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lunes, 30 de marzo de 2020

EN LA REVISTA DE SEMANA SANTA. PALMASY OLIVOS,.



DOMINGO DE RAMOS. PALMAS Y OLIVOS.




 El tradicional Domingo de Ramos inicia la Semana Santa, como uno de los tiempos litúrgicos más importantes en la vida cristiana.  La celebración del Domingo de Ramos se ciñe a las directrices de la Iglesia de Roma. Desde las Constituciones del abad Juan de Ávila, en Alcalá la Real se estableció el Domingo de Ramos como una fiesta solemne. A ella acudían todo el clero de la ciudad, beneficiados, capellanes y sirvientes de la Iglesia Mayor y la celebraban con toda solemnidad litúrgica. Primero, una hora antes que las campanas de Santa María tañeraan con su anuncio, lo hacían las de Santo Domingo de Silos, durante las Vísperas, y Completas. Desde la iglesia de Santo Domingo una procesión   acudía acudir con la cruz parroquial al frente de sus beneficiados, capellanes y clero, y, al día siguiente, para la misa mayor de este domingo de Ramos.  Y, a continuación a acudían todos los miembros religiosos desde el templo del Arrabal Viejo hasta la iglesia mayor Abacial, donde se hallaban presentes la curia abacial, con sus beneficiados, capellanes,  acólitos y sacristanes. 
Por la tarde, con la caída del sol se rezaba la salve en cada iglesia, por los beneficiados, capellanes y sacristanes y acólitos, tras su rezo y el tañido de la campana para la oración los sacristanes de las dos parroquias enseñaban la doctrina cristiana a los niños hasta el Martes Santo. 
Como fiesta dominical, la misa estaba dedicada a populo y nunca podía ser votiva ni podía aplicarse por intención alguna. Por ser solemne y mayor, se cantaba a las nueve de la mañana. Se ordenaba a que se mantuviera la procesión solemne por las calles por donde solían recorrer los beneficiados, capellanes, acólitos y sacristanes de las dos iglesias portando ramos y palmas. Generalmente, se salía de la iglesia Mayor y se procuraba despertar la devoción entre los cristianos, e implorar las plegarias de los fieles al Señor. Los clérigos cuidaban del orden y silencio, y solían ir separados los dos cleros de las parroquias de los legos y de las mujeres, mientras cantaban canciones y oraciones cada uno por su cuenta. Al principio se salía por una puerta de la iglesia gótico mudéjar, continuaba por la plaza alta y se entraba por la otra puerta; posteriormente, salía por una puerta, seguía por la calle Ancha, plaza baja, Entrepuertas, puerta de Arrabal, santo Domingo, Postigo e Iglesia mayor.
Tras el Concilio de Trento se produjo un gran renacimiento eclesiástico que contribuyó a grandes reformas en la vida religiosa y de las costumbres, el abad Moya casi un siglo después llevó a cabo unas nuevas Constituciones (1623) que recogía expresamente la fiesta del Domingo de Ramos. Seguía como fiesta solemne que se celebraba en la Abadía. Se celebraba en la misa mayor, a la que asistía el cabildo municipal colocado tras el cabildo eclesiástico fuera del presbiterio; solía ser muy especial el sermón del Domingo de Ramos, que se le reservaba al abad, como lo hizo a principios del siglo XVIII el abad Castell del Ros, en concreto, 13 de abril de 1710. Tras llegar a la Iglesia de Santa María, subían corregidores, jurados y regidores y oficiales de cabildo por la vela y la palma para la procesión-protocolo que ocasionó muchos conflictos  y que, pronto se sustituyeron las palmas por los ramos de olivo, sobre todo en el siglo XVIII en tiempos de Fernando VIII -  y, tras esto,  se iniciaba una procesión solemne que salía por la Puerta Principal de la iglesia Mayor Abacial a la Calancha, para seguir  por las puertas de la Alcazaba, rodear el anillo de la ciudad, pasar  por  Entrepuertas, puerta de Arrabal, Santo Domingo de Silos, puerta del Postigo, puerta de la Mota hacia su iglesia ( años después, salía de la iglesia de San Juan y del Rosario y la comitiva oficial recorría el itinerario de Rosario, Veracruz, Llanillo, Real,, Trinidad y San Juan). Se mantuvo la orden de que asistieran todos los beneficiados de las parroquias de la ciudad (Santa María y Santo Domingo de Silos) y los clérigos de la ciudad con el siguiente orden: abad, provisor, vicario, beneficiados de Santa María, beneficiados de Santo Domingo de Silos, capellanes perpetuos de ambas parroquias, capellanes que servían beneficios, sacerdotes mercenarios según año de cantar misa, sacristanes, monaguillos y cruz. Iban separados de los legos, cantando y diciendo sus oficios. El pueblo iba en silencio dividido entre hombres y mujeres diciendo sus oraciones y regulaban la procesión los alguaciles menores.
A partir de las Nuevas Ordenanzas Municipales de 1776, La ciudad en cabildo municipal asistía a la ceremonia y solía recibir en pie por el prelado las palmas u olivos, mientras el cabildo se mantenía en pie. El corregidor soltaba la espada y se dirigía a tomar la palma.  Renombrado era el sermón de Ramos ya que acudían para darle las palmas a cada miembro de cabildo, se le decía Muy noble y leal Ciudad de Alcalá la Real, esto se negó el abad San Martín. De la iglesia abacial bajó primero a la iglesia de Sn Juan, para recorrer las estaciones de penitencia de su derredor; luego a la del Rosario para finalmente celebrarse en cada una de las parroquias.

Tras esta fecha, se fueron prodigando una serie de restricciones a la hora de la presencia municipal en muchas festividades que afectó al Domingo de Ramos. Los Nuevos Reglamentos del siglo XIX, que afectó a la nueva composición de las corporaciones populares, junto con la decadencia de la naturaleza humana y las exigencias de los tiempos presentes, obligó una serie de reformas, que afectaron a la ubicación de la ceremonia tras el traslado de la Iglesia Mayor Abacial a la Iglesia de Consolación, y convertirse en coadjutriz la de San Juan hasta mediados de dicho siglo, y posteriormente la de Nuestra Señora del Rosario. A   ello se unió la nueva demarcación parroquial que marcó la pauta de la doble celebración de esta fiesta, y en los últimos años del siglo XIX en las parroquias de nueva creación y la de Frailes y otras aldeas con parroquia.  En 1895, se redactó un nuevo reglamento municipal, que recogió un apartado especial las fiestas de la localidad. Y e obligaba a respetar el acuerdo de 28 de junio sobre los protocolos de Semana Santa entre concejales y párrocos de Alcalá la Real:  “El Ayuntamiento concurrirá a los Divinos Oficios que en conmemoración a la gloriosa Pasión y muerte de Ntro. Señor Jesucristo celebra anualmente en la siguiente forma(…) El Domingo de Ramos, por medio de la Comisión de Festejos asociado de los demás concejales que deseen formar parte de ella, recibiendo la palma en el plan de altar[1]”. Posteriormente, hubo momentos en los que esta costumbre se fue perdiendo y, en algunos momentos, desapareció esta norma. La procesión se convirtió en claustral y, como manifestamos anteriormente, se extendió a más parroquias sin quedar reservada para Santa María la Mayor, desde que desapareció la Abadía y la transición posterior de su administrador apostólico.
 

Siempre, se ha reglamentado esta fiesta del calendario litúrgico; en 1988,  el Vaticano publicó  Carta circular sobre la preparación y la celebración de las fiestas pascualesCarta de fiestas pascuales”. Este día se llama de dos maneras "Domingo de Ramos" o "Domingo de Pasión". El primero proviene del hecho que se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió con hojas de palma (Juan 12:13). El segundo nombre proviene del relato evangélico de la Pasión que se lee en este domingo. Es un domingo muy catequético, pues “comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión (…) la a relación entre los dos aspectos del misterio pascual se han de evidenciar en la celebración en la catequesis del día”.  
La procesión puede tener lugar solo una vez, antes de la Misa. En los tiempos actuales se celebra el sábado o domingo. “La entrada del Señor en Jerusalén, ya desde antiguo, se conmemora con una procesión, en la cual los cristianos celebran el acontecimiento, imitando las aclamaciones y gestos, que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso ‘Hosanna’. En Alcalá, no obligan a utilizar hojas de palma en la procesión, también se pueden utilizar otros tipos de plantas locales como el olivo; en otros lugares lo hacen con ramas de sauce, abeto o de otros árboles. Tras la misa, como dice el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: “A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión (…)”.  “Debe recordarse oportunamente que lo importante es la participación en la procesión y no solo en la obtención de hojas de palma o de olivo”, que tampoco deben mantenerse “como amuletos, ni por razones terapéuticas o mágicas para disipar los malos espíritus o para evitar el daño que causan en los campos o en los hogares.
En los gestos, es un Domingo muy simbólico, con su entrada en Jerusalén, Jesús reclama el derecho de los reyes en la entrada triunfal a Jerusalén. El uso de un animal (el burro) indica el derecho de la realeza. Jesús quería que su camino y su accion sean entendidos en términos de que su poder radica en la pobreza y la paz de Dios, que identifica el único poder se puede redimir. Los peregrinos reconocieron a Jesús como su rey mesiánico, cuando colocan sus mantos en el suelo para Jesús camine por encima también “pertenece a la tradición de la realeza israelita (2 Reyes 9:13)”. “Lo que hacen los discípulos es un gesto de entronización en la tradición de la monarquía davídica (del Rey David) y apunta a la esperanza mesiánica que surgió a partir de ésta (...) los peregrinos sacan ramas de los árboles y gritan versos del Salmo 118, palabras de bendición de la liturgia de los peregrinos de Israel que en sus labios se convierten en una proclamación mesiánica: '¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito sea el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en lo más alto!' (Mc 11: 9-10, ver Sal 118: 26)”.7. “Hosanna” es un grito de júbilo y una oración profética de que el reinado de Dios sobre Israel, sería restablecido. La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión.
Es una parte esencial la lectura del relato de la Pasión porque goza de una especial solemnidad en la liturgia. Suelen seguirse las líneas de La Carta de Fiestas Pascuales (33): “Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por diáconos o presbíteros, ya, en su defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote (…). En la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces ni incienso, ni se hace al principio el saludo al pueblo como de ordinario para el Evangelio, ni se signa el libro. Tan solo los diáconos piden la bendición al sacerdote. Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea por entero la narración de la Pasión, y que no se omitan las lecturas que la preceden”.
Las palmas y ramos son símbolos de victoria. Cuando Jesús llegó a Jerusalén, montado en un burro, fue recibido por una multitud de personas que entonaban cantos y tenían consigo palmas o ramos con el fin de saludar y felicitar al Mesías.
De allí, que el Domingo de Ramos los feligreses busquen y bendigan en la misa una hoja de palma o ramo, el cual, tradicionalmente, acostumbran a colocar en las casas a modo de protección religiosa.
  Este domingo se celebra en la hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna el llamado “Cabildo de Suertes”. No es sino la manera que tiene esta hermandad de llevar a cabo la elección de los mayordomos de sus cuadros, gallardetes y enseres religiosos mediante el tradicional sorteo de los hermanos que quieren meter bola de madera en una olla- lo que se remonta al cabildo municipal que repartía los cargos con el mismo procedimiento entre regidores y jurados desde el siglo XV, pero con una bolsa de terciopelo y bolitas de plata sacadas por un niño. Actualmente, se otorgan las divinas gracias del Cuadro del Ecce-Homo. La Lámina de Jesús de la Columna y el gallardete de este último titular.  También se organiza la presencia y personas de los diferentes pasos de semana Santa.  

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            Este domingo suele celebrar Cabildo General la Esclavitud de la Humildad, para elegir Junta Directiva, antes el hermano mayor o prioste y alcaldes, y organización de procesiones (en siglos anteriores la procesión del Miércoles Santo con la Oración de Jesús en el Huerto y Senior de la Humildad hasta que se incorporó la Virgen de los Dolores).

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Actualmente es una fiesta cristiana que se celebra con la misa del Domingo de Ramos en todos los templos, dándose las ramas de olivo, y en algunos casos, las palmas. En algunos sitios se hace procesión claustral o en los alrededores.  Hay costumbre de estrenar un vestido. Pero, desde 1982 en el que se fundó la hermandad filial de la Borriquilla es un grupo parroquial que saca la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén, con hebreos, penitentes blancos y cinturón de esparto. En 2014, saca la Virgen de la Estrella desde el templo de Nuestra Señora de las Angustias.  




[1] ORDENANZAS MUNICIPALES PARA EL RÉ








GIMEN Y GOBIERNO DE LA CIUDAD DE ALCALÁ LA LAREAL 1896.

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