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viernes, 14 de febrero de 2014

en San Valentín, la contemporaneidad de Catulo, el poeta del amor.

LA CONTEMPORANEIDAD DE  CATULO, POETA DEL AMOR”.
             Si  hay un poeta en el mundo clásico que refleja, por excelencia,  el canto del amor este es Gayo Valerio Catulo que vivió en  los últimos años del siglo I antes de Cristo. Sus poemas, “Cármina”, es un itinerario amoroso de un poeta espontáneo y desenfadado, que nos descubre líricamente todos los recovecos del  alma de un apasionado amante atraído por una mujer libertaria del  mundo romano. De sus versos, saltan desde los más profundos  sentimientos de intenso amor a  movimientos de odios viscerales pasando por cantos banales  a los caprichos de su amada.
De su  famoso poema nos hemos atrevido a esta traducción libre que respira el apogeo amoroso:
Vivamos,   Lesbia mía, et amémonos
Y un céntimo, nada más,  nos importen
 De   los trasnochados sus palabras banales:
  la luz pura del sol, un día,   muere,
y, con fulgor, día después,   renace.
Si la llama declina brevemente,
Durmamos, pues, una eterna noche,
Mil  besos, pronta, ven a darme,
Mil besos, luego, ven a doblarme,
Mil besos más, cien mil hasta saciarme
Luego, otros cien mil, un millón  más
Hasta hacer la cifra interminable.
 Que sea  cadena de  ósculos infinita
 Sin correcta cuenta, y al libre socaire,
Envidia del cornudo que nos acecha,
En tanto nuestras bocas se eternizan.
 
Hasta las vacilaciones y dudas que le conlleva el amor de Lesbia, su sentimiento  del amante herido, reflejado en el poema 85, los versos más cortos y más intensos de la lírica amorosa, alargados por la versión poética :
            Te odio y te amo,  cara pura  de Jano
¿acaso real, o, en  verdad,  posible?
  pregunta para ti desconcertante,
 entraña rota en la cruel tortura
de sentimientos duales de un amante.   
            Pasando por  estos versos  que,  al estar hastiado de la vida  política del siglo I antes de Cristo, exclama:


            ¿Que te pasa, Catulo,  que Caronte
Te espera, en la laguna, a embarcarte?
Si ya  Nonio tu enemigo escrofuloso
Se sienta sobre la silla justiciera,
 E impaciente Vatinio  profiriera
  un pronto  y de seguro consulado
  ¿Qué te pasa, Catulo, que Caronte
   Te espera con la barca en la ribera
           Y te  tardas soñando en quimeras?.  


            A lo largo de sus poemas, Catulo se resiste a descubrir el nombre de  su amada para revestirla con la sacralidad del mundo clásico  y llamarla Lesbia Delia ( la de la isla  de Lesbos, la poetisa del  amor)como hacen muchos poetas que se evaden, por medio del anonimato, de la carnalidad de su amor presente. Los versos de Catulo se reencarnan en muchos poetas posmodernos que  cantan el amor en medio del ambiente desaliñado de los lugares bohemios e, incluso, alternativos a la sociedad convencional.   Su escenario es trastiberino, lejos del ágora o del foro romano, sus versos resuman  la alcoba de los cubícula de las  domus romanas. Tan sólo, se congracia con la poesía amorosa griega en los poemas largos como  el de Himeneo, las  bodas de Tetis y Peleo. Pero, en sus versos  se huele la atmósfera regada tras una lluvia fina o, se barrunta una tormenta con olor a pólvora mojada. A pesar  del rechazo, en los momentos finales de su discurso amoroso, siempre deja encendida la lámpara de un renacimiento del eros:


 


Mil y una vez,  Lesbia me maldice;


 contra  Catulo ahora despotrica,.


 Que me muera, de amor, si  no me incita.


 Mil  y ciento de señales me remite,


Y con el dedo, desvelarla puedo


Que m e muera de amor porque la quiero.,


    


            Buen libro, este de Carmina, para la fiesta de San Valentín, tan impregnada de lo comercial y tan evasiva de la esencia del auténtico amor.

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