Seguían por el sitio en el que se econtraban cuatro tiendas de la
ciudad junto a la puerta de la plaza
y ahora quisiera que nos detuviéramos cerca de la puerta del Peso de la Harina. Aquí, se comprende perfectamente que esta
ciudad debió definirse por un fuetre carácter fronterizo, pues para
aquellos vecinos era fundamental el
control de la vida de unos personajes
que compartían el peligro de estar aasechados por los musulmanes del reino de
Granada con el gozo de contemplar la tierra de salvación, cuando sus familiares
escapaban de las mazmorras de la ciudad de la Alhambra tras años de cautiverio.
Desde aquí, no sólo se controlaba la defensa de la
ciudad, sino del término, e incluso del reino de Castilla. Y, el guía no quería exagerar cuando afirmaba que colaboraban, incluso, los
vecinos alcalaínos con la defensa de España, o los turcos o las armadas
extranejras invadían las ciudades de la costa granadina y malagueña. Quería que lo comprendieran.
- En el gabán
desaparecido, existía una torre que llamaban del Farol, que servía de guía al
resto de las torres que le circundaban,
transmitiendo sus señales de luz, por medio del fuego de hachones o espejos, a
su vez un primer círculo de torres controlaba la entrada de los caminos que se
cruzaban a su alrededor. Desde aquí, les puedo señalar las siguientes. La
Dehesilla controlaba el camino de Montefrío y se comunicaba con las torres que
controlaba el paso de los playeros, la Moraleja controlaba el camino de los
comerciantes de Granada; la del Cascante avisaba de los mercaderes que traían
la seda de Murcia y el trigo que se
compraba en las tierras de Lorca, Totana y Guadiix; la de la Boca de Charilla
se comunicaba con las de otros caminos de entrada al reino de Jaén a
través de Pedro Sánchez en Frailes; la del Hacho, era fundamental para avisar ,
en tiempos del Condestable, de la incursión de las tropas castellanas a las
disputas por la alcaldía de Alcalá, la
de la Nava controlaba el camino de Castillo de locubín y de Martos. Desde aquí
ya no podemos dar más vuelta con la
vista y, cerca de la puerta del Aire ,
completamos, a su paso, la descripción. Pero, si
podemos deciros, que estas se
comunicaban con otras intermedias, como la recien destruida de la Peña del Yeso
o Gibralquite, de Pineda, que
comunicaban con las de delimitación del
término de la abadía de Alcalá con el reino de Granada. Nos referimos a
las de Venta Quemada, Listán, camino de
Moclín, Sabia, Atalayas de Mures, y Pedro Sánchez, que no se
conservan o sólo quedan restos de su cimentación.
-Por ciero, todas ellas, -apunta el asesor- diseñadas en tiempos de los reyes
cristianos y en un estilo gótico , que
viene marcado por su tambor en forma de cilindro , con un pie inclinado y orlado por una guirnalda que protege el techo. En su
interior, una habitación para el alcaíde o vigía a la qie sube mediane una
escala de soga y peldaños de madera...
-Todas estas torres estaban gobernadas por un alcaide. Y los hubo valiente como los de la familia Sánchez de Arjona que lograron ahuyentar hasta un grueso de tropas nazaríes en tiempos de frontera. Y no fueron solo en esta época. Un Arjona llegó hasta América.
-Cuenta, cuenta...
-Hace unos días, me escribió un funcionario y me dio varios datos. Son muy largos y extensos. Los resumo. Se encuentran en el Archivo Provincial de Jaén. Fecha de 1623. Por esta fecha, se habían asentado muchos alcalaínos en tierras americanas. La sangría de vecinos de la ciudad dela Mota había sido muy intensa en el siglo XVI. Ahora su nueva patria americana comenzaba a darle frutos y rentas: unos lo habían conseguido como soldados y posteriormente recibieron tierras, donde se asentaron; otros lo hicieron como funcionarios reales o sacerdotes evangelizadores de los nuevos pueblos. La familia alcalaína de los Arjona vivía en el barrio de San Juan. Andrés, uno de ellos, solía arrendar la casa de la calle Rosario, propiedad de la cofradía de la Limpia Concepción que se hallaba instituida en la iglesia de San Juan. Sabemos, también, que algunos miembros suyos se asentaron en Bolivia, otros lo hicieron en tierras centro americanas. Entre estos últimos, Alonso de Arjona, hijo de un vecino del barrio o cuartel de San Juan. Su padre Francisco de Arjona le compró a la cofradía de la Limpia Concepción un censo que estaba cargado sobre una casa y fanega y media de tierra. En 1622, Alonso de Arjona se encontraba en Méjico y se dirigió al puerto de San Juan de la Luz. Atracó su barco en Veracruz, donde contactó con Marcos Blanquete, el capitán de un barco que volvía a las Españas. Le entregó un cajón, con un juego de cinco docenas de loza de la China , todas ellas repletas de oro, diamantes y metales preciosos. Su destinatario era su padre, Francisco de Arjona, vecino de Alcalá.
-Todas estas torres estaban gobernadas por un alcaide. Y los hubo valiente como los de la familia Sánchez de Arjona que lograron ahuyentar hasta un grueso de tropas nazaríes en tiempos de frontera. Y no fueron solo en esta época. Un Arjona llegó hasta América.
-Cuenta, cuenta...
-Hace unos días, me escribió un funcionario y me dio varios datos. Son muy largos y extensos. Los resumo. Se encuentran en el Archivo Provincial de Jaén. Fecha de 1623. Por esta fecha, se habían asentado muchos alcalaínos en tierras americanas. La sangría de vecinos de la ciudad de
-En el barco de Nuestra Señora de la Antigua , junto con otros que componían la flota del general Fernando de Sosa, el cajón recorrió las aguas del Océano durante el verano de 1622-interrumpió el asesor-. Era inconfundible, porque le colocaron dos señales la S y la C. Mas no acontecieron las cosas como Alonso quería. Pues el capitán Blanquete murió y se perdió la pista de aquel cajón, que quedó almacenado en la Casa de Contratación de las Indias.
-Unos meses después volvió Alonso de Arjona y llegó a tierras alcalaínas. Contactó con su padre, y este le refirió que se había perdido todo aquel tesoro. No hubo más remedio que hacer gestiones en Sevilla.Allí había vecinos de Alcalá que servían de intermediarios entre los indianos y los vecinos de las ciudades de España, para recoger misivas, cobrar testamentos y recibir suculentos tesoros, dineros y herencias.
-Este papel lo jugó hasta el propio escultor Juan Martínez Montañés.
-Este papel lo jugó hasta el propio escultor Juan Martínez Montañés.
-Pero, esta vez, Francisco de Arjona encomendó la tarea de recuperar este tesoro a fray Tomé de la Cruz , que moraba en el convento de Nuestra Señora de la Victoria de la ciudad hispalense. Debió surtir efecto sus dotes de embajador y procurador de indianos, porque unos meses después Francisco de Arjona ya se disponía a saldar cuentas con las deudas contraídas con el hermano mayor de la cofradía de la Limpia Concepción : estas consistían en la compra de un censo, que gravaba una casa y dos fanegas y media de tierra.Y no sólo, fue esta la única empresa que emprendió Francisco de Arjona sino que se hizo hermano mayor de la cofradía de las Ánimas del convento de San Francisco. Contrató con el pintor prieguense Pedro Cobo Blázquez un retablo dedicado a las Ánimas del Purgatorio, compuesto de varias imágenes, y realizó el cuadro a óleo y el dorado del marco. Pagó veinticuatro ducados y se comprometió a proporcionarle la madera.
-Me parece muy
intereesante la vida y la historia de esta faamilia, pujes es fruto de este periodo su aventurismo. Pero, ¿aconteció siempre de
esta manera?-preguntó el jeque.
- Es verdad que el concepto y la
vida de la frontera quedaron prácticamente desaparecidos en la localidad de
Alcalá la Real desde que los Reyes Católicos conquistaron el Reino de
Granada. Pero muchas reminiscencias, modos
de vivir, privilegios y consecuencias
sociales, económicas y geográficas se derivaron en los siglos posteriores. Aunque, con el paso del tiempo, cada vez la ciudad
se acomodaba a la vida administrativa y a los avatares históricos de nuestro país, muchos elementos anteriores
incidieron, se transformaron y se mantuvieron a lo largo de los siglos
posteriores. Incluso, todavía en el siglo XIX, se conservaron datos de que
aquel concepto fronterizo no se había olvidado en la tierra alcalaína.
-La propia fisonomía de la
geografía de la comarca alcalaína
continuamente presentaba un aspecto ideal para convertirse en frontera
en momentos importantes como fue la última guerra civil del año 1936-1939.
-No obstante, sírvanos de muestra
este acuerdo del cabildo del nueve de diciembre de 1605, cuando trató del
arreglo de las torres y murallas, con el fin que se le concediera la parte
correspondiente de las penas de Cámara, prorrogadas, - de nuevo el guía puso su nikta erudita-en varias ocasiones, por
la Corona a finales del siglo XVI y a principios del sigo XVII: “ Esta
ciudad, por ser frontera de Costa y Reino de Granada y tan cercana a la Mar y
una de las mayores que hay en los reinos y por lo que Sus Majestades y los
Señores Reyes, sus antecesores, han tenido
particular cuidado de mandar que las fortalezas, torres y murallas de
ella sean reedificadas y se reparen siempre, como conviene, y, para ello, han hecho merced a esta ciudad , siempre de las penas que
pertenecen a su Real Cámara, mediante la cual
su merced están las dichas
fortalezas y murallas más entendidas y reparadas que otras de otras ciudades, y ahora por
las muchas aguas y tempestades de los
años pasados y por haber faltado el continuo reparo, que se caían en abajo del Rastro Viejo, y, las que
confinan con la puerta Nueva, que también se ha desmantelado, y cada día será
mayor la ruina y ni más ni menos las murallas que están desasidas de la puerta
de la Plaza. Por todo lo cual se pide a Su Majestas prorrogar la merced de la penas de cámara que
se acomete a don Antonio López de Gamboa.
-Dicho
acuerdo, por lo tanto, es un
claro testimonio del nuevo sentido de la pervivencia del concepto de frontera.
Frente a un peligro inmediato de guerra, la ciudad se consideraba, ya en el siglo XVII, fronteriza de nueva
situación, pero dentro del mismo concepto. Se ha pasado del peligro cercano a
una franja más amplia, en la que se
comprendía con las torres de la Costa. Consideraba, pues, importante que su fortaleza era un bastión
necesario de mantener para defensa de ataques. Pues ahora se combinaban nuevos
factores relacionados con el apsecto económico, que dependía de la defensa de privilegios y exención de
imposiciones ganados con los reyes anteriores. De ahí que encargue la gestión
al alcaide y regidor Antonio López de Gamboa, que podía hacer una mejor defensa
ante la Corona. Hace unos días, me escribió un
funcionario y me dio varios datos.
Son muy largos y extensos. Los resumo.
Se encuentran en el Archivo Provincial de Jaén. Fecha de 1623.
Por esta
fecha, se habían asentado muchos
alcalaínos en tierras americanas. La
sangría de vecinos de la ciudad de la Mota había sido muy intensa en el siglo XVI. Ahora su nueva
patria americana comenzaba a darle frutos y rentas: unos lo habían
conseguido como soldados y
posteriormente recibieron tierras, donde se asentaron; otros lo hicieron como
funcionarios reales o sacerdotes evangelizadores de los nuevos pueblos. Los
Arjona eran una familia alcalaína, vivía en el barrio de San Juan. Andrés, uno
de ellos, solía arrendar la casa de la calle Rosario, propiedad de la cofradía
de la Limpia Concepción que se
hallaba instituida en la iglesia de San Juan. Sabemos, también, que algunos miembros de los Cabrera se
asentaron en Bolivia, otros lo hicieron
en tierras centro americanas. Entre estos últimos, Alonso de Arjona,
hijo de un vecino del barrio o cuartel
de San Juan. Su padre Francisco de Arjona le compró a la cofradía de la
Limpia Concepción un censo que estaba cargado sobre una casa y fanega y
media de tierra.
En 1622,
Alonso de Arjona se encontraba en Méjico y se dirigió al puerto de San Juan de la
Luz. Atracó su barco en Veracruz, donde
contactó con Marcos Blanquete, el capitán de un barco que volvía a las Españas.
Le entregó un cajón, con un juego de cinco docenas de loza de la China , todas ellas repletas
de oro, diamantes y metales preciosos. Su destinatario era su padre, Francisco
de Arjona, vecino de Alcalá.
En el barco de
Nuestra Señora de la Antigua ,
junto con otros que componían la flota del general Fernando de Sosa, el cajón
recorrió las aguas del Océano durante el verano de 1622. Era inconfundible,
porque le colocaron dos señales la S
y la C.
Mas no
acontecieron las cosas como Alonso
quería. Pues el capitán Blanquete murió y se perdió la pista de aquel
cajón, que quedó almacenado en la
Casa de Contratación de las Indias.
Unos meses
después volvió Alonso de Arjona y llegó a tierras alcalaínas. Contactó con su
padre, y este le refirió que se había perdido todo aquel tesoro. No hubo más
remedio que hacer gestiones en Sevilla.
Allí había
vecinos de Alcalá que servían de intermediarios entre los indianos y los
vecinos de las ciudades de España, para recoger misivas, cobrar testamentos y
recibir suculentos tesoros, dineros y herencias. Este papel lo jugó hasta el
propio escultor Juan Martínez Montañés.
Pero, esta
vez, Francisco de Arjona encomendó la tarea de recuperar este tesoro a fray
Tomé de la Cruz ,
que moraba en el convento de Nuestra Señora de la Victoria de la ciudad
hispalense. Debió surtir efecto sus dotes de embajador y procurador de
indianos, porque unos meses después
Francisco de Arjona ya se disponía a saldar cuentas con las deudas contraídas
con el hermano mayor de la cofradía de la Limpia Concepción : estas
consistían en la compra de un censo, que gravaba una casa y dos fanegas y media de tierra.
Y no sólo, fue
esta la única empresa que emprendió Francisco de Arjona sino que se hizo
hermano mayor de la cofradía de las
Ánimas del convento de San Francisco. Contrató con el pintor prieguense Pedro
Cobo Blázquez un retablo dedicado a las Ánimas del Purgatorio, compuesto de
varias imágenes, y realizó el cuadro a
óleo y el dorado del marco. Pagó veinticuatro ducados y se comprometió a
proporcionarle la madera.
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