Abundaban las inscripciones por los derredores de la ciudad
fortificada de la Mota. Por el parque del Arrabal de Alcalá la Real, entre
murallas y jardines, se encuentran los cimientos de la puerta Martín Ruiz ,
donde se hallaba la calle de las Escaleruelas de Santo Domingo y el camino
de san Bartolomé o la Carrera de los Caballos nueva. Este lugar anterior
al Arrabal Viejo fue muy destacado históricamente, pues el rey Alfonso en el 20
de diciembre del año 1340 inició la conquista de Alcalá de Aben Zayde por allí.
Como era la parta más baja, `por este motivo arrimaron sus jefes las escalas a
la muralla. Sabemos que los moros la defendieron con entereza. Pero, muestra de
que debía ser el flanco más vulnerable fue horadado por varios lugares y
entraron por los huecos hasta alcanzar el arrabal Viejo hasta el pie de la
Torre de la Cárcel . Como el día de la conquista se
celebraba por la iglesia católica la festividad
de Santo Domingo de Silos, en honor a él se transformó la
mezquita del barrio en la primera iglesia cristiana.
La reconstruyeron posteriormente, y transformaron en una
iglesia mudéjar., como se transmitió a través de los textos y litografías
documentales, donde se ubicó esta iglesia en honor a Santo Domingo de Silos por
coincidir la fecha del santo con la de la conquista del arrabal el 20 de
diciembre de 1340. Se accedió a ella, desde la ciudad fortificada a través de
la calle Postigo y la descendida de la salida del Cañuto; desde las afueras a
través de las calles que partían de las puertas de Martín Ruiz, Arrabal y
Granada. Estaba colocada en la ladera suroriental del cerro de la Mota formando
una plazoleta que rodeaba una baranda convertida en un excelente mirador, donde
se alojaba un pozo. Actualmente ha sufrido una fuerte degradación esta iglesia
gótica mudéjar, a pesar de las muchas intervenciones de la administración
central y autonómica en los últimos cuarenta años. Fue adquirida recientemente
por el ayuntamiento alcalaíno en 2006 al Obispado de Jaén.
Presenta un conjunto de estructura compleja y edificado en varias fases. De
estructura basilical, con tres naves en la planta rectangular, la cabecera
plana en las naves laterales y cuadrada, algo desviada, en la nave central a
manera de ábside que constituye la capilla mayor cubierta con una bóveda
nervada y dividida en dos tramos, que se repite en la antigua del baptisterio.
En el resto de las naves, se colocaba una armadura de madera sobre pilares
cuadrangulares para sujetar los arcos ojivales formeros con diferencia entre la
nave central y las laterales. Es de piedra de cantería bien labrada y
cortada con sillares sin ladrillo y tan solo revestida por algunos lugares con
adornos mudéjares. Además de la iglesia tiene adosadas la sacristía ,
antesacristía, las dos de planta rectangular y una torre, las tres de estilo
renacentista y construidas por el abad Maximiliano de Austria a finales del
siglo XVI. Destacamos las medidas fundamentales de su planta de 33.50 de largo
y 22.50 de ancho; la torre de 4.30 metros x 2.50, la capilla mayor trapezoidal,
con los lados de 5.80 metros, 6.70 y 6.30. De entre las cuatro fachadas, la
meridional es la más importante y está dividida en tres tramos y se abre con la
portada de arco apuntado de centros interiores, algo abocinado, muy
sencillo y flanqueado por una
archivolta. Prácticamente,
desde 1936 ha venido decayendo hasta su abandono total de modo que solo se
mantienen los elementos de soporte, los muros y algunos pilares y arcos, pero,
al menos, puede describirse su interior. En el ala de la epístola, existían las
capillas del Resucitado, con retablos de la Anunciación y Santa Catalina, la de
Santa Ana, y entre esta y la de la Asunción coronada por los Ángeles con santa
Catalina y san Roque, la lápida dedicada al vicario gobernador Gil Fernández
por el abad Diego de Ávila con motivo de su muerte en 1570. La inscripción
latina de letra renacentista se manifiesta así:DEO OP.MAX. LICENCIATUS EGIDIVS
FERNÁNDEZ SACRORUM CANONUM PERITISSIMUS, PRESBITER PIVS, HVMILIS, ET CASTVS QUI
HANC DIOCESIM, MVLTOS ANNOS, SUMMA PRUDENTIA, EQVITATE, IVSTITITAEQUE OBSERVANTIA GVBERNAVIT. H.S.E.
OBIIT 2 JULII 1570, D.DIDACVUS DAVILA ABBAS, AMICO COMITE ET DUCE, SACRI ONERIS
MAGIS QUAM MINISTRO ORBATUS CUM LACRIMIS ETE MERORE POSUIT.
Su traducción es las siguiente, en la que se manifiesta el amor del abad Diego de Ávila por su gobernador del territorio abacial: Consagrada
al Dios Óptimo Máximo, el licenciado el licenciado Gil Fernández, muy versado en sacros cánones, piadoso
presbítero, humilde y casto, que gobernó, durante muchos años, esta diócesis
con suma prudencia, equidad y observancia de la justicia. Aquí está enterrado,
Murió el dos de Julio de 1570. Del abad don Diego de Ávila, privado de
compañero y guía de la carga sagrada más que del ministro puso la lápida con
lágrimas y tristeza.
Debieron existir más inscripciones y grafitos hasta el frontal con adornos
mudéjares de la capilla de Nuestra Señora de la Antigua y el retablo de
Ecce-Homo y un Cristo. En el ala del Evangelio, se encontraban las capillas del
retablo de la Circuncisión y las tablas que se conservan en el retablo recompuesto
de la capilla del Sagrario de la iglesia de las Angustias, y la capilla
de Santa Lucía y, sobre todo la capilla del Bautismo, donde se entraba abriendo
una barandilla y se cubría una bóveda de crucería, derruida muy recientemente,
con una hornacina de Sa Juan Bautista y Jesús en el Jordán; y al lado otra
lápida que se colocó en 1914, costeada
por Pedro de Pineda y Manuel Durán,
haciendo reconocimiento del bautizo de Juan Martínez Montañés, en aquella pila
en 1568, lo que publicaban en la revista Alhambra. . En la nave central estaba
el retablo de Santa Catalina y destacaba, sobre todo el retablo de la capilla
mayor, donado por el cardenal Mendoza y ejecutado en parte por Juan Ramírez,
cuya tabla central se encuentra en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de
las Angustias y el resto se vendieron o destruyeron conservándose algunas en
casas particulares o de anticuarios.
Recientemente, se han recuperado algunas tablas del retablo central,
hubiera sido muy interesante que hubiera aparecido la de Martínez Montañés.
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