Archivo del blog

domingo, 22 de marzo de 2020

LA IGLESIA DE SANTA LUCÍA Y PEDRO DE VALENCIA. SU FUNDADOR.



 Ante el escribano Francisco Ordoñéz, se encuentra el testamento de Pedro de Valencia, que, en el libro de la Historia de Abadía de Alcalá la Real de Espinosa de los Monteros, aparecía como fundador de la ermita de Santta Lucía, ligada con los sastres y la familia de los Valencia.  El testamento tuvo como testigo al sastre Pedro de Espìnar,  Hernán Ruiz y Juan de Castillo y albacea su mujer. Se firmó en seis de junio de 1560. Se insinuaba que aclararían dudas  con el descubrimiento del dicho testamento, porque alude que dicha ermtia fue concedida por el abad Juan de Ávila, al que acudió Valencia para recibir el documento de fundación y erección en 1550; se comentaba la fiesta de Santa Lucía y del Corpus, cuando acudía la  santa a la Iglesia Abacial. 
Pedro de Valencia estaba casado con María Hernández y tuvo una hija de nombre Ana de Valencia, a quien dio 50.000 maravedíes de dote, a Anton de Valencia, barbero en la colación de Magdalena en Granada, que le dio 15.000 maravedíes para abrir la tienda y comprar instrumental, Juan y Pedro de Valencia que le correspondía cada uni  una parte del quinto. 
Procedía de la villa de San Millán de la Cogolla (GOGOLLA en el texto), lo que se comprueba por una manda que hizo, enviando su yerno Pedro Pérez a su  pùeblo natal, de nueve ducados para pagar varios  encargos ( una misa por los hermanos difuntos del Corpus Cristi, por su servicio de años antes y por el alma de dos difuntos. Su testamento  fue realizado estando enfermo de cuerpo, pero sano de alma. Tras las acostumbradas  declaraciones de fe en la Santísma ( Padre, Hijo y Espíritu Santo) y devoción a la Virgen María, expuso sus mandas testamentarias. Ordenó que fuera enterrado en la capilla de Nuestra Señora de la Iglesia Mayor que se encontraba en la primera nave junto al Vestuario, que era el (sitioen algunas iglesiasdonde se revistían los eclesiásticos),  Y dejaba el pago de los bienes, y el nuevo lugar, si no hubiere sepultura para enterrarlo. Advierte que le acompañen los capellanes y beneficiados diciendo responsos y la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción con cirios y hermanos. Tambien rogaba que le dijeran las misas tradicionales de requiem, a las ánimas y al Dulce Nombre de Jesús. Y resalta que se le digan cinco misas en el oficio de Santa Lucía. Avisa de varios préstamos con María  y  Baltasar de Aranda por motivos de los corridos de censo, lo que demuestra que era un hombre negocios. No le falta aludir a los bienes ganaciales y a los otorgados por su esposa en la carta dotal. Por el testamento se sabe que regentaba el mesón de la Plaza de la ciudad fortificada, propio del hijodalgo  el alcalde Juan de Aranda, y debía obtener muchos ingresos, porque le recordaba a su hijo las rentas que debía pagar a su hijo Gaspar de Aranda, porque el padre había muerto. Y se confirma con un documento de fianza  por el mesón ( colocado entre la casa de Juan Bernabé Rodríguez y  entre el mismo y la tienda de De Sancho de Aranda) con relación a Juan de Aranda ante Antón Blázquez, en 4 de octubre de 1536 (Legajo 4546. Folio 94) Diego González de Jaén, Martín Sánchez de la Hinojosa y Martín del Olmo fueron los  fiadores por el arrendamiento de cinco mil maravedíes. 
Pero la importante declaración es la siguiente, que transcribimos:

"Item los dichos Pedro de Valencia y María Hernández decimos y declaramos que, de una conformidad, hicimos y edificamos de nuestra hacienda la ermita de Nuestra Señora Santa Lucía, que es en Frailes, término de nuestra ciudad, y compramos una guerta que están junto a la dicha ermita, para que permanezca y esté edificada,  y en que está ya reparada, es mi voluntad que, si así los permitimos, ordenamos y mandamos que,  el que quedare bivo de  nosotros, tenga y posea la dicha guerta los días que bivieremos  con tal aditamento y declaración que cada uno año perpetuamente nosotros o la persona o personas que nos sucedieren a nosotros, en la dicha guerta hagan de decir  una misa del oficio de Nuestra Señora Santa María; y la dicha misa se diga en qualquier día del año que la dicha persona que la posea o herede, la dicha huerta, se diga por mi ánima,  y se pague por la dicha misa dos reales al sacerdote que la diga, y se dé la cera para que con ella se diga, y se dé de comer al clérigo que vaya a decir la misa a la ermita , donde mandamos decir la dicha misa, y si más limosna debiera de llevar el clerigo que fuere a decir la dicha misa, mandamos que se le dé y reservamos en nosostros para declararla la persona que sucediere a la dicha memoria, y abemos a bien  y es mi boluntad que, el que quedare bibo  de nosotros,  posea la dicha guerta llevando los frutos, de ella y en cada año haga  por siempre jamás la dicha misa, la qual dicha iglesia mandamos que se pueda vender ni hacer enajemnamiento  de ella ni permtuación con mejoría, por quanto es mi voluntad, y asi lo queremos y consentimos que la dicha guerta está por mi puesta en el anejo de mi memoria de la dicha misa, y mandamos a la persona que me sucediere ,  la tenga bien labrada y reparada, de todas las labores que tubiere pòr necesidad, junmtamente con la dicha ermita quue baya en acrecentamiento, y no bengan en desminución, y si alguna vendida se hciere , que sea en en ningunía y sin niingún valor"

Con esto, aportamos el documento que faltaba sobre la huerta anexa, la memoria de misa de Santa Lucía y su transmisión. Y reconocemos algunos nuevos datos del fiundador un vecino de San Millán de la Cogolla, el origen de la lengua castellana. 

Juanto a la iglesia estaba la casa del cura Miguel de Mazuelos representado por Diego de Mazueelos, que solía arrendar  a la gente. ( Arrendamientro a María Ruiz en 1578 ante Gómez Muñoz). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario