NOTAS HISTÓRICAS DE SANTA ANA
NOTA PRIMERA. LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA SANTA ANA
EN LAS DOMINICAS
Hemos comentado en artículos
anteriores la devoción de Santa Ana en otros templos de Alcalá la Real. En
concreto, en las capillas de los conventos de la iglesia de Consolación y de
Nuestra Señora del Rosario, Creíamos que se agotaban estas capillas, junto con
las hornacinas de la Puerta de Alcalá y de la calle Real. Pues, con motivo de
la declaración individual de bienes de los vecinos de Alcalá la Real en el
Libro del Catastro de la Ensenada, aparece el hidalgo don Diego de Hinojosa y Barona
relacionado con la devoción a Nuestra Señora la Abuela en un nuevo templo
alcalaíno, Era el vecino 558, regidor perpetuo, casado, y con una familia
compuesta de su esposa, dos hermanas, una sobrina, una criada y un sirviente.
Vivía en su casa de la calle Fuente Nueva, que se estructuraba en varios
cuerpos: uno primero que abarcaba un cuarto bajo que hacía de despacho,
caballeriza, portal y cocina; un corral; dos cuartos segundos; y dos cámaras, y
pajar; quince varas de frente por nueve de ancho. Se localizaba la casa lindera
con casas de don José Ruiz Castellano, por lo alto, y, por lo bajo don
Cristóbal Bolivar (vecino número 264). Por sus declaraciones, esta casa estaba
gravada con dos censos de 8.800 reales a mitad: uno a favor del presbítero don
Antonio de Torres; y otro a favor del convento trinitario.
Poseía otra casa de la
calle los Caños, compuesta por cuarto, portal, corral caballeriza, bodega con
seis vasos, dos cámaras, dos cocinas, cuartos segundos, corral y pajar, cuyas
dimensiones era de trece varas de frente por siete de ancho; era lindera con casas
de doña María Calicarte, mujer de Fernando de Amor, vecino de las Alpujarras por
la parte alta, y, por la baja María Peñalver (143). Aporta el dato económico de
que estaba gravada con un censo de 1.300 reales a favor del convento
dominico del Rosario.
Además, este señor declaraba
que poseía 20 fanegas de sembradura en Las Caserías, linderas con don Alfonso
de Aranda (Este y Norte), don Antonio González (Oeste) y don Fernando de Carvajal
(Sur); eran tierras de tercera calidad, gravada con una memoria de seis misas. En
el entorno del partido del campo de Santa Ana, disponía de cuatro fanegas en el
Valle Bajo y Fuente de la Lancha regadas por el nacimiento de la Fuente del
Rey. Linderas con tierras de don Alonso Rico, y de don Fernando Montijano, el camino
que se dirigía a Guadix y la acequia de la Lancha.
Poseía una casa de campo en
el Rosalejo, a media legua, compuesta de un cuerpo, y rodeada de once fanegas
de viña de segunda calidad y nueve celemines de sembradura de tercera calidad.
Linderas con tierras de don Antonio García de Contreras, don Gaspar
de Jerez, don José Ramírez y tierras de propios concejiles. Por aquel tiempo,
esta zona era muy vitivinícola, y disponía de un lagar. Y, de ahí se desprendía
un dato muy interesante para la devoción santanera, ya que estaba gravada con
una memoria de tres misas en el convento dominico de la Encarnación.
No acababan estas tierras
con las anteriores declaraciones, sino que declaraba una hacienda propia de un
rentista muy hacendado de Alcalá la Real. Había minifundios como media fanega
de alameda, cuatro fanegas de viña y seis celemines en Rosalejo y en el Tablero
de segunda calidad y seis celemines de sembradura, linderas con viñas del
convento dominico del Rosario, de don Francisco Piqueras, don Francisco Pertusa,
y del arroyo del Rosalejo.
Se puede conocer el origen y
morfología de cortijos que se han mantenido hasta la actualidad. Pues poseía una casa
de campo, en el Tablero, a media legua, compuesta de dos cuerpos, con portal.
cocina, cuarto y cámaras, que tenía agregadas varias piezas: una de 40 fanegas,
compuesta de un haza de 16 fanegas de seis hazas de tercera y cuarta
calidad y llegaban hasta el mismo cortijo; linderas con el camino que se dirigía
al Palancares, con el cortijo de Juanil, con el del prieguense don Nicolás de
Tiendas y tierras de Pedro García. Otras 16 fanegas en el mismo sitio,
con doce encinas, algunas inútiles, de tercera calidad, linderas con tierras
del presbítero don José Cubero, convento trinitario, y don José González de Lara; otras nueve fanegas con 9 encinas de tercera
calidad, linderas con camino del Palancares, cortijo del Juanil, don
Antonio González, y Pedro García; y otras 16 fanegas en el mismo sitio, con 3
encinas, linderas con tierras del camino del Palancares, cortijo del Juanil, y
don José de Estrada y don Nicolás de la Tienda. Otras diez fanegas en el mismo
sitio, con una encina, linderas con camino del Palancares, tierras de don
Fausto de Moya, y el vecino de Anguiano don Francisco García de Rueda, de
tercera calidad. Se le agregaban ocho
fanegas en el cortijo de la Merced, con seis encinas, linderas con don Pedro
Garrido, José Gallardo, don José de Estrada, y don Fausto de Moya, de tercera
calidad; otras 20 fanegas en el mismo sitio de tercera calidad, con seis
encinas, linderas con tierras de Pedro Garrido, camino del Palancares,
Francisco García Rueda y Juan García Charneco, vecino de Salar.
Lo curioso de estas tierras
del Tablero es su relación con la devoción de Santa Ana. Pues estaban
vinculadas con una memoria anual de decir seis misas en el convento
dominico de Nuestra Señora de la Encarnación y la pensión anual de sesenta
reales de vellón para adorno de la capilla de Nuestra Señor Santa Ana del dicho
convento.
NOTA SEGUNDA. LA CASA DE LA IMAGEN DE SANTA ANA
En la misma declaración del
Catastro, aparece María Jiménez,(se recogía con el número de vecino 1829);era viuda de 28 años, y con dos hijos
menores (uno de ellos llamado Francisco).Y declaraba un dato fundamental: estaba
de arrendamiento en una casa de la imagen de Nuestra Señora Santa Ana que
le ganaba 41 reales todos los años de modo que
describía su ubicación con estas palabras ”lindera con la iglesia
de la imagen y con la esquina, de siete varas de largo y cuatro de
fondo, compuesta de cocina, cámara y portal”. Para su mantenimiento disponía
de una vaca, dos puercos, seis lechones y cuatro cerdos. y una jumenta. En
aquel tiempo, la mujer, y más la rural, solía ser analfabeta y no sabía firmar
de modo que firmó el escribano de octubre de 1751.
III. UN
HERMANO EN TIEMPOS SIN ACTAS.
En su testamento, se
declaraba como hermano de la cofradía de Santa Ana, Gaspar Cano, ante el escribano
Alonso Ordóñez en 8 de mayo de 1590. Solía ser vecino del casco urbano de
Alcalá la Real, por eso, Gaspar rogaba ser sepultado en la iglesia de Santo
Domingo de Silos, y ser acompañado de cera y estandarte de las cofradías era cofrade,
Santa Ana, Limpia Concepción, y Santísimo Sacramento. Y, por este tiempo, rogaba que se le dijera
una misa en la capilla de Nuestra Señora (comenzaba a denominarse de las
Mercedes, la de la Antigua) donde se ganaba el Jubileo.
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