Alcalá
la Real ha sido,
desde tiempo, una ciudad del mundo del
transporte, del coche de caballos y del automóvil. Por nuestra comarca, desde
los romanos transitaba una de las principales vías de España, el camino que
baja de Despeñaperros hacia la
Costa , en concreto el camino de la Corte , la vía pon donde
pasaban los pasajeros, viajeros y los arrieros desde la capital del reino hasta
Granada, ciudad de la
Chancillería , de la Universidad y morada de reyes y de nobleza. Por eso, no es de extrañar que,
por nuestras tierras, hicieran posada y
se alojaran, para reanimar a sus animales de viaje o de carga, reyes como Enrique IV, Isabel y Fernando, o el
mismísimo emperador Carlos V; santos como san Juan de Dios o San Juan de Ávila;
ministros de la Corte
como los validos de los reyes
ilustrados, incluso Pepe Botella, un Napoleón
pernoctó en nuestra ciudad. Y, con los reyes, lo nobles o los hombres de
negocios venían los hombres de servicios, los animales de carga y los coches. Por
esta ciudad, los vecinos pudieron contemplar los coches de caballos, y supieron distinguir hasta principios del
siglo XX las calesas, que servía a los
burgueses hacendados alcalaínos para
visitar sus campos, de la jardinera para transportar los productos de las
huertas de las Riberas, Castillo de Locubín o de la Fuente del Rey. Es verdad
que no quedan, en ningún museo de etnografía local, aquellos coches grandes, de
dos ruedas y una caja grande para transportar dos personas con capota de dos
arquillos y triple compás y son pescante, porque el cochero se sentaba sobre la vara derecha. Tampoco, corre por
nuestras calles aquel que pende de un solo caballo, con pescante para dos
personas y caja cuadrada y cerrada, a veces cubierta con palio. Sin embargo, en las actas
municipales hemos, gran variedad de carruajes de tiro, muchos de
ellos de alquiler, como las berlinas, tílburis, calesas, carretelas, faetones,
coupés, landós, sociables, victorias, milords, duques, arañas, pitters y vis a
vis entre otros. Lo mismo que en el Madrid del XIX había un escaparate de coches, de señoras de
buen ver, de caballeros educados y de mucho tráfico de alquiler en los
alrededores de la Puerta
del Sol y parque del Buen Retiro.
A
pesar de la ausencia de estas reliquias, en Alcalá se frecuentó desde el siglo
XVI la presencia de los coches y carrozas, de cuatro caballos, Los tenían los
abades, el corregidor, algún que otro alcalde. Se acompañaban de una cohorte de
cocheros, siervos, y animales de carga y viaje . Muestra y testimonio de
ello son
las recién descubiertas Caballerizas de los Abades de Alcalá la Real en la fortaleza de la Mota , donde aparecen los
pesebres y los aposentos de los caballos y
elementos variados.
A
principios de siglo XX, compartía el uso de las calles alcalaínas el coche de tiro y el de motor. Las
ordenanzas y los decretos de la Alcaldía comienzan a
regular la circulación de vehículos y el
uso de la calle para evitar los accidentes que se producían con los nuevos
automóviles. El peatón, por primera vez, se ve invadido en sus derechos de
disfrute de su propiedad pública ante los nuevos automóviles, que adquirían la
burguesía alcalaína: los tenían los miembros de la familia Abril, Alba,
Pineda, como los nuevos hacendados como
los Batmala, los Mármol, Miquel, Serrano
etc.
8 TOURING CAR
1908 TOURING CAR
Por primera
vez la marca Ford aparecía en nuestras calles con la de los automóviles de la
marca Hispano Suiza Torpedo HGB,
Mercedes y la Austín. En
este tiempo, también comienzan a surgir
los garajes alcalaínos y los chóferes son contratados por los
más hacendados para que se ocupen
de la máquina y les sirvan de cocheros en la nueva moda del
automóvil del motor. Hasta de
Paris, Francisco Serrano se trae
a un experto, mecánico para que cuide de sus coches, el argentino Juan Funes, que instala un
famoso garaje. También se expanden los
coches de viajeros, y los cosarios traen
de Granada los productos que no los hay
en la ciudad en los coches de ruedas y motor de gasoil.
De
este tiempo, mucha gente recuerda los coches que conducían en la ciudad estas
famosas familias, pero el pueblo llano no puede olvidar los de Fuentes, Mateo Barrio, Antonio García,
hermanos Veneno, o el de Sanz.. También,
Contreras inició los primeros pasos con
este tipo de coche, hasta que se hizo con un automóvil que causó impacto en la
comarca por su transporte de viajeros y
pervivencia en la vida del automóvil, nos referimos a la conocida Rubia.
Tras la posguerra, a mediados
de siglo la marca SEAT invadirá el
mercado, pero tendrá un duro oponente en la célebre Vespa y en las motos de dos
ruedas. Como democratización del régimen debió incidir el famoso “seillas” y
otros modelos de esta marca que dieron un paso fundamental en la historia del
automóvil alcalaína. Ya no fue privilegio de unos pocos, se convirtió en herramienta
de trabajo alcanzando los estratos medios de la sociedad ; más tarde, entró en
competencia con otras marcas familiares y económicas de la fábrica RENAULT,
Citroen, Diane….hasta la entrada en Europa en la que España se sumó a
la divulgación total de toda gama de
automóviles.
Francisco Martín Rosales
1908 TOURING CAR
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