"la historia local contribuye a fundamentar la base del conocimiento global de los pueblos desde el estudio de los acontecimientos de las ciudades"
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lunes, 15 de julio de 2019
EL NIÑO DEL PASMO.Un relato del siglo XVI.PARA LEER EN VERANO.
También, se presentaba como si fuera víctima del tétanos y se confundió con la rigidez ocasionada por esta enfermedad, que podría haber provenido de hierro del cuchillo de aquella pelea, oxidado y con mohín. Lo que si estaba clara que Alonso estaba más rígido que una tabla y, de vez en cuando, efectuaba convulsiones involuntarias de los músculos. Se había quedado pasmado.Los padres estaban hartos de acudir al galeno de la Plaza Baja y repetirle que el pasmus o el spasmos, como decían griegos y latinos, era una parálisis provocada por un enfriamiento tras sufrir una paliza que le calentó huesos y el cielo de la boca. Y, en parte llevaban toda la razón. Pues su hijo había sufrido unos golpes tan fuertes del hijo de Juan Alonso que los habían dejado pasmado. Aun más, cada día se agravaba el estado enfermo del niño, que estaban al punto del ultimo trance de la vida.
Quedaba encerrado en la segunda planta de la cárcel real y no contemplaba, a lo largo del día, mas paisaje que él que veía por las abocinadas ventanas, un poco del barrio del Calvario, los aledaños de la torre de la Dehesilla y el encinar que rondaba los caminos de Priego. Se divertía, cuando le bajaban a través del óculo de la cúpula mudéjar la comida colgada en un caldero. Le dirigía improperios y burlas al carcelero porque simulaba la bajada de la cuerda y de pronto la volvía a tensar y subir para que no la alcanzara. Las palmas de las manos daban un forzado aplauso o se cruzaban al aire.
-Voy al grano.
-Declaramos y Confesamos
que el vecino de esta ciudad Alonso, hijo de Juan de Alcalá, no tiene culpa ni
tuvo culpa alguna de la enfermedad que de presente tiene e padece, el dicho
Alonso, hijo de Juan Martínez ni le dio golpes ni hizo ningún mal tratamiento
poco, ni mucho para que se diga que pueda padecer, que fuese para después
sobrevenirle la dicha enfermedad. Le entrega el escribano
el escrito de las declaraciones, el juez hace lo mismo con el fallo judicial de
la libertad del hijo de Juan de Alcalá. Por otra parte, desea que se
restablezca totalmente el otro Alonso, hijo de Juan Martínez. Entretanto, el alguacil se dice interiormente " me siento totalmente pasmado”.
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