterna y media naranja y las dos laterales rebajadas y elipsoidales, en
tiempos de Pedro de Moya, cuyos cuatros escudos y la fecha de 1627 se
encuadraban dentro de las pechinas. Los sillares isodómicos son de piedra
arenisca, de las canteras de los Llanos y de la propia ciudad fortificada,
algunos lugares se revistieron con pinturas de los Raxis y se reutilizaron los
sillares de la antigua iglesia.
LOS PIES
En
sus pies, de rica decoración y estilo plateresco se abren seis espacios cuadrilongos
por medio de cuatro columnas centrales, cuyas dimensiones difieren en altura y
anchura destacando la central y la del evangelio y en sus enjutas aparecen
medallones y animales o quimeras, que se restauraron en los años noventa por la
II Escuela Taller de Patrimonio. Bajo sus bóvedas nervadas, se divide el
espacio en dos cuerpos, uno bajo y otro superior que conforma el coro y
avanzaba mucho más hasta los primeros pilares. En el primer tramo de la nave
del evangelio, se ubican dos capillas y encima de ellas el trascoro, en la parte baja la capilla del
baptisterio , a la que se accede por medio de dos arcos de medio punto, el de la parte central rebajado.
Está cubierta con una bóveda sobre pechina
de tres elipses concéntricas (
una de guirnalda de laurel y rosas, la segunda con dardos y oval y la central
de lazos que envuelve una linterna ciega
de doce estrellas de ocho puntas que se relaciona con las tribus de Israel o
los doce apóstoles) . Destacan los elementos decorativos propios del plateresco
con veneras, rosetas y hojas de canto y, sobre todo, los medallones, que
recogen varios rostros de personas en actitud agitada, que algunos relacionaba
con los miembros patronos de la capilla de enterramiento, y no hacen sino
repetir motivos muy propios de otros monumentos: El Temor, la Sabiduría, La Prudencia, En su
interior dos hornacinas se abren en el muro, destacando una en forma de venera,
lugar de la pila bautismal y rematada
con una leyenda en su arco que recoge
el mensaje del cuadro del
Descendimiento que ocupaba esta capilla. Si
quis vult me sequi, deneget seme e ipsum et tolet crucem suam et sequatur me
(Si alguien quiere seguirme que tome su
cruz y me siga).
CAPILLAS
Siguiendo la nave del Evangelio a destaca la
capilla de San Pedro que agrupaba al clero secular de la ciudad en una
hermandad del mismo nombre y cuyo retablo se colocaba bajo un arco de medio
punto, cajeado con la ornamentación tradicional plateresca de veneras, acanto
en la clave, y en las enjutas los escudos de las llagas de San Francisco y el
de San Pedro con la leyenda Tibi
dabo claves regno caelorum (te daré las
llaves del reino de los cielos. EL frontón se corona con una cruz lorenzana
y encima el escudo de Juan de Ávila.
En
la nave de la epístola, se abre al muro con un arco de medio punto donde se
alberga un mausoleo neoclásico del abad Esteban Lorenzo de Mendoza y Gatica, y
a sus pies una cripta, donde fue enterrado el abad Somoza; en el muro
meridional se abre otro arco en cuya cartela estaba colocada la palabra EXPÓSITO,
que era el lugar donde se dejaban los niños expósitos para que fueran atendidos
por las fundaciones eclesiásticas y civiles. Tras esta capilla, le sigue la
portada comentada de acceso al torreón circular y en el segundo tramo la
capilla de Santa Rosa, de la familia Dávila e Irutia cuyos escudos y el de los Padillas y Mesa se muestran en
las enjutas. Debió ocupar un escudo
sobre la cornisa dentro del medallón orlado por aletones.
EL CUERPO DE LA IGLESIA
El cuerpo de la iglesia refleja el
renacimiento clasicista de Vico reformando las trazas de Martín de Bolívar en
un espacio de 20 x 16 metros y las obras. En su mayor parte, se llevaron a cabo
en tiempos del abad Maximiliano de Austria por los años setenta y ochenta del
siglo XVI. En los muros perimetrales se abren seis capillas, tres por las dos
alas del templo con arco de medio punto sobre pilastras toscanas y en su
interior la capilla hornacina propiamente con otro medio punto. Sobre unos
óculos en este cuerpo se abren otros arcos ojivales que arrancan en forma de
una cornisa atrevida para sostener la bóveda .
Se ubicaron las capillas de la
antigua iglesia gótica en el nuevo templo renacentista- En el ala del
Evangelio a partir de los pies, la de
San Blas que se remonta a la fundación de los Díaz de Villalobos a principios
del siglo XVI, las siguiente la de
Santiago y ocupó la puerta del Cristo
del Perdón, cuya imagen fue realizada por Nicolás de Raxis siguiendo la
iconografía del patrón de España montado
a caballo, la del Santo Ángel de la Guarda, cuyo extradós recoge la leyenda
ANGELUS CUSTOR… que cuidó cómo patrono y estuvo enterrado el
abad Alonso de Mendoza, en cuyo tiempo se colocó la techumbre de la
iglesia actual con una bóveda de medio cañón diseñadas por Francisco Gutiérrez
y le colocó los objetos sagrados( el
cáliz que se conserva en el templo de las Angustias), las salmillas e
historias, vinajeras, frontales, patena y alfombras , así como realizó la
cripta funeraria, donde se encuentra su cuerpo decapitado por algún usurpador de
lo ajeno.
Por lo que respecta al lado de la
Epístola siguiendo el mismo itinerario, se encuentra en primer lugar un arco
dintelado, interior de la portada meridional. A continuación la capilla de
Nuestra Señora de la Antigua, cuya cripta se excavó por los años noventa en el
inicio de la reforma actual del templo, perteneció su patronazgo a los Narváez
de Padilla y, seguidamente una capilla en cuyo interior se abre un puerta de
acceso a la antesacristía antigua y
actual patio del cabildo con una portada
retablo, compuesta de piso bajo adintelado y frontón partido que encierra dentro del círculo del ático la inscripción
latina INGEDIERIS TU QUISQUE HOMO LIBARE TONANTE IAM VETERI EXUTO SUSCIPE RITE
NOVU, . EX PAULO AD EPHESIOS . 4. Un texto adaptado al espíritu humanista de la
época. Tu cualquier hombre que vengas a
hacer libación al Dios Omnipotente, una vez despojado de la antigua vestimenta,
toma, según el rito, el nuevo. Muy apropiado al lugar y cuyo hueco se
cierra con una puerta de cuarterones de madera del tiempo del abad Galcerán Albanel, como muestra los escudos
de este abad y del papa de aquel tiempo Paulo V.
PRESBITERIO
La
cabecera culminó la obra de este templo y se acabó en 1627, fue diseñada por
Vico, siguiendo el criterio de los pies con una capilla central y dos
colaterales y el origen gótico mudéjar de armaduras de piedra. En las capillas
del evangelio se encontraba la de Santa Catalina, que cambió su nombre por el
de la Virgen de las Mercedes con un retablo de Ginés Martínez de Aranda y
cuadros de san José con el Niño, Santa Ana, santa Catalina y san Antonio. Este altar, privilegiado conseguido en1615
por Francisco de Pineda, atrajo la devoción popular, y engrandeció a la capilla
y su esclavitud con muchas donaciones de fincas, cuadros y estelas y leyendas
de agradecimiento de tal modo que se sustituyó el anterior por otro barroco
diseñado por Antonio López Bolívar y dorado por José Aranda. Frente a ella, en
el muro sur se encontraba la capilla de Santiago, con la imagen del apóstol,
trasladada a la del Perdón, se colocó primero un Cristo de la Columna, y luego
un Jesús Nazareno con la cruz a cuestas que recibió el nombre de la
Misericordia. Y también ubicó a Jesús
Sacramentado. En el testero de la iglesia se desarrollan tres arcos que simulan
la portada canesca de la catedral de Granada a modo de arco de triunfo.
El arco central albergaba la capilla mayor con
un retablo barroco construido por Manuel del Álamo a finales del siglo XVII e
imágenes de Bernardo de Mora de principios del siglo XVIII. En la calle
central, el sagrario y, sobre ella, Nuestra Señora de la Asunción y en las
calles laterales por sus tres cuerpos las imágenes san Pedro y San Pablo, santo
Domingo de Silos, san Sebastián, san Dionisio Areopagita y Santiago Apóstol. En
los arcos colaterales, en el del Evangelio cuadros de Juan Clímaco, san
Idelfonso y san Bernardo, luego San Fernando, y en el de la epístola, san Juan
Bautista, santo Domingo de Guzmán, san Julián. Todo ello separado en sus calles
por columnas salomónicas y un ático con la cruz en su interior,
Salen por la puerta principal y se detienen ante la fachada occidental completamente plana y quebrada por cuatro salientes que
corresponden a los ángulos de la torre y a los contrafuertes. Muy simple
solamente se rompe su austeridad con una ventana de medio punto en el ángulo
meridional y un óculo central, .al mismo tiempo que se mantienen la cornisa y
parapeto acompañados de cuatros gárgolas con las figuras de los tetramorfos de
los evangelistas.
Se abre con una portada
que debió ser la principal para los acontecimientos más significativos, de
piedra de Cantera Blanca labrada y en un espacio de entre dos machos y
una arco rebajado y adornado con rodelas y hacen del recinto que se convierta
en el pórtico de la Iglesia, Bajo el arco, se encuentra la verdadera portada de
dos cuerpos: en el primero con columnas de estilo dórico se encuadra un
arco de medio punto de jambas cajeadas con puntas de diamante, la clave de hoja
de acanto y el intradós con los típicos modelos decorativos del renacimiento
como son los querubines, jarrones de azucena, o putti, En las enjutas aparece
el escudo del abad don Juan de Ávila. Debieron completar la portada una
imagen de la Virgen María en el medallón superior y en las hornacinas laterales
las imágenes de Sn Pedro y San Pablo. Y en la cornisa la leyenda latina
-¿Me puede decir que
significa?
- NONNE HIC ALIUD NISI
DOMUS DEI ET PORTA COELI, la misma leyenda del ala de la epístola de la
Catedral de Granada haciendo referencia la puerta del Cielo en el sueño bíblico
de José “Aquí no hay otra cosa que la casa de Dios y la puerta del
cielo”.
Se dan la vuelta y llegan a la fachada norte, obra del abad Diego de Ávila y se vio favorecida por varias mejoras con la apertura de la calle de la familia Narváez y la desaparición de un pasadizo que unía con las casas de esta familia. De dos cuerpos, completamente lisa, se interrumpe al llegar a la torre de campanas separados con una imposta. En el primer cuerpo se abre la portada del Cristo del Perdón que se tabicó en1765; en el segundo cuerpo se abren dos filas de ventanas, las primeras cuatro óculos que tenían vidriado y por encima cinco ventanales con arcos de medio punto. Es de destacar la portada-retablo que se extiende en el contexto de la arquitectura de la diócesis de Jaén, donde un arco de medio punto se flanquea con dos pares de pilastras toscanas y se remata con un frontón partido desarrollando dos espiralitas en sus extremos, un relieve presenta la Asunción de Nuestra Señora basada en el grabado de Francisco Zúccaro y obra de escultores de la diócesis de Jaén, muy renacentista con su eje central y orlada por cuatro ángeles posicionados en dos subejes, diseño similar a otros que se encuentran en la ciudad como el retablo de la iglesia de Santa Ana. Los escudos, que coronan un segundo frontón, son de piedra blanda de Cantera Blanca y responden al abad Diego de Ávila y a la Corona. La misma cornisa, junto el pretil y dos flameros en sus ángulos que la anterior fachada oriental.
Llegan a la fachada oriental, la más imple y purista, donde aparece tres calles y a sus pies se albergaba la plaza baja. El guía añade más datos sobre la actual iglesia abacial en un nuevo dosier y se los entrega al jeque para que comprenda el pasado abacial.
Don Juan de Ávila (1503-1556) inició un periodo
de reconstrucción de la antigua iglesia gótica, contrató el maestro de llevar a
cabo los planos y trazas de la Iglesia y comenzó a ejecutar los pies de la
actual iglesia junto con sus correspondientes capillas y parte de la torre de
campanas y coro que albergan este tramo del templo y la capilla del Deán
en lo que quedó del antiguo claustro. Los maestros fueron Diego de Siloé y
Martín de Bolívar. En su testamento, se alude a una donación que se había
comprometido con la iglesia alcalaína residiendo en Ávila desde donde mandan
varios comisarios para resolver todos los pleitos de las cuentas. También,
celebró el tercer sínodo en 1542. En 1542 el abad Diego de Ávila
(1556-1577) continuó las obras bajo la dirección de la familia de los Bolívar y
en los años ochenta Ginés Martínez de Aranda. En su tiempo visitó la ciudad,
Andrés de Vandelvira, Alonso Barba y otros maestros que contribuyeron a planear
nuevas alternativas al cuerpo de la iglesia y, con certeza, llegó hasta la
portada de la fachada norte denominada del cancel, que lea costeó de sus
propios fondos. Se mantenían obras de la iglesia anterior en las capillas de
Nuestra Señora de la Antigua, patrocinio de los Narváez, y la de Santa Catalina,
donde se incrementó con una nueva imagen de Nuestra Señora con un niño que a lo
largo del siglo XVII se denominará con la advocación de las Mercedes. Este
periodo viene rubricado por el anagrama de la torre de campanas, donde se
muestra que intervino Lázaro de Velasco, cuya firma es notoria en el trasdós de
las escaleras que acceden al pretil de la techumbre, donde se indica la fecha
de 1577 entre una calavera.
Con el abad Andrés de
Bobadilla y de la Cerda (1577-15882) se inicia la segunda fase de la reconstrucción
del templo y fueron hechos significativos el reconocimiento de altar
privilegiado en la capilla Nuestra Señora de las Mercedes, se abrió una calle
la del Taller y se derrumbaron varias casas para poder entrar por la portada
del cancel. Con Maximiliano de Austria (1582-1596), se dio un gran impulso a
las obras del cuerpo de la iglesia, muros, arcos formeros, cornisa volada, la
portada meridional con su escudo y le enlace con el nuevo pórtico de modo que
se encontraba completo su cajón. Intervino el maestro mayor de
obras de la catedral de Granada Ambrosio de Vico que hizo las trazas y en los
años ochenta participaron Ginés Martínez de Arana y Pedro de Velasco. Con el
abad don Alonso de Mendoza (1598-1616) se cubre el cuerpo de la iglesia con las
trazas del maestro antequerano Francisco Gutiérrez, se derribó lo que quedaba
de la iglesia gótica, Miguel de Moral hizo la reja de la capilla mayor, y los
hermanos Raxis adornaron el cerramiento de la bóveda de medio cañón. Durante su
mandato, levantó la capilla del Ángel de la Guarda y se acrecentó el culto en
la capilla de Nuestra Señora de las Mercedes con un retablo de Ginés. En 1614,
una provisión real obligó al reparto de los 8.000 ducados entre las iglesias,
capellanes, beneficiados y Capilla Real para finalización de la Capilla Mayor y
chapitel Durante este tiempo la orfebrería, lámparas y custodia, los cuadros de
devoción proliferan por las donaciones, sobre todo en la capilla de las
Mercedes.
Con Galcerán Albanel
/1616-1620) intervino Ginés en la obra de la sacristía y algunos aspectos en la
conexión entre la iglesia nueva y vieja. Muerto Ginés, se prosiguió con los
planos de Vico en la parte del presbiterio, que asumió el abad alcalaíno Pedro
de Moya (1621-163q) con la intención de acabar definitivamente la iglesia mayor
abacial. Se remató la obra en varios maestros granadinos Mateo de Santa Cruz,
Juan de Caderas Riaño, Miguel Guerrero y el alcalaíno Juan de Fraguagua con las
trazas de Vico y reformas de Luís González, yerno de Ginés. Una nueva aportación
de dos mil ducados se añadía a los ochos mil anteriores sacados de los diezmos
eclesiales. Hasta el 30 de agosto de 1627, la obra del chapitel y de la capilla
mayor no se desarrollaron de una manera tranquila sino raro era el día que no
se intervenía en algún pleito con los maestros de la obra y la llegada de los
arquitectos Vico, fray Cristóbal de la Asunción y otros de Córdoba. En esta
fecha al menos pudo consagrase durante un calendario festivo de nueve días en
medio de actos religiosos y festejos, música, luminario y fuegos
artificiales. Se trajeron nada menos que los ornamentos religiosos de la
Capilla Real de Granada para la celebración eclesiástica de tiempos delos
Reyes. Los fuegos artificiales de un dragón y un águila
fueron el delirio de los fieles y predicó fraile Alonso de Santa María.
A partir de este momento resaltamos con unas notas simples
la aportación de los abades a la iglesia Mayor abacial. En tiempos de don
Álvaro de Toledo el arquitecto Juan de Aranda Salazar hizo el coro bajo de
piedra. En tiempos de fray Antonio de Sotomayor (1632-1642) ya era realidad el
nombre de la capilla de Nuestra Señora de las Mercedes y se intentó convertir
la abadía en colegiata. En tiempos de los abades Garci Gil Manrique y Fernando
de las Heras Manrique (1648 y 1650) se hizo nueva pila de agua bendita y los
arquitectos Juan de Aranda Salazar y Eufrasio López de Rojas remodelaron el
chapitel con la cruz de hierro, bolas y pirámide. Con el abad Alonso de San
Martin, se afectó la cubierta con un rayo, se trasladó la capilla bautismal al
pórtico sur, y fueron otras realizaciones el altar de san Fernando, la fiesta a
Santa Rosa, objetos de platería, un púlpito y una nueva campana Con Salgado y
Somoza (1659-1685) se adecentó la iglesia con nuevas campanas, sillería nueva,
gradas de jaspe en altar mayor, dosel, andas y lámpara para el Santísimo
Sacramento, Con Pedro de Toledo, se hicieron asientos para sala capitular, la
imagen de San Dionisio con motivo de un terremoto y el retablo del altar mayor,
obra de Manuel García de Álamo, Con Antonio Pimentel y Diego Castell de Ros de
Medrano hasta 1617, la iglesia se hace defensora del mantenimiento de la ciudad
fortificada y denunciaron el abandono de los edificios civiles por las
autoridades. Este último abad engrandeció el retablo con las imágenes
encargadas a Bernardo de Mora. Al final, cedió para imprecar la construcción de
un nuevo templo en el llano, lo que no se consiguió.
Los siguientes abades mantuvieron como un emblema la abadía y se bajaron
a la parte llana transformando la iglesia de San Juan en viceparroquia de
la iglesia mayor abacial Francisco de Borja y Centellas Ponce de León ,
Álvaro de Mendoza Caamaño y Sotomayor, el cardenal de la cerda, Esteban de
Mendoza Gatica, Palomino y Lerena y fray Manuel Trujillo demasiado consiguieron
con mantener el templo en pie hasta la llegada de los franceses y algunos
seguir con la propuesta de la conversión en colegiata.
Pero el jeque quería volver
a su pasado almohade, Y recita junto al pozo de la mazmorra.
Mi señor, ¿cuándo voy obtener
en la vida reposo
si no lo obtengo ahora
que en mi vida
apenas empieza
alborozar?
Los ojos de los
galanteadores
se van tras la belleza,
y mi vaso de vino
aún no se cansa de la
mano.
Las adversidades me
ignoraron
Permaneciendo lejos de
mí,
Y tú interpones ante mí
un muro
De gloria y prestigio.
¡Déjame, pues, que
renuncie!
¡Dispénsame de lo
que estimas bueno!
No hay fortuna en el visirato
para quien desea el
reposo;
solo hay fatigas y
críticas
de quienes no hacen más
que ladrar.
Mi vida íntima pide
socorro.
¡Déjala libre!
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