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miércoles, 15 de marzo de 2023

MI ARTÍCULO EN EL JAÉN, OTRAS INSCRIPCIONES,


 OTRAS INSCRIPCIONES DE LA MOTA

Parece que el sentido subliminal se encuentra en las inscripciones y grafitos que se mantienen en la ciudad fortificada de la Mota. Debieron abundar en las capillas, dinteles de retablos, intradoses de arcos, tondos y otros lugares. Si seguimos  la nave del Evangelio de la iglesia de Santa María la Mayor  destaca la capilla de San Pedro. Agrupaba al clero secular de la ciudad y su retablo se colocaba bajo un arco de medio punto, cajeado con la ornamentación tradicional plateresca de veneras, acanto en la clave, y en las enjutas los escudos de las llagas de San Francisco y el de San Pedro con la leyenda Tibi dabo claves regno caelorum (te daré las llaves del reino de los cielos). EL frontón se corona con una cruz lorenzana y encima el escudo de Juan de Ávila.

       En la nave de la epístola, se abre al muro con un arco de medio punto donde se alberga un mausoleo neoclásico del abad Esteban Lorenzo de Mendoza y Gatica, y a sus pies una cripta, donde fue enterrado el abad Somoza; en el muro meridional se abre otro arco en cuya cartela estaba colocada la palabra EXPÓSITO, que era el lugar donde se dejaban los niños expósitos para que fueran atendidos por las fundiciones eclesiásticas.

        En los muros perimetrales se abren seis capillas, tres por las dos alas del templo  con arco de medio punto sobre pilastras toscanas y en su interior la capilla hornacina propiamente con otro medio punto. Entre las capillas, por el ala del Evangelio, la del Santo Ángel de la Guarda, en su extradós recoge la leyenda incompleta ANGELUS CUSTOD… que cuidó cómo patrono y estuvo enterrado  el abad Alonso de Mendoza, en cuyo tiempo le colocó los objetos sagrados( el cáliz que se conserva en el templo de las Angustias, las salmillas e historias, vinajeras, frontales, patena y alfombras , así como realizó la cripta funeraria, donde se encuentra su cuerpo decapitado por algún usurpador de lo ajeno). Debió recoger parte del himno de san Roberto Berlamino, que se cantaba por este tiempo y cuya primera estrofa recogía “Custodes hominum psallimis naturae fragilili, quos caelestis comités, ne sucumberete hostibus.

Por lo que respecta al lado de la Epístola siguiendo el mismo itinerario, se encuentra una capilla por donde se abre un puerta de acceso a la antesacristía  antigua y actual patio del cabildo  con una portada retablo, compuesta de piso bajo adintelado y frontón partido que encierra  dentro del círculo del ático la inscripción latina  INGEDIERIS TU QUISQUE HOMO  LIBARE TONANTI IAM VETERI EXUTO SUSCIPE RITE NOVU, . EX PAULO AD EPHESIOS . 4. Un texto adaptado al espíritu humanista de la época. Tu cualquier hombre que vengas a hacer libación al Dios Omnipotente, una vez despojado de la antigua vestimenta, toma, según el rito, el nuevo. Muy apropiado al lugar y cuyo hueco se cierra con una puerta de madera del tiempo de Galcerán Albanel, como muestra el escudo de este abad y del papa de aquel tiempo Paulo V.

Si salimos  de la ciudad fortificada por la Puerta de las Lanzas, en el  Albaicín, un barrio de este tramo de adarve, la  torre de Las Lanzas  y su puerta fueron  construidas en el siglo XV. La portada se le añadió al cuerpo anterior medieval y de ella queda la inscripción bajo el rastrillo recogida por el padre Flores. Cercana a esta torre, se encontraban las tiendas de pan y agua, donde se cobraban los diezmos eclesiales y se relacionaba con las lanzas que debía aportar el abad para afrontar una parte de la milicia de la localidad en concepto de soldados lanceros; de ahí le vino el nombre a esta torre, aunque Carmen Juan cree que se debe al lugar de reunión de las tropas de la ciudad. En la cornisa, aparece esta inscripción en castellano antiguo: EN EL AÑO DEL SEÑOR DE MCCCCXLVII AÑO MANDÓ FACER ESTA FORTALEZA EL MUY ILUSTRE  REY D. ENRIQUE IV EL 9 D DE 1457. La torre se reedificó a mediados del siglo XVI en honor de Carlos I, según las trazas renacentistas de Martín de Bolívar. En su primer cuerpo se abre una portada con sencillo arco de medio punto renacentista sobre la que se apoya un segundo cuerpo simulando una hornacina y coronado con un dintel y en su interior el escudo con las  Armas Reales (y sus castillos y leones). Otros dos escudos se insertan en las enjutas del arco, todos ellos de piedra blanda de Cantera Blanca muy deteriorados que no dejan traslucir información alguna.  El de en medio estaba dividido en cuatro cuarteles (el primero y el cuarto con un león; segundo y tercero con bandas cabeza de dragones). Se refiere a la simbología del Condestable Miguel Lucas de Iranzo. El de la derecha encerraba  una llave, símbolo de la ciudad y en el lado izquierdo un castillo. Se cubría con una terraza que tenía un pretil almenado. Daba al camino real y se arregló de nuevo en 1580 bajo la tasación de Gabriel de Aranda y obra de Miguel de Bolívar, que realizó el almenado y revocó sus paredes interiores, cuyo trazo de sus dibujos se conservan en parte hasta la actualidad. Ya en el siglo XVII, se encontraba sin techo y las correspondientes rejas y hubo que repararla en 1623 manteniéndose hasta el siglo XX. Recientemente en los años ochenta del mismo siglo fue desmontada y se reconstruyó desde los cimientos por la Dirección General de Bellas Artes de la Junta de Andalucía bajo la dirección del arquitecto Jaime de Utrilla.

 

 Por el Rincón de los poetas se accede al Pozo del Altozano. Y, para adentrarse a los Jardines de la Mota por el nuevo camino que conduce a la Puerta del Arrabal. en el primer tramo, se ofrece como un rincón en la fortaleza de la Mota, un lugar tranquilo, sencillo y de una gran belleza, todo un símbolo de la nueva cultura del siglo XXI, que hace de la tolerancia un modelo de convivencia y que, al mismo tiempo, rinde homenaje permanente a los personajes ilustres de Alcalá la Real a través de su historia. Se le ha denominado Muro de la Memoria. 

 

Se sube por una escalinata, donde se puede contemplar a mano izquierda el Pósito y a la derecha la bajada del muro de las Entrepuertas, un frontal con pequeñas losetas con nombres de los personajes insignes de la historia alcalaína, que pretenden ser una lección histórica en medio de este recinto patrimonial. Dicho muro está incrustado en el Rincón de los Poetas y forma parte de él, contando con diversas inscripciones de nombres importantes alcalaínos, de los que en una primera fase figuraban el cronista Guardia Castellano, la familia Raxis, Pablo de Rojas, Alonso Alcalá, Abad Moya, Pedro de Alcalá y Abu Yafar, figuran también el conde de Torrepalma entre otros junto con colectivos como las monjas dominicas, franciscanos, dominicos o hidalgos ilustres y curiosos como Pep Ventura sin olvidar Martínez Montañés. En una segunda fase hay intención de completarlo con la inscripción de otros nombres insignes alcalaínos.

Las piedras perviven en el recinto fortificado de la Mota, pero los grafitos e inscripciones escriben su presente y su pasado y proyectan el lugar al futuro con la reflexión de sus textos.

 

 

 

 




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