LA COFRADÍA EN EL
SIGLO XIX
A principios de siglo, por mayo de 1800 se inauguró el año cofrade con la procesión
que portó las imágenes de la Virgen de la Cabeza y San Marcos desde la iglesia
de Santo Domingo de Silos a la ermita de san Marcos, tras las obras de
restauración.
En pasados
años, conseguimos de un anticuario un libro titulado “a la Virgen de la
cabeza”, gracias a la labor de Antonio Aguilera, amante e investigador de la
cofradía e historia de la devoción de la Virgen de la Cabeza, y a las nuevas tecnologías, pudimos identificar
su autor con Francisco Gimena Reche (dando por desechada la autoria atribuida
anteriormente de Francisco Giménez Rechite) y la fecha de edición de la obra en
1857. En concreto, este era el título completo del libro. “Francisco Gimena Reche:
«Compendio panegírico historial de
la aparición de la imagen de María Santísima de la Cabeza, corregida y
aumentada nuevamente siguiendo el texto del que escribió en 1677D. Manuel
Salcedo Olid». Imprenta de D. José Merinas. Año 1857.
284 páginas.
Forma
parte este escritor de una serie de personas que, a lo largo de la segunda
parte del siglo XIX, en palabras de
Andrés Borrego Toledano “ se trata de una centuria en la que cuanto se publicó
sobre la imagen, el Santuario, la devoción y la Romería misma tienen un marcado
carácter divulgativo y dedican la mayor parte
de los esfuerzos a recopilar las obras clásicas de los siglos XVII y
XVIII, usando lugares comunes, a excepción de la obra del canónigo Manuel Muñoz
garnica, que hará de forma breve, un esfuerzo por desbrozar las falsas
leyendas.-(…) no es este uno de los siglos que lleven como sello el de haber difundido
la devoción de la Virgen de la Cabeza, si bien en la segunda ,mitad del
siglo se aprecia un ávido interés por la
difusión que florecerá en las
diversas publicaciones , que, aunque
exentas de novedad en lo que se refiere a la investigación histórica , sin
embargo sirvieron para mantener vivo el interés en su devoción en el entorno de
la provincia de Jaén intentando por diversos medios que aumentara el número de
cofradías asistentes a la Romería, que había descendido de forma notable a
finales del siglo XVIII tras la supresión que se hace en tiempos de Carlos
III”. En este siglo la fiesta de la Romería había sufrido un gran varapalo., en
palabras de Andrés Borrego [1].,
Es
curioso que las medidas desamortizadoras debieron afectar a la cofradía de
Alcalá la Real: por un lado, perdió prácticamente todos los bienes que quedaron
reducidos a aportaciones de los fieles, ya que sus fincas fueron objeto de
adquisición por manos particulares o se quedaron como fondos de la Casa de
Misericordia. Además, la ausencia del
culto en el santuario y el traslado de la Virgen al convento de San Francisco
de Andujar debieron afectar mucho a la vida de la cofradía, así como la
peligrosidad del camino desde Andujar hasta el santuario debió ser muy
peligroso “ por la escasas seguridad
que ofrecía del camino y del recinto , debido a los asaltos y altercados
que propiciaban las muchas partidas carlistas que atravesaban Sierra Morena, Por
eso, en la primera mitad del siglo XIXC, decayó mucho las limosnas de los
fieles y el santuario solía quedar prácticamente sin la luminosidad que tenía
antes debido a las pocas aportaciones de velas. Decía Gimena que, en la década
de la cuarenta había `pocas las lámparas de plata en el altar mayor comparadas
con las muchas que existían anteriormente.
Pero, en 1844
la imagen de la Morenita volvió al santuario, en 1845 se sustituyó l Milicia Nacional por el Cuerpo de la
Guardia Civil, que protegió aquellos pagos serranos, y ,
tras el concordato de 1851, cuando volvió a renacer el culto en el Santuario, la
cofradía de Alcalá la Real era una de
las once cofradías que asistían al santuario junto con las de Andujar, Colomera
con Santa Fe, conjuntamente, Rute, Martos, Alcalá la real, Montoro, Bailén,
Arjonilla, Puertollano y Jaén ocupan el
puesto 22. También la ciudad de Alcalá la Real
debió asistir a un decaimiento de las manifestaciones públicas de
carácter religioso que contagiaron de cierta frialdad a la realidad social y de
algo desánimo en el pueblo “mas llevados por los signos secularizantes de los
tiempos que por la falta de devoción”. No obstante, Gimena Reche alaba la cofradía de
Alcalá la Real en un contexto de penuria de recursos del santuario, porque no
pueden pagarse a los capellanes para mantener el culto, tal como se lamentaba
el rector del santuario don Francisco Rojo Palomino.
““Las más traen capellán, y la de Alcalá la Real se distingue porque, a pesar de la
distancia de quince leguas, presenta
todos los años más de cien personas. Y el digno Sacerdote que les acompaña,
diariamente les dice Misa y exhorta a que guarden el respeto debido a la
religiosa romería, si han de obtener las mercedes de María Santísima. Esta
corporación no omite ni medio, ni gasto para enaltecer las glorias de la
Virgen. Ha construido al pie del Santuario una casa para hospedarse, cuyo
importe pasará de ocho mil reales. En su pueblo tienen un templo dedicado a
Nuestra Señora, y celebra, todos los años, las fiestas solemnísimas en los días
de Pascua de Navidad y de Pentecostés, sin otras varias que promueve la piedad
cristiana-. Loor eterno a todos los devotos de María”.
En 1857, tan sólo acudían 11, que eran de la de Andujar, Colomera , Rute con Sana Fe que iban unidas
y Martos
ocupando Alcalá la Real el
puesto quinto; y seguida de Montoro ,
Bailén, Arjonilla, , Puertollano y Jaén.
En este tiempo la cofradía alcalaína
se regía por las órdenes de la de Andujar que le asignaba el puesto y entraba
en la ciudad por el puente del Guadalquivir el viernes por la tarde anterior al
último domingo de Abril. El sábado por la mañana era de esta manera, según
Gimena. “El sábado por la mañana salen
para el Santuario por la puerta de la Sierra con suma ostentación y alegría, en
medio de un numeroso pueblo entusiasta por las glorias y alabanzas de su
adorada Patrona”.
Suele acudirse
y hacer las Vísperas, hay música y bailes en las casas, o se colocan tiendas en
muchas casas. El domingo, regresaban por Andujar de manera triunfal y al pueblo
llegaban el lunes.
En 1870, se
hicieron Constituciones de la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza.
En 1876,
tenemos constancia de que ya existía casa de la hermandad, y, según Antonio Aguilera Carrillo, “ parece que debió ser por estas fechas cuando
se construye la casa-cofradía 8 aunque no sabemos si la casa estaba ya
construida y la escriturización de la misma fue posterior). Lo cierto es que
José María Cano y castilla, un vecino de Alcalá la Real hizo escritura en Andujar en 1879, y cita la fecha anterior
como toma de posesión[2]. Un
año después, en 1880 adquirieron un
solar contiguo a la casa de la cofradía,
probablemente para desahogo y alojamiento de las caballerías[3].
Según la sección
semanal Crónica Local Voz de
Alcalá la Real, de 11 de mayo de 1879, tenemos una descripción perfecta de los
diversos actos de la romería, reflejo de
lo que sería desde mediados de siglo “
“Grande era la afluencia de gente que , a la
salida de esta Ciudad, por la carretera de Alcaudete, se notaba en la tarde del
29 del pasado mes. Multitud de personas formando grupos más o menos numerosos circulaban por ella o se hallaban sentadas en sus
márgenes disfrutando unas de la no muy agradable brisa de la tarde, mientras
que otras, más previsoras o más afortunadas, gastaban las viandas y licores que
habían preparado con tal objeto ¿ qué causa motivaba aquella concurrencia, que
más que de otra cosa ofrecía el carácter de romería popular? Era que la
Hermandad de la Virgen de la Cabeza, los expedicionarios a Sierra Morena, la
gente del cerro-como el pueblo los llama-volvía del Santuario de su venerada patrona, después de haber
asistido , en compañía de las
hermandades de Jaén , Colomera y
Andujar, a la función religiosa que anualmente y en el ultimo Domingo de Abril
tiene lugar en aquel templo”
Vedlos: ya llegan, precedidas de una estrepitosa algazara que los
mismos romeros se encargan de aumentar, repartiendo infinidad de pitos entre la turba de
muchachos que les espera anhelante en el camino, ante la perspectiva del
regalo: por su parte los chicos agradecen el obsequio, y pitando con toda la
fuerza de sus pulmones, forman, en apiñado pelotón, la vanguardia de la
comitiva. Las banderas de la Hermandad, desplegadas al viento, aparecen
después, y en pos de ellas, y ostentando sobre sus pechos la tradicional banda
de terciopelo carmesí galoneado de plata, marchan los individuos que componen
la Cofradía prestando mayor animación a aquel cuadro, los acordes de la música
que les acompaña y los cohetes que de vez en cuando disparan.
Así atraviesan algunas de las principales calles de nuestra
Ciudad; y como sería punto menos que imposible de referir aquí las chistosas
ocurrencias, las agudezas y las bromas con que los touristas son recibidos por
la mayor parte de la gente que les espera, concluiré este punto manifestando para satisfacción de todos, que por ningunade aquellas frases, llenas de vivacidad y gracia sobrevivo el más pequeño disgusto que turbara la alegría y la expansión propias de esta clase de fiestas”[4]. En la fiesta del segundo de mayo de este año tuvo lugar la fiesta local de la Virgen de la Cabeza. Concurrió mucha gente, hubo misa matutina y procesión por la tarde. Todo transcurría con la mayor bonanza de aquella tarde tranquila, cuando, al terminar la procesión, se escucharon varias voces diciendo que habían matado a una persona. Los guardias de orden se pusieron en la pesquisa del asesino y encontraron a un hombre con una navaja ensangrentada. Según recogía Domingo Murcia[5]:.
¿por qué aquel desastre? No se sabe en este momento. Sólo que cerca de la tienda de campaña, que se colocaba para la fiesta en la explanada, tuvo lugar una breve y silenciosa pelea, que notaron pocas personas. El resultado, ya está dicho: algo lamentable y triste. Todos se retiraron impresionados…Las madres, estrechando a sus pequeñuelos fuertemente, para enviarle recordar desagradable suceso. Los demás, enojados, enfurecidos, por haber roto la paz y el sosiego de esta fiesta tan popular.
No obstante, María Pilar Contreras recoge una costumbre de finales de siglo, en torno a 1881, cuando escribe la marcha hacia el cerro: “ Esta fiesta de la Virgen de la Cabeza se ha venido siempre celebrando el último domingo de abril, y dos domingos antes se anunciaba saliendo la cofradía con sus cetros y banderas, y acompañada de una de de las bandas de música de la población, que turnaban para esta fiesta, y después de oír misa en la Capilla de la Virgen, iban por calles y plazas, por la mañana y tarde, haciendo lo que se llamaba la publicación de las banderas al son de la música, y parándose en algún altozano, donde los portadores de las banderas hacían alarde de sus puños haciendo les revolotear”[6]. Pero, remodelando el texto del Noticiario Alcalaíno recogió otra triste noticia de la fiesta local por las célebres tormentas que se producían en el mes de mayo:
“La gente del Cerro regresó de Sierra Morena. Los muchachos esperaban en el puente Castillo. Otra vez los pitos y las pitadas, el alboroto, los cohetes, la música. Nada nuevo que narrar en este acontecimiento. Las banderas de la cofradía, desplegadas al viento, con sus vistosos colores y sus escudos bordados, encabezaban la marcha de los romeros. Detrás de esta dos hileras, los expedicionarios y los cofrades, con su banda de terciopelo carmesí. Ruido, pisotones, contiendas verbales, vino…la fiesta de san Marcos, de aquel mismo año, también, se iba a enturbiar. (…) La programación de aquel día fue la habitual: misa, cohetes, música, banderas, porrazos. Sin importancia, afortunadamente. Pero terminada la función, el cielo, que había estado despejado y brillante, empezó a cubrirse de nubes negras, que avanzaron rápidamente desde la Mota y las cruces. El estallido fragoroso de un trueno y la luz sulfurosa de un rayo, alertaron del inicio de una fuerte tormenta. Se cerró la tarde., Todo se quedó a oscuras. Noche terrible para los labradores, que perdieron según se cuenta., la mitad de su cosecha. El agua y el pedrisco produjeron estragos. Pero si la pérdida fue importante en el campo, no fue menos en el casco urbano. Varias chispas caídas en los postes del telégrafo trasmitieron la descarga eléctrica a la oficina administradora de este servicio, ocasionando un estruendo en la máquina telegráfica. La señora y la hija del señor Rey, encargado de telégrafos, se vieron obligados a salir de su casa y refugiarse en la vecindad. Don José Salazar , que pasaba por la puerta del palacio abacial, sufrió una fuerte sacudida, tras la vuelta o retorno de la descarga. Cayó de bruces en el portal del edificio, aunque no hubo que lamentar ninguna desgracia”.
En 1893, siendo hermano mayor José Sánchez Rodríguez, y depositario se editó una bella litogtafía con fondo en el Cauchil, camino dela Virgen de la Cabeza.
[1] BORREGO TOLEDANO, Boletín de Estudios Giennenses Julio-Diciembre 2010, Andrés, Obras divulgativas de la devoción de la Virgen de la Cabeza en la segunda mitad del siglo XIX. Págs. 11-24
[2] REGISTRO DE LA PROPIEDAD DE ANDUJAR. Folio 105 del libro mencionado
[3] Dice exactamente el documento notarial “ Pedazo de terreno contiguo a la casa de la Cofradía de Alcalá la Real, en el Cerro de la Cabeza, Dehesa del mismo nombre del término de esta ciudad de Andujar, con la extensión superficial de catorce varas de longitud por cuatro de latitud que hacen cuarenta y seis metros cuadrados, linda por la derecha o izquierda con terreno de la Dehesa propia del Señor Marqués del Cerro y `por la espalda con la casa de la Cofradía de Alcalá la Real. Inscrito en el folio 152, del libro 76 de Andujar, finca nº 3.613, inscripción primera a nombre de la Cofradía y hermanos de Nuestra Señora de la Cabeza establecida en la ciudad de Alcalá la Real, quienes la adquirieron por compra del Excmo. Sr. D. José Carlos Velluti y Tavira, Marqués de Falces, de Torreblanca y del cerro de la Cabeza, según escritura otorgada en esta ciudad el día ocho de abril de mil ochocientos ochenta, ante el notario don Guillermo Plaza e Ibáñez”.
[4] LA VOZ DE ALCALÁ LA REAL. Crónica Local. Número 7 . Alcalá la Real, 11 de mayo de 1879.
[5] MURCIA ROSALES, Domingo Sucesos en torno a la Romería de la Virgen de la Cabeza. PVC.1998. se recoge y revive la crónica del Noticiario de Abril y mayo de 1981.
[6] DELGADO CASTILLA, A. Narraciones Folclóricas: Romería de la Virgen de la Cabeza” número extraordinario de el Guadalquivir, Andujar, 21, de abril de 1928.
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