ANTES DE MARCHAR A JAÉN, EL MAESTRO JUAN DE ARANDA SALAZAR.
Antes de marchar Juan de Aranda Salazar a Jaén, y convertirse en maestro mayor de obras de la catedral de Jaén, participó en varias obras de la abadía y los pueblos de Alcalá la Real y Castillo de Locubín. Su carrera profesional corrió como un auténtico relámpago, porque ya trabajaba en igualdad de condiciones con los mejores canteros como el asentador Damián López y sus primos en la terminación de la cabecera y sacristía de la iglesia abacial a partir del segundo decenio del siglo XVII y en el convento de las dominicas de Nuestra Señora de la Encarnación de Alcalá la Real (1626). Este mismo año, subió un nuevo paso de su escalafón social al recibir el título de familiar de la Santo Oficio de la Inquisición en la ciudad de cordobesa Torres Cabrera, donde intervenía en algunas obras de esta ciudad cordobesa. Y no es de extrañar que en 1627 se le nombre maestro mayor de obras dela catedral de la Mequita de Córdoba. En junio de este año se nombró maestro mayor del retablo a Juan de Aranda Salazar, quien ya trabajaba desde la marcha del hermano Matías, y bajo su dirección se terminaron las obras de piedra en mayo de 1629. Mostraba una gran veteranía porque, en poco tiempo, se había especializado en muchos campos de la arquitectura a la vera de los anteriores, maestros y asesorado de sabios canteros como Juan Roldán, que le acompañaron en sus posteriores destinos como en las primeras obras que realizó para la catedral de Jaén. Este periodo está jalonado, hasta su marcha a Jaén, de obras en el territorio abacial de Alcalá la Real. En su ciudad natal del Castillo de Locubín, compartió su dirección con la obra principal del cuerpo y cubierta de su iglesia bautismal, y destacando además en la capilla funeraria del capitán Martín de Artiaga, un hidalgo que hizo capital en la guerra de la Alpujarra y se afincó en el Castillo de Locubín por motivos matrimoniales, donde fundó el Hospital de la Madre de Dios en cuya reforma también participó Juan de Aranda,
En la sede abacial de Alcalá la Real, por esta fecha comenzó a contratar otras obras de monasterios de la Encarnación, Consolación y Rosario y templos alcalaíno con su discípulo Pedro del Portillo que le acompañará en muchas obras de la diócesis de Jaén. Incluso, su prestigio profesional le valió ser recomendado como maestro mayor de obras de la catedral de Granada en 1631.
En los dos últimos años de su estancia en la Sierra Sur antes de marchar a Jaén, firmó varias obras de la iglesia Mayor de la Mota, su coro y su chapitel de la torre de campanas. Varias obras de la fontanería entendida en su sentido más amplio como la construcción del Lavadero Nuevo de Alcalá la Real y el puente del camino de Alcaudete a Luque Su cantero fiel y favorito Juan Roldán le allanó el camino para ser nombrado maestro mayor de obras de la catedral de Jaén en 1634 unos meses antes de la llegada de Juan de Aranda.
Y, es claro testigo de esta última fecha es una obra civil, que refrendará en sus años de estancia como maestro mayor de obras la diócesis de Jaén. En 1634, curiosamente, firmó un documento de cobro, que adjuntamos y nos ilustra esta entrada, con fecha de dos de enero de este año, entre el hidalgo don Pedro Carvajal y Aranda, vecino de Granada, y en su nombre el mayordomo Pedro de Cuenca, y Juan de Aranda Salazar, maestro de cantería. El maestro recibía 2.207 reales por la obra concertada de las alcantarillas y presa del Nogueral. Esta obra estaba relacionada con el molino de pan, la presa y los canales de riego de la huerta de este hidalgo afincado en la ciudad de la Alhambra. Junto a los testigos, aparece su firma y la del escribano Francisco Jordán.
Con esto se confirma que su vida profesional muestra una primera etapa en tierras de la abadía alcalaína durante los decenios primero, segundo y tercero del siglo XVII. Hoy, podemos confirmar y testimoniar casi todos los pasos de la primera etapa de Juan de Aranda y refrendarlos por su madurez. Con un nuevo documento que aportamos del escribano Antón de Santillán ya podemos establecer definitivamente el año de su nacimiento; en modo alguno que nació en 1590 según la anterior aportación documental de Rafael Galiano Puy. Es una escritura de tasación de la capilla de Gerónima de Alba y Aparicio, mujer del regidor Pedro Vázquez Mesía, en medio del inventario de bienes y testamento con motivo de su reparto para su hijo Juan Vázquez Mesía. Declaraba claramente en la cabeza del documento que era de la edad de 34 años, en concreto en nueve de enero de 1634, más claro el agua, nació en 1600.
Y lo firma, con el prestigio y fama de ser un consagrado maestro de obras y familiar del Santo Oficio, a instancias de fray Diego de Maqueda, por la capilla segunda del ala de la epístola del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario, que ya se había asentado, y era uno de los dos maestros de obras convocados para tasarla. Y la aprecia en estas cantidades: el arco de fuera, de piedra, manifactura y acento lo apreció en 260 reales; el arco de dentro en piedra, manifactura y asiento en 180 reales; la imposta de la capilla 20 reales; las bazas y enjutas en 280 reales; de los fundamentos hasta subir a la cimera, 250 reales; y el resto en los arcos y enjutas en 1200 reales; veinte el enrejado sumando todo 2820 reales. Lo firmaban el prior y él en persona. Con la anterior obra hidráulica y el testimonio de sus dominios del arte en la tasación de esta capilla su huella se mantuvo y le sirvió de bases para otras obras de maestro de obras de la Diócesis de Jaén que de sus manos salieron las obras que dieron un gran impulso a diversas partes de la catedral de Jaén, paralizada años anteriores, y sus conocimientos y trazas se expandieron en otros lugares de la diócesis: convento de las Bernardas, torre de iglesia parroquial de Sabiote, iglesia de Cabra de Santo Cristo, portada de iglesia de San Juan Evangelista de Mancha Real, cabecera y claustro de iglesia de Consolación de Alcalá la Real, presa en el pago del Tiemblo del río de Jaén, claustro de San Agustín, portadas de casas señoriales de Jaén, iglesia de los Villares, campanario del convento de Carmelitas descalzos de Jaén, colegiata de Castellar, hospital de Villacarrillo, portada de los santuarios de Zocueca y de los mártires de Arjona entre otras.
. Desde 1624 hasta 1634, se consideraba un periodo oscuro de la vida artística de este maestro de la diócesis de Jaén, tan estudiado y documentado a partir de la última fecha por muchos tratadistas. Hoy, podemos confirmar y testimoniar casi todos los pasos de la primera etapa de Juan de Aranda, su fecha de nacimiento en 1600 y refrendarlos por su madurez.
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