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miércoles, 8 de abril de 2020

MIÉRCOLES DEL VIACRUCIS ENCLAUSTRADO DEL ARRABAL DE LA MOTA

viacrucis  de la mota enclaustrado 
HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD
Alcalá la Real -Jaén-

Se basa en el que se imprimió para el  Vía Crucis de la Mota, el Viernes de Dolores de 2016, con motivo del nuevo itinerario que llegó a la ermita  de San Blas y se celebró  través de la Fortaleza de la Mota.A.M.D.G.Edita: Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud de Alcalá la RealTextos de contexto: Francisco Martín RosaleS



INTRODUCCIÓN

El presente Vía Crucis se puede realizar en casa y se sugieren estos lugares, que podrá imaginar el lector  o los adoso en mi hogar, o cadauno puede ocurrísele en sus hogares. Se  realizó  partiendo del cambio de itinerario motivado por las nuevas obras  de San Blas y la Santísima Trinidad y , una vez completadas, se modificó en las primeras estaciones. Se ha hecho más patrimonial sin que desaparezca el  recogimiento y  donde se confunde el rezo con la piedra perenne que simula la tradición de una oración universal. El paraje ahora es más singular, y sigue siendo un homenaje a nuestros antepasados que dieron la vida por Cristo y le siguieron en los difíciles momentos del mundo de la frontera y de la pobreza. Se basa en textos elaborados y apropiados  para contextualizar cada una de las estaciones y  en el "Vía Crucis en Misericordia"  de Cuaresma  de 2016, editado por la Vicaría de Pastoral de la Diócesis de Jaén, que se recoge en su página web.
               Este  Vía Crucis en Misericordia está compuesto en cada estación por pensamientos del actual papa Francisco en torno al Año Jubilar de la Misericordia. Y las oraciones de cada una de ellas, son tomadas del cardenal Joseph Ratzinger (futuro Benedicto XVI) para el Vía Crucis del Coliseo de Roma en el año 2005.Las intenciones de cada estación van a ir siguiendo por las obras de misericordia tanto corporales como espirituales. Este Vía Crucis en Misericordia ha recogido el propósito de destino  para  los miembros de las cofradías penitenciales, pero lo hemos impreso  para todos,  que en tiempo de cuaresma se suele llevar a la práctica este modo de oración tan popular, y al mismo tiempo tan bíblico.
Por ser un  modelos más breve, y  pensado para ir  caminando por la calle, se ha cambiado el texto de años anteriores. .
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 EN EL COMPÁS DE SAN JUAN

Los caminos de la cruz, el Vía Crucis, son estaciones de amor, es un itinerario compasivo, repleto de escalas y peldaños que nos conducen a la Resurrección. Los caminos de la Mota, piedra desgastada en medio de leyendas y vida de frontera son vivencias de gente humilde que hicieron el camino.
El vía crucis y el pasado se entrelazan, mientras la piedra se perfuma con el incienso sublimado y una cadena humana se desgarra en oraciones de misereres, penitencias nazarenas y, también, de teas de amor. Sirvan estas palabras del papa Francisco,  referidas a la Cuaresma en este Miércoles Santo , y sacadas  De la Bula Misericordiae Vultus (nº 17) para el Año Jubilar de la Misericordia promulgada por el papa Francisco:
La Cuaresma  sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. ¡Cuántas páginas de la Sagrada Escritura pueden ser meditadas en las semanas de Cuaresma para redescubrir el rostro misericordioso del Padre! Con las palabras del profeta Miqueas también nosotros podemos repetir: Tú, oh Señor, eres un Dios que cancelas la iniquidad y perdonas el pecado, que no mantienes para siempre tu cólera, pues amas la misericordia. (cfr 7,18-19)”.



 I ESTACIÓNI Estación: Jesús condenado a muerte.
Lugar: Placeta de San Blas



Frente a los restos de la antigua ermita de San Blas,  Estamos en una encrucijada de caminos,  y junto al Santo de la gargantilla que cambió el mensaje del falso apóstol Judas en obras de misericordia. Cerca, las antiguas Escalerillas de Santo Domingo, escalones bruñidos de leyendas, callejón del ahorcado, del capitán traicionero, hálitos del alma rediviva. Hemos concurrido como otros harían ante el juicio de la Justicia Mayor. Como aquella caterva que te acompañaba, sin conocerte . pasando desapercibidos, nosotros nos vemos inmersos en el anonimato de las masas; y , en este lugar, absortos en el escorzo estético, no profundizamos en la tragedia que está desarrollándose. Es la primera  estación, Jesús ante Pilato.






II Estación: Jesús con la cruz a cuestas.
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Lugar: Antigua Cruz del Cristo de la Piedra
TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS,
PUES POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO Y A MÍ, PECADOR.


Aquí se acababa la calle de la Cruz de Piedra, testigo de un duelo de amor entre dos caballeros alcalaínos, que se vieron arrastrados por la pasión, y cayeron en la primera de cambio, no supieron resistir, porfiaron y sus espadas entablaron la pugna fratricida. Pero, ahí estabas tú, con tus brazos abiertos, que hiciste recapacitar en la lid medieval; los transformaste. Pasaron de fieros homicianos de frontera a portavoces de tu palabra y de tu cruzada de amor. Aquella cruz marcó este lugar, con sus brazos abiertos desprendía amor y fijaba en tierra su dolor. Y se incardinó en el alma popular. Asidero ante las calamidades humanas mostraba a Jesús cargando con el pecado del hombre. El primer descanso de la imagen de Jesús Nazareno, cuando subía a hacer la estación de las Trinitarias.

TERCERA  ESTACIÓN III Estación: Jesús cae bajo el peso de la cruz
Lugar : En el Arrabal Nuevo.
 

Aquí hubo viviendas, cuevas como las del pueblo hebreo, y, en la fría noche alcalaína, se nos muestran seres huidizos, evasivos, escondidos y mirándote entre las rendijas de los ventanales que nuestros antepasados horadaron en la piedra arenisca. Por encima, la Puerta de la Imagen se nos manifiesta imponente, un ciprés nos detiene ante esta tercera estación de Pasión. Te han vestido con nuevas ropas; sobre tu hombro, una cruz. Todo el poder, en tierra, humillado hasta no poder más. Todo un escenario majestuoso para un esfuerzo y una descarga de intenso amor. En este paraje, este templo externo, nos aporta la entrega de tantos cristianos por salvar a muchos hombres. Pasamos desapercibidos, pero, a lo mejor, el escenario se ha comido la escena.




 IV Estación: Jesús encuentra a su Madre.
Lugar: Junto al Pósito

Desde las ruinas del Pósito y actual Rincón de los Poetas, se podía ver la ciudad que crecía a las afueras de la Mota;  tras este lugar se encontraba el antiguo Hospital del Dulce Nombre de Jesús, que acogía a los pobres, enfermos y peregrinos en la Sala de la Virgen presidida por la Madre Coronada, de la Caridad o de los Desamparados; ante nuestra vista se extendía el barrio y la ermita de San Sebastián, uno de los patrones de Alcalá y el santo mártir. Símbolo para los cristianos en su militancia contra los que niegan a Cristo además de protector contra las epidemias y pestes, bello símbolo de nuestro tiempo, en el que seguimiento a Jesús nos convierte en la reencarnación del seguimiento de este santo.




V Estación: Simón ayuda a Jesús a llevar la cruz.
Lugar: Ruinas de Antiguo Huerto Moriana o Albaicín

Bajo esta muralla del Castillo, la primera entrada por la desparecida  puerta barbacana para acceso de la fortaleza de la Mota, entraban y salían muchos vecinos de la ciudad a trabajar la tierra, como aquel campesino Simón de Cirene, o como Santiago, el apóstol predilecto, un caminante que te seguía y te acompañó en el camino de la Cruz.

 VI Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.
Lugar: Plaza Baja


Aquí, en las  tiendas de la Plaza Baja , se descansaba tras el camino, o se renovaban las fuerzas para emprender nuevos itinerarios hacia nuevos lugares de evangelización, probablemente el rostro se desfiguraba, tras el cansancio, como el tuyo convertido en la imagen de Varón de Dolores, y que quedó fijado para la posteridad. como una imagen que tan sólo se acercaba en parte a tu sufrimiento, como decía Isaías.
VII Estación: Jesús cae por segunda vez.
Lugar: Junto a las puertas de la Alcazaba de la Mota

Es el lugar más alto de la ciudad de Alcalá la Real, de fondo está la triple arcada de pasos de culturas: primero musulmana y luego reconstruida por los cristianos, vigía de muchos que dieron su vida por extender su fe. Nos recuerda la segunda caída de Jesús, por los sufrimientos que debieron pasar tantas personas que regresaban de tierras enemigas s tras la dura caída en las cárceles y en los tormentos más crueles.

ViiI. OCTAVA ESTACIÓN. Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Lugar: En el pórtico de la iglesia de Santa María Mayor de la fortaleza de la Mota


Dice la lectura de su friso, que se encierra en el interior del arco carpanel, “HIC NISI ALIUD QUOD DOMUS DEI ET PORTA COELI”. Un templo dedicado a una mujer, a María, su madre; y un texto de lectura, “aquí no hay otra cosa que la casa de dios y la puerta del Cielo”, es decir lo que debieron percibir aquellas mujeres, cuando en el camino de la Cruz, tu les respondías con palabras de amor hacia ellas.

 octava estación 

IX ESTACIÓN IX Estación: Jesús cae por tercera vez
Lugar: En el claustro de la Iglesia Mayor, junto a la capilla del Deán

En este rincón, se reunía el cabildo eclesiástico, se enterraba a los fieles bajo su suelo y se hacía el recorrido de las procesiones claustrales. Este claustro resonó con canciones, salmos y misereres del amor de Cristo por los demás; aquí, el reino de Dios se presentaba a los fieles, y Jesucristo en su tercera caída soportó todo por nosotros, fue el agnus dei qui tollit pecata mundi (el cordero de Dios que quita el pecado del mundo):





x estaciónX Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Lugar: Puerta de la Imagen de Nuestra Señora

La imagen del Cristo de la Salud ha llegado a uno de los puntos más emblemáticos de Alcalá, esta monumental puerta, en cuya pared interior se adosaba una imagen de Nuestra Señora, con la que marcaba en otros tiempos la identidad cristiana de la fortaleza y el nombre de este rincón, puerta tan austera como el despojo que sufriste en los últimos momentos; la mayor injusticia en este lugar que también se denominó de la Justicia








XI ESTACIÓN
XI Estación: Jesús es clavado e izado en la cruz.
Lugar: Puerta de las Lanzas

Esta puerta de las Lanzas, reconstruida a mediados del siglo XVI, se levanta junto al barrio comercial de entrada a la fortaleza de la Mota, lugar de tránsito, testigo de tratos, e infidelidades; su nombre recuerda justas anteriores. Pero , también la lanza como la caña se levanta erguida y no la mueve ni el viento, el testimonio del camino de la Cruz se ha plasmado en realidad. Tú, Señor, te has convertido en símbolo para la historia de la humanidad.






XII ESTACIÓN XII Estación: Jesús muere en la cruz.
Lugar: Espaldas del antiguo convento de las RR.MM. Trinitarias

“Existió en este lugar una cruz. Una antigua trinitaria debió prefigurarla; es la duodécima”.
Y, aquí decíamos “La ciudad se nos extiende a nuestro alrededor. Desde lo alto , la humanidad de esta colmena humana se nos presenta a la vista. En el madero, sabes perfectamente lo que has hecho y por qué has llegado al final. Siguen mofándote de ti como un crucificado más. No te comprenden. Tu lenguaje es distinto al de los demás. Los demás entienden sólo con palabras. Para ti lo más importante es la cruz, desnuda, sencilla, sin que nadie se compadezca de ti. Tu muerte abandonado por todos, me pregunto ¿no te habremos abandonado también nosotros?”



XIII ESTACIÓN XIII Estación: Jesús en brazos de su Madre.
Lugar: Escalerillas de la calle La Zubia o actual Romancero


UNDÉCIMA ESTACIÓN
Este  antiguo convento de las RRMM Trinitarias, construido a mediados del siglo XVI,  fue un lugar de oración, de personas dedicadas a la vida contemplativa y a rezar a Dios por todos nosotros y por las necesidades del mundo a Dios. Junto al huerto del antiguo monasterio, las tres Marías te acogen y son acogidas por Cristo. Tres mujeres y el discípulo amado en el trance final, en la agonía de la expiración. Y la imagen, envuelta en una oración trinitaria, alienta el seguimiento de este caminante.


Lugar: Convento restaurado de Nuestra Señora de los Remedios( Monjas Altas)
Jesús es bajado de la cruz



XIV Estación: Jesús es sepultado.
Lugar: Fachada de los pies de la Iglesia de San Juan

Cruz final , junto al sepulcro, el templo de San Juan. Y el Cristo se muestra distinto. Insisto tozudamente, Cristo de la Salud. Como una palanca, este apelativo de su advocación hace rodar la piedra que guardaba su sepultura…Días después, Cristo del camino de la Salvación, el de la Salud en el arrabal del amor…el de los silencios anteriormente bordados de reflexión. Ahora comprendo por qué murió por nosotros, por amor.






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