OTRAS INSCRIPCIONES DE LA MOTA
Parece
que el sentido subliminal se encuentra en las inscripciones y grafitos que se
mantienen en la ciudad fortificada de la Mota. Debieron abundar en las
capillas, dinteles de retablos, intradoses de arcos, tondos y otros lugares. Si seguimos la nave del Evangelio de la iglesia de Santa
María la Mayor destaca la capilla de San
Pedro. Agrupaba al clero secular de la ciudad y su retablo se colocaba bajo un
arco de medio punto, cajeado con la ornamentación tradicional plateresca de
veneras, acanto en la clave, y en las enjutas los escudos de las llagas de San
Francisco y el de San Pedro con la leyenda
Tibi dabo claves regno caelorum (te
daré las llaves del reino de los cielos). EL frontón se corona con una cruz
lorenzana y encima el escudo de Juan de Ávila.
En la nave de la epístola, se abre al
muro con un arco de medio punto donde se alberga un mausoleo neoclásico del
abad Esteban Lorenzo de Mendoza y Gatica, y a sus pies una cripta, donde fue
enterrado el abad Somoza; en el muro meridional se abre otro arco en cuya
cartela estaba colocada la palabra EXPÓSITO, que era el lugar donde se dejaban
los niños expósitos para que fueran atendidos por las fundiciones
eclesiásticas.
En
los muros perimetrales se abren seis capillas, tres por las dos alas del
templo con arco de medio punto sobre
pilastras toscanas y en su interior la capilla hornacina propiamente con otro
medio punto. Entre las capillas, por el ala del Evangelio, la del Santo Ángel
de la Guarda, en su extradós recoge la leyenda incompleta ANGELUS CUSTOD… que
cuidó cómo patrono y estuvo enterrado el
abad Alonso de Mendoza, en cuyo tiempo le colocó los objetos sagrados( el cáliz
que se conserva en el templo de las Angustias, las salmillas e historias,
vinajeras, frontales, patena y alfombras , así como realizó la cripta
funeraria, donde se encuentra su cuerpo decapitado por algún usurpador de lo
ajeno). Debió recoger parte del himno de san Roberto Berlamino, que se cantaba
por este tiempo y cuya primera estrofa recogía “Custodes hominum psallimis
naturae fragilili, quos caelestis comités, ne sucumberete hostibus.
Por lo que respecta al lado de la Epístola siguiendo
el mismo itinerario, se encuentra una capilla por donde se abre un puerta de
acceso a la antesacristía antigua y
actual patio del cabildo con una portada
retablo, compuesta de piso bajo adintelado y frontón partido que encierra dentro del círculo del ático la inscripción
latina INGEDIERIS TU QUISQUE HOMO LIBARE TONANTI IAM VETERI EXUTO SUSCIPE RITE
NOVU, . EX PAULO AD EPHESIOS . 4. Un texto adaptado al espíritu humanista de la
época. Tu cualquier hombre que vengas a
hacer libación al Dios Omnipotente, una vez despojado de la antigua vestimenta,
toma, según el rito, el nuevo. Muy apropiado al lugar y cuyo hueco se
cierra con una puerta de madera del tiempo de Galcerán Albanel, como muestra el
escudo de este abad y del papa de aquel tiempo Paulo V.
Si salimos de la ciudad fortificada
por la Puerta de las Lanzas, en el Albaicín, un barrio de este tramo de adarve,
la torre de Las Lanzas y su
puerta fueron construidas en el siglo XV. La portada se le añadió al
cuerpo anterior medieval y de ella queda la inscripción bajo el rastrillo
recogida por el padre Flores. Cercana a esta torre, se encontraban las tiendas
de pan y agua, donde se cobraban los diezmos eclesiales y se relacionaba con
las lanzas que debía aportar el abad para afrontar una parte de la milicia de
la localidad en concepto de soldados lanceros; de ahí le vino el nombre a esta
torre, aunque Carmen Juan cree que se debe al lugar de reunión de las tropas de
la ciudad. En la cornisa, aparece esta inscripción en castellano antiguo:
EN EL AÑO DEL SEÑOR DE MCCCCXLVII AÑO MANDÓ FACER ESTA FORTALEZA EL MUY
ILUSTRE REY D. ENRIQUE IV EL 9 D DE 1457. La torre se reedificó
a mediados del siglo XVI en honor de Carlos I, según las trazas renacentistas
de Martín de Bolívar. En su primer cuerpo se abre una portada con sencillo arco
de medio punto renacentista sobre la que se apoya un segundo cuerpo simulando
una hornacina y coronado con un dintel y en su interior el escudo con
las Armas Reales (y sus castillos y leones). Otros dos escudos se
insertan en las enjutas del arco, todos ellos de piedra blanda de Cantera
Blanca muy deteriorados que no dejan traslucir información
alguna. El de en medio estaba dividido en cuatro cuarteles (el
primero y el cuarto con un león; segundo y tercero con bandas cabeza de
dragones). Se refiere a la simbología del Condestable Miguel Lucas de Iranzo.
El de la derecha encerraba una llave, símbolo de la ciudad y en el
lado izquierdo un castillo. Se cubría con una terraza que tenía un pretil
almenado. Daba al camino real y se arregló de nuevo en 1580 bajo la tasación de
Gabriel de Aranda y obra de Miguel de Bolívar, que realizó el almenado y revocó
sus paredes interiores, cuyo trazo de sus dibujos se conservan en parte hasta
la actualidad. Ya en el siglo XVII, se encontraba sin techo y las
correspondientes rejas y hubo que repararla en 1623 manteniéndose hasta el
siglo XX. Recientemente en los años ochenta del mismo siglo fue desmontada y se
reconstruyó desde los cimientos por la Dirección General de Bellas Artes de la
Junta de Andalucía bajo la dirección del arquitecto Jaime de Utrilla.
Por el Rincón de los poetas se
accede al Pozo del Altozano. Y, para adentrarse a los Jardines de la Mota
por el nuevo camino que conduce a la Puerta del Arrabal. en el primer
tramo, se ofrece como un rincón en la fortaleza de la Mota, un lugar
tranquilo, sencillo y de una gran belleza, todo un símbolo de la
nueva cultura del siglo XXI, que hace de la tolerancia un modelo
de convivencia y que, al mismo tiempo, rinde homenaje permanente a
los personajes ilustres de Alcalá la Real a través de su historia. Se le
ha denominado Muro de la Memoria.
Se sube por una escalinata, donde se puede contemplar a mano izquierda
el Pósito y a la derecha la bajada del muro de las Entrepuertas, un
frontal con pequeñas losetas con nombres de los personajes insignes
de la historia alcalaína, que pretenden ser una lección histórica
en medio de este recinto patrimonial. Dicho muro está incrustado en
el Rincón de los Poetas y forma parte de él, contando con diversas
inscripciones de nombres importantes alcalaínos, de los que en una
primera fase figuraban el cronista Guardia Castellano, la familia Raxis,
Pablo de Rojas, Alonso Alcalá, Abad Moya, Pedro de Alcalá y Abu Yafar,
figuran también el conde de Torrepalma entre otros junto con colectivos
como las monjas dominicas, franciscanos, dominicos o hidalgos
ilustres y curiosos como Pep Ventura sin olvidar
Martínez Montañés. En una segunda fase hay intención
de completarlo con la inscripción de otros nombres insignes
alcalaínos.
Las piedras perviven en el recinto fortificado de la Mota, pero los
grafitos e inscripciones escriben su presente y su pasado y proyectan el lugar
al futuro con la reflexión de sus textos.
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