VILLANCICOS
DE LA COMARCA DE LA SIERRA SUR
No hay mejor modo de con
jugar el villancico que con los retablos renacentistas. En las noches
de Navidad de muchas iglesias del sur de Jaén, las canciones
o villancicos cantados por capillas de cámara o por los coros del Niños
del pueblo compartían con las calles y los cuerpos del
retablo el mensaje salvador del Niño de Belén.
Por el banco de este frontal evangélico, pondría este romance de las
gentes del Castillo de Locubín anunciando la Adoración de PASTORES,
con música romanceada navideña al estilo del célebre canto popular de San
Antonio de Padua:
Es el ángel san Gabriel,
El que anunció a los
pastores,
Que había nacido el
Mesías,
El amor de los amores.
Todos nosotros
contentos,
Con júbilo y con bondad,
Todos llevamos
regalos
Al Cordero
Celestial.
Un pastor en su rebaño,
Veía gente pasar,
Y, conforme iban
pasando,
Les pregunta dónde van.
-Vamos todos a Belén,
Dicen que ha nacido un
Niño,
Y le vamos a adorar
Con muchísimo cariño.
El pastor alza el
ganado,
Y marcha para el portal,
Y con la flauta que
lleva
No para de tocar.
Cuando llega al
portalillo,
Se quedó como pasmado,
Al ver entre la humilde
paja
Aquella vara de nardo.
Le dicen Niño precioso,
Medita mis pensamientos,
Que eres un ángel divino
Que viene del firmamento.
Anunciado por profetas,
Se tenía que presentar.
El hijo de Dios al mundo
Guiando a la humildad.
María estaba contenta
Y San José mucho más
Por la persona del Ángel
Que se lo vino anunciar.
Para madre de un cordero
El mismo rey celestial,
Que nos enseña el camino
Dándonos fraternidad.
Niño Jesús de mi vida,
Cariño y amor del bien,
Un lucero misterioso
Que ha encendido nuestra
fe.
Ha venido en la miseria
Por dormitorio un
portal,
Este cuerpo tan divino
¡Que frío, qué frío
está!
María alegre estaba,
Muy pensativa
esperando
Las palabras que del
cielo
Le venían anunciando.
El ángel le dijo
que venga,
Por obra del celestial
Tienes que ser la madre
Del rey de la
humanidad.
María con alegría,
Le dice con ansiedad,
Si es por obra de Dios
PADRE
Cúmplase la voluntad.
.
(Ángeles López Villén,
del Castillo de Locubín, tenía 51 años en 1995)
En la predela, con música de campanilleros de la campiña cordobesa, se pondrían
estas escenas cantadas por los auroros, los coros de adultos con
instrumentos de percusión y viento (carracas, guitarras, violines, objetos
estriados, castañuelas, y panderetas...)
En el primer cuadro,
María como una paloma se aparecería a los españoles:
Es María la blanca
paloma
Que un día en España
La vieron volar
En el centro de una
hermosa nube
Vino a Zaragoza
En carne mortal
Y Santiago como lo
sabía
Cayó de rodillas
Al pie del pilar.
(De Juan Barranco, de
las Ventas del Carrizal, 62 años en 1995)
No olvidaría cantos
rocieros con timbales, dulzainas y guitarras al ritmo de sevillanas:
Al atajo las carretas,
Que ya está la noche
encima (bis)
Ole, ole, ole
Ese cachito de cielo,
Que viene por la
marisma,
Y la divina Pastora que
está con el Niño
Ole, ole, ole, ole
Cuando la
Virgen está ronca,
Yo le canto esta nana
Nanita, nanita, nana,
Que mi niño se duerma
Por sevillanas.
(Elisa Gallego)
O esta variante popular
del villancico de los Reyes Magos:
En Oriente hay una
estrella
Que a los Reyes Magos
guía
Y en el portal de Belén
Nace el hijo de María.
Dale la zambomba,
Dale al cascabel
Que está noche nace
Jesús en Belén-
(Esther Ramos)
Y, acordándonos que en
medio de la predela suele colocarse un Niño Jesús de Pasión, a la manera de
Martínez Montañés:
En el portal de Belén,
Hay un clavel encarnado
Que, por redimir al
mundo,
Se ha vuelto lirio
morado.
Que nos evoca los
pequeños belenes napolitanos colocados, en este caso pintado en el extremo de
la predela:
En un portalico
De cal y arena
Nació Jesucristo
Por la Nochebuena
En torno al tabernáculo
central, se colocarían varios cuadros de villancicos, con música
tradicional del villancico de la marimorena y escenas de María en la
calle de la izquierda. En el primer cuadro con contexto de las
huertas castilleras
La
Virgen estaba lavando
Debajo de una higuera
Y los hilillos
bailaban
Al son de la lavandera.
En el segundo cuadro, con otra escena doméstica:
La Virgen se está
peinando
Debajo de una noguera
Y los pechos son de oro
Y el pelo de primavera.
En el cuadro tercero, la naturaleza cantaría hasta la propia
María:
La Virgen se fue a lavar
Sus manos blancas al
río,
Y el sol se paró a mirar
Y el agua perdió su
brío.
El Tabernáculo central,
recogeríamos la escena del Portal de Belén con este original villancico
acompañado de un solemne y pausado canto al son
de zambombas, panderos, violines y triángulos:
En la
Noche Buena,
Con gran alegría,
Todo el mundo canta,
Al Niño Mesías
Todo el mundo adora
Al Niño Mesías.
Redentor del mundo,
Al Niño veréis,
Le dan sus calores,
Le dan sus alientos
La mula y el buey.
Cantad, cantad,
pastores,
Cantad al ver al Niño,
Soñad con ver al Niño,
Venid al Portalillo.
…Cantemos al Niño,
Cantemos a Dios,
Cantemos al Niño
La dulce canción (bis)
En la calle de la derecha, la conocida escena de la Huida a Egipto,
se contextualiza en los montes de la Subbética:
La Virgen va
caminando
Por una montaña oscura
Del vuelo de una perdiz
Se le ha espantado la
mula
O con la llegada a la
posada que la convierten el cantante en un palacio real o una casa
señorial de los hidalgos renacentistas:
…Gracias a Dios, que
llegamos
A este palacio real
Donde habitan las
palomas
Con las plateás.
O, se hace
el villancico jiennense con estos versos:
Entre olivares y cantos,
Lo mismo que en Israel
Entre olivares y cantos,
Lo mismo que Israel,
El Niño de Dios debiera
Haber nacido en Jaén.
En el dintel del retablo
cambiara el Pantocrátor o la escena del Calvario, con este villancico, síntesis
de la figura de Cristo:
Por lo más alto del
cielo,
Va mi Dios hecho pastor,
Y las hondas son de seda
Y el cayado de pastor.
Las columnas de las
calles y los cuerpos, las revestiríamos con las los versos de la canción
andaluza de sabor navideño e invernal:
A la una canta el gallo,
A las dos el perdigón
A las tres la tortolilla
Y a las cuatro canto yo.
O con estos versos de
música y letra de nana:
Ya se acerca la nana
sombría,
Ya se esconden los rayos
del sol,
Ya de estrellas se
cubren los cielos,
Ya la luna su disco
asomó.
No faltaran algunos
adornos de angelotes con estas canciones en sus estelas:
Los pastores de Belén
Daban saltos de
contentos
Al ver que los angelitos
Tocaban los instrumentos
Y al salir de la
iglesia, me imagino los niños del coro cantando canciones entre jocosas y
navideñas:
María, abre las puertas
Que te traigo el
aguilando
Una batata cocida,
Sopla que viene
quemando.
O esta otra más profana
en medio de los cortijos de la Rivera del Palancares o del río san
Juan:
¿De quién será esta
casita
con estas torres tan
altas?
De Antonia o de
Victoria,
Dios les dé muy buenas
Pascuas.
(Yolanda García)
Que irían repitiendo con
cambio de letras en los versos: De quién será esta casita/ con estos chorros de
nieve/ y estas niñas tan bonitas/ dichoso el que se las lleve.
Después, cambiarán con
el ritmo romancístico del villancico del Naranjal, Cuando el eterno se quiso
hacer el Niño…, y en el éxtasis final y orgía de la fiesta, la familia la
tomaría con san José con esta bella canción recogida en las Ventas del Carrizal
de Virtudes Navas
San José bendito,
Bien salves mis peras
Pídele a tu Hijo
Que se apiade de ellas.
O de una manera
testaruda y con el vino en la cabeza acabaríamos rompiendo el pellejo de
la zambomba con este estribillo
Por su amor profundo,
Por su inmensa fe
Es un villancico,
No lo olvidaré,
Bajo la luz de aquel
monte,
Por ver la cara de Dios
Debió nacer aquel Niño,
En esta tierra de
amor
Por su amor profundo,
Por su inmensa fe
Es un villancico,
No lo olvidaré,
FRANCISCO MARTÍN ROSALES
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